sábado, 31 de julio de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 HISTORIA DE ESPAÑA

El Sepulcro de Constanza de Castilla fue el sepulcro en el que reposaron los restos mortales de Constanza de Castilla, priora del monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid.

El sepulcro se encuentra expuesto en la actualidad en el Museo Arqueológico Nacional de España y está realizado en alabastro pintado y dorado.

Historia[editar]

Constanza de Castilla fue nieta del rey Pedro I de Castilla y priora del monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid. Después de su defunción, el cadáver de Constanza de Castilla recibió sepultura en el monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid. El sepulcro de Constanza de Castilla fue colocado en el coro de la iglesia del monasterio, protegido por un arcosolio, en el que estaba colocado el siguiente epitafio en letras doradas:1

AQUI YACE SEPUlTADA LA MUI NOBLE I MUI RELIGIOSA SEÑORA DOÑA CONSTANZA DE CASTILLA, HIJA DEL INFANTE DON JUAN, NIETA DEL REY DON PEDRO. FUE MONJA PROFESA DE ESTA CASA Y PRIORA DE ELLA MUCHOS AÑOS, I MURIO AÑO DE CUATROCIENTOS I SETENTA I OCHO.

Tras la demolición del monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid, llevada a cabo en 1869, el sepulcro de Constanza de Castilla fue llevado al Museo Arqueológico Nacional de Madrid, donde permanece expuesto en la actualidad.2

Descripción[editar]

Detalle de la parte frontal
Detalle de la estatua yacente

El sepulcro de Constanza de Castilla, de estilo gótico, está realizado en alabastro pintado y dorado. Fue esculpido en el último cuarto del siglo XV y mide 155 centímetros de altura, 229 centímetros de largo, y 71 centímetros de profundidad.

El sepulcro pertenece al tipo de monumento funerario utilizado por la nobleza castellana de mediados del siglo XV.3​ El sepulcro, cuya urna descansa sobre un basamento sin adornos, estuvo adosado a un muro y cubierto por un arcosolio, por lo que solamente fue decorada su parte frontal, en la que aparecen representadas las alegorías de la Prudencia, la Templanza, la Fe y la Esperanza. La estatua alegórica que representa la Fe aparece vestida con el hábito de la Orden de Santo Domingo, al igual que la estatua yacente que representa a Constanza de Castilla. Dos ángeles sostienen el escudo nobiliario de Constanza de Castilla, colocado en la parte frontal del sepulcro, y que es idéntico al utilizado por su padre, Juan de Castilla.

Sobre la tapa del sepulcro está colocada la estatua yacente que representa a Constanza de Castilla, de tamaño algo superior al natural, y vestida con el hábito de la Orden de Santo Domingo. Constanza de Castilla aparece representada portando un rosario entre sus manos y un libro de horas, símbolo de su cargo de priora, pues se contaban entre las funciones de la priora guardar, consultar y, en caso necesario, modificar el texto por el que se regía la actividad diaria de los monasterios.3

En los extremos de la tapa del sepulcro, sobre la que está colocada la estatua yacente, están colocadas también dos figuras en actitud de orar y vestidas de religiosas. En dichas figuras, algunos autores han creído reconocer a dos sobrinas de Constanza de Castilla, que fueron monjas en el monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid.1

El escultor que realizó el sepulcro, de nombre desconocido, pertenecía a la escuela hispano-flamenca.





El sepulcro de Juan II de Castilla e Isabel de Portugal es el mausoleo en el que reposan los restos mortales del rey Juan II de Castilla y los de su esposa, la reina Isabel de Portugal. Ambos fueron los padres de la reina Isabel la Católica.

El sepulcro está realizado en alabastro y es de estilo gótico. Se encuentra colocado en el centro de la nave de la iglesia de la Cartuja de Miraflores, situada a tres kilómetros de la ciudad de Burgos. Fue esculpido por Gil de Siloe.

Sepulcro del rey Juan II de Castilla y de su segunda esposa, la reina Isabel de Portugal.

Historia[editar]

Cartuja de Miraflores.

El rey Juan II de Castilla falleció en la ciudad de Valladolid el 22 de julio de 1454, a los 49 años de edad. Su cadáver recibió sepultura en el monasterio de San Pablo de Valladolid, hasta que, por disposición de su hija, la reina Isabel la Católica, fue trasladado a la Cartuja de Miraflores, donde el monarca deseaba ser sepultado.1

La reina Isabel de Portugal, segunda esposa de Juan II de Castilla, falleció el 15 de agosto de 1496 en el municipio abulense de Arévalo, y fue sepultada en el monasterio de San Francisco de Arévalo, hasta que, por disposición de su hija, la reina Isabel la Católica, sus restos mortales fueron trasladados a la Cartuja de Miraflores.

La reina Isabel la Católica encargó al escultor Gil de Siloe la construcción de un sepulcro para sus padres, los reyes Juan II e Isabel de Portugal, y también para su hermano, el infante Alfonso de Castilla. En 1486, la reina Isabel la Católica aprobó el proyecto que había realizado el escultor Gil de Siloe para ambos sepulcros, aunque hasta tres años después, en 1489, no comenzaron las obras.2​ Ambos sepulcros fueron colocados en la Cartuja de Miraflores, y en 1492 finalizó la construcción del sepulcro del infante Alfonso, y un año después, el 2 de agosto de 1493, finalizó la construcción del sepulcro de Juan II y su segunda esposa.3

El 10 de agosto de 1808, la Cartuja de Miraflores fue saqueada por las tropas francesas, en el transcurso de la Guerra de la Independencia. Los sepulcros de Juan II y su esposa, y el de su hijo, el infante Alfonso de Castilla, fueron profanados por las tropas francesas, que arrancaron de su sepulcro el cetro que Juan II llevaba en la mano, junto con esta última.4

Los restos mortales de los reyes[editar]

En 2006, con motivo de la restauración de la Cartuja de Miraflores, la Dirección General de Patrimonio y Bienes Culturales de la Junta de Castilla y León decidió realizar el estudio antropológico de los restos mortales de Juan II de Castilla y de su segunda esposa, quienes estaban enterrados en la cripta bajo el sepulcro real, así como el estudio de los restos depositados en el interior del sepulcro del infante Alfonso de Castilla, cuyo sepulcro está colocado en un lateral de la misma iglesia. El estudio antropológico fue realizado por Luis Caro Dobón y María Edén Fernández Suárez, investigadores del área de Antropología Física de la Universidad de León.5

El esqueleto del rey Juan II de Castilla estaba casi completo, a diferencia del de su esposa, la reina Isabel de Portugal, del que solamente quedaban varios huesos.6

Descripción del sepulcro[editar]

Retablo mayor de la Cartuja de Miraflores y, en primer plano, el sepulcro de Juan II e Isabel de Portugal.

El sepulcro de Juan II de Castilla y de su segunda esposa está realizado en alabastro y es de estilo gótico. Tiene planta octogonal en forma de estrella de ocho puntas, formada por la superposición de un cuadrado y un rombo. El sepulcro mide un metro y sesenta centímetros de altura aproximadamente, por lo que no es posible contemplar las estatuas yacentes de los reyes salvo desde el altar mayor de la iglesia.7

Los vértices de la estrella de ocho puntas que da forma al sepulcro están adornados con figuras alegóricas, imágenes de santos, apóstoles y, en las esquinas mayores del sepulcro aparecen las imágenes sedentes de los cuatro evangelistas. Completan la abundante decoración del sepulcro, tanto en torno al lecho mortuorio como en el soporte de la estrella, una serie de escudos reales, figuras de animales, decoraciones vegetales y motivos arquitectónicos. El zócalo que separa el sepulcro del suelo está decorado con figuras de animales y motivos vegetales.

La estatua yacente representa al rey Juan II de Castilla con su cabeza coronada descansando sobre dos almohadones, y vuelta ligeramente hacia el exterior. El rey está cubierto con un rico manto y adornado con numerosas joyas. En la mano derecha, mutilada en la actualidad, sostenía el cetro real, y con la mano izquierda el monarca recoge los pliegues de su manto real. El rey calza chapines que se apoyan en una peana bajo la que aparecen dos leones que están luchando y tienen entrecruzadas sus patas.8

La estatua yacente representa a la reina Isabel de Portugal con su cabeza coronada descansando sobre dos almohadones, y vuelta ligeramente hacia el exterior. La estatua yacente muestra a la reina más recostada que su esposo, y apoyando ligeramente el peso de su cuerpo sobre su brazo izquierdo. La reina viste ropa larga hasta los pies con sobretúnica, y el manto con el que se cubre está adornado con aljófares y pedrerías. En las manos lleva guantes y numerosos anillos, y ambas manos sostienen un devocionario abierto. A los pies de la reina están colocados un niño, un león y un perro, símbolo este último de fidelidad.

Las estatuas yacentes de ambos monarcas están separadas por una crestería gótica, al igual que los doseles de estilo gótico colocados por encima de las cabezas de las estatuas de ambos cónyuges.






El sepulcro de los Condestables de Castilla es un monumento funerario realizado por Felipe Vigarny en mármol de Carrara, hacia el año 1500, con las estatuas yacentes de Pedro Fernández de Velasco y su esposa Mencía de Mendoza y Figueroa, colocadas en el centro de la capilla de los Condestables en la catedral de Burgos (España).

Sepulcro de los Condestables en la catedral de Burgos.

Historia[editar]

La capilla dedicada a la Purificación de María fue encargada por los Condestables, para la función de panteón familiar y construida entre los años 1482 y 1496 por Simón de Colonia en la girola de la catedral; muestra un estilo de transición del gótico al renacimiento. Por ausencia del condestable, fue su esposa la duquesa de Frías doña Mencía1​ la que se encargó de las obras, a la vez que también encargaba la Casa del Cordón en Burgos y en Gamonal la Casa de la Vega, por lo que cuenta la leyenda que al regreso de su marido, de participar en la conquista de Granada, le comentó: «ya tienes palacio en que morar, quinta en que holgar y capilla en que orar y te enterrar».2

Descripción[editar]

Detalle de la imagen yacente de Pedro Fernández de Velasco.
Cartela de Mencía de Mendoza en los pies de su sepulcro.

El sepulcro se encuentra colocado en medio de la capilla enfrente del altar. Las figuras de los yacentes están tratadas con gran virtuosismo y un realismo muy detallado en las facciones de los rostros, además con una gran profusión de elementos decorativos en sus vestiduras, así como en los cojines donde apoyan sus cabezas. Ambas llevan coronas condales con emblemas heráldicos, guardando cierta similitud con la estatua del sepulcro de Gonzalo de Lerma realizada por el mismo autor y colocada en la misma catedral de Burgos, aunque los ornamentos y dibujos de las vestiduras de los condestables son mucho más ricos, mostrando todo su poder social en los atributos de estos personajes. Don Pedro tiene las manos cruzadas sobre su pecho sosteniendo la empuñadura de la espada mientras que doña Mencía con las manos también sobre el pecho, aguanta un gran rosario que le cae sobre su túnica.3

La cama donde se colocan los yacentes es una losa de jaspe rojizo completamente lisa de forma troncopiramidal y los muros sin ningún tipo de ornamentación, lo que hace resaltar aún más la blancura del mármol y la decoración de las figuras tendidas sobre ella. Una cartela individual a sus pies, contiene sus epitafios. He aquí la transcripción de los mismos:

Aquí yace el muy ilustre señor don Pedro Fernández de Velasco, condestable de Castilla, señor del estado y gran casa de Velasco, hijo de don Pedro Fernández de Velasco y doña Beatriz Manrique, condes de Haro. Murió de sesenta y siete años, año de mil cuatrocientos y noventa y dos, siendo solo virrey de estos reinos por los Reyes Católicos.
Aquí yace la mujer y señora doña Mencía de Mendoza, condesa de Haro, mujer del condestable don Pedro Fernández de Velasco, hija de don Iñigo López de Mendoza y de doña Catalina de Figueroa, marqueses de Santillana. Murió de setenta y nueve años, año de mil y quinientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario