SIGLO XII - LITERATURA
El Chronicon Compostellanum (Cronicón compostelano en castellano) es una crónica narrativa en latín medieval sobre la historia de España, desde la invasión visigoda (siglo V) hasta la muerte de Urraca I de León, el 8 de marzo de 1126. Fue probablemente escrita poco después de aquella fecha y seguramente en Galicia.
Comprende la historia del reino visigodo y del reino de Asturias, incorporando la Laterculus regum Ovetensium («Lista de los reyes de Oviedo»), una lista de regentes astures desde Don Pelayo hasta Alfonso II, escrita hacia el 791 y también incorporada en el Chronicon Iriense y en el Annales Portugalenses veteres. También en el siglo XI, en el reino de León, se redactó la Historia Silense (1109–18), por lo que el Chronicon Compostellanum es la segunda fuente más antigua que ha llegado hasta la actualidad. La causa de la muerte de Urraca (trabajando con el hijo de su amante, Pedro González de Lara) aparece en el Chronicon. Su primer editor, Enrique Flórez, en su vigésimo octava nota preliminar al apéndice de documentos latinos en el volumen veintitrés de su "España Sagrada", describió así el texto:
Este documento fue escrito en unas copias de la Historia Compostelana, que tuve al tiempo de publicar aquella Historia, y por esto le doy nombre de Chronicon, tomado de uno de aquellos Codices, porque tampoco está en todos, pues no es obra de sus Autores, sino de algun posterior, y nada afecto a la Reyna D. Urraca, madre de D. Alfonso VII. Su copia salió muy errada en los números del principio: pero tiene muchas individualidades acerca de los hijos de D. Fernando I. por lo que, y habiéndole ya citado en otras partes, le damos con los otros.
El Códice Calixtino (en latín, Codex Calixtinus; fl. c. 1140-1181) es el nombre propio de un manuscrito iluminado de mediados del siglo XII que contiene el más antiguo texto del Liber Sancti Iacobi (c. 1140-1160).
En él se reúnen sermones, himnos, milagros, relatos de la traslación del Apóstol, textos litúrgicos y piezas musicales relacionados con el Apóstol Santiago. Su cuarto libro narra el descubrimiento de la tumba por Carlomagno. El quinto constituye una especie de guía para los peregrinos que seguían el Camino de Santiago en su viaje a Santiago de Compostela, con consejos, descripciones de la ruta y de las obras de arte así como de las costumbres locales de las gentes que vivían a lo largo del Camino.
Este documento se custodia en la Catedral de Santiago de Compostela, en la provincia española de La Coruña.

Codex Calixtinus, Folio 4r, Apóstol Santiago.
Liber Sancti Iacobi[editar]
Aunque a veces se denomina al Liber Sancti Iacobi como Codex Calixtinus, ambos conceptos no son idénticos. El Liber Sancti Iacobi representa el contenido del libro, del cual a lo largo de los siglos se copiaron varios manuscritos (unidad de encuadernación que en ocasiones se les ha dotado de distintos nombres propios) y con un contenido heterogéneo y variable. El más antiguo y notable códice o manuscrito con el Liber Sancti Iacobi se conoce con el nombre propio de Codex Calixtinus (c. 1140) y es el custodiado en la catedral de Santiago de Compostela.
La compilación que conocemos como Liber Sancti Iacobi fue redactada en diversas épocas y de forma independiente y podría estar ya configurada hacia el año 1140.
Historia[editar]
El Códice Calixtino fue copiado por al menos cuatro manos, dos de ellas muy similares. Al autor principal se le conoce con el nombre de Scriptor I. La autoría de Aymeric Picaud, sacerdote francés del siglo XII, es hoy controvertida. La obra se debe probablemente a la escuela catedral o episcopal de Santiago que acogía, en el siglo XII, maestros y estudiantes procedentes de varios países.
El manuscrito original constaba de 27 cuadernos: el primero era un quinión y el resto eran cuaterniones. Ya en época antigua se produjeron cambios en algunos cuadernos que alteraron la estructura del códice. Después, hacia el siglo XV se perdió el folio 220, que originariamente iría en blanco y pertenecería al último cuaderno. También debió perderse un folio, asimismo en blanco, que antecedía al actual folio 1. De ser esto cierto, el manuscrito llevaba, como era usual, el primer y el último folio en blanco sirviendo como guardas.
Posteriormente, quizás durante la encuadernación realizada a finales del siglo XII, se añadió a la estructura primitiva del códice un segundo apéndice (Apéndice II).
El libro IV fue separado del manuscrito en 1609, lo que conllevó el maltrato de los cuadernos 20, 21 y 24. Ambos volúmenes fueron encuadernados por separado por Alonso Rodríguez León. Finalmente, el libro IV fue agregado de nuevo durante la restauración de 1966, lo que exigió varios arreglos al manuscrito. En la misma restauración se recortaron las hojas que eran más grandes y sobresalían del resto.
Las anotaciones marginales que los canónigos de Compostela dejaron en el manuscrito, demuestran que el códice fue usado y leído ininterrumpidamente, al menos, hasta mediados del siglo XVI. Sin embargo, parece que a principios del siglo XVII el manuscrito dejó de interesar, cayendo en el olvido durante muchos años.
En la segunda mitad del siglo XIX, el manuscrito fue redescubierto por el canónigo archivero de la Catedral de Compostela, Antonio López Ferreiro. Sin embargo, fue dado a conocer públicamente por el jesuita Fidel Fita y Aureliano Fernández Guerra. En 1879, se trasladaron a Santiago en un viaje de estudio y peregrinación. Al año siguiente, en 1880, publicaron un libro acerca de su viaje a Santiago (Recuerdos de un viaje a Santiago de Galicia), dedicando los capítulos X y posteriores a la descripción y estudio del Codex Calixtinus. El libro incluía una fotografía del himno Dum Paterfamilias y una transcripción de su texto, así como varios versos del himno Ad honorem Regis summi. En 1882, le P. Fidel Fita publicó el último libro del Codex - entonces el libro IV - en París.
Hurto y recuperación[editar]
El 5 de julio de 2011, los archiveros de la catedral de Santiago de Compostela echaron en falta la obra y denunciaron el robo a las autoridades. El códice fue sustraído de una cámara blindada donde se encuentran depositadas las obras más valiosas del archivo. Las investigaciones revelaron que el hurto se había producido la semana anterior.
El sistema de seguridad del texto era muy riguroso, lo que había permitido mantenerlo a buen resguardo durante 800 años. La llave de la caja fuerte, sin embargo, era vigilada de un modo más laxo: las llaves se encontraron colocadas en la cerradura de la caja que custodiaba el que se considera la mayor joya del templo compostelano.12
Durante los meses siguientes la Policía Nacional investigó a los canónigos, investigadores, músicos y empleados de mantenimiento y limpieza, asumiendo como móvil más probable el afán de perjudicar al deán, tras haber comprobado el enfrentamiento interno existente entre los canónigos, y descartando en principio a una banda organizada o un robo por encargo.3[actualizar]
El 4 de julio de 2012 fue recuperado el códice por la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional; este había sido robado por el principal sospechoso, un electricista que había trabajado en la catedral, que también tenía en su poder otros documentos y objetos del templo, entre ellos varios facsímiles del propio códice calixtino y una importante suma de dinero en efectivo que había sido sustraída durante años de las colectas de la propia catedral.4
Estructura[editar]
El Codex Calixtinus consta de cinco libros y dos apéndices, con un total de 225 folios de pergamino escritos en las dos caras, con un tamaño de 295 x 214 mm. Salvo excepciones, el texto es siempre a una columna, con 34 líneas por página.
La estructura del códice es la siguiente:
Folio Numeración antigua Libro Título en latín Descripción f. 1 - 2v Carta del papa Calixto II f. 2v - 139 Libro I Anthologia liturgica Libro de las Liturgias f. 139v - 155v Libro II De miraculi sancti Jacobi Libro de los Milagros f. 156 - 162v Libro III Liber de translatione corporis sancti Jacobi ad Compostellam Traslación del cuerpo a Santiago f. 163 - 191 f. 1 - 29
(volumen separado)Libro IV L'Historia Karoli Magni et Rotholandi Conquistas de Carlomagno f. 192 - 213v f. 163 - 184v Libro V Iter pro peregrinis ad Compostellam Guía del Peregrino f. 214 - 219v f. 185 - 190v Apéndice I Contiene obras polifónicas f. 220 f. 191 (desaparecido) f. 221 - 225 f. 192 - 196 Apéndice II Es posterior a la redacción original del manuscrito
El primer libro es de carácter litúrgico, el segundo hagiográfico, el tercero y cuarto de naturaleza histórica y el quinto, que alcanzó una mayor celebridad, es una especie de Guía para el peregrino.
El Corpus pelagianum o Liber chronicorum ('libro de las crónicas') es una compilación de crónicas realizada por Pelayo, obispo de Oviedo, en la primera mitad del siglo XII. Se ha transmitido en un complejo conjunto de copias de unos originales perdidos, cuyo orden ha sido estudiado por Enrique Jerez.1
La parte principal de este libro de crónicas incluye la Historia de los reyes de los godos, vándalos y suevos de Isidoro de Sevilla, la Crónica sebastianense y la de Sampiro. La crónica de Pelayo tuvo una versión completa en algún momento posterior a 1118, ya que se refiere al matrimonio de la reina de Sicilia Elvira de Castilla, hija de Alfonso VI, con Rogelio II de Sicilia en ese año.2 Pelayo es la fuente más importante para la división del reino que tuvo lugar tras la muerte de Fernando I de León y Castilla (1065); y fue testigo ocular contemporáneo de los reinados de Alfonso VI y Urraca.
Estas versiones se constituyen en tres familias:
- La del desaparecido Codex vetustissimus ovetensis, cuyo texto se copió y conserva en el manuscrito 1346 de la Biblioteca Nacional de España. Parece representar el estadio más primitivo de la obra.3
- Compilación A, más centrada en la visión histórica, quedan varias copias de este códice cuyo original se ha perdido, como el BNE mss. 1358 y el BNE mss. 2805.4
- Compilación B. La más perfecta de las versiones, posiblemente iniciada en 1120 y concluida en 1142. Quedan muchas copias, destacando el mss. 1513 de la BNE datado generalmente en el siglo XIII y miniado.5
En puridad el Liber chronicorum denomina específicamente al núcleo de las crónicas contenidas en las compilaciones A y B, pero no a las del Codex vetustissimus ovetensis, que también formaría parte del Corpus pelagianum y sería su versión más primitiva y la compilación menos extensa. El Liber chronicorum concluye con una obra del propio Pelayo, el Chronicon regum legionensium, que no está presente en el Codex vetustissimus ovetensis.
Asimismo Pelayo interpoló en sus fuentes noticias de su propia autoría, con un propósito bien definido y un planteamiento siempre coherente con su ideología y el mensaje histórico que quería transmitir.

Folio 18 recto del manuscrito 2805 de la Biblioteca Nacional de España, del siglo XII, que contiene una familia intermedia de la evolución del Corpus pelagianum, la denominada Compilación A. La miniatura es una Inicial P que quizá representa al obispo Dulcidio rodeado de monstruos y grifos.
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