martes, 22 de junio de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XII

El tratado de Lanhoso fue un tratado firmado en 1121 en Lanhoso entre el condado Portucalense y el reino de León, con la ayuda de los arzobispos de Compostela y de Braga, por el cual el condado de Portugal volvía a declararse vasallo del reino de León.

En 1112, con la muerte de Enrique de BorgoñaTeresa de León fue nombrada condesa y regente de su hijo, Alfonso Enríquez, el futuro Alfonso I de Portugal, que era entonces muy joven. Teresa, en un esfuerzo por acrecentar los dominios de su condado, luchó contra su misma media hermana Urraca en 1116 y 1120. En 1121 fue sitiada en Lanhoso y hubo de negociar una paz con León, con la mediación del arzobispo de Compostela y de Paio Mendes (Pelayo Méndez), arzobispo de Braga, por el cual Teresa, condesa de Portugal, se declaraba de nuevo vasalla de su hermana Urraca, reina de León.






El Tratado de Amparanza (en catalán Tractat d'Emparança) con los araneses, firmado en 1175 por Alfonso II el Casto de Aragón en el desaparecido monasterio de San Andrés de Barravés (Alta Ribagorza), asegura la protección (anexión) del Valle de Arán, que desde el siglo X pertenecía al condado de Cominges.

A cambio de la protección real, los araneses se comprometían a pagar anualmente el Galin Reiau, un tributo de un galin —un recipiente que tiene la medida del grano sembrado en un terreno de 216 metros cuadrados—1​ lleno de trigo por fuego (casa, hogar), y el rey se comprometía a otorgar los diezmos que le correspondían al monasterio de Mijaran.






La Bula de Lucio III es un bula promulgada por el Santo Padre Lucio III1​ en 1182 que confirma la patrimonialidad de las iglesias de Calatayud y la Comunidad de aldeas de Calatayud según lo establecido por el rey Alfonso I de Aragón en los Fueros de Calatayud.

Aspectos lingüísticos[editar]

Aunque el cuerpo del texto está redactado en latín, es interesante por los aspectos toponímicos en aragonés, como BerdelloCastellonCerveraTerrerTurrilloVadiello, si bien la mayoría de los topónimos están latinizados: FontesRoscaParacollosPetraTurealba, etc...

Dilectis filiis presbiteris et clericis de Calatajub et de termino suo salutem et apostolicam benedictionem. Justis petentium desideriis dignum est Nos faciiem prebere assensum et vota que a rationis tramite non discordant affectu sunt prosequente complenda. Ea propler, dilecti in domino filii, vestris justis poslulationibus grato concurrentes assensu, ecclesias vestras de Calatajube, et de termino suo cum ómnibus pertinenciis suis, ecclesiam sáncte Marie medie ville, cum pertinenciis suis, Ecclesiam sancti Andree cum pertinenciis suis, Ecclesiam sancti Johannis de Vallupiel cum pertinenciis suis, Ecclesiam sáncte Marie cum pertinenciis suis, Ecclesiam sancti Jacobi cum pertinenciis suis, Ecclesiam Sancti Petri Serranorum cum pertinenciis suis, Ecclesiam sancti Martini cum pertinenciis suis, ecclesiam sancti Salvatoris cum pertinenciis suis, Ecclesiam sancti Petri Francorum cum pertinenciis suis, Ecclesiam santi Torquati cum pertinenciis suis, Ecclesiam sancti Dominici cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Miedes cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Castellon cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Marha cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Duron cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Villalba cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Sediles cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Rosca cum pertinenciis suis, Ecclesiam d'Orera cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Viver cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Finoges cum pertinencis suis, Ecclesiam de Pyetas cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Marach cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Brea cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Savinian cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Paracollos cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Embit cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Viver cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Turealba cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Cervera cum pertinenciis suis, Ecclesiam d'Aninione cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Villarubea cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Vadiello cum pertinenciis suis et de Forcaxo, Ecclesiam de Berdello cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Villosca cum pertinenciis earum, Ecclesiam de Turrillo cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Moros cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Monubles cum pertinencüs suis, Ecclesiam de Alfama cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Boverca cum perlinenciis suis, Ecclesiam de Castellón cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Ateca cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Terrer cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Xarava cum pertinenciis suis, Ecclesiam d'Ibdes cum pertinencüs suis, Ecclesiam de Cocos cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Petra cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Monterde cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Flumes cum perlinenciis suis, Ecclesiam de Cenvalla cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Tiestos cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Cubel cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Pardos cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Avanto cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Monobrega cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Castellonciello cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Alfarba cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Azeret cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Athea cum pertinenciis suis, Ecclesiam de Montón cum pertinenciis suis

Manuscritos[editar]

El original de los Fueros de Calatayud y la Bula de Lucio III se encontraban en tan mal estado que en el siglo XIII el rey Alfonso III de Aragón ordenó que el manuscrito fuera restaurado, confirmando de nuevo los Fueros, pero no se conserva este documento original, habiendo quedado tan solo bellas copias:

  • Una copia en el Archivo de Barcelona (abreviatura Barch).
  • Una copia de 1554 ordenada por la Justicia de Aragón y conservada en el Archivo parroquial de Calatayud.
  • La edición de Don Muñoz (abreviatura MZ).
  • La edición de Bofarull (abreviatura B).
  • Una copia que tenía Don Miguel Monterde (abreviatura Mont).

Mientras que en la copia del Archivo de Barcelona todavía se lee Berdello y Castellon, y alguna incipiente castellanización como Forcaxo por Forcallo, en las ediciones más tardías como la de Bofarull los topónimos en aragonés cómo BerdelloCastellonCastellonciello se presentan ya totalmente castellanizados a BerdeyoCasteyonCasteyonciello.






El nombre de Escuela de traductores de Toledo designa en la historia desde el siglo XIV, a los distintos procesos de traducción e interpretación de textos clásicos greco-latinos alejandrinos, que habían sido vertidos del árabe o del hebreo a la lengua latina sirviéndose del romance castellano o español como lengua intermedia, o directamente a las emergentes lenguas vulgares, principalmente al castellano. La conquista en 1085 de Toledo y la tolerancia de los reyes leoneses y castellanos cristianos con musulmanes y judíos facilitaron este comercio cultural que permitió el renacimiento filosófico, teológico y científico primero de España y luego de todo el Occidente cristiano. En el siglo XII la Escuela de traductores de Toledo vertió textos filosóficos y teológicos (Domingo Gundisalvo interpretaba y escribía en latín los comentarios de Aristóteles, escritos en árabe y que el judío converso Juan Hispano le traducía al castellano, idioma en el que se entendían). En la primera mitad del siglo XIII esta actividad se mantuvo. Por ejemplo, reinando Fernando III, rey de Castilla y de León, se compuso el Libro de los Doce Sabios (1237), resumen de sabiduría política y moral clásica pasada por manos «orientales». En la segunda mitad del siglo XIII el Sabio rey Alfonso X (rey de Castilla y de León, en cuya corte se compuso la primera Crónica General de España) institucionalizó en cierta manera en Toledo esta «Escuela de traductores», centrada sobre todo en verter textos astronómicosmédicos y científicos.

Miniatura de las Cantigas de Santa María que muestra a Alfonso X el Sabio dictando.

Historia[editar]

A partir de 1085, año en que Alfonso VI conquistó Toledo, la ciudad se constituyó en un importante centro de intercambio cultural. El arzobispo don Raimundo de Sauvetat quiso aprovechar la coyuntura que hacía convivir en armonía a cristianos, musulmanes y judíos auspiciando diferentes proyectos de traducción cultural demandados en realidad por todas las cortes de la Europa cristiana. Por otra parte, con la fundación de los studii de Palencia (1212) y de Salamanca (1218) por Alfonso VIII y Alfonso IX, respectivamente, se había propiciado ya una relativa autonomía de los maestros y escolares respecto a las scholae catedralicias y en consecuencia fue estableciéndose una mínima diferenciación profana de conocimientos de tipo preuniversitario, que ya en tiempo de Fernando III va acercándose a la Corte y no espera sino la protección y apoyo decidido de un monarca para consolidarse por entero. Alfonso X el Sabio alentó el centro traductor que existía en Toledo desde la época de Raimundo de Sauvetat que se había especializado en obras de astronomía y de leyes. Por otra parte, fundará en Sevilla unos Studii o Escuelas generales de latín y de arábigo que nacen ya con una vinculación claramente cortesana. Igualmente, fundará en 1269 la Escuela de Murcia, dirigida por el matemático Al-Ricotí. Es así, pues, que no cabe hablar de una Escuela de traductores propiamente dicha, y ni siquiera exclusivamente en Toledo, sino de varias y en distintos lugares. La tarea de todas estas escuelas fue continua y nutrida por los proyectos de iniciativa regia que las mantuvieron activas al menos entre 1250 y la muerte del monarca en 1284, aunque la actividad de traducción no se ciñera exclusivamente a ese paréntesis.

Conocemos algunos nombres de traductores: el segoviano Domingo Gundisalvo, que traducía al latín desde la versión en lengua vulgar del judío converso sevillano Juan Hispalense, por ejemplo. Gracias a sus traducciones de obras de astronomía y astrología y de otros opúsculos de AvicenaAlgazelAvicebrón y otros, llegaron a Toledo desde toda Europa sabios deseosos de aprender in situ de esos maravillosos libros árabes. Estos empleaban generalmente como intérprete a algún mozárabe o judío (como Yehuda ben Moshe) que vertía en lengua vulgar o en latín bajomedieval las obras de Avicena o Averroes. Entre los ingleses que estuvieron en Toledo se citan los nombres de Roberto de RetinesAdelardo de BathAlfredo y Daniel de Morley y Miguel Escoto, a quienes sirvió de intérprete Andrés el judío; italiano fue Gerardo de Cremona, y alemanes Hermann el Dálmata y Herman el Alemán. Gracias a este grupo de autores los conocimientos árabes y algo de la sabiduría griega a través de estos penetró en el corazón de las universidades extranjeras de Europa. Como fruto secundario de esa tarea, la lengua castellana incorporó un nutrido léxico científico y técnico, frecuentemente acuñado como arabismos, se civilizó, agilizó su sintaxis y se hizo apto para la expresión del pensamiento, alcanzándose la norma del castellano derecho alfonsí.

Controversia[editar]

En 2009,1​ el catedrático de Traducción e Interpretación de la Universidad de LeónJulio César Santoyo, pone en duda la existencia de una escuela de traductores como tal2​ (también niega la de la escuela de traductores de Bagdad). Sus argumentos son dos: por un lado, la aparición muy tardía del nombre de Escuela de traductores de Toledo —en Francia a comienzos del siglo XIX (Jourdain, Renan)— y la aún más tardía introducción de la palabra en España (Menéndez Pelayo, 1881); por otra parte, la propia cronología de los traductores que no coinciden en el tiempo:

La opinión de Santoyo es que en Toledo hubo una activa producción de traducciones individuales y sucesivas en el tiempo de muy pocos traductores,4​ pero no se puede denominar "escuela", ni siquiera "grupo".





Las taifas fueron un conjunto de pequeños estados (ملوك الطوائف) que fueron apareciendo entre la desintegración del califato de Córdoba a partir de la fitna o guerra civil que estalló en 1009 tras la muerte del último caudillo amirí Abd al-Malik al-Muzaffar y el derrocamiento del último califa omeya Hisham III, con la consiguiente abolición formal del califato en 1031. Los regímenes políticos autónomos de los reinos de taifas sucumbieron ante la instauración de gobiernos almorávides en al-Ándalus desde 1085.

Los reinos de taifas en 1037.
Los reinos de taifas en 1080.

Orígenes, apogeo y caída de los reinos de taifas[editar]

Desde que el califa Hisham II es obligado a abdicar en 1009 hasta el año de la abolición formal del califato en 1031 se suceden en el trono de Córdoba nueve califas, de las dinastías omeya y hamudí, en un escenario político caótico que dio paso a la independencia paulatina de las taifas de AlmeríaMurciaAlpuenteArcosBadajozCarmonaDeniaGranadaHuelvaMorónSilvesToledoTortosaValenciaAlbarracín y Zaragoza. Cuando el último califa Hisham III es depuesto y proclamada en Córdoba una república, todas las coras (provincias) de Al-Ándalus que aún no se habían segregado se autoproclaman independientes, regidas por clanes árabesbereberes o eslavos.

En el trasfondo se hallaban problemas muy profundos. Por una parte, las luchas por el trono califal no hacían sino reproducir las luchas internas que siempre habían asolado el emirato y el califato por causas raciales: árabes, bereberes arabizados y nuevos, muladíes o eslavos, que estaban constituidos inicialmente por esclavos libres de origen centroeuropeo o del norte peninsular y conseguido puestos importantes en la administración. También influían la mayor o menor presencia de población mozárabe, el afán de autonomía de las áreas con mayores recursos económicos y la agobiante presión fiscal necesaria para financiar el coste de los esfuerzos bélicos.

Inicialmente se constituyeron más de veinte pequeños estados o taifas autónomas dirigidos por caudillos locales procedentes de una familia que se perpetuó a lo largo del siglo XI en una dinastía reinante. Así ocupan el poder clanes de la antigua aristocracia árabe en Valencia (amiríes (descendientes de Almanzor) y Zaragoza (tuyibíes y hudíes). En la zona occidental se hicieron con el poder tribus bereberes muy arabizadas, que formaban parte de la población andalusí desde la conquista de Tariq a comienzos del siglo VIII: los aftasíes en Badajoz, birzalíes en Carmonaziríes en Granada, hamudíes en Algeciras y Málaga y abadíes en Sevilla. Con el paso de los años, las taifas de Sevilla (que había conquistado todas las pequeñas taifas de la Andalucía occidental y Murcia en la parte de la oriental), BadajozToledo y Zaragoza, constituirían las potencias islámicas peninsulares.

En general, las taifas más poderosas fueron absorbiendo con el tiempo a las más pequeñas. Así, la taifa de Sevilla, conquistó y anexó a las más pequeñas de ArcosAlgarveAlgecirasMorónRondaCarmonaHuelvaMértolaNiebla y Silves, estas últimas, situadas al sur del actual Portugal, ambicionadas también por la taifa de Badajoz. Por otro lado, en la antigua Marca Superior del califato, los hudíes de Zaragoza reunieron un conglomerado que en ocasiones se segregaron como taifas independientes, formado por TudelaCalatayudHuescaLérida o Tortosa, llegando hacia 1080 a ocupar el territorio peninsular de la poderosa taifa de Denia (que consiguió conquistar las Baleares y Cerdeña y reunió una flota de guerra de ciento veinte naves) y hacer vasalla a la rica pero desprotegida Taifa de Valencia. Sin embargo, en esta zona, y gracias a su hábil manejo de la diplomacia, lograron sobrevivir dinastías independientes en la taifa de Albarracín y la taifa de Alpuente.





El segundo período taifas (o taifas post almorávides) es un período en la historia de al-Ándalus situado entre las dominaciones almorávide y almohade.

Introducción[editar]

En 1085, tras la conquista de Toledo por parte de Alfonso VI, las taifas de Sevilla12​ y Badajoz tomaron conciencia del verdadero peligro que suponían los reinos cristianos y, viendo peligrar su subsistencia, hicieron un llamamiento de ayuda a los almorávides. Tras atravesar el estrecho y asentarse en Algeciras, los almorávides dirigidos por Yusuf Ibn Tasufin derrotan a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas de 1086, y se retiraron de vuelta al Magreb. El soberano almorávide exhortó en vano a los reyezuelos andalusíes a observar más estrictamente la fe islámica y a unirse frente a los enemigos del norte. Pero la incapacidad y la debilidad de los reinos de Taifas, unidas al apoyo de los juristas malikíes y las clases populares, agobiadas por la gran presión fiscal, llevaron finalmente a Yusuf Ibn Tasufin a iniciar la conquista de Al-Ándalus tras desembarcar en Gibraltar en junio de 1090.

Desarrollo[editar]

Quirate de plata acuñado por Hamdin e Ibn Wazir, aliados del rebelde Ibn Qasi.

Los primeros indicios del malestar andalusí contra los almorávides se produjeron en Córdoba en 1121, cuando la población se rebeló, solo la intervención de los alfaquíes pudo evitar un baño de sangre. Otras rebeliones se produjeron en distintas ciudades. A partir de 1140 el poder almorávide empieza a decaer en el norte de África por la presión almohade y a la península llegan esas noticias.

En 1144 un sufíIbn Qasi comenzó un movimiento antialmorávide y van apareciendo territorios musulmanes con gobiernos independientes que constituyen las llamadas segundas taifas. Todas fueron muy efímeras, y la mayor parte de ellas sucumbieron en menos de un lustro al Imperio almohade, salvo la Segunda taifa de Murcia, que regida por el Rey Lobo resistió al poder norteafricano hasta 1172 gracias al apoyo del Reino de Castilla. Caso distinto es la Taifa de Mallorca, que siguió en manos almorávides debido a su carácter insular.

En 1147, un ejército comandado por el líder almohade Abd Al-Mumin llegó a España y conquistó una gran parte del sur de España, incluidas las ciudades de CádizMálaga y Sevilla. En 1172, su hijo Abu Yaqub Yusuf completó la conquista de Al-Ándalus con la toma de la taifa de Murcia y poner fin a la última taifa de este período en la península, todavía quedara la taifa de Mallorca, que finalmente caerá en 1203.

Relación de las segundas taifas[editar]

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