viernes, 19 de marzo de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 HISTORIA MEDIEVAL - SIGLO IX

Abd al-Rahman ibn Muhámmad ibn Marwán ibn Yunus al-Yiliqi al-Maridi,1​ conocido como Ibn Marwán al-Yiliqi, Ibn Marwán, «el hijo del gallego» o «el gallego» que es como se denominaba a los cristianos del norte de la Península en esa época, pues ese era su origen y el de sus antepasados, fue un señor hispanomusulmán que dominó el Guadiana Bajo y Medio y el sur del actual Portugal en la segunda mitad del siglo IX.

Ibn Marwán, fundador de Badajoz. Obra del escultor Estanislao García.

Antepasados[editar]

Pertenecía a una familia de muladíes (conversos) originarios del norte del moderno Portugal que se habían instalado en Mérida. Era nieto de Yunus el Yilliqi. Su padre, Marwán ben Yunus, o Marwán al-Yiliqi, fue nombrado walí o gobernador de Mérida por el emir omeya de Córdoba Muhámmad I.

Personalidad[editar]

Ya en su juventud se le conocía como inteligente, valeroso y astuto, con un gran sentido de la milicia y la política y con un fuerte carisma como caudillo a pesar de su carácter veleidoso. En su trayectoria personal y política tuvo cambios de actitud constantes tanto en el aspecto religioso como en el político, pues tan pronto aparece cristiano como musulmán, aliado de los cristianos frente a sus compatriotas musulmanes como a la inversa. Sin embargo, en el fondo su posición personal dominante fue la de preferir considerarse cristiano a musulmán. Por esta razón le era fácil buscar y encontrar la colaboración de los mudéjares, es decir, de los que no eran ni lo uno ni lo otro; renegados como él mismo. Maestro en aprovechar las circunstancias en beneficio propio según sus conveniencias.2

Debido a su naturaleza emeritense, también se le llamaba al-Maridi.3

Las referencias de los cronistas árabes acerca de este personaje son bastante ilustrativas. De Ibn Ayyan se tiene la siguiente referencia: "Se alejó de las filas musulmanas para entrar en las de los cristianos, cuya amistad prefirió a la de los que dirigen su oración hacia la qibla". En el aspecto militar, este mismo cronista dice que, "tenía fama de caudillo temible. Sus victorias eran muy celebradas; sus actos crueles le valieron gran reputación y respeto entre los emires sus rivales, que terminaron por colocarlo por encima de ellos". Otro cronista, Ibn Adari, señala que "se separó de la comunidad de los creyentes y protegió y frecuentó a los cristianos con preferencia a los musulmanes". Ibn Qutiya comenta, a modo de insistencia sobre lo dicho anteriormente, que "llegó a ser el jefe de los renegados en occidente". Y este mismo cronista le describe como "agudo, artero y astuto en la guerra, hasta tal extremo que no había quien lo aventajara".;;;.4567

Actividad antes de su llegada a Badajoz[editar]

El joven Ibn Marwán aparece, en el año 852, confinado en Córdoba, donde dio pruebas de sus habilidades maniobreras y facilidad de seducción, pues aunque era un cautivo, se valió de su talante simpático y abierto para ganarse la confianza de Mohámed, logrando alcanzar el cargo de capitán de las guardias reales por su valor e inteligencia.8

Sin embargo, sus relaciones con Hassín, háyib o primer ministro del emir, no eran tan buenas, ya que este desconfiaba del joven considerándolo un advenedizo, lo que propiciaba una fuerte tensión en las relaciones entre ambos. Hay un episodio que marcará para siempre el destino de Ibn Marwán: estando los dos en una junta de los wisires, aprovechó Hassín su autoridad superior e injurió a Ibn Marwán delante de todos diciéndole: "vales menos que un perro". Y a continuación le abofeteó.9

Esta afrenta movió a Ibn Marwán a escapar de Córdoba con un grupo de sus seguidores que había logrado reunir, dirigiéndose a Mérida para animarla a que se levantase contra los árabes como venganza por la vejación a la que había sido sometido.

Derrota y llegada a Badajoz[editar]

Muhámmad envió un contingente que obligó a la ciudad a rendirse y Abd al-Rahman (Ibn Marwán) tuvo que ir a Córdoba, donde se le fijó la residencia. Permaneció en la capital del emirato hasta el año 875, cuando volvió a Mérida, donde, con el apoyo de los clientes de la familia, se sublevó y desconoció la autoridad del emir. Se hizo fuerte en el castillo de Alange pero Muhámmad I envió tropas y le obligó a rendirse tras tres meses de asedio. Entonces le fue asignada residencia en Badajoz (Batalyaws) tras prometer no volver a levantarse contra el emir, su antiguo amigo. El hecho de elegir Badajoz puede decirse que fue un acuerdo, puesto que el propio Ibn Marwán deseaba ir hacia esta zona por dos razones: en primer lugar, por las favorables condiciones defensivas de la zona y, en segundo, por la feracidad de las vegas bajas del Guadiana. El cronista árabe Al-Razi describe la ciudad como poseedora de muchos términos, con las mejores tierras de labranza y ganadería de España, numerosos viñedos y abundancia de caza y pesca en sus montes y río Guadiana, respectivamente.10

Los cronistas árabes refieren el episodio de las siguientes maneras: Ibn Adari dice: "Y le permitió el emir que se fuera a Batalyós y se estableciera allí, que entonces era una aldea". Ibn Ayyan lo relata diciendo: "Que se bajara a Batalyós, que entonces estaba deshabitado, y lo construyera para él y su gente"; y, finalmente, Al-Razi lo dice de la siguiente manera: "Que salga de Alange con su gente y se fuera al castillo de Batalyos, que esos días estaba abandonado".111213

Fundación de Badajoz[editar]

Fundó la ciudad de Badajoz en 875 en el cerro de la Muela, a orillas del Guadiana. A pesar de ser considerado oficialmente el fundador de Badajoz, se han hallado bastantes restos arqueológicos (el más importante es quizá un pozo descubierto cerca de la catedral, bajo el suelo del museo catedralicio, junto con numerosos utensilios de barro) y la sospecha de que la Catedral fue construida sobre un templo visigodo hacen pensar que ya había un importante asentamiento visigodo en el cerro de la Muela.

Es poco conocido el hecho de que Marvão, un pueblo situado en el Distrito de Portalegre, en Portugal, recibe el nombre en su honor. Durante un tiempo Ibn Marwán residió en la fortaleza que corona su cumbre, el castillo de Marvão, un lugar inaccesible al norte de sus territorios, al abrigo de una formidable fortaleza.

También fue el que ordenó la construcción del castillo situado en la localidad de Alange, Badajoz.

Construcción y fortificación de la nueva ciudad[editar]

La consolidación definitiva del enclave como población capaz de constituirse en la cabeza de Extremadura, del que habla Matías Ramón Martínez y que se refleja en una frase suya: "En una palabra: en Badajoz se refugió cuanto pudo salvarse en aquél naufragio de las grandezas sociales de Mérida".14

A raíz de la derrota del emir en la batalla de la Sierra de Monsalud y a la vista de la imposibilidad de dominar al rebelde, le ofreció un armisticio para poner un final definitivo a sus continuas batallas. Al emisario que el emir le envió, Ibn Marwán contestó: "Mi deseo es –según el cronista Ibn Qutiya– que se me conceda el Baxarnal para construir allí, formar una ciudad y poblarla y establecer en ella el culto, sin que se me impongan tributos, ni órdenes, ni limitaciones, quedando el río entre ambos".15

El lugar que Ibn Marwán había solicitado como asentamiento era concretamente el Cerro de San Cristóbal, situado enfrente de la población de Batalyós, que era el sitio donde se había establecido previamente. La razón de elegir este cerro en vez del Cerro de la Muela es que allí tenía el río Guadiana por delante como magnífica defensa natural frente a posibles invasiones futuras, máxime si se tiene en cuanta la gran anchura del río en esa zona. El emir era sabedor de estos datos y por eso le concedió instalarse en la margen izquierda, que es donde ya se alzaba la aldea de Batalyós.16​Para la construcción y ampliación de la nueva ciudad, así como para la consolidación de las fortificaciones, Ibn Marwán contó no solo de la autorización del emir, sino que además le proporcionó parte del dinero y albañiles necesarios para realizar estas obras.17

Los datos anteriores quedan reseñados por el cronista árabe Ibn Adari, que escribió: Había edificado Ibn Marwán en Batalyós una fortaleza y había fijado en ella su residencia, dando entrada a gentes de Mérida y otras allegadizas de mal vivir.18​ Otro cronista árabe, Ibn Ayyan, confirma tanto la consolidación de la ciudad como la fecha exacta de este suceso, según las siguientes palabras: Abderramán, hijo de Marwán, conocido por el Gallego, fue quien hizo nacer esta ciudad, y fue el primero que construyó en ella en la hégira 261, heredándola su hijo Ibn Zaid.19​ El año 261 de la Hégira (esto es, de la huida de Mahoma a La Meca, acaecida en el año 622 después de Cristo) se corresponde con el año 874 de la era cristiana. Así pues, Badajoz, que era la ciudad que constituía su sede, pasó de aldea a ciudad importante.

Gobernó como virtual emir independiente (pero sin tener reconocido el título) hasta su muerte en 889, cuando le sucedió su hijo Marwán ben Abd al-Rahman.

Belicosidad después de haberse establecido en Badajoz[editar]

Batalla de la Sierra de la Estrella[editar]

No estuvo mucho tiempo tranquilo, y en 876 o 877 se sublevó otra vez, y esta vez tuvo el apoyo del señor de Oporto (Burtukal) Sadun al-Surunbaki pero que operaba principalmente en el Algarve, y del rey astur Alfonso III. El ejército enviado por el emir al mando del general Hashim ben Abd al-Aziz sufrió una emboscada en la sierra de la Estrella y el general fue hecho prisionero y entregado al rey Alfonso (que le liberó contra el pago de un fuerte rescate). Hacía falta esperar una fuerte reacción del emir y Abd al-Rahman huyó hacia tierras del rey cristiano, donde permaneció ocho años, volviendo a Badajoz en 884. Entonces firmó un acuerdo con el emir, por el cual gobernaría de hecho un extenso principado abarcando el valle del Guadiana y el sur de Portugal. Este acuerdo se mantuvo con los emires Al-Múndir (886-888) y Abdalah ben Muhámmad (888–912).

Batalla de Mérida[editar]

De forma paralela y en este ambiente de belicosidad continua, Mérida vuelve a sublevarse contra Córdoba, siendo el cabecilla de esta nueva rebelión el árabe Ibn Táriq, que aprovechó las debilidades defensivas de Mérida para hacerse con ella. Córdoba envía tropas y en una maniobra de difícil explicación, Ibn Marwán, otra vez en buenas relaciones con el emir, une sus fuerzas a las cordobesas para recuperar Mérida, la ciudad que era su patria. Algunos historiadores explican tan extraña actitud por las matanzas y arrasamientos sufridos por los emeritenses en Mérida, ya no quedaba ninguno de sus amigos y compatriotas.

Tras este suceso, los partidarios que se unen a Ibn Marwán son muy numerosos, sumándose no solo los últimos cristianos que escaparon de las matanzas de Mérida, sino otros muchos de diversas procedencias, todos ellos fugitivos de los árabes principalmente muladíes, renegados y antiguos moradores de lugares desolados por la guerra. Incluso el propio obispo de Mérida le siguió acompañado por todos sus clérigos. De esta forma, lo que en un principio fue un grupo de aventureros, se convirtió en un auténtico y potente ejército.20

Batalla de la Sierra de Monsalud[editar]

Aprovechando la creciente fuerza y prestigio de su ejército y la debilidad de Córdoba, Ibn Marwán siguió con sus correrías por la Lusitania y el Algarbe, dependientes del emirato de Córdoba a través de la guarnición de Mérida, llegando a ser tan provocativa su actitud que el emir envió un ejército al mando de Hassín, el háyib que abofeteara al rebelde Ibn Marwán.

Habiéndose enterado con anticipación de ello, en vez de quedarse en Badajoz, aún poco apropiado para una buena defensa por falta de fortificaciones, donde Hassin pensaba sorprenderle, Ibn Marwán marchó con sus tropas a la sierra de Monsalud, donde tendría ventaja sobre su adversario. A su vez, pidió auxilio a su aliado Alfonso III de Asturias que acudió a ayudarle. Mediante una hábil maniobra estratégica de su lugarteniente Saljun que engañó al enemigo, las tropas del emir quedaron destrozadas y hecho prisionero el propio Hassin.21​ Esta batalla tuvo lugar en la Hégira 262, esto es, el año 875 después de Cristo.22

Cubierto de heridas y totalmente derrotado, el primer ministro musulmán fue conducido a la presencia de Ibn Marwán a quien tan gravemente ofendiera anteriormente. Por todo ello, se esperaba un terrible castigo y, posteriormente, la muerte. Sin embargo, Ibn Marwán hizo gala de la generosidad propia de tales personajes enviando al vencido como prisionero a su aliado Alfonso III de Asturias como agradecimiento por la ayuda que este le había prestado. El rey leonés pidió como rescate la exorbitante cifra de “cien mil ducados”. Córdoba pagó la mitad, dejando que el prisionero se hiciera cargo del resto. Dado que el prisionero no disponía de esa cantidad, solicitó autorización para viajar a Córdoba y reunirla, dejando como rehenes a sus dos hermanos, un hijo y un sobrino. Hassin consiguió la cantidad prometida y regresó para saldar la deuda.23

La batalla de la Sierra de Monsalud coincide prácticamente en el tiempo, año arriba o abajo según los historiadores árabes o cristianos, con la fundación de Batalyós.

Segundo ataque de Hassín[editar]

Reintegrado Hassín a Córdoba tras su liberación, planeó un segundo ataque a su tan odiado enemigo. Insistió al emir hasta convencerle de que rompiera su promesa de no molestar más a Ibn Marwán, y bajo los argumentos de las muchas afrentas recibidas y la mayor facilidad de vencerle en Batalyós, donde ya estaba asentado, en vez de en las serranías, marchó con su ejército contra él.

Entre las habilidades que Ibn Marwán tenía, una de ellas era la de disponer de informadores sobre los movimientos de los enemigos, por lo que conocía anticipadamente este movimiento y envió al emir un mensaje en el que le comunicaba que si persistía la marcha del ejército contra él, destruiría Batalyós y se lanzaría a nuevos ataques en serranías y campos abiertos. El aviso surtió efecto y el ataque fue suspendido. Muy probablemente fuera esta decisión la que salvara a Badajoz de desaparecer.24

Fallecimiento de Ibn Marwán[editar]

La tercera etapa de su vida, ya maduro y cansado de batallar, se caracteriza por permanecer establemente en Badajoz, a cuyo gobierno dedica como rey el último cuarto de siglo de su vida.25​ La fecha de su muerte no está fijada con certeza, si bien debió acaecer antes que la del sultán Abdalá, que tuvo lugar en el año 912.26​ La investigación moderna la sitúa bastante antes, en torno al año 890.27​ En cualquier caso, lo que parece cierto es que murió a edad bastante avanzada.

Su hijo Ibn Zaid Marwán le sucedió en el reino de Badajoz y posteriormente su nieto Abdalá ben Mohámed.

HISTORIA DE ESPAÑA

 HISTORIA MEDIEVAL - SIGLO IX

Abu l-Hasan Ali ibn Nafi` (en árabe, أبو الحسن علي ابن نافع; MosulCalifato abasí, c. 789-CórdobaEmirato de Córdoba, c. 857),1​ más conocido como Ziryab (del persa زرياب, «mirlo»)2​ fue un poetagastrónomomúsico y cantante musulmán. Alcanzó gran reconocimiento en la corte abasí en Bagdad, actual Irak, como intérprete y discípulo del músico y compositor persa Ishaq al-Mawsili, aunque su verdadera revolución se dio en Córdoba, donde introdujo refinadas costumbres orientales en la corte del emir Abderramán II y estableció uno de los primeros conservatorios de música del mundo.

Ziryab
Maler der Geschichte von Bayâd und Riyâd 002.jpg
Jardín de Ziryab
Información personal
Nombre en árabeزرياب Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento789 Ver y modificar los datos en Wikidata
MosulCalifato abasí
Fallecimiento857 Ver y modificar los datos en Wikidata
Córdoba (Al-Ándalus) Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
OcupaciónMúsicogeógrafopoetaastrónomorestaurador y lingüista Ver y modificar los datos en Wikidata
InstrumentoLaúd árabe Ver y modificar los datos en Wikidata

Biografía[editar]

Monumento a Ziryab en Córdoba (España)

Según la Enciclopedia del Islam, nació alrededor del año 790 en una familia de mawla del califa abasí Al-Mahdi. Sus orígenes étnicos son discutidos; fuentes variadas lo catalogan como persaárabe,3​ kurdo4​ o africano.5​ Según Ibn Hayyan, Ali ibn Nafi fue llamado mirlo (Ziryab) debido a su tez extremadamente oscura, la claridad de su voz y su carácter dulce.6

Algunas fuentes árabes indican que Ziryab nació en Mosul y fue educado en el arte de la música desde la infancia. Durante ese tiempo, Bagdad fue un importante centro de música islámica y todas las fuentes indican que fue discípulo del talentoso músico Ishaq al-Mawsili (767-850), a quien acompañaba por esta ciudad.7​ Al-Maqqari relata que ambos se presentaron ante el califa Harún al-Rashid, quien quedó muy impresionado por el joven músico, lo que desató los celos de su mentor, que le obligaron a abandonar Bagdad.8​ Sin embargo, otras fuentes anteriores y más fiables indican que se marchó tras la muerte del califa al-Amín en 813, al comienzo del reinado de al-Mamún.9

Ziryab primero viajó por la región de Siria para después trasladarse a Ifriquía (Túnez), donde residió por un tiempo en la corte aglabí del emir Ziyadat Alá (r. 816-837) en Kairuán.10​ Ziryab comenzó a tener problemas con el emir, aunque fue invitado por el emir omeya al-Hakam I a trasladarse a Córdoba. A su llegada en el año 822, al-Hakam acababa de fallecer, aunque su heredero Abderramán II le renovó su oferta de invitación.9​ Ziryab se asentó en Córdoba y el monarca le ofreció un palacio y un alquiler mensual de doscientos dinares. En la corte cordobesa se convirtió en un personaje muy conocido y fue considerado el árbitro de la elegancia de los dominadores árabes. Influyó en la vestimenta, la cocina o el mobiliario de los que le rodeaban e introdujo novedades tanto de uso social como musicales. Al-Maqqari declara que «nunca hubo, antes o después que él, un hombre de su profesión más amado y admirado».11

Familia[editar]

Según lbn Hayyan, Ziryab tuvo ocho hijos y dos hijas. Cinco de estos hijos estuvieron relacionados con el mundo de la música y alcanzaron gran popularidad,11​ manteniendo abierto el conservatorio de su padre.9

Innovaciones[editar]

Música[editar]

Sus innovaciones musicales tuvieron también una fuerte influencia. Según el arabista Emilio García Gómez, con Ziryab entraron en al-Ándalus las melodías orientales de origen grecopersa que serían la base de buena parte de las músicas tradicionales posteriores de al menos una parte de la península ibérica. Añadió al laúd una quinta cuerda y sustituyó el plectro de madera (pieza que se agarra con la mano y que pulsa las cuerdas) por otro fabricado bien con uñas, pico o los cañones de las plumas de águila. Asimismo, también tintó las cuerdas con colores que simbolizaban los humores aristotélicos, representando la quinta cuerda el alma.8

Ségun al-Tifashi, Ziryab parece haber popularizado una temprana canción-secuencia, que podría haber sido un precursor de la nawba (originalmente un simple intérprete «giraba» para actuar ante el emir), o la nubah andalusí, originaria de al-Ándalus y que actualmente se considera como la música clásica del norte de África.12

Abderramán II fue un gran mecenas de las artes y Ziryab tuvo una gran libertad para sus creaciones. Estableció uno de los primeros conservatorios de música del mundo en Córdoba. Esta escuela incorporó estudiantes femeninos y masculinos que llegaron a ser muy populares entre la aristocracia. Según Ibn Hayyan, Ziryab les evaluaba con pruebas, si el alumno no tenía una gran capacidad vocal, por ejemplo, les ponía piezas de madera en la mandíbula para mantener su boca abierta o les ataba una cuerda alrededor de la cintura para que respiraran de manera particular. De esta manera todos los estudiantes debían cantar todo lo alto que pudieran y mantener la nota para observar su capacidad pulmonar.9

Gastronomía[editar]

Ziryab se convirtió en árbitro de la gastronomía a la moda, «revolucionó la cocina local» introduciendo nuevas frutas y verduras como el espárrago, indicó que los platos fueran servidos en manteles de cuero y asentó el menú de tres platos separados: la sopa, el plato principal y el postre.13​ Introdujo recetas de la cocina bagdadí (una de las recetas se conserva hoy en día con su nombre: el ziriabí).14​ También asentó la utilización de copas de cristal para las bebidas, que eran más efectivos que el metal. Esta afirmación se corrobora con escritos que confirman que cortaba grandes copas de cristal.8​ Antes de su llegada, la comida se servía en bandejas directamente sobre la mesa, como era el caso en la Antigua Roma. Además, se le atribuye el invento de las albóndigas, para poder comer un trozo de carne de manera prolija mientras se realizaban otras tareas.

Moda e higiene[editar]

Ziryab comenzó la moda de llevar un tipo determinado de ropa según el clima y la estación,11​ así como sugirió diferentes vestimentas para las mañanas, tardes y noches. Henri Terrasse, historiador francés del norte africano, comentó que algunas ropas halladas en Marruecos siguen la etiqueta de Ziryab, según el estilo estival e invernal.15

Asimismo, creó un nuevo tipo de desodorante para evitar los malos olores11​ y promovió los baños matutinos y vespertinos con el objetivo de enfatizar el cuidado de la higiene personal. Además, se cree que Ziryab pudo desarrollar una especie de pasta de dientes que se popularizó en todo el Emirato de Córdoba. Sus ingredientes se desconocen, aunque algunas referencias lo describen como «funcional y de agradable sabor».16

Según al-Maqqari, antes de la llegada de Ziryab, en la corte de Córdoba, tanto hombres como mujeres llevaban el cabello largo y sin flequillo hasta los hombros. Ziryab puso de moda el flequillo liso hasta las cejas, «nuevos peinados cortos dejando al aire el cuello, las orejas y las cejas».8​ Asimismo, popularizó el afeitado y nuevos cortes de cabello para los hombres. La realeza solía lavarse el cabello con agua de rosas, pero Ziryab introdujo el uso de sal y aceites perfumados para mejorar el estado del cabello. Algunas fuentes alegan que abrió al público salones de belleza para las mujeres de la élite cordobesa,17​ aunque no existe constancia en referencias tempranas.

Ziryab fue considerado como un «gran iniciador de modas de su época», creando tendencia en la vestimenta, los peinados y la higiene. Sus alumnos trasladaron estas modas por toda Europa y el norte de África.18

Homenaje[editar]

La ciudad de Córdoba alberga numerosas dedicaciones a este músico, como, por ejemplo, el Monumento a Ziryab, el Conservatorio Profesional de Música de Córdoba, conocido como «Músico Ziryab», el Coro Ziryab, que fue instaurado en 1993, e incluso una calle lleva su nombre.19​ El guitarrista Paco de Lucía le dedicó un disco completo denominado Zyryab en 1990.








La Cruz de los Ángeles es una cruz-relicario en forma de cruz griega, que se encuentra depositada en la Cámara Santa de la Catedral de San Salvador de Oviedo, en el Principado de AsturiasEspaña.

Fue realizada a principios del siglo IX y, según consta en una inscripción colocada en el reverso de la cruz, en el año 808 fue donada a la catedral ovetense por Alfonso II el Castorey de Asturias.

La Cruz de los Ángeles aparece en el escudo de Oviedo y en el de otros municipios asturianos como LangreoSan Martín del Rey AurelioBoal o Quirós.

Historia[editar]

La Cruz de los Ángeles fue donada a la Catedral de San Salvador de Oviedo por Alfonso II el Castorey de Asturias, en el año 808, según consta en una inscripción colocada en el reverso de la cruz. Numerosos autores señalan la posibilidad de que el rey donase la cruz con motivo de la consagración del nuevo templo dedicado a San Salvador en la ciudad de Oviedo.1

Diversos autores han relacionado la leyenda sobre su origen, que afirma que la cruz fue realizada por dos ángeles que tomaron la forma de peregrinos, con una realidad oculta que, en su opinión, podría esconderse tras la leyenda.2​ Dicha realidad es que, en opinión de diferentes expertos, la Cruz de los Ángeles no se corresponde, ni por la técnica con que fue elaborada, ni por su tipología, con las cruces elaboradas por los orfebres visigodos, pero sí se relaciona con los modelos de cruces lombardas, realizadas en el norte de Italia entre los siglos VII y IX. Según esta teoría, la cruz habría sido realizada por artistas de procedencia lombarda, que posiblemente habrían viajado al reino de Asturias por voluntad del emperador Carlomagno, quien mantuvo buenas relaciones con Alfonso II de Asturias. De ese modo quedaría explicada la desaparición de los ángeles, que desaparecieron tras haber realizado la cruz, como un retorno a sus lugares de origen.2

En 1934, durante la Revolución de Asturias, la Cámara Santa de Oviedo fue dinamitada por los revolucionarios, y las reliquias y objetos allí conservados, incluidas la Cruz de los Ángeles, el Arca Santa y la Caja de las Ágatas, sufrieron graves desperfectos y hubieron de ser restauradas en 1942. No obstante, la restauración de 1942 ha sido considerada por diversos historiadores como una violación de los principios arqueológicos, artísticos e históricos, pues en algunos casos los daños fueron reparados sin tomar las precauciones que posteriormente permitieran diferenciar los elementos originales de los añadidos.3

En 1977 se cometió un robo en la Catedral de Oviedo. La Cruz de los Ángeles fue sustraída y posteriormente recuperada. No obstante, y debido a los graves desperfectos que sufrió, la cruz hubo de ser restaurada por la Comisión para la restauración de las Joyas Históricas de la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, presidida por el presidente del cabildo catedralicio ovetense, y creada para reparar los daños causados por el robo de 1977. La comisión entregó la Cruz de los Ángeles y la Caja de las Ágatas a la catedral, después de haber sido restauradas, el día 14 de septiembre de 1985, y ambos objetos volvieron a la Cámara Santa de Oviedo.4

Leyenda sobre su origen[editar]

Una leyenda, recogida en su obra por el obispo Lucas de Tuy, refiere que Alfonso II el Castorey de Asturias, se mostraba deseoso de donar a la iglesia de San Salvador de Oviedo una cruz de oro y piedras preciosas, y que un día, después de haber asistido a misa, y tras haber llegado al palacio real, se le aparecieron dos ángeles, en forma de peregrinos, que comunicaron al rey que eran orfebres. El rey, según recoge la leyenda, les entregó oro y piedras preciosas, y les proporcionó una casa a fin de que pudieran trabajar sin ser molestados. No obstante, el rey quería averiguar a qué clase de individuos había entregado su oro y piedras preciosas y, por ello, envió a varios individuos, uno tras otro, para que viesen lo que hacían los orfebres.

Los servidores del rey, al llegar a la casa donde trabajaban ambos orfebres, observaron que en el interior de la morada había un gran resplandor que impedía contemplar lo que allí ocurría, y fueron a informar al rey, que fue a la casa donde habían trabajado los orfebres y la halló vacía, aunque en ella estaba una cruz que brillaba intensamente. Alfonso II el Casto tomó la cruz y, según refiere la leyenda, la llevó a la iglesia de San Salvador, donde la depositó en el altar.5

Dicha leyenda propició que la cruz fuera conocida como la Cruz de los Ángeles.

Descripción[editar]

La Cruz de los Ángeles. (Cámara Santa de Oviedo).

La Cruz de los Ángeles es de tipo griego y de forma patada. La longitud de sus cuatro brazos es casi idéntica, y todos ellos parten de un disco colocado en el centro de la cruz. Las medidas de la cruz son de 465 mm. de alto por 450 mm. de ancho y 25 mm. de grosor. El peso de la cruz es de 1.765 gramos y el disco central de la misma mide 85 mm. de diámetro.6

Está formada por dos piezas de madera de cerezo silvestre, unidas en el centro de la cruz mediante un disco central, forradas con una delgada lámina de oro sujeta mediante pequeños clavos elaborados también con oro. En cada uno de los brazos de la cruz hay una pequeña cajita insertada,destinada a guardar diversas reliquias, y cada una de las cuatro cajitas cuenta con su correspondiente tapa corredera.

El anverso de la cruz está adornado con cuarenta y ocho piedras, en forma de cabujón, o símbolo más (+), siendo cinco de ellas entalles de época romana reutilizados, y también está ornada con labores de filigrana que incrusta pedrería polícroma. Algunas de las piedras son semipreciosas, como granates y ágatas.

El reverso de la cruz está recubierto con una lámina lisa de oro, y en cada uno de los cuatro brazos de la cruz aparece una inscripción en letras de oro. Asimismo, en cada uno de los cuatro extremos de la parte posterior de la cruz hay una gema rodeada por dos círculos de pequeñas piedras. En el disco central del reverso había un camafeo romano de ágata, rodeado por un círculo con perlas y pedrería. No obstante, dicho camafeo fue sustituido por otro, realizado en Alemania, tras el robo de 1977.

De los camafeos romanos incrustados en la cruz, uno de ellos representa a una joven campesina romana, otro a la diosa Atenea, otro muestra una cabeza caprina con cuerpo de serpiente, y otro a Eneas abandonando la ciudad de Troya.

Aunque en numerosas versiones heráldicas la Cruz de los Ángeles aparece representada con las letras alfa y omega colgando de los brazos de la cruz, los expertos en historia del arte aún no han alcanzado un acuerdo sobre si de la cruz colgaron alguna vez dichos símbolos en el pasado.7

Inscripciones del reverso[editar]

La Caja de las Ágatas, la Cruz de la Victoria y la Cruz de los Ángeles. (Cámara Santa de Oviedo).

Una de las inscripciones colocadas en el reverso de la cruz señala la fecha en que fue realizada, el año 808 de la era cristiana, y el nombre del donante, que fue el monarca Alfonso II el Casto. En el reverso de la Cruz de los Ángeles se encuentran soldadas las siguientes leyendas, compuestas a partir de letras de oro:8

  • Brazo superior:
"SVSCEPTVM PLACIDE MANEAT HOC IN HONORE DI OFFERT ADEFONSVS HVMILIS SERVVS XPI"
  • Brazo derecho (brazo izquierdo del observador):
"QVISQVIS AVFERRE PRAESVNSERIT MIHI FVLMINE DIVINO INTEREAT IPSE"
  • Brazo izquierdo (brazo derecho del observador):
"NISI LIBENS VBI VOLVNTAS DEDERIT MEA HOC OPVS PERFECTVM EST IN ERA DCCCXLVI"
  • Brazo inferior:
"HOC SIGNO TVETVR PIVS HOC SIGNO VINCITVR INIMICVS"

Las inscripciones colocadas en el reverso de la cruz, traducidas al castellano, vienen a decir:9

"Permanezca en honor de Dios esto, realizado con complacencia. Alfonso, humilde siervo de Dios, lo ofrenda. Cualquiera que presumiere llevarme fuera de donde mi buena voluntad la dedicó, perezca espontáneamente con el rayo divino. Esta obra se concluyó en la era 846 (año 808). Con este signo es protegido el piadoso. Con este signo es vencido el enemigo."