sábado, 24 de julio de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XV EN ESPAÑA

Con el nombre de Disturbios de Zaragoza se conocen una serie de episodios militares y revueltas que sucedieron en la capital del reino de Aragón, fundamentalmente en mayo de 1410, durante el periodo del Interregno en que la Corona de Aragón quedó sin sucesor al trono a la muerte de Martín el Joven el 25 de julio de 1409, heredero de Martín I el Humano.

Tras la muerte de Martín I de Sicilia el Joven, príncipe destinado a suceder en la monarquía aragonesa a su padre Martín I de Aragón, este rey se apresura a encontrar remedio a la sucesión de la Corona. Una de las soluciones en que pensó fue promover a Jaime II de Urgel, su sobrino, pues su padre Pedro II de Urgel y el rey Martín eran primos hermanos. Ya lo había postulado como Lugarteniente del Reino de Aragón en verano de 1408 y, en agosto de 1409, muerto Martín el Joven, lo propuso para Gobernador General de la Corona de Aragón.

Martín el Humano le ofreció el 15 de junio de 1408, muerto su padre Pedro II, el cargo de lugarteniente del reino de Aragón, que aceptó el 22 de septiembre,1​ pero los Diputados del General rechazaron el nombramiento por ser contrario a los Fueros del reino.23

Después de la muerte de Martín de Sicilia el 25 de julio de 1409, Jaime es propuesto por el rey Gobernador General el 5 de agosto de ese año, cargo que solía ostentar el primogénito real.4​ Pero poco antes de morir, el rey Martín el Humano revocó el 17 de mayo de 1410 el nombramiento de Jaime debido a las alteraciones que provocó en Zaragoza, donde introdujo tropas armadas y se enfrentó al gobernador de Aragón Gil Ruiz de Lihorí, al Justicia Mayor de dicho reino Juan Jiménez Cerdán y al arzobispo García Fernández de Heredia.5​ El rey murió sin dejar nombrado sucesor, y retiró su apoyo a quien había llamado frecuentemente «nuestro querido sobrino».






El Sitio de Antequera de 1410 fue una victoria castellano-leonesa sobre la guarnición nazarí de esta ciudad española. La victoria otorgó gran prestigio al infante Fernando de Castilla, facilitándole la sucesión en el trono de Aragón, concluida en el Compromiso de Caspe de 1412. En el siglo XV tuvo lugar en España la batalla de antequera, llamada también ``de los cuernos``, por haberse utilizado en ella cuernos, pezuñas y otros restos de animales de difícil combustión y muy fumígenos, cuyos humos acres sembraron la desorganización en las filas árabes.

Historia[editar]

La campaña de 1410[editar]

En 1410 el infante Fernando de Castilla, regente de Juan II de Castilla, decidió emprender una gran campaña contra los nazaríes tras algunos meses de tregua. Ya en febrero don Fernando inició su marcha hacia la frontera, yendo de Valladolid, donde había pasado la Corte el invierno, a Extremadura, y de allí a Córdoba, donde recibió la noticia de la caída de Zahara ante los granadinos, que mataron a 114 hombres y se llevaron cautivos a las mujeres y los niños. La fortaleza había resistido defendida tan solo por 20 hombres, pero el culpable del desastre fue un escudero llamado Antón Fernández de Beteta, que vendió información clave a los musulmanes.

El 24 de abril, los líderes cristianos, reunidos en Alhonoz, decidieron atacar Antequera, aunque esperando a que pasaran las lluvias primaverales y reunieran tropas y equipamiento suficientes. Sin embargo, el infante Fernando, deseoso de una victoria rápida que hiciera aumentar su fama, no atendió a razones y partió de inmediato a Antequera, a donde llegó el 26. Tras rodear la villa, se encargó de traer desde Sevilla el necesario material de asedio.

Para poner fin al asedio antes de que los cristianos se atrincheraran, el rey Yusuf III de Granada movilizó con rapidez 5.000 caballeros y los 80.000 peones que, dirigidos por los infantes Sidi Alí y Sidi Hamet, llegaron a Archidona la tarde del 4 de mayo.

Al día siguiente se aproximaron a Antequera, produciéndose varias escaramuzas, y el día 6 se produjo una cruenta batalla, al cargar los infantes granadinos sobre las posiciones cristianas en la Sierra de la Rábida, comandadas por el entonces obispo de PalenciaSancho de Rojas.

La batalla estuvo indecisa hasta que llegó el infante Fernando con el grueso de su ejército, poniendo al enemigo en desbandada. Murieron 15.000 musulmanes y tan solo 120 cristianos, pero los supervivientes prefirieron dedicarse a robar los cadáveres y el campamento granadino en lugar de perseguir a los vencidos. Tras el desastre, el emir granadino intentó concertar la paz a través de su embajador, Zayd Al-Amín, pero el regente castellano se negó, determinado como estaba a obtener una gran victoria que le abriera las puertas del trono aragonés.

El cerco de Antequera[editar]

El 12 de mayo por fin llegó el equipo de asedio, comenzando una frenética actividad. Tras algunos retrasos, el asalto general tuvo lugar el 27 de junio, pero fue un fracaso: las escalas resultaron ser demasiado cortas para las murallas de Antequera y los defensores lograron quemar una bastida.

Para entretener a las tropas mientras se renovaba el equipo de asedio y mantener al enemigo a raya, el infante Fernando emprendió una serie de correrías por los alrededores de Antequera: se hizo una incursión en Loja y otra en Ronda, que resultó en una derrota y fue vengada al poco al desbaratar una celada de los moros de Ronda. El 11 de julio se envió una poderosa cabalgada que durante cinco días causó estragos por tierras de Málaga, derrotando a las tropas que salieron a su encuentro. Entretanto, en la frontera de Jaén, Alonso Fernández de Córdoba derrotó a fuerzas muy superiores del yerno y visir del rey granadino, Mofarrax, en la Batalla de Montefrío, dando muerte al comandante nazarí y tomando su pendón.

El emir de Granada pidió de nuevo la paz, enviando de nuevo a Zayd Al-Amín, pero Fernando le exigió unas condiciones leoninas: declararse vasallo de Castilla, pagar cuantiosas parias y liberar a todos los cautivos cristianos. Ante esas inaceptables exigencias, el embajador granadino intentó conspirar con algunos súbditos castellanos musulmanes para quemar el campamento de los sitiadores, pero la perfidia fue descubierta. Sin embargo, fuertes vientos inutilizaron las bastidas, obligando a posponer de nuevo el asalto. Mientras se traían repuestos, se completó el cerco de la villa con un muro y se pidieron fondos adicionales para financiar las operaciones.

A la mitad del verano llegaron noticias de la muerte del rey de Aragón, Martín I el Humano, a quien el infante pretendía suceder. Sin embargo, el cerco no avanzó más allá de algunas victoriosas escaramuzas. Pero el 2 de septiembre los sitiadores lograron privar a la ciudad de su abastecimiento de agua. El 10 de septiembre llegó el Pendón de San Isidoro de León, que elevó la moral cristiana.

En los días siguientes, mientras continuaban las escaramuzas en los alrededores del sitio, se ideó una estratagema. Desde lo alto de las bastidas, los cristianos comenzaron a disparar contra los guardias que oteaban en lo alto de las torres, hasta que los defensores dejaron de guarnecerlas para evitar las numerosas bajas. Aprovechando la ocasión, la noche del 16 de septiembre varios soldados cristianos se descolgaron desde una bastida hasta la torre más expuesta y la tomaron. Comenzó entonces una feroz lucha cuerpo a cuerpo en la villa que obligó a los defensores a retirarse a la alcazaba, donde pidieron negociar la entrega de la fortaleza a cambio de sus vidas, familias y bienes.

El infante les conminó a darse por cautivos y liberar a todos los cristianos, pero respondieron que preferían antes morir que entregarse. Retomadas las negociaciones, el Conde de Trastámara y el obispo Rojas convencieron al regente para que aceptara las condiciones de los sitiados a cambio de la liberación de los cautivos, pues el tiempo empeoraba y la fortaleza aún podía resistir mucho tiempo. Por tanto, se acordó respetar sus vidas y bienes y permitirles retirarse a Archidona, para lo cual se les prestaron 1000 bestias de carga.

El 24 de septiembre el conde y el obispo tomaron posesión de la alcazaba, y al día siguiente salieron los últimos defensores: 895 hombres con 770 mujeres y 863 niños. En los días siguientes vendieron a los cristianos los bienes que no podían transportar y marcharon en paz para Archidona, si bien algunos murieron por el camino.

Resultados[editar]

A comienzos de octubre se consagró como iglesia de Santa Eufemia la mezquita mayor y comenzó la retirada hacia Sevilla. El 14 de octubre tuvo lugar un fastuoso recibimiento en la capital hispalense, y el infante Fernando pasó a ser llamado "el de Antequera", en reconocimiento de su victoria.

El elevado coste del sitio de Antequera impidió continuar la guerra, aunque los benimerines propusieron una alianza contra los nazaríes. El 10 de noviembre se acordaron 17 meses de tregua con Granada, ahorrando así 20 millones de maravedíes en mantener el ejército y logrando la liberación de 300 cautivos cristianos.

Liberado el infante de sus preocupaciones en el sur, pudo entregarse plenamente a obtener el trono de Aragón, lo que logró en el Compromiso de Caspe de 1412.






El tratado de Ayllón fue un tratado de paz firmado en Ayllón (Segovia) entre el Reino de Portugal y el Reino de Castilla el 31 de octubre de 1411.

Antecedentes[editar]

La batalla de Aljubarrota aconteció al final de la tarde del 14 de agosto de 1385, entre tropas portuguesas al mando de Juan I de Portugal y de su condestable San Nuno Álvares Pereira, y el ejército castellano de Juan I de Castilla. La batalla se dio en el campo de San Jorge en los alrededores de la villa de Aljubarrota, entre las localidades de Leiría y Alcobaca en el centro de Portugal. El resultado fue la derrota de los castellanos, el fin de la crisis portuguesa de 1383 a 1385, y la consolidación de Juan I como rey de Portugal, el primero de la dinastía de Avis.

La paz definitiva con Castilla se estableció en 1411, con la firma del tratado de Ayllón bajo la regencia de Catalina de Lancáster, tras agresiones portuguesas en territorio castellano y acciones como la batalla de Valverde (15 de octubre de 1385), con el triunfo de San Nuno Álvares Pereira sobre los castellanos en Valverde de Mérida.

Consecuencias[editar]

Dicho tratado trajo un cese de hostilidades entre Castilla y Portugal por el cual aquella reconoce a la nueva dinastía portuguesa. La guerra era por la herencia dinástica de los Avis que hasta ese momento no era reconocida por Castilla 1

Fue ratificado el 30 de abril de 1423.





El puente Zuazo (o puente Suazo) es un puente situado en San Fernando (Cádiz), que une a dicha ciudad (situada en una isla) con Puerto Real y, por tanto, con el resto de la provincia de Cádiz, salvando el paso por el Caño de Sancti Petri. Este histórico puente ha sido escenario de combates muy importantes para la historia de España, como el saqueo de los ingleses o el sitio de las tropas napoleónicas.

Construido en piedra ostionera, es sin duda el símbolo de la ciudad de San Fernando, como queda reflejado en el escudo de la localidad.

Protegen al puente una serie de baterías defensivas, situadas en su mayoría en el margen puertorrealeño del caño, junto al Polígono Industrial Tres Caminos.

También está situado junto al puente el Real Carenero, antigua fábrica de motonería, lanas y jarcias, almacenaje de aprovisionamiento, e instalación de carenas; y germen de la actual San Fernando.

Puente Zuazo
Puentezuazosanfer.jpg
PaísBandera de España España
DivisiónEspaña y Puerto Real
LocalidadSan Fernando (Cádiz)
Construcción

Acueducto: Imperio romano

Primer puente: Edad Media

Puente actual: Edad Moderna
CruzaCaño de Sancti Petri
Inauguración

Acueducto de Gades17 a. C.

Puente actual: 14111
Coordenadas36°28′08″N 6°11′00″OCoordenadas36°28′08″N 6°11′00″O (mapa)
Longitud350 m
Ancho10 m
TipoArcadas sucesivas
MaterialPiedra ostionera

Situación[editar]

Situado en el límite de San Fernando (Isla de León) con Puerto Real. Comunica al tómbolo arenoso que forman Cádiz y San Fernando con el resto de la península ibérica, salvando el paso de la carretera CA-33 sobre el caño de Sancti Petri. Junto a él se encuentra el Real Carenero.

Historia[editar]

La historia del puente Zuazo ha estado influencia por su situación estratégica y a los constantes asaltos y combates sufridos en la zona. El puente, que une la península con la llamada Isla de León, fue construido en época romana para facilitar el tráfico por vía terrestre entre la ciudad de Cádiz y la tierra continental, salvando el brazo de mar conocido como caño de Sancti-Petri.

Orígenes[editar]

Sus orígenes datan de la época de dominación romana, siendo parte del acueducto de Gades que transportaba agua desde El Tempul, en las inmediaciones de la actual Jerez de la Frontera, hasta Gades (actual Cádiz). El actual puente, tal y como lo conocemos hoy día, fue obra del ingeniero de origen francés, afincado en la isla, Louis Gautier.

El puente debe su nombre al poseedor del señorío en el siglo XV, que era el Oidor del Consejo RealD. Juan Sánchez de Zuazo, que obtuvo la concesión durante el reinado de Juan II de Castilla.2

Saqueo de la ciudad[editar]

En 1596, durante la toma y saqueo de Cádiz, fue escenario del enfrentamiento entre las fuerzas españolas y las inglesas; en 1625, durante la expedición inglesa a Cádiz, lo fue del encuentro entre las fuerzas atacantes inglesas bajo el mando de Sir Edward Cecil y los defensores españoles del duque de Medina Sidonia; en ambas fechas los ataques ingleses fueron rechazados. En la batalla de Cádiz (1702) fue clave en la rápida intervención de las tropas cordobesas, dirigidas por el conde de Fernán Núñez, para expulsar la invasión anglo-neerlandesa de Cádiz, liberando a la ciudad.

Sitio de San Fernando[editar]

En la Guerra de la Independencia, el puente de Zuazo jugó un papel crucial para impedir el asalto de ejército francés comandado por el Mariscal Claude-Victor Perrin, Duque de Belluno, conocido como Mariscal Víctor, que tras el intento fallido de asaltar la cabeza defensiva del puente en la Batalla del Portazgo, puso sitio a la Isla de León y Cádiz con un ejército de unos 40,000 hombres durante dos años. En el puente se concentraron un gran número de baterías al mando de Capitán de Navío Diego de Alvear34​ defendiendo el último rincón peninsular no conquistado por las tropas napoleónicas. Hasta incluso en 1812, hubo que destruir el arco central del puente de Zuazo para evitar definitivamente el paso a los franceses, que terminaron retirándose ante la imposibilidad de cruzar el caño. En recuerdo de la hazaña, se instaló una placa que estuvo expuesta hasta la década de 1970, con el siguiente texto:

Aquí fue el límite de la España libre. En este histórico puente la brigada de artillería e infantería real de Marina y fuerzas civiles y del ejército, al mando del capitán de navío Diego de Alvear y Ponce de León, con su heroico actuar resistieron al ejército francés desde el 10 de febrero de 1810 al 26 de agosto de 1812, siendo estas piedras venerables el último reducto de la independencia española. El Excelentísimo e Ilustrísimo Ayuntamiento de San Fernando por acuerdo firmado en sesión del 23 de octubre de 1914


Actualidad[editar]

Actualmente el Puente Zuazo ha sido complementado con otro para mejorar las comunicaciones por carretera. El 29 de noviembre de 1996 fue inscrito como Bien de Interés Cultural. También se iniciaran próximamente los trabajos de reforma del puente, con motivo del Bicentenario de las Cortes de Cádiz, en el que participaran los ayuntamientos de San Fernando y la vecina Puerto Real, además del Ministerio de Fomento español.5

Cada 24 de septiembre, con motivo del aniversario de la primera reunión de las Cortes de Cádiz en la Iglesia Mayor, se recrean en el puente y las baterías cercanas combates que recuerdan a los librados en este lugar durante el asedio francés.

Baterías defensivas[editar]

Dada su situación estratégica y de puerta de entrada al tómbolo arenoso que conforman las ciudades de Cádiz y San Fernando, el Puente Zuazo ha estado siempre protegido por una serie de baterías defensivas que defendían este paso:

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