sábado, 27 de noviembre de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 ÉPOCA MEDIEVAL

Felipe II (1195–1226), llamado à la lèvre, fue margrave de Namur de 1216 hasta su muerte. Era el hijo de Pedro II de Courtenay y Yolanda de Flandes. A la muerte de su tío materno Felipe el Noble en 1212, su madre Yolanda reinó temporalmente en Namur y pasó la corona a Felipe en 1216.1

Su padre Pedro fue elegido como Emperador latino de Constantinopla en 1216 y cuando murió en 1217, Felipe declinó gobernar el imperio cuando le fue ofrecido. El imperio pasó a su hermano Roberto.123

Felipe tuvo que luchar contra los descendientes de Enrique IV de Luxemburgo (como Enrique I de Namur) que no habían abandonado su reclamación sobre Namur. Luchó contra Waleran III de Limburgo, marido de Ermesinda de Luxemburgo, y concluyó una paz en marzo de 1223 en Dinant.415

En 1226, tomó parte en la cruzada Albigense de Luis VIII de Francia y el asedio de Avignon.1​ Felipe murió cerca de Saint-Flour en Auvernia.3​ No se casó y el margraviato pasó a su hermano Enrique.






Florent de Ville, señor de Ville en Picardie y de Nouvion-le-Comte1​ caballero y cruzado francés de principios del siglo XIII.

Orígenes familiares[editar]

Hijo de Jean de Ville y su esposa Alix, señores de Ville. En el año 1200, es señor de Ville, el señorío pasó a su hijo Jean II de Ville antes de 1245 .2

Sus armas eran: Campo de plata con una faja de gules 3


Hechos de armas[editar]

Compañero de Alain de Roucy, se dice que había crecido con él y siempre habían luchado juntos.4

En todo caso está presente a su lado en la batalla de Muret en 1213 durante la cruzada albigense. Donde se enfrentan el ejército cruzado, dirigido por Simón IV de Montfort y Toulouse, y el aragonés conducido por el rey Pedro II de Aragón. De acuerdo con la crónica de la cruzada albigense de Baudouin d'Avesnes, antes de la batalla, juran ante Simón de Montfort matar el rey Pedro de Aragón. En ella, piensan lograr rodear al rey con un destacamento de caballeros cruzados. Pero a quién matan y llevaba la armadura real no era Pedro de Aragón que había cambiado su armadura con uno de sus caballeros. Pero el rey se descubrió para mostrar que no estaba muerto y los dos caballeros, Roucy y Ville, se abalanzaronn y finalmente lo matan. Esto provocó la retirada de los aragonés y la victoria de los cruzados.

Según otra fuente contemporánea,5​ fue con otro caballero, Alain de Renty, con quien Florent de Ville mató al rey de Aragón.

Después aparece en 1214 en las filas francesas durante la Batalla de Bouvines, siempre junto a Alain de Roucy.

Armas de Florent de Ville





Inocencio III (Gavignano1161 - Perugia16 de julio de 1216) fue el papa n.º 176 de la Iglesia católica de 1198 a 1216.
Inocencio III
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Papa de la Iglesia católica
8 de enero de 1198-16 de julio de 1216
PredecesorCelestino III
SucesorHonorio III

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Patriarca Latino de Alejandría
1194-1198
Predecesor?
Sucesor?

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Patriarca Latino de Constantinopla
1204 (sin preverse su elección papal)
PredecesorNinguno
SucesorNinguno

Otros títulosCLXXVI Sucesor de Pedro
Información religiosa
Proclamación cardenalicia1190
por Clemente III
Información personal
NombreLothario dei Conte di Segni
Nacimiento1161
GavignanoEstados Pontificios
Fallecimiento16 de julio de 1216 (55 años)
PerugiaEstados Pontificios
EstudiosDerecho canónico
ProfesiónAbogado
Padres
  • Trasimundo de Segni
  • Claricia Scotti
Alma máterUniversidad de París
Obras notablesDe miseria condicionis humane
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Escudo de Inocencio III

Introducción biográfica[editar]

Noble de familia italiana, miembro de la familia Conti y Julio, su padre fue el conde Trasimundo de Segni.

Por su procedencia estudió teología en la Universidad de París y luego derecho canónico en Bolonia. Incluso antes de ser elegido papa ya era una personalidad respetable y connotada. Por esto fue nombrado cardenal por el papa Clemente III.

Tras el fallecimiento de Celestino III en 1198, Lotario de Segni (Inocencio III) fue elegido como sumo pontífice el 8 de enero de ese año por el Colegio cardenalicio, el cual vio más tarde satisfechas sus perspectivas para con Lotario. Parte de la gran energía que desplegó como Pontífice, se debe a haber sido un Papa inusualmente joven, no habiendo cumplido aún los 37 años al momento de su elección.

Su influencia no pasó inadvertida para nadie. Sus prédicas siempre fueron sustentadas en su propio ejemplo, su estilo de vida humilde dentro de la curia romana fue muy destacable. Además sus grandes dotes como diplomático permitieron adherir a Roma los territorios adyacentes de esta hasta Rávena, las MarcasAncona y el antiguo ducado de Spoleto.

Estado de la Cristiandad al advenimiento de Inocencio III[editar]

Papal Bulla of Innocent III (FindID 235228).jpg

El papado de Inocencio III se inició en medio de varias convulsiones sociales. En varias regiones de Europa, el feudalismo estaba cediendo terreno a una nueva sociedad burguesa, en medio de la llamada revolución del siglo XII. A la vez, los estados nacionales se estaban fortificando, y los reyes, particularmente los reinos de Francia e Inglaterra, se perfilaban como nuevos actores de importancia en el mapa político. En Oriente, la Cristiandad debía lidiar con la amenaza de un poder musulmán fortalecido por Saladino, que había conseguido desbancar a la Tercera Cruzada. Siendo la Iglesia católica una de las entidades más poderosas de Europa, no podía hacerse oídos sordos a todos estos sucesos.

La propia Iglesia atravesaba por un período complejo. El impulso de los cistercienses, adalides de esta durante el siglo XII, había decrecido, y nuevas doctrinas como la de los cátarosvaldenses y patarinos se estaban propagando. Era evidente que el nuevo papa debería actuar con resolución para mantener el rol de la Iglesia. Para ello Inocencio III fue el precursor de la llamada Inquisición pontificia.

Mentalidad[editar]

Tuvieron que ver con la mentalidad de Inocencio III su origen noble y su formación como teólogo y jurista especializado en derecho canónico. Así, consideró que la Iglesia católica tenía la plena potestad ("plenitudo potestatis") sobre toda la cristiandad, basándose en el texto de Mateo 16,19 en que Cristo confiere las llaves del reino de los cielos a Pedro; afirmó la plena soberanía de la Iglesia incluso sobre el Emperador. Se reservaba Inocencio III intervenir en política cuando, a su juicio, hubiera razón de pecado ("ratione peccati") en el actuar de los príncipes, puesto que estos estaban para velar solo por el bienestar físico de sus súbditos, mientras que el papa estaba para velar por la salvación de las almas, empresa esta más valiosa que la primera en términos morales.

Para demostrar este ideario en signos prácticos Inocencio III siempre prefería ser llamado con el título de Vicario de Cristo, por lo cual a su persona le incumbía el trato de los asuntos del cielo y de la tierra.

Política internacional[editar]

Aprobación de la orden franciscana por Giotto.

Relaciones con el Sacro Imperio Romano Germánico[editar]

Las ideas hierocráticas de Inocencio III se vieron reflejadas a la muerte del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Enrique VI, donde impuso su autoridad pontificia para autonombrarse como árbitro y calificador de los pretendientes al trono, aunque este anhelo había sido estampado anteriormente en su tratado “De contemptu mundi”. Sostenía que el Imperio procedía de la Iglesia no solo "principaliter" (en su origen), sino también en sus fines ("finaliter"); por lo que, a pesar de que los príncipes electores tenían el derecho jurídico a nombrar un nuevo monarca, esta elección debía ser ratificada por el Pontífice.

Sin embargo, su política respecto del imperio siempre fue problemática. Promovió a Otón de Brunswick como "antiemperador" de la Casa de Welf contra Felipe de Suabia, de la Casa Hohenstaufen, pero cuando este último fue asesinado en 1206 y Otón fue coronado emperador en Roma como Otón IV, ambos se pelearon. Recurrió entonces Inocencio III a su pupilo, Federico II Hohenstaufen, quien a la sazón gobernaba el reino de Sicilia. Otón invadió Italia militarmente, pero debió retirarse. Federico, a la vez, invadió el imperio. El desastroso resultado de la Batalla de Bouvines, que Otón libró contra Felipe Augusto de Francia, en 1214, selló su suerte, y Federico alcanzó la corona del imperio, sin haberse desprendido de Sicilia, lo que puso al Papa en una situación incómoda, que Inocencio III no alcanzó a resolver debido a su fallecimiento.

Otras relaciones europeas[editar]

Con respecto a Francia, Inocencio III intervino en los problemas del rey Felipe II de Francia con su repudiada esposa, Isambur de Dinamarca. En este terreno, Inocencio III consiguió convertir la hostilidad inicial de Felipe en una cooperación amistosa, que le valió su alianza contra Otón IV de Alemania. También Inocencio III favoreció a Felipe invitándole a la Cruzada Albigense.

Carta del papa Inocencio III a Juan II Kalojan.

Inocencio III despachó a Bulgaria al cardenal León Brancaleone a principios de 1204 para coronarlo rey.12

En el reino de Castilla, este Papa declaró la Cruzada contra los almohades musulmanes, que sería organizada por el Rey Alfonso VIII de Castilla, y el Arzobispo de Toledo don Rodrigo Ximénez de Rada, con participación de tropas de los reyes Sancho VII de NavarraPedro II de Aragón y Alfonso II de Portugal, así como tropas de Órdenes Militares. Se obtuvo la decisiva victoria en la Batalla de Las Navas de Tolosa (lunes 16 de julio de 1212). Los cruzados provenientes de otros estados europeos o ultramontanos, en su mayoría no llegarían a participar en la batalla, pues habían abandonado dado su desacuerdo con las órdenes de Alfonso VIII de tratar humanitariamente a los judíos y musulmanes de las localidades previamente conquistadas.

De Pedro II de Aragón, recibió ese reino en vasallaje y lo coronó rey en Roma en 1204.

En 1204 declaró nulo el matrimonio de Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla, alegando el parentesco de los cónyuges y logrando su separación.

Tuvo también una dura controversia con el rey Juan de Inglaterra, conocido también como Juan Sin Tierra. En 1205 falleció Hubert Walterarzobispo de Canterbury. Juan intentó nombrar un candidato, pero Inocencio decidió que tal cargo fuera ocupado por Stephen Langton, reputado teólogo de la Universidad de París. Ante la porfía de Juan, Inocencio III lanzó el entredicho sobre Inglaterra en 1208, y la excomunión contra Juan en 1209. Juan resistió hasta 1213, y finalmente cedió ante los deseos de Inocencio III, llegando incluso a reconocerse como vasallo de la Iglesia, como medida desesperada para evitar que los franceses pudieran invadir sus dominios (que ahora eran eclesiásticos).

Inocencio III como soberano feudal de Inglaterra anuló la Carta Magna el 24 de agosto de 1215 que había sido firmada por el rey Juan.

Estos y otros asuntos políticos demostraron que Inocencio se sentía realmente un Rey de Reyes, con capacidad de arbitrio sobre la política europea.

Lucha contra los herejes y los infieles[editar]

En su celo por expurgar el cristianismo, impulsó la Cuarta Cruzada a Tierra Santa en el año 1202, convocó a la Cruzada albigense en 1208, la cruzada contra los almohades en tierras hispanas de 1212 y promovió la Cruzada de los niños, en total cuatro cruzadas.

En la Cuarta Cruzada, los enredos de Venecia, uno de los principales financiadores de la expedición, llevaron a los cruzados a tomar primero la ciudad de Zara, enclave bizantino en la costa de Dalmacia, y después saquear dos veces la ciudad de Constantinopla en 1204, todo esto pese a las excomuniones que Inocencio III fulminó contra los cruzados, por haber vuelto hacia hermanos cristianos las armas que debían ser dirigidas contra los musulmanes.

Ante el problema de los cátaros, Inocencio III envió a varios legados, y autorizó las prédicas del español Santo Domingo de Guzmán, para tratar de reconvertirlos. En enero de 1208, el asesinato de Pierre de Castelnau, legado pontificio en el sur de Francia, precipita los acontecimientos. Inocencio III llama a la Cruzada para extirpar la herejía, dando origen así a la Cruzada Albigense. Aunque habrá núcleos de resistencia hasta varias décadas después, ya en 1215 Inocencio III se siente seguro de sus resultados, hasta el punto de convocar a un Concilio Ecuménico para resguardar la ortodoxia católica. Paralelamente, la Cruzada Albigense le da un poderoso impulso a Francia, al permitírsele la anexión de la región del Languedoc.

El IV Concilio de Letrán[editar]

A poco tiempo de culminar su vida y su pontificado, en 1215 convocó al IV Concilio de Letrán, uno de los más importantes de la época, en el cual se trataron temas políticos y en especial se dictaron deberes y derechos para prácticamente todas las clases sociales. Destaca la “Omnis Utriusque Sexus", en el que se obliga a todos los adultos cristianos a recibir al menos una vez al año los sacramentos de la confesión y la eucaristía.

Así también, el Concilio estableció las bases de la Quinta Cruzada de 1217, bajo la dirección directa de la Iglesia.

Por otra parte cabe destacar su incondicional apoyo a las órdenes mendicantes fundadas por santo Domingo de Guzmán (predicadores o dominicos) y san Francisco de Asís (franciscanos y clarisas). De este modo fue el precursor de una importante reforma eclesiástica, por el papel de dichas órdenes religiosas en la cristiandad occidental, posteriormente católica.

Muerte y leyenda post mortem[editar]

Tumba de Inocencio III en San Juan de Letrán.

Después del Concilio, en la primavera de 1216, Inocencio III se trasladó al norte de Italia en un intento de conciliar a las ciudades portuarias de Pisa y Génova, a través de la eliminación de la excomunión que pesaba sobre Pisa, hecha por su predecesor Celestino III, y la realización de un pacto con Génova, para motivar las relaciones religiosas y comerciales.3

El papa Inocencio III tuvo durante su pontificado como médico personal a Giovanni di Castellomata, de la Escuela de Salerno, siendo el primer médico de un pontífice documentado en los archivos históricos.4

Inocencio III murió repentinamente en Perugia,5​ el 16 de julio de 1216. Tenía 55 años de edad; y fue sucedido por el cardenal Censio Savelli, que tomó el nombre de Honorio III. Fue enterrado en la catedral de Perugia, en donde su tumba fue profanada la noche siguiente y su cuerpo despojado de sus vestiduras preciosas.6​ Su cuerpo permaneció en esta catedral hasta que el papa León XIII (que fue durante muchos años arzobispo de Perugia) lo trasladó a la Archibasílica de San Juan de Letrán (que es la catedral de Roma), en diciembre de 1891. En la catedral de Perugia todavía se puede ver marcado el lugar donde se encontraba la primigenia tumba del Papa.6​ Los restos de Inocencio III fueron colocados en un mausoleo digno de Letrán en el lado izquierdo de la nave transversal.6​ En el mausoleo de mármol figura una estatua yacente del Papa coronado con la tiara y vestido con los hábitos papales, recostado sobre un lecho. En la parte superior se encuentran tres relieves: Cristo (el central), y a los laterales se encuentran San Francisco de Asís (derecha) y Santo Domingo de Guzmán (izquierda). Estos fueron los dos grandes santos fundadores cuyas órdenes religiosas fueron aceptadas en la Iglesia católica por mandato de Inocencio III: la Orden Franciscana y la Orden Dominica.

Retrato de Inocencio III en la Basílica de San Pablo Extramuros.

Según la historia de la vida de santa Lutgarda, Inocencio III se le apareció cuando esta se hallaba a punto de expirar en su monasterio de Aywieres. Envuelto en llamas, le declaró: Yo soy el papa Inocencio; luego le dijo hallarse en el Purgatorio por tres faltas que había cometido durante su vida terrenal. Inocencio le preguntó a santa Lutgarda si podría orar por él, diciendo: ¡Ay! Es terrible, y mi pena tendrá una duración de siglos si vos no venís en mi ayuda. En el nombre de María, que ha obtenido para mí el favor de poder recurrir a vos, ayudadme!. En ese momento desapareció y santa Lutgarda informó a sus hermanas de lo que había visto.7

Las profecías apócrifas de san Malaquías de Irlanda se refieren a este papa como Comes signatus (Conde Signado), cita que hace referencia a su familia, los condes de Segni.

Obras[editar]

Sus obras en latín incluyen:

  • De Miseria Humanae Conditionis: un tratado sobre el ascetismo, escrito por Inocencio antes de convertirse en Papa.
  • De Sacro Altaris Mysterio: una descripción y exégesis de la liturgia.
  • Constitutiones Concilii quarti lateranensis - Costituzioni del quarto Concilio lateranense, ed. M. Albertazzi, La Finestra editrice, Lavis 2016.

HISTORIA DE ESPAÑA

 ÉPOCA MEDIEVAL

Bernard IV de Comminges (fallecido el 22 de febrero de 1225) fue hijo de Bernardo III Dodon (conde de Cominges) y de Laura, supuestamente hija ilegítima de Alfonso Jordán (Conde de Tolosa). Heredó el título de conde de Cominges en 1176 manteniéndolo hasta la muerte junto con los de conde de Bigorre, vizconde de Marsan, señor de Muret, de Samatán y de Zaragoza.

Biografía[editar]

Participó en la Batalla de Las Navas de Tolosa en 1212 junto con otros ultramontanos o voluntarios franceses. Un año más tarde sufriría la derrota con los demás nobles occitanos en la Batalla de Muret que decidiría la primera fase de la Cruzada Albigense y que se libró en uno de los territorios de Bernardo IV (Muret). Tras la victoria de los cruzados y la muerte de Pedro II de Aragón se disuelve la alianza entre los señores del Mediodía viéndose obligado el conde de Cominges a jurar ante el legado papal Arnaldo Amalric no volver a apoyar a los herejes cátaros y a peregrinar a Roma en busca de perdón para mantener sus posesiones (que le serían confirmadas por el 4º Concilio de Letrán.

Esto no impediría que años después volviera a tomar armas junto a los condes tolosanos para enfrentarse al poder real francés (participando incluso en el asedio de Toulouse donde muere Simón de Montfort). Finalmente por las presiones del Papa Honorio III se retira de la lucha en septiembre de 1220.

Matrimonios y descendencia[editar]

Contrajo matrimonio en 1180 en primeras nupcias con Beatriz III de Bigorracondesa de Bigorra (condado vecino y rival del de Cominges). En 1192 la repudia tratando de apropiarse de las posesiones de su mujer, lo que hace intervenir a Alfonso II de Aragón quien ordena que el condado pase a posesión de la hija de ambos:

En 1195 se vuelve a casar con Comtors hija del vizconde de la Barthe con quien tendría dos hijos:

  • Bernardo V (conde de Cominges)
  • Arnaud-Roger (obispo de Cominges)

Obligado a separarse de ella por una cuestión de consanguinidad se casa en terceras nupcias en 1197 con María de Montpellier de quien se separaría en 1201 para permitir el matrimonio de esta con Pedro II de Aragón que deseaba heredar el Señorío de Montpellier. Del matrimonio entre María y Bernardo nacen:

  • Matilde (casada en 1212 con Sancho III, vizconde de la Barthe)
  • Petronila (casada con Centulle Ier, conde de Astarac)

También fue padre dos hijas cuya madre se ignora:

  • Delfina (abadesa de l’Esclache)
  • Mascarosse

Armas del Condado de Cominges.






Bertrand de Saissac fue un noble occitano del Languedoc, señor del castillo medieval de Saissac, situado contemporáneamente en la comuna francesa del mismo nombre, nacido en el siglo XII y muerto en el XIII.

Era un importante vasallo de Roger II Trencavelvizconde de Carcasona, Albi y Béziers, quien le confió la tutela de su hijo y heredero Raimundo Roger Trencavel. Bertrand se convirtió en su tutor en 1195, cuando Roger murió, y en su principal asesor cuando su pupilo se emancipó.

Se convirtió a la doctrina cátara muy pronto y no dudó en recurrir a la fuerza para defender sus correligionarios. En 1197 el abad de Alet, Pons Amiel, murió siendo sucedido por Bernard Saint-Ferréol, personaje no grato para Bertrand que tomó por la fuerza la abadía no sin matar a unos cuantos monjes, desenterró el cadáver de Pons Amiel y delante del cuerpo hizo elegir a un abad más favorable a los cátaros. A continuación, envió una importante suma de dinero a Bérenger de Barcelona, arzobispo de Narbona, para que ratificara la elección.

Persona cultivada, acogió a numerosos trovadores en su castillo de la Montaña Negra, como Peire Vidal y Raimon de Miraval.

Al inicio de la cruzada albigense en 1209, su castillo fue tomado por la fuerza por los cruzados y entregado a Bouchard de Marly, mientras Bertrand se encontraba luchando en la defensa de Carcasona.

No se sabe el año exacto de su muerte. Su hijo, Jourdain de Saissac, recuperó el castillo paterno en 1240, pero lo perdió de nuevo en 1242.






Esclarmonde de Foix (?- 1215), en occitano Esclarmonda de Foisnota 1​ y también conocida como La dama blanca fue una noble occitana de la dinastía feudal del condado de Foix y una de la máximas figuras de la iglesia cátara durante los siglos XII y XIII en el Midi francés.

Hija del conde Roger Bernardo I de Foix y hermana de Raimundo Roger de Foix, fue dada en matrimonio al señor de L'Isle-Jourdain, Jourdain III, unión de la que nacieron varios hijos.






Felipe II de Francia, llamado "El Augusto" (Gonesse21 de agosto de 1165 – Mantes-la-Jolie14 de julio de 1223), fue el séptimo rey de la dinastía de los Capetos, hijo y heredero de Luis VII de Francia el Joven y de Adela de Champaña. Ocupó el trono de Francia entre los años 1180 y 1223.

Felipe Augusto es uno de los monarcas más admirados y estudiados de la Francia medieval no solo en razón a su largo reinado, sino también por sus importantes victorias militares y, sobre todo, por el desarrollo de los proyectos llevados a cabo para asegurar el poder real frente a los grandes señores feudales. También destaca por ser el primer monarca en usar el título de "Rey de Francia" (Rex Francie), sustituyendo permanentemente el título de "Rey de los francos". Así, desde 1205, el reino pasó a ser conocido como el "Reino de Francia" (Regnum Francie).

Felipe II de Francia
Rey de Francia
Sceau de Philippe Auguste. - Archives Nationales - SC-D157.jpg
Sello de Felipe II Augusto.
Reinado
18 de septiembre de 1180 - 14 de julio de 1223
PredecesorLuis VII de Francia
SucesorLuis VIII de Francia
Información personal
Coronación1 de noviembre de 1179 (Catedral de Reims)
Nacimiento21 de agosto de 1165
GonesseFrancia
Fallecimiento14 de julio de 1223 (57 años)
Mantes-la-Jolie, Francia
SepulturaBasílica de Saint-Denis
Familia
DinastíaDinastía de los Capetos
PadreLuis VII de Francia
MadreAdela de Champaña
ConsorteIsabel de Henao
Isambur de Dinamarca
Inés de Merania
HijosCon Isabel:
Luis el León Red crown.png
Roberto y Felipe (gemelos muertos al nacer, en 1190)
con Inés:
María (1198 – 1224)
Juan Tristan (muerto al nacer, en 1200)
Felipe (1201 – 1234)
Con «cierta dama de Arrás»:
Pierre Charlot (1205 – 1249), obispo de Tours.
Arms of the Kingdom of France (Ancien).svg
Escudo de Felipe II de Francia

Comienzos del reinado (1179-1189)[editar]

Coronación de Felipe II Augusto.

El nacimiento de Felipe Augusto en 1165 fue acogido como un milagro por la familia real. Luis VII esperó cerca de treinta años un heredero y fue su tercera esposa, Adela de Champaña, la que le dio el hijo tan esperado. Una espera que le valió a Felipe II el sobrenombre de Dieudonné (de Dios donado).

Consagración[editar]

Felipe II fue consagrado como rex designatus a los 14 años, en 1179. La ceremonia de la consagración, no obstante, tuvo que aplazarse: víctima de un accidente de caza, la vida del joven príncipe estaba en peligro. Tal gravedad fue motivo suficiente como para que Luis VII se desplazase, pese a lo delicado de su salud, a descansar sobre la tumba de Tomás Becket, el arzobispo de Canterbury muerto en 1170. Felipe Augusto fue consagrado, finalmente, en Reims por su tío el arzobispo Guillermo de Blois el 1 de noviembre de 1179. Luis VII, su padre, murió el 18 de septiembre de 1180. Felipe Augusto, rey de Francia, tenía sólo quince años.

Una de las primeras decisiones que tomó Felipe Augusto fue la de expulsar, en abril de 1182, a los judíos y confiscar todos sus bienes, una decisión que rompía con la protección acordada por Luis VII. El motivo oficial designaba a los judíos como responsables de diversas calamidades, pero el motivo real era el de reforzar, sobre todo, a las casas reales, una decisión sin duda temeraria al comienzo de su reinado. Estas medidas no duraron mucho: la interdicción del territorio, por entonces difícil de hacer respetar, terminó en 1198 y la actitud conciliadora de Luis VII volvió a imponerse como norma.

Rivalidades de poder[editar]

Consciente de la debilidad del poder real, Felipe Augusto supo ponerse rápidamente a la altura de las circunstancias. Su matrimonio con Isabel de Henao en 1180 le aportó como dote el Artois y, en junio de ese mismo año, tres meses antes de la muerte de su padre, firmó el tratado de Gisors con Enrique II de Inglaterra. Dos acontecimientos que vinieron a reforzar la posición del joven rey frente a las casas de Flandes y de Champaña.

En 1181, el conflicto con los barones dirigido por Felipe de Alsacia, conde de Flandes, se reavivó. Felipe Augusto consiguió paralizar sus pretensiones rompiendo las alianzas que mantenía con el duque de Brabante y con el arzobispo de Colonia. En julio de 1185, el tratado de Boves confirmó al rey la posesión de VermandoisArtois y Amiénois.

Los Plantagenet eran otra de las mayores preocupaciones de Felipe Augusto. Las posesiones de Enrique II de Inglaterra y duque de Anjou comprendían NormandíaVexin y Bretaña. Tras dos años de guerrear (1186-1188), la situación no terminaba de definirse. Felipe II intentó aprovecharse de la rivalidad existente entre los dos hijos del rey de InglaterraRicardo Corazón de León, con el que se había aliado, y Juan sin Tierra. Finalmente, se negoció una paz de statu quo cuando el papa Gregorio VIII llamó a las cruzadas tras la toma de Jerusalén por parte de Saladino en 1187. La muerte de Enrique II en julio de 1189 cerró este episodio. La partida hacia Tierra Santa era prioritaria.

Map France 1180-es.svg

La tercera Cruzada y la rivalidad con Ricardo I de Inglaterra (1190-1199)[editar]

La cruzada[editar]

Felipe Augusto y Ricardo partieron juntos para la Tercera Cruzada con la mayor parte de los barones de Francia. Felipe desde Génova y Ricardo desde Marsella embarcaron cuando finalizaba el verano de 1190, fueron sorprendidos por las temporales invernales del Mediterráneo y tuvieron que detenerse durante varios meses en MesinaSicilia. Allí, la rivalidad latente entre ambos reyes se hizo patente con motivo de los proyectos matrimoniales de Ricardo, que rompió su promesa de matrimonio con Alix, hermanastra de Felipe, para comprometerse con Berenguela de Navarra. Felipe Augusto abandonó Mesina en cuanto pudo, el 30 de marzo de 1191.

Felipe Augusto llegó a Acre el 20 de abril de 1191 y participó en el asedio de la ciudad en manos de los musulmanes. Ricardo llegó en junio tras pasar por Chipre; el refuerzo inglés fue bien recibido pero las querellas entre ambos reyes surgieron de inmediato. Para agravar la situación, los dos se vieron afectados por la alopecia: atacados por altísimas fiebres perdieron los cabellos y las uñas. Felipe Augusto perdió también la visión de uno de sus ojos. A pesar de todo, las operaciones militares continuaron. Los franceses consiguieron atravesar por primera vez los muros de Acre el 3 de julio, pero sin éxito alguno; después fracasaron también los ingleses. Debilitados, los asediados capitularon el 12 de julio de 1191.

La cruzada acababa de empezar, pero Felipe decidió abandonar. La muerte del conde de Flandes el 1 de junio de 1191 tras el asedio (que Felipe acababa de conocer) fue el motivo principal de su marcha, ya que la misma reabrió el problema de la sucesión flamenca. En el camino de vuelta, Felipe se detuvo en Roma, donde el Papa le autorizó a dejar la cruzada. El rey entró en París el 27 de diciembre de 1191. La crónica de ese viaje entre Roma y París es uno de los testimonios que se conservan de las vías romeas medievales.

La sucesión flamenca[editar]

Esta fue la primera preocupación de Felipe Augusto a su retorno de las cruzadas. La muerte del conde de Flandes sin descendencia alguna provocó la codicia de tres pretendientes: Balduino V de Henao, conde de HenaoEleonora de Vermandois, condesa de Beaumont y Felipe Augusto.

Finalmente, Balduino fue designado heredero de la corona del condado de Flandes tras pagar 5000 marcos de plata. No obstante, Felipe Augusto otorgó mediante un escrito de 1192 Valois y Vermandois a Eleonora, territorios que deberían ser devueltos al rey cuando ésta muriera. El rey se quedó con Péronne y Artois en nombre de su hijo, el príncipe heredero Luis (futuro Luis VIII de Francia), como heredero de la reina Isabel de Henao fallecida en 1190. Las posiciones reales del Norte quedaron, de esta manera, considerablemente reforzadas.

El problema matrimonial[editar]

Felipe II de Francia.

Tras el fallecimiento de la reina Isabel, Felipe Augusto era consciente de que tenía que volver a casarse lo más rápidamente posible. La sucesión dinástica no estaba realmente asegurada: su único hijo Luis apenas tenía cuatro años y ya había sufrido una grave enfermedad. La elección como esposa de Isambur de Dinamarca es un misterio. Tenía dieciocho años y era hermana del rey Canuto VI de Dinamarca. Se firmó el acuerdo matrimonial al que Isambur aportó una dote de 10 000 marcos de plata y la princesa se dirigió a Francia. Felipe e Isambur se encontraron en Amiens el 14 de agosto de 1193 y se casaron ese mismo día. Al día siguiente, Felipe Augusto aplazó la coronación de la reina y la recluyó en el monasterio de Saint-Maur-des-Fossés. Felipe Augusto declaró que quería que su matrimonio fuera anulado.

Las razones para esta precipitada separación, a la que siguieron siete años de reclusión de Isambur y, por parte de Felipe Augusto, la negativa más absoluta de reconocerla como reina, son desconocidas y dieron lugar a toda clase de especulaciones posibles tanto por parte de sus contemporáneos como por los historiadores. Para defender su postura y la anulación de su matrimonio, Felipe Augusto adujo una posible consanguinidad prohibida por la Iglesia. Una asamblea de obispos y de barones dio su consentimiento y aprobación para la nulidad y el rey se casó con Inés de Méran, joven bávara, en junio de 1196.

Pero el nuevo papa, Inocencio III, elegido en 1198 no estuvo de acuerdo con esa resolución. Deseando afirmar su autoridad, ordenó a Felipe Augusto que se separese de Inés y repusiese a Isambur como reina. Como quiera que Felipe Augusto desobedeció dicha orden, la excomunión fue pronunciada sobre todo el reino de Francia el 13 de enero de 1200. Felipe Augusto dejó la causa en suspenso e Isambur continuó en cautiverio siendo trasladada a la torre de Étampes. Finalmente, el rey organizó una ceremonia de reconciliación y la excomunión fue levantada. Pese a todo, la ceremonia no devolvió a Isambur a su lugar como reina, y el proceso de anulación matrimonial siguió su curso. Felipe Augusto era, en esos momentos, bígamo. El concilio de Soissons que se celebró en marzo de 1201 concluyó sin dar solución al problema de Felipe Augusto, que abrevió los debates renunciando a la anulación de su matrimonio. En julio de 1201, Inés de Méran murió en Poissy al dar a luz a un segundo heredero: Felipe. Antes, en 1198, había nacido María, reconocida por el Papa en noviembre de 1201. La crisis se dio por suspendida y la sucesión dinástica quedó asegurada.

Felipe Augusto retomó el proceso de anulación en 1205 aduciendo la no consumación del matrimonio. Intentó forzar los acontecimientos pretendiendo casarse una tercera vez y constató, definitivamente, que todos sus proyectos sobre este asunto resultaban inútiles. El rey terminó por romper las negociaciones para la anulación en 1212 de la misma manera abrupta en que lo había hecho en 1201 y, resignado, aceptó que Isambur ocupara su lugar como reina de Francia, aunque jamás tuvo con ella relaciones conyugales.

La lucha contra Ricardo Corazón de León[editar]

Ricardo Corazón de León continuó la cruzada tras la marcha de Felipe Augusto. Conquistó los principales puertos palestinos llegando hasta Jaffa y restableció el reino latino de Jerusalén, aunque la ciudad propiamente dicha no pudo ocuparla. Negoció, por último, una tregua de cinco años con Saladino y reembarcó en el mes de octubre de 1192. Las tempestades invernales volvieron a sorprenderle y tuvo que refugiarse en Corfú, donde fue capturado por el duque Leopoldo de Austria, que le puso en manos de su enemigo, el emperador alemán Enrique VI.

Felipe Augusto aprovechó la ocasión para negociar con Juan sin Tierra, el hermano menor de Ricardo que no creía que este regresara. Esperando recuperar la corona inglesa gracias al apoyo de Felipe Augusto, le rindió vasallaje en 1193. Después, tras el ataque de Felipe Augusto a las posesiones de los Plantagenet, Juan sin Tierra cedió al rey de Francia el este de Normandía, excepto RuanVaudreuilVernuil y Évreux, por medio de un acuerdo firmado en enero de 1194.

Ricardo fue finalmente liberado en 1194 y su respuesta fue inmediata. Obligó a Felipe Augusto a renunciar a la parte esencial de sus recientes conquistas por medio de un primer tratado llevado a cabo en enero de 1196. Las luchas entre ellos se reiniciaron y Ricardo invadió Vexin (1197-1198). Los dos reyes buscaban apoyos, mientras Inocencio III, que trataba de poner en pie una nueva cruzada, les obligó a negociar. La situación se arregló de manera súbita: durante el asedio al castillo de Châlus, en 1199, Ricardo fue alcanzado por una flecha muriendo pocos días después, el 6 de abril, cuando contaba cuarenta y un años.

Nacimiento de Felipe II.

Las grandes conquistas (1199-1214)[editar]

Las victorias frente a Juan sin Tierra[editar]

La sucesión de Ricardo Corazón de León no resultó fácil: Juan sin Tierra tenía frente a sí a Arturo I de Bretaña (doce años), hijo de su hermano mayor Godofredo II de Bretaña, muerto en 1186, un serio pretendiente al trono. Felipe Augusto aprovechó la rivalidad existente entre ambos y, de la misma manera que se había aliado con Juan contra su hermano Ricardo, se alió esta vez con Arturo contra Juan. Felipe Augusto recibió el vasallaje del conde de Bretaña en la primavera de 1199. Esto le permitió negociar, en posición superior, con Juan sin Tierra el tratado de Goulet firmado en mayo de 1200, que resultó favorable para Felipe Augusto. Este tratado selló asimismo el matrimonio entre Luis VIII de Francia y Blanca de Castilla, sobrina de Juan.

Sin embargo, las hostilidades no cesaron y se concentraron en Aquitania. Felipe se alió, por una parte, con Arturo y, por otra, llamó a Juan, su vasallo según el tratado de Goulet, para intervenir en sus acciones en Aquitania y Tours. Juan, naturalmente, no se presentó, y la corte de Francia decretó la confiscación de todos sus feudos.

La siguiente batalla se desarrolló en el terreno militar. En la primavera de 1202, el rey emprendió el asalto de Normandía, mientras que Arturo atacaba Poitou. Pero el joven conde fue sorprendido por Juan durante el asedio de Mirebeau, donde fue hecho prisionero junto con sus tropas. Arturo de Bretaña desapareció durante los meses siguientes y, probablemente, fue asesinado a principios de 1203. Felipe Augusto aseguró su apoyo a los vasallos de Arturo y volvió a atacar Normandía durante la primavera de 1203. Desmanteló la defensa de los castillos normandos, conquistó Le Vaudreuil y puso sitio al Castillo-Gaillard en septiembre de 1203. Por su parte, Juan cometió el terrible error de abandonar Normandía para regresar a Inglaterra en diciembre de 1203. El Castillo-Gaillard fue tomado el 6 de diciembre de 1204.

Felipe Augusto pudo invadir, entonces, al mismo tiempo Normandía: FalaiseCaenBayeux y, por último Ruan, que capituló el 24 de junio de 1204, al darse cuenta de que no llegaba la ayuda de las tropas de Juan. Verneuil y Arques cayeron inmediatamente después afirmando el éxito de Felipe Augusto que acababa de conquistar toda la Normandía en dos años de campaña. Felipe se dirigió luego hacia el valle del Loira y tomó en primer lugar Poitiers en agosto de 1204, y en 1205 conquistó Loches y Chinon. Finalmente, Juan y Felipe, concertaron una tregua en Thouars que se hizo efectiva el 13 de octubre de 1206.

La consolidación de las conquistas[editar]

Durante todo el período comprendido entre 1206 y 1212, Felipe Augusto se dedicó a consolidar sus conquistas territoriales. El dominio capetino fue bien aceptado en ChampañaBretaña y Auvernia, pero los condados de Boulogne y Flandes plantearon más problemas.

Renaud de Dammartín, conde de Boulogne, constituía su primer punto de preocupación. Pese a las atenciones de Felipe Augusto, que en 1210 casó a su hijo Felipe de Hurepel con Matilde, hija de Renaud. Este último negoció con el bando enemigo, y las sospechas de Felipe Augusto aumentaron cuando el conde empezó la fortificación de Mortain, en la Normandía occidental. En 1211, Felipe Augusto pasó a la ofensiva y tomó Mortain y Dammartín. Renaud de Dammartín huyó y se refugió en el condado de Bar, con lo que dejó de representar un problema inmediato.

En Flandes se inició un período de incertidumbre: en el verano de 1202, Balduino, conde de Flandes y de Henao se incorporó a la cuarta cruzada, participó en la toma de Constantinopla y fue nombrado emperador del nuevo imperio latino que se había fundado en mayo de 1204. En 1205 fue hecho prisionero por los búlgaros y, poco después, fue asesinado. Felipe, hermano de Balduino y conde de Namur, asumió la regencia de Flandes y juró fidelidad a Felipe Augusto pese a la oposición de sus consejeros. El rey, a fin de estabilizar el condado, casó a la única heredera de Balduino, su hija Juana con Fernando de Portugal, conde de Flandes en 1211. Felipe Augusto creyó que, de esta manera, podría contar con el vasallaje de Flandes.

El problema germánico fue otra de sus mayores preocupaciones. Tras la muerte de Enrique VI Hohenstaufen sucedida en 1197, el papa Inocencio III tenía que designar al nuevo emperador. Había dos candidatos para el cargo: por una parte, Otón de Brunswick, avalado por su tío Juan sin Tierra y favorito de Inocencio III y, por otra, Felipe de Suabia, hermano de Enrique VI, avalado por Felipe Augusto y coronado rey de los Romanos en 1205. Felipe de Suabia fue asesinado en junio de 1208 y, sin rival, Otón fue coronado emperador en octubre de 1209. Inocencio III se arrepintió enseguida de esta elección pues el nuevo emperador puso rápidamente de manifiesto sus ambiciones italianas. Otón fue excomulgado en 1210 y Felipe Augusto negoció con el rey de Sicilia, Federico de Hohenstaufen, el hijo de Enrique VI, que había sido coronado rey de los Romanos en Maguncia en 1212, una alianza con la que, Felipe Augusto, esperaba poder hacer frente a las ambiciones de Otón.

La Batalla de Bouvines[editar]

La increíble reacción de Felipe Augusto indujo a sus rivales a unirse. La coalición se concretó en 1212: se unieron a la misma, Juan sin Tierra, Otón y Renaud de Dammartín que fue el verdadero artesano de la coalición. Este, que no tenía nada que perder, se dirigió a Fráncfort buscando el apoyo de Otón; después se fue a Inglaterra donde rindió homenaje a Juan, que le restableció, oficialmente, en sus posesiones inglesas. Las hostilidades entre Felipe Augusto y Juan sin Tierra se reanudaron inmediatamente.

Al mismo tiempo, las primeras operaciones de la Cruzada albigense, dirigida por los barones, enfrentaron al conde de Toulouse y a los cruzados. Felipe Augusto, concentrado en el peligro inglés, aplazó la resolución de este problema. Felipe Augusto reunió a sus barones en Soissons el 8 de abril de 1213 y dejó a cargo de su hijo, el príncipe heredero Luis el León, la expedición contra Inglaterra. Felipe Augusto obtuvo el apoyo de todos sus vasallos, salvo el de Fernando, conde de Flandes, al que él mismo había designado como tal dos años antes. Felipe Augusto recabó entonces nuevos apoyos, especialmente en el entorno de Enrique de Brabante. Tras un período de incertidumbre, Inocencio III decidió apoyar a Juan sin Tierra, un apoyo moral pero, sin duda, no desdeñable. Los preparativos para la batalla fueron lentos: el proyecto inicial de Felipe Augusto que deseaba invadir Inglaterra quedó, literalmente, abortado, cuando su flota fue asaltada, en mayo de 1213, por la coalición enemiga en Damme. Durante los meses siguientes, Felipe Augusto y Luis VIII se abalanzaron contra los condados de Boulogne y de Flandes. Las ciudades fueron rápidamente asoladas.

En febrero de 1214, Juan sin Tierra desembarcó en el continente, en La Rochelle, con la intención de sorprender a Felipe Augusto. Una estrategia que, en principio, tuvo éxito, dado que Juan consiguió adeptos entre los barones de Limousin y Poitou. En mayo de 1214, se dirigió al valle del Loira y tomó Angers. Felipe Augusto, inmerso en el conflicto de Flandes, confió a su hijo Luis el ataque contra Juan. El joven príncipe heredero se dirigió, inmediatamente, a la fortaleza de la Roche-aux-Moines. Juan sin Tierra, fue presa del pánico: la ayuda de los poitevinos era muy dudosa y Luis se acercaba acompañado por 800 caballeros. El rey de Inglaterra huyó el 2 de julio y la derrota inglesa fue absoluta. Pero la coalición no había perdido todavía: en el norte debía dirimirse todo.

Felipe II cruzando el Loira.

El enfrentamiento final entre los ejércitos de Felipe Augusto y los de la coalición, dirigidos por Otón, era inevitable. El 27 de julio de 1214, el ejército de Felipe Augusto, perseguido por la coalición, llegó a Bouvines con el fin de atravesar el puente del río Marque. En domingo, la prohibición de combatir era obligatoria para todos los cristianos, pero Otón decidió pasar a la ofensiva y sorprender al enemigo cuando se dispusiera a atravesar el puente. El ejército de Felipe Augusto se vio sorprendido por detrás, pero se organizó rápidamente, respondiendo a las tropas enemigas antes de enzarzarse en el puente, luchando contra la coalición. El flanco derecho francés se enfrentó a los caballeros flamencos dirigidos por Fernando. En el centro, Felipe Augusto y Otón se encontraron cara a cara. En medio de la pelea entre los caballeros, Felipe Augusto fue descabalgado, sus caballeros le protegieron, le ofrecieron un caballo fresco, y el rey volvió al asalto consiguiendo que Otón emprendiera la retirada. Por último, en el flanco izquierdo, los partidarios de Felipe Augusto se enfrentaban a Renaud de Dammartín que fue capturado tras ofrecer una prolongada resistencia. La suerte acudió en ayuda de Felipe Augusto, pese a la inferioridad de sus tropas (1300 caballeros y 4000/6000 soldados a pie, contra 1300/1500 caballeros y 7500 soldados a pie de la coalición). La victoria fue total: el emperador huyó, y los hombres de Felipe Augusto hicieron 130 prisioneros, entre los que se encontraban cinco condes, especialmente dos de ellos que fueron los que deshonraron el tratado: Renaud de Dammartín, y Fernando el conde de Flandes.

La coalición se disolvió tras la derrota. El 18 de septiembre de 1214, en Chinon, Felipe Augusto firmó una tregua de statu quo, por cinco años, con Juan sin Tierra que, no obstante, continuó acosando, en el Sur, los dominios de Felipe Augusto. El rey inglés regresó a Inglaterra en 1214. Después del tratado de Chinon, Juan sin Tierra abandonó todas sus posesiones del norte del Loira: Berry y Turena que junto con el Maine y Anjou fueron devueltos al dominio real, abarcando, así, un tercio de Francia, que, singularmente ampliado, quedó libre de cualquier amenaza.

Después de la victoria de Bouvines (1214-1223)[editar]

La expedición inglesa del príncipe heredero de Francia Luis el León[editar]

La victoria sobre el continente fue absoluta, pero las ambiciones reales no terminaron ahí, Felipe Augusto deseaba ir más lejos en su lucha contra Juan de Inglaterra. Hizo valer el hecho de que Juan tenía que ser privado del trono apelando a la traición hecha a Ricardo en 1194, así como a la muerte de su sobrino Arturo; e hizo valer una interpretación, realmente dudosa, de la genealogía de su esposa Blanca de Castilla. Luis el León dirigió una expedición contra Inglaterra. El desembarco tuvo lugar en mayo de 1216 y Luis, al frente de una numerosa tropa (1200 caballeros, además de muchos rebeldes ingleses) conquistó el reino inglés, y se instaló en Londres. Solo WindsorLincoln y Dover ofrecieron resistencia. Pero, pese a la cálida acogida ofrecida al futuro Luis VIII de Francia por parte de la mayoría de los obispos ingleses, el apoyo del Papa a Juan sin Tierra continuó siendo eficaz y Luis fue excomulgado. Juan murió, súbitamente, de una grave indigestión el 19 de octubre de 1216. Los viejos aliados de Juan hicieron coronar entonces, a toda prisa, a Enrique III de Inglaterra cuando sólo contaba nueve años. Inocencio III acababa de morir también, pero su sucesor Honorio III continuó defendiendo a los legalistas. De inmediato, los obispos retiraron su apoyo a Luis y los rebeldes se apaciguaron. El príncipe fue a Francia en busca de ayuda a principios del 1217 y regresó a Inglaterra. Esta vez fue derrotado. Luis aceptó negociar la paz en junio, negociación que concluyó en septiembre de 1217 y su excomunión fue levantada.

La actitud de Felipe Augusto frente a esta expedición fue un tanto ambigua ; en todo caso el rey no la apoyó oficialmente, pero es fácil imaginar que diera su consentimiento para la misma, por lo menos a título privado.

La cruzada albigense[editar]

Desencadenada en 1208, la cruzada contra los heréticos albigenses volvió a enfrentar a Simón IV de Montfort, que dirigía la cruzada compuesta por los barones del Norte, y a Ramón VI de Tolosa conde de Tolosa, que apoyaba, secretamente, a los heréticos. Al mismo tiempo, Pedro II de Aragón que tenía puestas sus miras en la región, apoyó al conde de Toulouse antes de ser vencido y asesinado por Simón de Montfort en la Batalla de Muret, en 1213.

Después de la batalla de la Roche-aux-Moines, Luis el León partió, por primera vez, hacia el sur de Francia en abril de 1215 y ayudó a Simón de Montfort a consolidar sus posiciones. Este último, y de acuerdo con el papa Honorio III y Felipe Augusto fue nombrado conde de Toulouse. Pero la ciudad de Toulouse resistió el asedio que se prolongó durante largo tiempo y Simón murió en abril de 1218. El papa nombró a su hijo Amaury VI de Montfort como sucesor y encargó a Felipe Augusto una nueva expedición. Luis el León partió en mayo de 1219, y se reunió con Amaury en el asedio de Marmande donde sus habitantes fueron masacrados. Tras cuarenta días de hostilidades Luis regresó sin haber conseguido entrar en Toulouse. Una nueva expedición fue enviada por Felipe Augusto en 1221, dirigida, esta vez, por el obispo de Bourges y el conde de la Marche que no obtuvieron éxito alguno.

Ciertamente la envergadura de estas expediciones fue muy pobre. El empeño de Felipe Augusto por someter el Midi y poner fin a la herejía albigense, parece un tanto discutible. Fue necesario esperar el reinado de sus sucesores para dar por terminado el problema albigense.

Final del reinado[editar]

Después de Bouvines, las operaciones militares se llevaron a cabo en Inglaterra o en el Midi. Todo el norte del Loira permanecía en paz gracias a la tregua firmada en Chinon en 1215, en principio por cinco años y prolongada en 1220 con la garantía del futuro Luis VIII, una asociación que significó el principio de la transición de Felipe Augusto a su hijo y heredero.

Si bien las conquistas por medio de las armas cesaron, Felipe Augusto fue incrementado su poder aprovechándose de las sucesiones problemáticas como, por ejemplo, el caso de Champaña con la sucesión de Teobaldo I de Navarra, que le permitió hacerse con su feudo. En algunos de estos casos el rey pudo, asimismo, recuperar distintas tierras, como: IssoudunBullyClermont-en-Beauvaisis e incluso Poitiers.

La prosperidad del reino, cuando finalizaba el reinado de Felipe Augusto, era incuestionable. Se estima el excedente anual del Tesoro en 25.210 libras en noviembre de 1212. En esta misma fecha, el Tesoro real ascendía a 157.036 libras, es decir, más del 80% de la renta anual ordinaria global de la monarquía. El testamento de Felipe Augusto, redactado en septiembre de 1222, confirma estas cifras, dado que la suma de sus legados se elevaba a 790.000 libras. Este testamento fue redactado cuando el estado de salud de Felipe Augusto presagiaba su fallecimiento que se produciría diez meses más tarde.

Cuando Felipe Augusto se encontraba en Pacy decidió asistir, en contra de la opinión de los médicos, a la reunión eclesiástica que se organizó en París con motivo de la preparación de las nuevas cruzadas. No pudo soportar la fatiga del viaje y murió el 14 de julio de 1223 en Mantes. Su cuerpo fue llevado a París y los funerales fueron organizados de inmediato, en Saint Denis, celebrándose en presencia de todos los grandes del reino. Fue la primera vez en la que se enterró a un rey de Francia revestido con todas los símbolos de la realeza y con un rito solemne inspirado en los ritos de los reyes de Inglaterra.

Coronación de Felipe II.

El ejercicio del poder regio[editar]

Carácter y perfil psicológico[editar]

El rey Felipe Augusto [...] era de buena constitución, con pelo revuelto tirando a pelirrojo , pero había perdido la visión de un ojo. Personalmente no era valiente, aunque colérico y egoísta, sabía reprimir sus pasiones. No le gustaba la ostentación ni sentimental ni material. Su corte era sombría y austera. No le preocupaban las artes, ni poseía buena educación, aunque apreciaba el valor de los hombres de ciencia y buscaba su amistad por razones políticas y la conservaba gracias a su aguda y sentenciosa conversación. Como político era paciente y observador, astuto, desleal y carente de escrúpulos. Pero le dominaba el sentido del deber y la responsabilidad. A pesar de la mezquindad para consigo mismo y con sus amigos, mostrábase generoso con los pobres y les protegía contra sus opresores. Era un hombre que,aunque atractivo, antipático, pero un buen rey. Entre los francos de Oriente gozaba de un prestigio especial, pues era el soberano de las familias de las que procedían todos ellos, y muchos de los cruzados forasteros eran directa o indirectamente sus vasallos.
Steven Runciman2

Las conquistas[editar]

Las conquistas de Felipe II Augusto.

A su muerte, Felipe Augusto, dejó a su hijo y sucesor Luis VIII, un territorio considerablemente engrandecido. El contraste entre el advenimiento de Felipe Augusto, bajo una tutela de los barones, con un dominio que le convertía en rey de la Isla de Francia más que de la propia Francia y el final de su reinado, con un dominio engrandecido al cual había que sumar los numerosos territorios sometidos por medio del vasallaje de sus señores, no podía ser más evidente. El territorio bajo el control del rey inglés estaba en Guyena, muy lejos de París.

Estas conquistas territoriales hicieron de Felipe Augusto un rey organizado, en cuyo cometido prosiguió su hijo Luis VIII. Solo después de la Guerra de los Cien Años, pudo hacerse un recuento efectivo de las posesiones reales francesas. Establecer estas conquistas pasa, no obstante, por otros baremos, diferentes a las simples victorias militares o diplomáticas.

El gran éxito de Felipe Augusto reside en el hecho de que: al mismo tiempo que agrandaba el territorio procuraba reafirmar el poder real en estas nuevas tierras, condición indispensable de la perennidad de estas nuevas posesiones. Este objetivo se obtenía, en principio, con una nueva política de fortificaciones y castillos : Felipe Augusto hizo elaborar su inventario y, a su costa, se hicieron las construcciones en los dominios y feudos.

Las antiguas empalizadas desaparecieron y fueron reemplazadas por torreones de piedra que Felipe quería poligonales o cilíndricos, a fin de que ofrecieran una mayor resistencia a las armas de asedio, así como para evitar los ángulos muertos de la defensa. Se construyeron gran cantidad de torreones. Casi a finales de su reinado los torreones evolucionaron y se construyeron de forma cuadrangular de contornos redondeados en cada esquina. El Louvre es uno de sus mejores ejemplos. Pero eso no fue todo, la estabilización de las conquistas pasó, también, por nuevas formas de administración de los territorios.