sábado, 5 de febrero de 2022

HISTORIA DE ESPAÑA

 ÉPOCA MEDIEVAL

Luis de Aliaga Martínez, también citado como Fray Luis de Aliaga o Padre Aliaga, (Mosqueruela, 1560 - Zaragoza, 1626) fue un religioso dominico español, que llegó a confesor real e Inquisidor general (1619-1621).

Biografía[editar]

Era hijo de un hidalgo que, a pesar de su condición, tenía un comercio de paños. Tras quedar huérfano, entró en el convento de Santo Domingo de Zaragoza, protegido por el prior Jerónimo Xavierre (1582). Llegó a enseñar teología en la Universidad de Zaragoza, pero renunció a su puesto para ocupar el cargo de prior del nuevo convento dominico que se abrió en la ciudad con el nombre de Convento de San Ildefonso (1605).

En 1606 se trasladó a Madrid como asistente del Padre Xavierre, y fue nombrado confesor del Duque de Lermavalido del rey Felipe III (6 de diciembre de 1608). Al poco tiempo, Lerma consiguió que fuera nombrado confesor real, cargo que hasta entonces venía siendo cubierto por los franciscanos (el último, Diego Mardones, fue nombrado obispo de Córdoba y alejado de la Corte), en lo que se interpreta como un movimiento para aumentar su propio control sobre la figura del rey, dado que Aliaga no era ni un teólogo reputado ni un miembro prominente del clero.

Desde su puesto de confesor, los consejos de Aliaga contribuyeron en gran medida a la decisión de expulsar de España a los moriscos (1609). El rey le ofreció el arzobispado de Toledo, pero se negó, aceptando no obstante ser nombrado archimandrita de Sicilia y consejero de Estado.

A pesar de su inicial cercanía a Lerma, figuró entre los responsables de su caída (1618), tras la que el nuevo valido, el duque de Uceda, consiguió que le nombraran, en 1619, Inquisidor General.

Al subir al trono Felipe IV (1621) se vio forzado a abandonar la Corte y su cargo de Inquisidor General, siendo desterrado al monasterio de Santo Domingo de Huete y posteriormente a Aragón, donde murió, en 1626.

Sus enemigos políticos le describían como avaro, glotón, lujurioso, grosero con los poderosos y despiadado con los pobres, aficionado a las corridas de toros y a la astrología, y políticamente partidario del particularismo aragonés (Memorial que contra Fray Luis de Aliaga y sus mañas se dio a Felipe III).

Era muy activo redactando todo tipo de escritos de tipo burocrático y cartas. Entre sus obras se encuentran Varios Opúsculos sobre asuntos graves de la Monarquía española y de su General InquisiciónPareceres sobre la causa que se hizo al P. Mariana y Representación sobre los excesos de Felipe III.







Pedro Antón Serra (Zaragozac. 15851​ - Barcelona17 de febrero de 1632), fue obispo de Lérida (1621-1631). Fue inquisidor general y confesor de Felipe III. Fue elegido como parte de la Generalidad de Cataluña por el estamento eclesiástico el 22 de julio de 1629.23

Biografía[editar]

Natural de Zaragoza, de familia humilde, estudió en el Estudio General de Lérida.

A los 27 años ya era vicario general de Valencia, cargo que desempeñaba cuando en 1621 fue elegido obispo de Lérida, por bula del 19 de abril de 1621. Tomó posesión del cargo el 14 de junio en la catedral de Valencia y el 14 de noviembre hizo su entrada.43

En 1622, convocó un sínodo diocesano. Llevó desde Roda de Isábena las reliquias de San Ramón y San Valerio, pero, tras ser acusado de expoliar los sepulcros, fue obligado por el nuncio papalLorenzo Campeggi, a devolver las reliquias a Roda.2

Durante su trienio al frente de la Generalidad, la Monarquía Hispánica se encontraba envuelta en muchas guerras y tenía las finanzas dañadas, por lo que pidió a la Generalidad que se hiciera cargo de fortificar los castillos de Perpiñán y Salsas, y erigiera un fuerte en el Grau para proteger la frontera con Francia. Todo ello a cuenta de un excedente de 100000 libras de un servicio que las Cortes de Monzón habían acordado con Felipe II.

Sobre su fallecimiento aparece en Miquel Parets,1

Muere Serra, obispo de Lérida, enterrador de monstruos, ladrón de santos aragoneses, presidente de la Diputación (120 + 263)
Martes de Carnestolendas, á [17] de Febrero 1632, murió aquí en Barcelona el obispo de Lérida D. J. de Serra: aragonés, hombre mui afable y de linda presencia y de edad de 48. Hallávase diputado electo y acavaba aquel año el trienio, con que no sacaron nuevo diputado. Posava en el palacio del Rey, en donde, con sunptuoso capilardente estubo descubierto tres días, en los quales se celebraron solemnes exequias, asistiendo á ellas el consistorio de Diputación, y al tercer día, en túmulo muí elebado y procesión, lo pasaron por las calles que va la procesión del Corpus: heran ochenta achas y 40 canastos? y en el Aseo, con mucha celebridad de oficio le dieron sepultura.
Miquel Parets, De los muchos sucesos dignos de memoria que han ocurrido en Barcelona y otros lugares de Cataluña, crónica escrita [...] entre los años de 1626 á 1660 (1888)

«Presidente de la Generalidad»[editar]

En 2003, el historiador español Josep M. Solé i Sabaté publicó la obra colectiva Historia de la Generalitat de Catalunya i dels seus presidents, dentro de la Enciclopèdia Catalana.5​ En esta obra, Solé i Sabaté incluía una «lista de los presidentes de la Generalitat», confeccionada mediante el siguiente procedimiento:6​ Para el periodo desde 1359 hasta 1914 —anterior a la creación de la Generalidad de Cataluña—, Solé i Sabaté decidió considerar «presidente de la Generalidad» al que determinó por razones protocolarias como diputado eclesiástico más destacado de la Diputació del General de Catalunya, aunque ninguno de tales diputados ostentara jamás el cargo de «presidente». La Diputació del General de Catalunya era un órgano de las Cortes Catalanas, disuelto por el Decreto de Nueva Planta en 1716 y brevemente restituido durante dos años (1874-1875). Para el periodo 1914-1925, Solé i Sabaté consideró «presidente de la Generalidad» al presidente de la Mancomunidad de Cataluña. La lista de Solé i Sabaté a partir de 1931 incluye tanto a los presidentes de la Generalidad de Cataluña como a aquellos que se proclamaron «presidentes en el exilio», pero excluye a aquellos elegidos por el Gobierno español durante el presidio de Lluís Companys (1934-36).7

En este contexto, Solé i Sabaté considera que Pere Antoni Serra fue presidente de la Generalidad de Cataluña.







Pascual de Aragón-Córdoba-Cardona y Fernández de Córdoba (Mataró1626 - Madrid1677) fue cardenal y hombre de estado español, arzobispo de Toledo, virrey de Nápoles, inquisidor general de España y consejero de estado.

Biografía[editar]

Fue hijo de Enrique de Aragón (duque de Cardona y Segorbe, y virrey de Cataluña) y de su segunda esposa Catalina Fernández de Córdoba y Figueroa (hija de los marqueses de Priego). Estudió en el colegio de San Bartolomé de la universidad de Salamanca, donde se graduó en cánones.

En 1648 fue nombrado canónigo de la catedral de Toledo, y poco después arcediano de Talavera, capellán mayor de Toledo y catedrático en la universidad de Toledo; en 1652 promotor fiscal de la Inquisición y al año siguiente miembro del consejo de Aragón en la regencia de Cataluña.12

En 1655 fue ordenado sacerdote por el arzobispo Baltasar Moscoso y Sandoval y en abril de 1660 el papa Alejandro VII lo nombró cardenal presbítero de Santa Balbina,3​ con cuyo título fijó su residencia en Roma.4

En 1664 Felipe IV le encargó el virreinato del reino de Nápoles en sustitución de Gaspar de Bracamonte Guzmán; en sus funciones como virrey tuvo que hacer frente a la precaria situación de Nápoles, inmersa en la corrupción y el bandidaje.5​ A su regreso a España fue nombrado miembro del Consejo de Estado.6

Mariana de Austria, regente tras la muerte de Felipe IV, le nombró inquisidor general de España, aunque poco después le instó a renunciar sin haber llegado a ejercer efectivamente el puesto.7

En febrero de 1666 recibió el arzobispado de Toledo, cuya dignidad le confería el cargo de miembro del consejo de regencia constituido durante la minoría de edad de Carlos II. En abril del mismo año volvió a España dejando el gobierno de Nápoles a su hermano Pedro Antonio de Aragón.

A pesar de su condición cardenalicia, no participó en los cónclaves de 16671669 y 1676.2​ Nombrado presidente del Consejo de Aragón en 1677, murió en Madrid ese mismo año dejando todos sus bienes al colegio de Nuestra Señora de los Infantes; su cuerpo fue enterrado en el convento de las capuchinas de Toledo, del cual había sido protector y benefactor.

Pascual de Aragón-Córdoba-Cardona y Fernández de Córdoba
Pascual de Aragón (cropped).jpg

Escudo de la Archidiócesis de Toledo.svg
93. arzobispo de Toledo
Primado de España
Canciller mayor de Castilla
1 de febrero de 1666-28 de septiembre de 1677
PredecesorBaltasar Moscoso y Sandoval
SucesorLuis Manuel Fernández Portocarrero
Información religiosa
Ordenación sacerdotal1655 por Baltasar Moscoso y Sandoval
Ordenación episcopal5 de abril de 1660 por Gabriel Adarzo de Santander
Proclamación cardenalicia21 de noviembre de 1661 por Alejandro VII
Título cardenalicioCardenal presbítero de Santa Balbina
Información personal
NacimientoMataró1626
FallecimientoMadrid28 de septiembre de 1677
Alma máteruniversidad de Salamanca
Escudo de Pascual de Aragón.svg
Escudo de Pascual de Aragón-Córdoba-Cardona y Fernández de Córdoba









Diego de Arce y Reinoso (Zalamea de la Serena, 25 de abril de 1587 - Madrid, 20 de junio de 1665) fue obispo e inquisidor general del reino de España.

Carrera eclesiástica[editar]

Obispo de Tuy (1635-38), de Ávila (1638-40) y de Plasencia (1640-52),1​ fue nombrado inquisidor general el 14 de noviembre de 164323​ y Consejero de Estado en 1664.








Ramón José de Arce y Uribarri (Selaya, 25 de octubre de 1757 - París, 19 de febrero de 1844) fue un religioso español que ocupó, entre otros muchos y variados, los cargos de arzobispo de Burgosarzobispo de ZaragozaInquisidor general y Patriarca de las Indias Occidentales.

Atractivo personaje de la Historia de España, ha interesado a intelectuales tan dispares como Antonio Alcala GalianoMenéndez PelayoJulio Caro BarojaJavier Alfaya o los académicos Barrios Pintado y Gerard Dufour.


Ramón José de Arce
Ramon Jose De Acre.jpg
Información personal
Nacimiento25 de octubre de 1755 Ver y modificar los datos en Wikidata
Selaya (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento16 de enero de 1842 Ver y modificar los datos en Wikidata (86 años)
París (Francia) Ver y modificar los datos en Wikidata
NacionalidadEspañola
ReligiónIglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado enUniversidad de Salamanca Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
OcupaciónPresbítero católico de rito latino Ver y modificar los datos en Wikidata
Cargos ocupados
  • Vicario Castrense de España
  • Arzobispo metropolitano de Burgos (1797-1801)
  • Inquisidor general de España (1798-1808)
  • Arzobispo metropolitano de Zaragoza (1801-1816)
  • Patriarca de las Indias Occidentales (1806-1815)
  • Arzobispo emérito de Zaragoza (1816-1842) Ver y modificar los datos en Wikidata

Biografía[editar]

Ramón José de Arce,nota 1​ montañés, nacido en Selaya el 25 de octubre de 1755.1

Hábil intrigante en las cortes de Carlos IV y luego de José Bonaparte, inició su carrera eclesiástica como colegial del Mayor de Cuenca de la Universidad de Salamanca, pasando a canónigo lectoral en Segovia y Valencia.

Al parecer, gracias a su intimidad con la Marquesa de Mejorada,2​ amiga personal de Manuel Godoy,3​ su carrera cortesana le valió, en 1797, el nombramiento de Arzobispo de Burgos (1797 - 1801), y más tarde Arzobispo de Zaragoza, (1800 - 1816), diócesis de las que casi siempre estuvo ausente. La subsecuente amistad de Arce con el favorito de Carlos IV y de la reina, le supuso, además, los nombramientos de Inquisidor General, en 1798, consejero de Estado, en 1803, y el Patriarcado de las Indias, en 1806.

En el invierno de 1808, amén de los más altos cargos en el clero palatino, se le mencionan otros títulos como los de Procapellán y Limosnero Mayor de Su Majestad, Gran Canciller y Ministro Principal de la Orden de Carlos III.4

Su amistad con Godoy que forzosamente implicaba enemistad con el acechante Príncipe de Asturias, luego Fernando VII, supusieron que tras el motín de Aranjuez y la abdicación de Carlos IV, se le retirasen los empleos de inquisidor y patriarca. Tras unos meses de apagón cortesano, Arce volvió al escenario tras jurar fidelidad a José Bonaparte, que por Decreto de 18 de marzo de 1810 le devuelve lo perdido y le concede, además, la Gran Banda de la Orden Real de España.nota 2

Caída y exilio[editar]

El regreso de Fernando VII como soberano absolutista minó la carrera de Arce, exiliándose finalmente a Francia en 1814. Vivió en París, compartiendo vejez longeva con su viejo amigo y socio el Príncipe de la Paz, hasta su muerte en 1844.5

Galería de retratos y bocetos[editar]

Existen pocos retratos de Ramón José de Arce, el que conserva en el Salón del Trono del Palacio Arzobispal de Zaragoza y una copia en el Ayuntamiento de su villa natal. Más abundantes son las descripciones (retratos literarios o históricos), que han quedado por escrito:

  • Alcalá Galiano, un ilustrado que conoció personalmente al Inquisidor General en su propia guarida, lo describió en un par de ocasiones, en una de ellas le retrata así: El inquisidor general Arce era hombre instruido, de condición suave y, más que otra cosa, cortesano. Así es que la malicia popular, mirándole como "privado del Gran Privado", hasta le achacaba estar casado; claro desatino, pero indicio de que no veían en él las gentes un sucesor de Torquemada o de Valdés...6
  • El marqués de Villaurrutia, ilustre cronista y chismoso de la Historia de España, habló así de Arce: ...prelado hábil e intrigante... Favorecióle su alto grado en la Masonería española, de la que el nuevo Rey José (Bonaparte) era Gran Maestre.7
  • El historiador Julio Caro Baroja, en las páginas que dedica a Arce en 'El Señor Inquisidor, da diversa noticia y documentación concisa entorno al inquisidor cortesano y, en una pincelada final, escribe: El inquisidor Arce, hidalgo del valle de Carriedo, buen mozo en la corte de María Luisa, arzobispo afrancesado y masón, no ha dejado tras sí huella alguna. Los de su linaje, el de los Arce Quevedo, levantaron una casa palacio, que aún existe, en Selaya. Nadie diría que de aquella mansión, propia para extasiar a don José María Pereda, pudo salir semejante figura, más novelesca, en verdad, que las de Pereda mismo...

HISTORIA DE ESPAÑA

 ÉPOCA MEDIEVAL

Manuel Abad y Lasierra, también conocido como Manuel Abad y la Sierra (n. EstadillaHuesca el 24 de diciembre de 1729, m. Zaragoza el 12 de enero de 1806) fue un religioso español.

Biografía[editar]

Hijo de Francisco Abad Navarro, de Estadilla, y de María Teresa Lasierra, de Barbuñales. Hermano de Íñigo Abad y Lasierraobispo de Barbastro e historiador de Puerto Rico.

Estudió en la Universidad de Huesca y fue racionero de la Iglesia de su provincia. Después fue monje Benedictino en el Monasterio de San Juan de la Peña, en el que se dedicó al estudio de la historia y antigüedades; por esto el rey lo autorizó con su Real Cédula de 1 de junio de 1771 para el registro y examen de los Archivos y Bibliotecas de los Monasterios Benedictinos claustrales de su Congregación.

Fue individuo de la Real Academia de la Historia, Prior de Meyá, Dignidad Mitrada del Principado de Cataluña, nombrado Obispo de Ibiza en 1782 y de Astorga en 1787 y electo en abril de 1793 Inquisidor General de España.

Fue Arzobispo de Selimbria (Tracia), Abad de San Vicente, Dignidad de la Santa Iglesia Metropolitana de Toledo. Su hermano Íñigo también alcanzó la dignidad de Obispo de Barbastro.

En el año 1798 se retiró a su región, muriendo el 12 de enero de 1806 de un accidente tras el que no dio tiempo más que para administrarle el Sacramento de la penitencia. El 14 de enero su cadáver fue sepultado en el Templo Metropolitano de El Pilar.

Autor de numerosos documentos de archivo histórico impulsados por la ilustración, posiblemente es más recordado por su reforma de la Inquisición.

Obras[editar]

  • Noticia de la vida interior y elogio de las virtudes del Serenísimo Sr. Don Juan de Austria, Gran Prior de Castilla en la Orden de San Juan de Jerusalén, General de las armas españolas, hijo del Católico Rey D. Felipe IV, que dejó escrita el Ilustrísimo Sr. D. Miguel Lorenzo de Frías, meritísimo Obispo de Jaca. 1767
  • Memorial, o representación, que dio a S. M. para informarlo de los efectos de la Real Comisión que se dignó comunicarle para el registro e inspección de los mencionados Archivos y Librerías de los Monasterios Benedictinos de su Congregación; donde acuerda memorias de particular erudición en la historia y antigüedades, especialmente de Aragón y su Corona. Formó este escrito el año de 1772.
  • Índice de los Archivos de la Congregación Benedictina Claustral Tarraconense y Cesaraugustana, formado el año de 1772, y entregado a la Real Cámara de Castilla, para que pudiese cerciorarse del cumplimiento de su comisión, ejecutada de orden de S. M., y sincerarse de la utilidad de las memorias que en él le presenta del Real Monasterio de San Juan de la Peña, del Real Monasterio de San Victorián y del de San Pedro de Tabernas, a él unido, como del de Santa María de Obarra, del Real Monasterio de Alaon, comúnmente llamado de la O., del Archivo de la Real Casa e Iglesia de San Vicente de Roda, y del Archivo de la Colegial y villa de Alquézar. Hay una mención especial a la Iglesia de Santa María de Iguácel, en el valle de la Garcipollera, en Huesca. Es un papel bastante dilatado y de él se conserva una copia en la librería del Excmo. Sr. D. Manuel de Roda, que legó al Real Seminario de San Carlos de Zaragoza, donde se halla en la pieza de los MSS.
  • Un extracto de todos estos Archivos y Bibliotecas, habiéndolo formado particular de cada Monasterio e Iglesia; que es obra muy prolija por la multitud de Bulas, Privilegios Reales, Escrituras, Códices y otrrtyrtyrtyos papeles y libros que refiere, crítica que emplea en ellos y reflexiones. Diseños formados para el mejor conocimiento de letras, signos, monogramas, cifras, abreviaturas, escudos de armas, etc., en cada siglo, recuerdos de inscripciones y otras cosas de antigüedad, que ilustran sus asuntos.
  • Papel entregado al Excmo. Señor D. Pedro Rodríguez Campomanes, Conde de Campomanes, del Consejo de Estado, entonces Fiscal primero del Consejo y Cámara de Castilla, con motivo de haberle pedido su excelencia que le manifestase los designios que llevaba en estos sus trabajos literarios, y una idea del plan diplomático que meditaba.
  • Papel entregado y leído en la Real Academia de la Historia por D. Fr. Manuel de Abad, Monje Benedictino Claustral de la Congregación Tarraconense y Cesaraugustana, en el acto de darle la posesión de Académico de la misma.
  • Discurso previo sobre nuestras Iglesias, su principio y acrecentamiento, y estado relativo a sus investigaciones. 1779.
  • Descripción del Panteón Real antiguo y moderno del Real Monasterio de San Juan de la Peña, ilustrado con noticias no conocidas hasta ahora. MS.
  • La Historia más antigua de Aragón, o Coronica de Marfilo, ajustada y corregida con los documentos de nuestros Archivos. MS.
  • El Necrologio de Ripol inédito, con una ilustración difusa de cuantos sujetos se expresan en él. MS.
  • Noticia de la Sede episcopal de Hictosa, hoy Tolva, Mapa de su Diócesi, Catálogo de sus Obispos, Índice de su Biblioteca, e ilustración de varios sucesos sagrados y políticos, equivocados en nuestras historias. MS.
  • Disertación sobre la Coronica de San Pedro de Tabernas, en que se corrigen las equivocaciones con que la imprimió Pellicér; sobre su contenido, tiempo y medios por donde vino al Archivo del Real Monasterio de San Juan de la Peña. MS.
  • Disertación sobre la historia primera de San Voto, que aunque no tiene fecha, de su contesto y de sus MSS. más antiguos se colige, que se escribió en el primer siglo de la reparación de España. Se averigua su contenido y tiempo en que se escribió. MS.
  • Disertación sobre el Cartulario de San Martín de Cercito, muy conducente a la noticia de los Condes de Aragón, y conteste con otras escrituras que dan luz de los primeros Reyes de esta Corona. Averíguase la verdad de esta escritura. MS.
  • Memoria y Tratado sobre una donación del Conde D. Galindo al Monasterio de Siresa, sobre la celebridad y fama que ha logrado esta escritura entre los historiadores. MS.
  • Discurso sobre la fundación y dotación del antiguo Monasterio de Fonfrida, y memorias útiles que en él se averiguan. MS.
  • Tratado sobre la dotación y demarcación de los términos del antiguo Monasterio de Navasal. MS.
  • Disertación sobre la dotación y confirmación del Real Monasterio de Nuestra Señora de Alaon, o la O. MS.
  • Disertación sobre los privilegios de los Roncaleses, su origen y mérito. MS.
  • Diferentes observaciones históricas comprobadas con escrituras, documentos y papeles auténticos, con otras memorias así eclesiásticas como seculares, especialmente del reino de Aragón. MS.
  • Aparato y Promptuario de la Historia Universal Eclesiástica-Civil-Diplomática de España. MS., en folio de 44 páginas, de que existe una copia en la librería del Excmo. Sr. D. Manuel Roda en el Real Seminario de San Cárlos de Zaragoza, donde se halla en su pieza de MSS., como el siguiente tratado.
  • Sobre la inmunidad eclesiástica de las Iglesias. MS. en folio.
  • Noticia de los lugares donde acostumbraban sepultarse las personas nobles, y demás de todas clases en la Corona de Aragón, desde los primeros siglos de la restauración de la Monarquía, que presentó á la Real Academia de la Historia el año 1782.
  • Advertencias y notas á las inscripciones del Real panteón del Monasterio de San Juan de la Peña, que se ha reedificado con magnificencia y esmero por la liberalidad piadosa del Sr. Rey D. Carlos III, en folio.
  • Paleografía antigua, que comprende hasta el siglo X. Ayudándole á formar las demonstraciones al vivo de la escritura de D. Francisco Javier de Santiago Palomares, Académico correspondiente de la Real Academia de la historia.
  • Bibliografía o noticia de los códices MSS. que se hallan en nuestras Bibliotecas, con una noticia sucinta de su contenido, y espécimen de los caracteres con que están escritos.
  • Informes y respuestas de varios asuntos que se le perdieron.
  • Muchas cartas estimadas por sus noticias, asuntos y sucesos de que tratan.
  • Diversos avisos, o Monitos Pastorales.
  • Santa María de Alquezar, capilla real, fundada por los Señores Reyes de Aragón en el territorio de Sobrarbe, partido de Barbastro. MS. en fol. de 17 fojas útiles.
  • Breve noticia del estado natural, civil, militar y político que hoy tienen las Islas de Ibiza y Formentera, con sus adyacentes, escrita por D. Manuel Abad y Lasierra, primer Obispo que fue de Ibiza. MS. original, en fol., en la Academia de la Historia, E.136, firmado por el autor, en Ibiza, á 6 de septiembre de 1786. A continuación siguen unas adiciones á esta relación, escritas por D. Cárlos González de Posada, Canónigo magistral de la Santa Iglesia de Tarragona, y primer Canónigo magistral que fue de la de Ibiza. Están firmadas en Madrid á 2 de septiembre de 1791.
  • Apuntamientos cronológico-históricos para el tratado del Priorato, de Santa María de Meyá, por D. Manuel Abad y Lasierra, Prior de la misma casa. MS., en la Academia de la Historia, tomo XVII de la colección del autor.
  • Noticia cronológica histórico-legal del Priorato de Santa María de Meyá, desde su fundación. Catálogo de sus Priores, disciplina y jurisdicción que ha gozado en todos tiempos, por D. Manuel Abad y Lasierra. MS. original, Ibídem. No está concluida está obra.








Juan Bautista Acevedo y Muñoz1​ (Hoznayo15552​ - Valladolid, 8 de julio de 1608) fue un religioso y hombre de estado español, obispo de Valladolid, inquisidor general, patriarca de Indias y presidente del Consejo de Castilla.

Primeros años[editar]

No heredó de sus padres más que nacer en su casa.3

Hijo de Juan González de Acevedo y de Sancha González Muñoz, nació en el seno de una familia «distinguida, aunque no rica»4​ de la merindad de Trasmiera; fue el mayor de once hermanos, de los que sólo otros tres llegaron a la edad adulta: Juan, que sería alguacil mayor de la Inquisición y gobernador de Asturias; Francisco, merino mayor de Trasmiera; y Fernando, obispo de Osma, arzobispo de Burgos y también presidente de Castilla.

Estudió gramática en un colegio de jesuítas de León, y de allí pasó a la universidad de Salamanca, donde se graduó de bachiller en cánones y leyes; su fama de estudiante brillante llegó a oídos del arzobispo de Zaragoza Andrés Santos, quien le empleó como ayo y maestro de sus sobrinos, primero en León y después en Zaragoza; en esta ciudad fue también examinador y visitador de la archidiócesis. Posteriormente se graduó de licenciado y doctor en la universidad de Lérida.5

Ascenso en la Corte[editar]

A la muerte del arzobispo en 1586 se trasladó a Madrid, donde optó por una plaza de inquisidor que el arzobispo de Toledo e inquisidor general Gaspar de Quiroga y Vela le tenía prometida, pero no llegó a ser nombrado, pues el marqués de Denia Francisco Gómez de Sandoval le contrató para ser mentor de su hijo Cristóbal. A la sombra del marqués, ya por entonces personaje influyente en la corte y posteriormente valido de Felipe III, y con los favores del secretario de estado Mateo Vázquez y del tutor de Felipe III García Loaysa, Acevedo fue progresando en la escala social, favoreciendo a su vez a su hermano Fernando, que había quedado solo tras la muerte del padre de ambos.

Felipe II le designó capellán de la capilla real y obispo de Gallipoli (Nápoles), diócesis que rechazó. En 1592 le nombró además administrador del recién fundado Recogimiento de Santa Isabel de Madrid. En 1598 consiguió del obispo Juan Alonso Moscoso una canonjía en León, y poco después otra en Toledo que había dejado vacante Tomás de Borja al salir para ocupar la diócesis de Málaga.

En 1600 el nuevo rey Felipe III le ofreció el obispado de Tortosa, que rechazó. Al año siguiente, terminada ya la educación de su pupilo, partió a Toledo, pero trasladada la corte a Valladolid, y deseoso Sandoval de tenerle junto a él, consiguió que el rey le propusiera como obispo de Valladolid, transfiriendo la canonjía de Toledo a su hermano Fernando. Recibió la consagración al año siguiente de manos del cardenal Guevara en la iglesia del convento de Nuestra Señora de Prado.

Tras la muerte del inquisidor general Juan de Zúñiga en 1602, Acevedo fue nombrado como su sucesor. En 1606 renunció al obispado para acompañar a la corte, que regresó a Madrid.6​ En abril de 1608 fue nombrado presidente del Consejo de Castilla.

Muerte[editar]

Sacó en premio de todo lo que sirvió, la honra que Su Majestad le dio, y la satisfacción que tuvo de su verdad y persona. No hizo testamento, porque no tuvo de qué.3

Murió en julio de 1608 en Valladolid como consecuencia de la complicación de un cólico nefrítico, dejando por todo patrimonio un cilicio y «30.000 ducados en deudas».5

«Fue persona muy circunspecta, modesta, casta en tanto grado que murió virgen, era de mucho valor, severo, blando y amoroso».5

Tras un entierro multitudinario y pomposo, dada la dignidad de sus cargos, su cuerpo fue depositado en la iglesia de San Martín, hasta que en 1618 su hermano Fernando ordenó su traslado a la capilla del Palacio de los Acebedo de Hoznayo, erigido por éste en su tierra natal como panteón familiar. Junto a la sepultura se instalaron originalmente las "estatuas orantes de los Acebedo", una serie de esculturas en alabastro obra de Gabriel de Pinedo que representan a cada uno de los cuatro hermanos Acevedo, trasladadas al Palacio de los Hornillos de Las Fraguas a principios del s. XX y declaradas bien de interés cultural en 2003.







Adriano VI (Utrecht2 de marzo de 1459 – Roma14 de septiembre de 1523), regente de Castilla y papa n.º 218 de la Iglesia católica de 1522 a 1523.

De nombre Adriaan Floriszoon Boeyens, también conocido como Adriano de Utrecht, era de origen neerlandés, lo que le valdrá ser apodado durante su pontificado como «el Pontífice bárbaro». Fue el último papa no italiano hasta la elección de Juan Pablo II en 1978, 455 años después de su muerte, además de ser uno de los dos únicos pontífices modernos, junto con Marcelo II, en mantener su nombre de pila tras su elección.

Lejos de la avidez, las maniobras y la larga espera de anteriores aspirantes al trono de San Pedro en su afán por conseguirlo, Adriano se mostró indiferente al cargo, no hizo nada por alcanzarlo y, sumergido como estaba en las intrincadas tareas de la regencia de España, ni siquiera asistió al cónclave en el que se produjo su designación. De todos modos, su aparente desidia por erigirse en la máxima autoridad de la Iglesia estaba plenamente compensada con el interés de su egregio discípulo que presionó cuanto fue necesario en tal sentido: la larga mano del emperador Carlos V se hizo notar en el encumbramiento al solio pontificio de su antiguo preceptor.


Adriano VI
Portrait of Pope Adrian VI (by Jan van Scorel).jpg
Retrato por Jan van Scorel, 25 de mayo de 1523
(Centraal MuseumUtrechtPaíses Bajos)

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Papa de la Iglesia católica
9 de enero de 1522-14 de septiembre de 1523
PredecesorLeón X
SucesorClemente VII

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Obispo de Tortosa
1516-1522
PredecesorLuis Mercader Escolano
SucesorGuillermo de Enckenvoirt

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Inquisidor general de Castilla
1518-1522
PredecesorGonzalo Jiménez de Cisneros
SucesorAlonso Manrique

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Inquisidor general de Aragón
1516
PredecesorLuis Mercader Escolano
SucesorAlonso Manrique
(unificación con el cargo de Castilla)

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Cardenal presbítero de San Juan y San Pablo
1517-1522
PredecesorFrancisco de Remolins
SucesorGuillermo de Enckenvoirt
Información personal
NombreAdrian Florisz Boeyens
Nacimiento2 de marzo de 1459
UtrechtSacro Imperio Romano
Fallecimiento14 de septiembre de 1523 (64 años)
RomaEstados Pontificios
Alma máterStudium Generale Lovaniense
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Patere et sustine

Primeros años[editar]

Nació en 1459 en Utrecht. Hijo de un ebanista, fue educado en la devotio moderna en el amor a la virtud y a la ciencia en la humanista escuela de Deventer. En 1479 ingresó en la Universidad de Lovaina. Durante toda su vida fue conocido por su sobriedad y su piedad. Fue profesor de Teología en la Universidad de Lovaina, donde alcanzó el rectorado.

Fue elegido por Maximiliano de Austria, para que fuera maestro de su nieto el príncipe Carlos de Gante. Ejerció durante diez años (1505-1515) su cometido, que desarrolló con eficacia, llevando a cabo importantes misiones en defensa de los intereses de su pupilo, al que educó desde la temprana edad de seis años.

En España[editar]

Una década después, en 1516, el heredero de la corona de Castilla y Aragón enviaba a Adriano como legado ante el cardenal Cisneros, a la sazón regente de estos reinos tras el fallecimiento en enero de ese mismo año de Fernando el Católico.

Son verdaderamente dramáticos los acontecimientos de los últimos días de Fernando, enero de 1516, en Madrigalejo, adonde acudió Adriano para vigilar en lo posible el testamento del monarca.1
Escudo de Adriano de Utrech como cardenal.

Fernando, enfermo mientras presidía las Cortes de Burgos, julio de 1515, testó, dejando como heredero al infante don Fernando; documento enviado urgentemente al maestro recibe plenos poderes, incluso para tomar posesión de la Corona.

Convertido en rey de España, Carlos I agradecería los servicios prestados por su fiel mentor impulsando su ascenso en la carrera eclesiástica, primero como obispo de Tortosa en 1516, más tarde como inquisidor general de la Corona de Aragón y luego de la de Castilla, y por fin como miembro del colegio cardenalicio.

Carlos V le distinguió confiándole la regencia de España cuando tuvo que ausentarse del país en 1520 por razón de su designación como cabeza del Sacro Imperio Romano Germánico. No fue una encomienda fácil la que se le hizo al regente, puesto que los castellanos se quejaban de la soberbia y codicia de los borgoñones. Ausente el rey, se originó la sublevación de las Comunidades castellanas, que terminaron con la batalla de Villalar, y la revuelta de las Germanías levantinas. Así, el 31 de octubre de 1520, contando con apoyo suficiente inicia las hostilidades.

Pontificado[editar]

Tumba de Adriano VI.

El 9 de enero de 1522 fue elegido Papa sucediendo a León X. El nuevo papa se encontraba en Vitoria ejerciendo como regente de España, preparando a Navarra para la defensa frente a la invasión francesa. La noticia llegó a la Casa del Cordón, donde se hospedaba, el 22 de ese mes.

En una solemne declaración el 8 de marzo de 1522 Adriano VI aceptó la elección. En ella proclama su confianza en Cristo, «que le dará fuerza, aun siendo indigno, para defender a la cristiandad contra los ataques del mal, y para reducir, al ejemplo del Buen Pastor, a la unidad de la Iglesia a los que yerran y están engañados».2​ Enseguida emprende el viaje, acompañado de su inseparable secretario y biógrafo, el doctor Blas Ortiz, siguiendo el curso del Ebro hasta Tarragona, ciudad en la que embarcó para Roma para tomar posesión de la silla apostólica. La ceremonia de coronación papal fue el 31 de agosto de 1522.

A la llegada del Papa, reinaba la peste en la Ciudad Eterna. Al día siguiente de su coronación Adriano VI pidió ayuda a los cardenales para su doble proyecto: la unión de los príncipes cristianos para combatir al turco y la reforma de la curia romana. Sin embargo, tuvo dificultades entre los cardenales, no habituados a su estilo de vida sobrio y austero. Su costumbre de celebrar misa a diario, algo insólito entonces, producía rechazo. En el consistorio de 26 de marzo de 1523 el Cardenal de Santa Croce quiso pedir la confirmación de los indultos y privilegios concedidos por León X. Cuando el cardenal le recordó la inaudita amabilidad con que los cardenales lo habrían elegido sumo pontífice, Adriano contestó que lo habían llamado al martirio y a la cárcel. Allí tenía una Iglesia agotada y pobre, por lo que les debía muy poco; ellos habían sido más bien sus verdugos.

Curtido en los avatares políticos antes de acceder a la Santa Sede, su breve paso por ella (poco más de un año) no le ofreció oportunidad de utilizar la experiencia adquirida en las tareas de estado. Pudiera pensarse que, en todo caso y por el favor que le había hecho Carlos V, iba a ser un pontífice dócil y sumiso al emperador, pero no fue así, o no al menos de forma incondicional.

Adriano VI hizo esfuerzos por obrar con imparcialidad en la pugna continuada entre Carlos y Francisco I de Francia y no siempre estuvo del lado del emperador. Al final, no obstante, entró en alianza militar antifrancesa3​ junto con Inglaterra, el archiduque Fernando de Austria, y los Estados italianos de Venecia, Florencia, Génova, Lucca y Siena y el duque de Milán Sforza.4​ mientras que en 1522 el sultán Solimán el Magnífico tomó la isla de Rodas.

Su temprana muerte (septiembre de 1523) le impidió realizar cualquier acción en el seno de tal alianza, como tampoco le permitió poner algún remedio al avance del luteranismo.

Durante su pontificado, Adriano VI canonizó a San Antonino de Florencia.

Falleció el 14 de septiembre de 1523, y fue sepultado en un suntuoso mausoleo diseñado por Badassare Peruzzi en la iglesia romana de Santa Maria dell'Anima.

Posteridad[editar]

En las Profecías de san Malaquías puede corresponderle -de acuerdo a una interpretación moderna- el lema «Flos pilæ ægræ» (La flor de las columnas enfermas), como el papa que reinó breve y austeramente entre los dos papas de la familia Médici.

Debido a la reputación de Adriano VI como reformador, durante el cónclave de 2013 se sugirió en broma que el nuevo Papa tomase el nombre Adriano VII debido a la necesidad contemporánea de la reforma, a pesar de que finalmente eligió el nombre de Francisco. Además, es el último cardenal elegido papa que no estuvo presente en el cónclave que lo eligió.