SIGLO XI EN ESPAÑA
Isaac ben Baruc Albalia (hebreo: יִצְחָק בֶּן בָּרוּךְ אַלבּאליה, Córdoba, 1035-Granada, 1094) era un matemático, astrónomo, astrólogo y talmudista judío andalusí; gran poeta y retórico según Moses ibn Ezra. Era abuelo de Abraham ibn Daud. 1
Biografía[editar]
Procedía de una antigua familia aristocrática. Instruido primero por un judío de Périgord, fue luego a la academia de Lucena donde se hizo muy amigo de Me'ir ibn Migash, padre de Joseph ibn Migash. Semuel ibn Nagrella, visir de la Granada zirí, quien sabedor de su nivel intelectual le facilitó medios para tener una biblioteca para sus estudios. A la muerte de Samuel en 1056, su hijo José de la misma edad que Isaac, prosiguieron la amistad y el mecenazgo. Con treinta años comenzó a escribir su gran obra, inconclusa, “"Quppat ha-Rokhelim"” ("La tienda del mercader"), donde comenta algunos de los pasajes más difíciles del Talmud; escribió otra obra sobre los principios del calendario judío, “"Maḥberet Sod ha-Ibbur "” ("El secreto de la intercalación")
Tras la Masacre de Granada de 1066, Isaac huyó a Córdoba, donde se hizo amigo de Muhámmad al-Mutámid, quien al ascender al trono de Sevilla en 1069 lo nombró astrónomo y astrólogo de la corte. Con treinta y un años, tres años después de llegar a Sevilla, fue nombrado nazí y en los veinte años que estuvo en el cargo, ayudó a las comunidades judías del reino. La llegada de los almorávides en 1089, supuso una purga de funcionarios judíos en la corte, e Isaac se mudó a Granada, donde estuvo hasta su muerte.
Yonah ben Isaac ibn Buqlaris al-Israili fue un médico y botánico judío de Al-Ándalus nacido en Zaragoza en el siglo XI y fallecido a comienzos del siglo XII.
Redactó en 1106 un tratado de farmacología sobre los medicamentos simples titulado Kitab al Mustaini o Libro de Al-Musta'in, así llamado por estar dedicado al soberano saraqustí Ahmed al-Musta'in II, que gobernó la taifa entre 1085 y 1110, años en los que Ben Buqlaris debió de servirle en su corte. Probablemente, tuvo que emigrar de al-Ándalus debido a la represión intelectual que ejerció el Imperio almorávide.
En Kitab al Mustaini aparecen los términos de las especies medicinales en varios idiomas: griego, árabe, persa, siríaco, bereber y otras lenguas románicas hispánicas, por lo que este libro guarda un alto interés filológico, pues da cuenta de que el impropiamente llamado «mozárabe» era, realmente, un conjunto muy numeroso y variado de lenguas dialectales con sustrato romance; Ibn Buqlaris distingue, en este sentido, un dialecto hispanoárabe romance zaragozano (ayamiyya saraqusta o aljamía romance popular zaragozana), del propiamente andalusí (ayamiyyat al-Andalus o romance de al-Ándalus). Es también una valiosa fuente para el estudio del primitivo romance aragonés, tanto por la cantidad de nombres populares de plantas, como por los términos médicos y creencias, que eran nombradas a menudo con expresiones metafóricas.
Escribió asimismo Risalat al-tabyin wa-l-tartil o Epístola de la explicación y la reglamentación, un tratado que clasificaba de modo jerárquico los alimentos donde desarrollaba un concepto de Galeno que hablaba de cuatro facultades existentes en la totalidad de los órganos del cuerpo humano: la fuerza aprehensiva, la fuerza retentiva, la fuerza digestiva y la fuerza expulsiva.
El monje Oliva o, en catalán, Oliba (¿? - † d. de 1065) fue un matemático, astrónomo, musicólogo y escritor.
Biografía[editar]
Discípulo del abad del monasterio de Santa María de Ripoll y obispo Oliva, le dirigió dos cartas fechadas en 1037 sobre el ciclo pascual de Dionisio el Exiguo (Epistula de ciclo Paschali Olibae monachi).1 Basándose en este autor y además en el De temporum ratione de Beda el Venerable escribió también otra carta (1065) que dirigió a su compañero el monje Dalmatius / Dalmacio y es tal vez la última obra suya que se conserva, en que calcula el día de la semana en que nació Cristo, sin apercibir el error cometido por Dionisio. Como matemático se le debe también un tratado sobre el uso del ábaco para multiplicar y dividir, y se le atribuye otro sobre pesos y medidas.
Compiló en el monasterio de Santa María de Ripoll el códice Musica cum rethorica, que contiene diecinueve tratados sobre teoría musical, algunos de ellos obras del propio monje Oliva. Incluye también un prólogo en verso dedicado al monje Pedro, futuro abad de Ripoll. Algunas de las obras incluidas son De institutione musica de Boecio (siglo V), el Liber enchiriadis de musica, del siglo IX o el De harmonica institutione de Hugbaldus de Saint Amand, de principios del siglo X, y el libro de Guido de Arezzo. Mención especial merece el Breviarium de musica que abre el manuscrito, redactado por el monje Oliba de Ripoll para facilitar la enseñanza de la música en el monasterio. Su compilación incluye también fragmentos sobre retórica tomados de autores como Cicerón, San Isidoro o el Pseudo Agustín.
Pero su trabajo más importante es el extenso tratado De astronomia (1055) en seis libros (o cuatro, según otros);2 se trata también de una compilación o códice misceláneo ilustrado con cincuenta importantes miniaturas que reúne diversos trabajos astronómicos y cosmográficos de diferentes autores (Higinio, Plinio, Macrobio, Isidoro de Sevilla, Beda el Venerable, etc.) ordenados en forma temática: De Sole, De Luna, De natura rerum y De astronomia. Se conserva, asimismo, su Epistolario y algunos poemas escritos por él.
Obras[editar]
- Epistula de ciclo Paschali, 1037.
- Libro del cirio pascual, 1047.
- De astronomia, 1055.
- "Breviarium de musica", en su compilación Musica cum rethorica.
- Epistula Oliue monachi ad domnum Oliuam episcopum, de feria diei Natiuitatis Christi, 1065.
Oliva (en catalán: Oliba) (971-San Miguel de Cuixá, 30 de octubre de 1046) fue un abad benedictino de la Orden de San Benito, Obispo y Conde de Berga y Ripoll.
No se le debe confundir con su homónimo el monje Oliba, unos años posterior y escritor sobre materias científicas en el mismo monasterio de Ripoll.
Biografía[editar]
Fue un monje benedictino catalán, considerado el padre espiritual de la Cataluña naciente. Fue el tercer hijo del conde Oliba Cabreta1 de Cerdaña y Besalú y de su mujer Ermengarda D' Ibar y, por tanto, bisnieto del conde Wifredo el Velloso. Sus hermanos mayores fueron Bernardo Tallaferro de Besalú, Wifredo II de Cerdaña y Adelaida Cadell. Además su hermano pequeño, Berenguer, llegaría a ser obispo de Elna.
Nació hacia el año 971 y murió en 1046 en la Abadía de San Miguel de Cuixá. Siendo Conde de Berga y Ripoll, renunció a sus derechos para hacerse monje en el monasterio benedictino de Ripoll, del que llegó a ser abad.1
Posteriormente fue ungido obispo de Vich y también abad del monasterio de Cuixá. Gran amigo de Sancho III de Navarra, favoreció los contactos culturales con Europa. Como escritor, se le deben un importante epistolario y varios poemas encomiásticos en latín: una alabanza de Ripoll, De comitibus, el saludo Ad Gaucilinum, abad de Fleury, etc. Impulsó desde el scriptorium del gran monasterio de Ripoll la cultura de su tiempo, de forma que aquel alcanzó fama de ser el centro primordial de traducción al latín de los importantísimos manuscritos árabes, así como del griego o latín. Gracias a esta actividad, y la de otros muchos monasterios, se abonó el terreno intelectual de la Edad Media para facilitar la generación del Renacimiento. Del mismo modo, Oliba promovió la creación de una gran escuela de poesía en latín de sesgo goliardesco y de autores en su mayoría anónimos, salvo Juan de Fleury.
Patrocinó la fundación o reforma de los monasterios de Montserrat (1025), San Miguel de Fluviá y San Martín del Canigó, y consagró numerosas iglesias. Creó las asambleas de Paz y Tregua, germen de las futuras Cortes catalanas, a las que asistían nobles y prelados del principado. También estableció en Ripoll una de las bibliotecas más grandes de su época, reuniendo a un grupo de ilustres letrados que transcribieron un número importante de códices.
Diversas instituciones catalanas, sobre todo educativas, han tomado el nombre de este gran intelectual en su homenaje, entre las que destaca la Universidad Abad Oliva CEU.
Benayad Said, llamado Said benayad (Almería, 1029 - Toledo, 6 de julio de 1070), fue un científico, historiador de la filosofía y de la ciencia y jurista hispano-musulmán.
Como historiador de la ciencia representa una fuente imprescindible para el estudio de la ciencia antigua y medieval, así como la ciencia en Al-Ándalus. Como científico se orientó preferentemente hacia el campo de la astronomía y las matemáticas. Como jurista ejerció el cargo de cadí de Toledo. Además de como "al-Andalusi" (el andalusí), es citado también como "cadí Said" (el juez Said), "al-Qurtubi" (el cordobés) o "al-Tulaytuli" (el toledano).
Formación[editar]
A comienzos del siglo XI al-Ándalus se encontraba en una época inestable a causa de la fitna ("guerra civil") desencadenada tras la muerte de Almanzor y que culminó con la fragmentación del Califato Omeya de Córdoba en pequeños reinos llamados taifas.
Como consecuencia de la fitna, su familia huyó de Córdoba a Almería, donde Said nació. La primera etapa de su vida se desconoce, aunque probablemente aprendió a leer en su ciudad natal; además, estudiaría el derecho (fiqh) y las tradiciones (hadit) islámicas. Se sabe también que viajó por toda la península, siguiendo algunos cursos en la madrasa de Córdoba. Recibió su formación en materia de lógica, literatura, derecho, teología, matemáticas y astronomía en distintas taifas, procurando estudiar de los más afamados maestros de su época, entre los que destacaron en lógica el toledano al-Waqqasi y en astronomía y matemáticas el bilbilitano al-Quwaydis.1 También recibió enseñanzas de Ibn Hazm e Ibn al-Fath.2
En 1046, con 17 años, se asentó en Toledo.
Toledo[editar]
Destacó por su mecenazgo en la ciudad de Toledo, reuniendo en su torno el grupo que se conoce como los doce sabios, coincidente con la política de engrandecimiento cultural del rey de taifa toledana, al-Mamún (que pretendía emular a su homónimo abasí del siglo IX).3 Apoyó a Abencenif4 en sus estudios sobre agricultura5 o farmacología6 y a Azarquiel7 en su proyecto de componer unas nuevas tablas astronómicas, contribuyendo de manera decisiva a la elaboración de las famosas tablas toledanas.
Como cadí de la ciudad de Toledo gozó de gran fama. Introdujo dos innovaciones en los procesos judiciales: la admisión de un solo testigo bajo juramento como prueba válida y la validez jurídica de un testimonio escrito siempre que fuera conformado por dos testigos.
Obras[editar]
La única obra de Said al-Andalusi que se conserva es Kitab Tabaqāt al-umam (Libro de las categorías de las naciones), donde estudia el desarrollo universal de la filosofía y la ciencia. Se escribió en Toledo en 1068, cuando el autor tenía 39 años. En ella demuestra su objetividad, imparcialidad y aproximación crítica al tema. Según él solo hay ocho "naciones" con contribuciones científicas: indios, persas, caldeos, griegos, bizantinos, egipcios, israelitas y árabes. De entre estos destaca a los andalusíes. Se centra en las matemáticas, la astronomía, la medicina y la geografía humana, entre otros campos de estudio. Fue utilizada como fuente para muchas otras historias de la ciencia en época medieval y moderna.8 Da una explicación determinista geográfica para las características físicas y psicológicas de los "paganos hombres del norte": "a causa de que los rayos del sol no caen directamente sobre sus cabezas, su clima es frío, y la atmósfera nubosa. Consecuentemente, su temperamento ha devenido frío y su humor rudo, mientras sus cuerpos han crecido grandes, su tez pálida y su cabello largo".9
Antes que el Tabaqat el cadí Said debió escribir al menos tres obras, hoy perdidas, pero que él mismo cita:
- Jawāmiʿ akhbār al‐umam min al‐ʿarab wa‐l‐ʿajam (Recopilaciones de la historia de los pueblos árabes y no árabes).
- Corrección de los movimientos de los astros, donde explicaría las diferencias entre los conocimientos hindúes y del islam oriental con los andalusíes, basándose en las observaciones llevadas a cabo bajo su propio patrocinio en el observatorio de Toledo donde trabajaba junto con el célebre Azarquiel.
- Maqālāt ahl al‐milal wa‐l‐nihal (Discursos sobre la gente de las religiones y las sectas).
Abū-l-Hasan `Alī ibn Ismā`īl al-Musrī al-Andalusi al-lugawī (Murcia, c. 1007 - Denia, 25 de marzo de 1066), conocido como Ibn Sida y «El Ciego de Murcia», fue un eminente filólogo lexicógrafo andalusí.
Ciego de nacimiento, y de padre ciego también, estudió con Umar al-Talamanqui y Said al-Bagdadi, fue admirado por su gran memoria y trabajó bajo la protección de los reyes taifas de Denia Al-Muwaffaq y su heredero Ali Iqbal al-Dawla.
Su obra capital es su diccionario enciclopédico árabe escrito en diecisiete volúmenes titulado Kitab al-Mujassas (Diccionario de términos especializados), que recopilaba en gran medida la lexicografía árabe anterior, aunque con una ingente adición de términos de todos los campos del saber. Así, los volúmenes II, XI y XIII recogen conceptos relacionados con la música y sus instrumentos en la cultura árabe.
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