SIGLO XII - LITERATURA
Ibn Lubbal al-Sharishi (Jerez de la Frontera, 1114 – Jerez de la Frontera, 1188) en la provincia de Cádiz (Andalucía, España). Gramático y poeta jerezano de ascendencia omeya. Junto con Abu Ishaq al-Bunasi, Ibn Malik, Ibn Abd al-Mu’min e Ibn Shakil, forma parte de los sabios intelectuales durante la época de esplendor del Jerez islámico.
Biografía[editar]
Nacido en Jerez de la Frontera en 1114. Realizó estudios en Jerez y luego los completó en Sevilla. Tras finalizar su formación, volvió a Jerez hacia el año 1145-6, donde se dedicó a la enseñanza y a la judicatura.
Murió en Jerez de la Frontera el 5 de enero de 1188, en un entierro multitudinario.
Muhŷa bint Ibn 'Abd ar-Razzāq al-Garnātiyya, fue una poetisa andalusí, originaria de Cástaras (Granada), que vivió en la Granada musulmana de los siglos xi y/o xii.
Biografía[editar]
Solo se conoce de ella que era casta o que vivía con recato en Granada. Su producción poética es desconocida, aunque al-Maqqari dice que algunos autores le atribuían versos considerados por otros obra de Hamda bint Ziyād. Pertenecía a la misma generación de la poetisa satírica Nazhūn bint al-Qalā'iyya.1
Este último dato permite deducir, por comparación, que Muhya vivió en el siglo xi, si aceptamos esta data que hacen as-Suyuti y al-Maqqari para Nazhun, o en el siglo xii si atendemos a que todas las anécdotas conocidas de Nazhun están en relación con personajes de mediados de esa centuria.2 Hay por tanto autores que sitúan la existencia de Muhya directamente en el siglo xii.3
Ibn al-Abbar, en su obra Takmila aporta estos escasos datos, los más antiguos y completos existentes sobre Muhŷa, obtenidos a través de un pariente del amir Muhammad ibn Mardanis que vivió algún tiempo en Granada, seguramente en 1162, cuando la ciudad fue ocupada por este rey de la segunda taifa murciana.4
Teresa Garulo sugiere que Muhya podría ser descendiente de Abd ar-Rahim ben Abd ar-Razzaq, ministro de Abd’Allah ben Buluggin, último rey de la taifa de Granada (1073-1090).
Qasmūna bint Ismāʿīl al-Yahūdī fue una poetisa judío-andalusí en árabe del siglo XI-XII.1
Biografía[editar]
Poetisa de origen judío, nacida en Granada. Algunos autores suponen que fue hija de Samuel Ben Nagrella, ministro del rey Zirí de Granada.2 Se desconocen las fechas de su nacimiento y muerte, así como el lugar de los mismos, pero si fue hija del gran visir y poeta judío, tuvo que vivir hacia la segunda mitad del siglo XI, en Granada.3
Quamuna fue la única poetisa judía de al-Andalus,1 que escribió varios poemas en árabe.3 Encontramos unas breves referencias sobre ella y su poesía en el al-Suyuti, al-Marrakusi y al-Maqqari, que la sitúa en el apartado de los poetas judíos de al-Andalus,1 y recoge algunos poemas, uno como réplica a otro de su padre, y de otros de tipo amoroso, donde expresa su añoranza por la falta de un amigo o esposo.
Muhammad ibn Abd al-Malik ibn Quzman (en árabe, محمد بن عبد الملك بن قزمان), más conocido simplemente como Ibn Quzman o Ibn Quzmán (ابن قزمان) y en ocasiones también por la hispanización Abén o Abán Quzmán, fue un famoso poeta andalusí, nacido en Córdoba hacia 1078 y muerto en la misma ciudad en 1160, conocido por sus peculiares zéjeles escritos en árabe coloquial andalusí.12
Se ha querido ver en su nombre una arabización del germánico Guzmán, algo que no era infrecuente en Al-Ándalus, pero otras fuentes señalan que el nombre Quzmān está documentado ya en la Arabia preislámica, con lo que puede que sea árabe, aunque es un nombre inusual.
Lo esencial de su obra se conserva en un único códice, que fue descubierto en San Petersburgo a finales del siglo XIX: se trata de su Cancionero o Diwan (antología poética), que es asimismo el documento que proporciona los datos que se conocen sobre su vida, ya que en sus composiciones habla también de sí mismo: que tenía entre seis y ocho años en la batalla de Zalaca —lo que permite conjeturar su fecha de nacimiento—.
Ibn Quzman conocía bien la poesía árabe clásica de autores célebres como Abu Tammam, Al-Mutanabbi, Du r-Rumma, etc. Han llegado hasta nosotros algunas composiciones suyas de aire clásico, consideradas de poco valor frente a su Cancionero. Ésta es una obra original tanto por la forma utilizada, el zéjel, escrito no en la lengua literaria habitual, sino en el dialecto local, como por los temas que toca, en los cuales a menudo reinterpreta de forma irónica tópicos de la poesía árabe clásica.
El Diwan[editar]
Se piensa que Ibn Quzman fue el primer gran escritor que empleó el zéjel, que había sido inventado por el zaragozano Ibn Bayya, y le dio su forma definitiva, puliéndolo de las imperfecciones que a su juicio tenía.
Su Diwan o Cancionero contiene 149 zéjeles. El arabista Stern los dividió en dos clases:
- Los zéjeles moaxajeños, que son poemas de entre cinco y siete estrofas en todo similares a las moaxajas ( temas, forma, jarcha) salvo por el hecho de estar escritos en lengua coloquial en vez de en árabe clásico. Constituyen una tercera parte del Diwan.
- Los zéjeles propiamente dichos, sin límite de estrofas, de temas diversos, y que constituyen los dos tercios restantes.
Dedicó buena parte de los zéjeles a describir sus relaciones con jóvenes varones, las fiestas a las que solía asistir o los bailes e instrumentos musicales empleados en ellas. También habla de sí mismo y hace, como otros poetas, elogio de las personas que le protegen. De acuerdo con uno de sus zéjeles, hacia el final de sus días pareció arrepentirse de su vida disipada:
Ibn Quzman se arrepintió.
¡Bueno será para él si persevera!
Sus días pasados eran fiestas entre los días.
Pero después del sonar de atabales y adufes y de arremangarse para el baile
Ahora sube y baja por la torre del almuédano.
Se ha hecho imam en la mezquita y reza prosternándose e inclinándose.
Aunque también dejó escritas instrucciones para su muerte:
Cuando muera éstas son mis instrucciones para el entierro:
dormiré con una viña entre los párpados.
Que me envuelvan entre sus hojas como mortaja
y me pongan en la cabeza un turbante de pámpanos.
Hafsa bint al-Hajj, más conocida como al-Rakuniyya (Granada, c. 1135 - Marrakesh, 1191) fue una de las poetisas más célebres de al-Ándalus.
Biografía[editar]
Nace en Granada alrededor del 1135, hija de un noble de origen bereber, rico e influyente. Pasa su infancia y su juventud en Granada, en una época de agitación política intensa, que marcará la caída de la dinastía Almorávide y la instauración del califato de los Almohades.
Por su talento y su cultura, así como por su belleza, pronto ocupó un lugar importante en la corte de los almohades de Granada, desarrollando una actividad literaria y educativa intensa y adquiriendo una reputación que llegó a traspasar los límites de Granada.
Es en este ambiente de la Corte y de la poesía granadina es donde conoció al poeta granadino Abu Yafar Ibn Saíd, perteneciente a la familia de los Banu Saíd, con el cual estableció una relación afectiva y pública hacia el año 1154. Esta relación dio lugar a un intenso intercambio de poemas amorosos entre los dos amantes, los cuales se han conservado hasta nuestros días. Asimismo, sus amoríos fueron cantados por los poetas de su entorno. Su situación se complica en el año 1156, en que llega a Granada Abu Saíd Utman, gobernador almohade, hijo del califa Abd al-Mumin, quien cae perdidamente enamorado de la poetisa. Oficialmente, Hafsa no cedió ante los sentimientos del gobernador, pero dejó morir su amor por Abu Yafar, quizás cansada de las veleidades afectuosas de este último o por las presiones del príncipe o de su familia. En 1158, es enviada a Rabat junto a un grupo de poetas y nobles granadinos ante el califa Abd al-Mumin. Fue éste quien le puso el sobrenombre de al-Rakuniyya (derivado de Rakuna, un tipo de salón literario).
Debido al conflictivo triángulo amoroso, Abu Yafar, quien había sido amigo y secretario del príncipe Abu Saíd, tomó a éste como objeto de sus poemas satíricos, y terminó tomando parte en una rebelión política contra el gobernador, dando lugar a su encarcelamiento y, finalmente, a su crucifixión en el año 1163, en Málaga. Hafsa lloró la prisión y la muerte de su amado, reflejándolo en unos versos punzantes y llegando hasta el extremo de vestir el hábito de viuda por él, a pesar de las amenazas del gobernador. Sumida en su tristeza, se retira de la Corte, abandonando la poesía y consangrándose en exclusiva a la enseñanza.
Así vivió durante gran parte de su vida, hasta que en el año 1184, acepta la invitación del califa Abu Yusuf Yaqub al-Mansur quien la propone dirigir la educación de los príncipes almohades en Marrakesh, donde permaneció hasta el año de su muerte, en 1191.
Hafsa es la poetisa andalusí de la cual conservamos más obras, gracias, sobre todo, al interés de sus biógrafos y de la familia Banu Saíd. En total, han llegado hasta nosotros 17 de sus poemas, de gran calidad litereria. Heredera de la tradición poética árabe, por otra parte, es capaz de expresar, con gran belleza, sus verdaderos sentimientos en un lenguaje espontáneo. La mayoría de sus versos amorosos se dirigían a Abu Jafar, a pesar de que existen algunas sátiras y elogios a Abu Saíd. Su inspiración llega a un culmen en aquellos versos en los que expresa su pesar y su dolor por el encarcelamiento y la muerte de su amante.
Ejemplo de mujer independiente y culta de la época de mayor esplendor de al-Ándalus, Hafsa ha sido muy respetada, a pesar de su libertad aparente, en su época y por los biógrafos posteriores. Ibn al-Khatib ha dicho de ella: «La granadina ha sido única en su tiempo por su belleza, su elegancia y su cultura literaria».
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