SIGLO XV EN ESPAÑA
Las Cortes generales catalanas de Barcelona de 1446 fueron convocadas por la reina María de Castilla como lugarteniente del rey Alfonso V el Magnánimo entre 1446 y 1448.
Estas Cortes coinciden con la problemática de los remesas y, más allá del asuntos a tratar, era la evolución de la revuelta. Por tanto, fueron las negociaciones entre el rey y los remensas el tema principal que ocupó a los diputados.
Las Cortes generales catalanas de Lérida de 1440 fueron convocadas por la reina María de Castilla como lugarteniente del rey Alfonso V el Magnánimo.
Las Cortes continuaron centrándose en la financiación de las campañas mediterráneas del rey Alfonso el Magnánimo. Se sufragó una galera con 300 ballesteros que zarpó de Barcelona en finales de junio de 1440.
Los diputados se mostraron muy inquietos ante la posibilidad de un recorte de privilegios que, finalmente, no se produjo.
El 17 de septiembre de 1440 se eligieron nuevos diputados y oyentes, recayendo en Antonio de Aviñón y de Moles el cargo de diputado eclesiástico de la Diputación del General del Principado de Cataluña. Dentro de los nombramientos ordinarios cabe destacar el de Jaime Safont quien, iniciando su importante carrera, es nombrado ayudante segundo de la escribanía de la Generalidad.
Las Cortes generales catalanas de Tortosa de 1442 fueron convocadas por la reina María de Castilla como lugarteniente del rey Alfonso el Magnánimo entre el 11 de agosto de 1442 y mayo de 1443.
El 25 de julio de 1442, los diputados militares y reales, Andrés de Biure y Bernat Sapila, visitaron a la reina para pedirle su intervención ante un potencial ataque del ejército de Carlos VII de Francia en tierras catalanas. La reina convocó las Cortes con protestas de los diputados, ya que no habían sido comunicadas en forma y plazo, además, no trataban del estado del reino sino de un tema específico y, por último, se hacían en la residencia real, lo que limitaba la independencia de la Cámara. Los síndicos de Barcelona se retiraron y la reina envió dos embajadas en convencer a los mismos, sin resultado. En febrero de 1443, la reina fue informada del cambio de política de Francia y prorrogó las Cortes hasta mayo de 1443, si bien no fue necesario reunirse, ya que el ejército francés decidió dirigirse hacia Normandía.
Acabadas las Cortes, el 11 de noviembre de 1443 se eligieron nuevos diputados y oidores de la Generalidad, recayendo en Jaime de Cardona y de Gandía el cargo de presidente.
La Universidad de Barcelona (en catalán, Universitat de Barcelona, "UB") es una universidad pública española con sede en la ciudad de Barcelona. Fue fundada en 1450 y es considerada como una de las universidades más antiguas de España.123 Actualmente, sus facultades están distribuidas en Barcelona y alrededores: el campus de Universidad, el del Raval, el de Diagonal, el de Bellvitge, el de Torribera, el de Mundet, el de Sants y el de Hospital Clínico. La Biblioteca de la Universidad de Barcelona, con 1.611.721 volúmenes, es la segunda biblioteca universitaria más grande de España después de la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid.
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Sigla | UB | |
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Lema | Libertas Perfundet Omnia Luce «La libertad llena todo de luz» | |
Tipo | Pública | |
Fundación | 3 de noviembre de 1450 (570 años) como Estudio General de Barcelona |
Historia[editar]
Siglo XIV y XV[editar]
Los orígenes de la UB se remontan a 1401, cuando Martín I el Humano quiso otorgar a Barcelona El estudio de la medicina. Sin embargo, el Consejo de Ciento de la Ciudad Condal se negó, ya que creía invadidas sus competencias; igualmente, el Estudio General de Lérida protestó, ya que esto rompería su virtual monopolio de la enseñanza superior en la Corona de Aragón. Medio siglo después, en 1450, el rey Alfonso el Magnánimo fundó el Estudio General de Barcelona, es decir, la actual universidad. Incorporó algunas instituciones de enseñanza existentes, como la escuela de la Catedral o las escuelas municipales. Por ello, la universidad tuvo, al contrario que otros, un marcado carácter municipal, con poco control por parte de la corona.
Las clases se impartían en diferentes lugares: la Catedral, el convento de San Francisco (franciscanos) y el convento de Santa Catalina (dominicos). La primera sede propia fue un edificio, inaugurado en 1536, construido en la parte superior de la Rambla, tocando con la muralla (en Canaletes, en el umbral de lo que hoy es la plaza de Cataluña y el portal de Santa Ana).
En 1450, durante el reinado de Alfonso el Magnánimo y previa bula otorgada por el Papa, se inauguró la Universidad de Barcelona.
La batalla de Aibar (o Aybar) fue un enfrentamiento ocurrido el 23 de octubre de 1451 entre las fuerzas beuamontesas y las fuerzas agramontesas en el marco de las disputas entre el Príncipe de Viana y su padre don Juan, a causa de la diferente interpretación que cada uno hacía del testamento de doña Blanca I de Navarra para determinar a quien correspondía la gobernación en el reino de Navarra.
Batalla de Aibar | ||||
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Parte de Guerra Civil de Navarra | ||||
Fecha | 25 de octubre de 1451 | |||
Lugar | Aibar, Reino de Navarra ![]() | |||
Resultado | Victoria agramontesa | |||
Consecuencias | El príncipe de Viana es encarcelado y se da comienzo a la guerra civil de baja intensidad. | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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Bajas | ||||
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Precedentes[editar]
Al no existir la ley sálica en Navarra, la reina Blanca I de Navarra era reina de derecho del Reino, mientras que su esposo, el futuro Juan II de Aragón, solamente podía gobernar en calidad de rey consorte. Pero a la muerte de Blanca I, esta dejó escrito en su testamento que deseaba que al momento de ser coronado su hijo Carlos, su padre (el rey Juan II) debía dar su aprobación, cosa que no sucedió.
Durante bastante tiempo, el príncipe de Viana aceptó la situación, ya que aún faltándole la aprobación de su padre para convertirse en rey de Navarra, en la práctica sí era "Carlos IV de Navarra" para la población navarra, aspecto que se demostró por ejemplo, cuando las tropas castellanas sitiaron Estella en 1451 y el príncipe Carlos, sabedor de los pocos beneficiosos de tener a una potencia militar como la Corona de Castilla por enemigo, hizo un pacto con el rey Juan II de Castilla, por lo que este levantó el sitio y más adelante, para esta batalla le enviaría al príncipe caballeros, se habla de unos 800, para ayudarle en su lucha contra su padre. Este pacto firmado entre Juan II y Carlos de Viana fue uno de los detonantes políticos más importantes para que don Juan actuara pues su hijo se había aliado con sus peores enemigos.
La batalla[editar]
Las fuerzas se encontraron cerca de Aibar en la mañana del 23 de octubre de 1451. Ninguno de los dos comandantes quería entablar combate con el otro bando, y el príncipe Carlos sabía que podía ser más beneficioso para su empresa lo que consiguiese su delegación de paz que lo que pudiese conseguir por las armas, más teniendo en cuenta la inferioridad numérica de sus fuerzas.
Aunque la delegación de paz beumontesa estaba consiguiendo grandes beneficios en cuanto a las peticiones que se les había encomendado (perdón de las tropas, devolución de diversas plazas del rey al príncipe,...), las negociaciones cesaron en pro del combate debido a que el bando agramontés atacó al beaumontés antes de que finalizase la negociación, dando paso al combate.
Durante la batalla, los hombres de armas del conde de Lerín se acercaron peligrosamente a la posición del rey Juan II, pero cuando ya se encontraban cerca, Alonso de Aragón (hijo ilegítimo de Juan II) dirigió a una treintena de lanceros hacia el flanco beaumontés, cogiéndolos por sorpresa y rompiendo su formación, lo que desestabilizó al ejército y le permitió capturar a su medio-hermano, el príncipe Carlos, que provocó aún más desorden en el caos que pasó a ser el bando beaumontés y aceleró el fin de la contienda.
Durante la batalla, de corta duración y poco derramamiento de sangre, fueron hechos prisioneros tanto el príncipe de Viana como su más alto comandante, el conde de Lerín.
Consecuencias[editar]
Esta batalla supuso el comienzo de un enfrentamiento abierto entre ambos bandos de la nobleza navarra que, aún sin ser una guerra sanguinaria, sí supuso el comienzo del último declive del reino que acabaría con su desaparición cuando fue conquistado por Castilla.
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