SIGLO XII
La conquista de Tortosa fue una operación militar efectuada en el marco de la Segunda Cruzada mediante la cual un ejército liderado por Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y princeps de Aragón, y del cual formaron parte las órdenes militares, tomó la ciudad de Turtusha, en aquel momento cabeza de una taifa musulmana independiente, en 1148.
Historia[editar]
Un año antes, en 1147, se había producido la conquista de Lisboa por los cruzados. La operación se enmarcó en la bula de la cruzada promulgada por el pontífice Eugenio III.1
Ramón IV contó con el apoyo de la República de Génova,2 un contingente anglo-normando,3 la Orden del Temple,4 y los caballeros hospitalarios.5 Durante el asedio a la ciudad tuvo lugar un bloqueo naval por parte de los genoveses que cerraba el río Ebro.4
Tras la conquista, Ramón Berenguer IV restableció la sede de la diócesis de Tortosa.
El Tratado de Tordehumos fue un tratado firmado el día 20 de abril de 1194 entre Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla, por mediación del legado papal Gregorio, cardenal titular de Sant Angelo y sobrino del Papa Celestino III, a fin de poner término a la guerra que los reinos de León y de Castilla mantenían desde el año 1191, en que fue acordada la Liga de Huesca por varios reinos cristianos peninsulares para hacer la guerra al reino de Castilla.
Antecedentes[editar]
Tras la defunción del rey Fernando II de León, acaecida en 1188, y la posterior subida al trono leonés de Alfonso IX de León, Alfonso VIII de Castilla invadió el reino de León y se apoderó de varias fortalezas, que desde ese momento le fueron reclamadas por el soberano leonés a su homólogo castellano.
En 1191 Sancho I el Poblador, rey de Portugal, propuso al rey aragonés un pacto para hacer frente al reino de Castilla. Alfonso II de Aragón, que aceptó la propuesta, comunicó al soberano portugués que deseaba que el pacto de alianza frente al reino de Castilla se extendiera al Reino de Navarra y al Reino de León. El pacto entre los cuatro reinos fue llamado la Liga de Huesca, y fue firmado el 12 de mayo de 1191, en la ciudad de Huesca.2Tras el acuerdo sellado en la ciudad de Huesca, los reyes de Aragón y Navarra invadieron el reino de Castilla, atacando el territorio soriano.3
En 1194 el cardenal Gregorio, legado del Papa Celestino III, se dispuso a mediar en el conflicto que dividía a los reinos de Castilla y León, consiguiendo que los soberanos de ambos reinos se aviniesen a firmar un tratado de paz, que fue rubricado en el municipio vallisoletano de Tordehumos el día 20 de abril de 1194.
Tratado de Tordehumos[editar]
En el tratado de Tordehumos se acordó que el rey de Castilla devolvería al monarca leonés las fortalezas que había ocupado durante la guerra entre ambos reinos, y que eran los castillos de Alba, Luna y Portilla. El resto de los castillos que habían sido ocupados por las tropas castellanas serían restituidos al reino de León tras la defunción de Alfonso VIII de Castilla, siendo dichos castillos los de Valderas, Bolaños de Campos, Villafrechós, Villarmenteros, Siero de Riaño y Siero de Asturias. Así mismo el legado ordenaba una pesquisa a Santervás de Campos para averiguar si anteriormente había dependido del castillo de Melgar, si hubiera dependido del castillo de Melgar, Santervás continuaría en poder el rey de Castilla, en caso contrario sería entregado al rey de León.
El legado papal confirmó que los castillos que habían constituido la dote matrimonial de la reina Teresa de Portugal serían considerados propiedad del reino de León, a pesar de la separación de ambos cónyuges. Además, se dispuso que en caso de conflicto se recurriría al arbitraje de la Santa Sede.
Se acordó también que en caso de que Alfonso IX de León falleciese sin dejar descendencia legítima el rey de Castilla heredaría su reino. El Maestre de la Orden del Temple, por parte del reino de León, y el Maestre de la Orden de Calatrava por la de Castilla, se comprometieron a cuidar los castillos que fueron entregados por ambos reinos como garantía de la paz, disponiéndose además que los dos Maestres obligarían a los dos soberanos a mantener la paz entre ambos reinos.
El Tratado de Calatayud fue un tratado firmado en Calatayud el 20 de mayo de 1198 por Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón en contra del rey de Navarra Sancho VII, el conde de Urgel Ermengol VIII y los sarracenos.
Con respecto al reino de Navarra se realizaba un reparto similar a los pactos realizados con anterioridad entre los vecinos Castilla y Aragón (Tratado de Carrión, Tratado de Tudilén, Tratado de Lérida y el Tratado de Cazola) aunque con un reparto mayor para Castilla. La división partía del río Arga cuyas poblaciones occidentales eran para Castilla, es decir, Milagro, Funes, Peralta, Falces, Miranda de Arga, Larraga y Mendigorría, y para Aragón, Alesves (Villafranca), Caparroso, Olite y Artajona. A la altura de Artajona se separaba del río hacia el este hasta Muruarte de Reta donde de nuevo se dirigía hacia el norte a Noáin y Pamplona, que la dividía, y seguía entre Huarte y Badostain en dirección al Pirineo. El valle de Esteríbar pasaría a manos castellanas, mientras Valderro y Roncesvalles quedaría en las aragonesas.
POETAS SIGLO XII
Abu al-Abbas Ahmad ibn Muhmmad ibn Musa ibn Ata Allah al-Sinhayi, conocido comúnmente por Ibn al-Arif, Ben al-Arif o Abenalarif (Almería, 1088 – Marrakesh, 1141). Famoso sufí nacido en Almería. Aunque Asín Palacios lo creyó maestro de la "escuela de Almería" y seguidor de las corrientes masarríes, otros estudios indican que el pensamiento de este autor es mucho más complejo: en él hay influencias de autores sufíes orientales (su Majasin al-Mayalis, La excelencia de la reuniones, sigue el mismo esquema que el Manazil al-Sairin de al-Ansari), su cadena iniciática incluye maestros orientales de la jirqa de al-Yunayd. Por otro lado sigue sin ser clara cuál era su relación con su contemporáneo Ibn Barrayan. Aunque Asín Palacios cree que este era alumno de Ibn al-Arif, la edición de la correspondencia entre ambos por P. Nwya y Dandas (editora de otra de Ibn al-Arif, Miftah al-sa'ada), presentan un panorama inverso, pues Ibn al-Arif llama a Ibn Barrayan "mi maestro", "mi senior",...
Pese a todo, el nombre que ha perdurado es el Ibn al-Arif, pues a él se remiten autores posteriores como Abu Madyan e Ibn al-Arabi citando su Mahasin al-mayalis, sus poemas y las transmisiones orales sobre su vida.
Una de las narraciones que han sobrevivido, que recoge al-Tadili en su Tashawuf an al-riyal al-Tasawwuf, es la de su viaje a Marrakesh por orden del sultán a Marrakesh. Según parece fueron interrogados por las sospechas levantadas contra ellos por parte de los ulemas. Aunque parece que Ibn al-Arif corrió mejor suerte que su comañero Ibn Barrayan, murió en esta ciudad, según algunos hagiógrafos, de muerte violenta. Su tumba es conocida, situada cerca del zoco de los herreros, y ha sido (y sigue siendo) visitada hasta la actualidad.
Obra[editar]
- Maḥāsin al-majālis, ed. crítica y trad. francesa, Geuthner, París, 1933
- Mahasin al-machalis, de Ibn al-'Arīf, ed. Sirio, Málaga, 1987
- Miftah al-sa`ada wa-tahqiq fariq al-sa`ada, Taha, Beirut, 1993
Ibn Baqi o Abu Bakr Yahya Ibn Muhammad Ibn Abd al-Rahman Ibn Baqi (muerto en 1145 o 1150) fue un poeta andalusí de Córdoba o Toledo.
Ibn Baqi es uno de los poetas estróficos y compositor del periodo almorávide (1091-1145). Vivió entre Marruecos y Al-Ándalus y escribió varios poemas panegíricos sobre los miembros de una notable familia norteafricana. Es especialmente famoso por sus muwashshahat.
En la antología de Al-Maqqari se encuentra un número considerable de sus poemas.
Guilhem de Berguedan (o pedri alonso 1138 - 1196) fue un trovador catalán. Aparte de la información que nos ofrece la vida de Guillermo de Bergadá que se encuentra en los Cancioneros, lo que podemos conocer sobre el trovador nos llega a través de documentos de la época y de sus propias composiciones.
Guillem de Berguedà | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | c. 1138 | |
Fallecimiento | c. 1196 | |
Nacionalidad | Española |
Vida[editar]
El vizcondado de Bergadá dependía del condado de Cerdaña y las primeras noticias que se tienen de los vizcondes son del siglo X. En el año 1131 aparece documentado Guillermo de Bergadá, padre del trovador, con motivo de rendir homenaje a Huguet de Mataplana, del cual tenía un feudo, y en 1138 aparece la primera mención del trovador, cuando se ve su firma infantil junto a la de su padre en un documento oficial. Escritos posteriores indican que tenía tres hermanos más pequeños: Ramón, Berenguer y Bernardo. Posiblemente la infancia y juventud de Guillermo de Bergadá transcurrió como la de otros personajes de aquella época: un tiempo de formación tanto en el aspecto físico como cultural en una Cataluña que estaba todavía en proceso de formación, con estrecho contacto con los territorios occitanos, y en que las disputas internas que se iban alternando con las guerras con los sarracenos eran el marco de fondo.
Algunos sirventeses nos dan noticia de su encarcelamiento por varios delitos antes de 1175, pero esta fecha es la que marca de forma clara su vida posterior. El 3 de marzo de este año mató a traición, es decir, de forma no honorable, a Ramon Folc, vizconde de Cardona, personaje que debía odiar profundamente al trovador, ya que éste le había insultado y humillado en varios sirventeses, y contra el que debía haber utilizado el gran poder que tenía en Cataluña y en la corte del rey Alfonso I, sin otros resultados que hacer aún más virulentos los ataques del trovador y llevarlo finalmente a la muerte. Las consecuencias del asesinato fueron inmediatas, Guillem Ferrer tuvo que esconderse y huir, finalmente, de Cataluña y, además, fue desposeído del título de vizconde que le correspondía como hijo mayor, aunque heredó las posesiones familiares, de las cuales nunca pudo disfrutar con tranquilidad. Durante siete años no se encuentran referencias del trovador, aunque podemos imaginar su vida de fugitivo, sin amigos que la ayudaran, por temor a las represalias que podían sufrir y quizás también debido, si realmente es verdad lo que indica la Vida del Cancionero, a la costumbre de Bergadá de no respetar esposas, hijas y hermanas, parece que sólo hizo excepción con Arnau de Castellbò, con quien Bergadá mantuvo una relación constante, y a quien ayudó y defendió en varias ocasiones. Sin embargo, parece que el trovador podía haber reunido en esta época un pequeño grupo de hombres que actuaban fuera de la ley por el territorio catalán. También es de esta época el peregrinaje que hizo a Santiago de Compostela.
Durante la década de los 80 se vuelve a encontrar documentación sobre el trovador. Así en el testamento de su padre, el 1183, consta como heredero de los castillos de Madrona (conocido como Castillo Berguedá), Casserres, Puig-reig, Espinalbet y Montmajor y el feudo que tenía por Hugo de Mataplana. A través de algunos sirventeses del gran trovador provenzal Bertran de Born, que era buen amigo suyo, conocemos la enemistad que tuvo con el rey Alfonso I, aunque el año 1185 y siguientes parece que había hecho las paces con el monarca, ya que consta en varias ocasiones en su cortejo, como en la entrevista que el monarca celebró el 14 de abril de 1185 al castillo de Najac de Roergue con el rey y también trovador Ricardo I Corazón de León, en aquel momento duque de Aquitania y conde de Poitiers y más tarde rey de Inglaterra (1189), para reforzar su alianza contra el conde de Tolosa. Del 1187 se conserva el testamento original de Guillermo de Bergadá, en el que deja el castillo de Puig-reig y el lugar de Fenollet en la Orden del Temple, mientras que el resto de posesiones, excepto algunos bienes menores que tendrán que ir a la Orden del Hospital, pasarán a su hermano Berenguer, que deberá dar una cuarta parte a Bernat. Todo lo retendrán los frailes del Temple hasta que sean pagadas las deudas que el testador había contraído. El testamento nos indica, como ya hemos insinuado, el poder feudal y económico del trovador: cinco castillos con caballeros y vasallos y las tierras correspondientes, varios lugares y masías en el Alto y Bajo Bergadá, feudos en la Cerdaña, y derechos a Caldes y Sentmenat del Vallés. El documento también nos permite deducir que no se había casado y que no tuvo descendencia directa reconocida.
Después de firmado el testamento desaparece de la mesnada y lo volvemos a ver enemistado con el rey Alfonso I, a quien satiriza en un sirventés. El 1190, de Bergadá ofendido con el rey y odiado por el arzobispo de Tarragona, anuncia en un sirventés dirigido a su amigo Arnau de Castellbò que se dirige a la corte de Alfonso VIII de Castilla, en ese momento aliado al rey de Navarra contra Alfonso de Aragón. Los últimos años de vida del trovador se caracterizan por su intervención en las luchas feudales en territorio catalán, principalmente en las que tuvieron el vizconde Arnau de Castellbò y Ponç de Cabrera contra el rey y el obispo y el conde de Urgel. En el año 1195, su amigo Bertran de Born, que como él había luchado y provocado muchas discordias, manifestó en un poema su arrepentimiento por la vida que había llevado y pedía a Bergadá que reflexionara sobre el pasado y siguiera su ejemplo. Poco caso de estos versos hizo el trovador, que continuó con sus disputas, aún más solo y más perseguido que en otros tiempos, pero al mismo tiempo más amenazador que nunca. Y tan violentamente como vivió, murió, asesinado por un soldado que seguramente cumplía las órdenes de alguno de sus enemigos. La muerte ocurrió entre 1195 y 1196.
Miscelánea[editar]
El año 1984, la compañía ACE Soft (con la colaboración de la Generalidad de Cataluña), publicó una aventura conversacional basada en las aventuras de Guilhem de Bergadá para ZX Spectrum y Amstrad CPC. Destacar que se trata del único videojuego de Specturm editado en catalán.
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