lunes, 26 de julio de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XV EN ESPAÑA

El censo de Quintanilla o censo de 1482, según la fecha que le asignó Tomás González al dar la primera noticia de él en 1829, sería el primer censo de población español del que se tiene constancia y habría sido realizado con fines militares por Alonso de Quintanilla, contador mayor de cuentas de los Reyes Católicos. En realidad dicho censo no ha sido visto por nadie y todo cuanto de él se sabe es lo que consta en un documento de cuatro folios conservado en el Archivo de Simancas, el llamado Apuntamiento de Quintanilla, escrito de su puño y letra y sin fecha, pero probablemente redactado en 1493, tras la toma de Granada.1

En este documento, con recomendaciones acerca de las necesidades de armamento y su aprovisionamiento por las ciudades de cara a la formación de un ejército permanente, Quintanilla decía haber hecho él mismo un recuento de la población de Castilla, León, Toledo, Murcia y Andalucía excepto Granada, con objeto de conocer el armamento disponible en el reino. Según esos cálculos, ofrecidos de forma global, el contador de los Reyes Católicos afirmaba: «paréceme que puede que aya en ellos [los reinos de la Corona de Castilla] un cuento e quinientos mill vezinos poco más o menos».2​ Dando crédito a esta cifra y al propio censo, Tomás González, a razón de cinco habitantes por vecino, estimó en 7,5 millones el número de habitantes para la Corona de Castilla en 1482, a los que habrían de agregarse los 400.000 habitantes del Reino de Granada. La cifra aportada por Quintanilla es, sin embargo, una cantidad a todas luces excesiva considerando el recuento posterior de 1541, donde se estimaba la población en un cuento ciento sesenta y nueve mil doscientos tres vecinos, lo que equivaldría a una población de seis millones de habitantes para toda la corona, con una pérdida, por tanto, de más de un millón de habitantes en cincuenta años.





La Cartuja de Santa María de Miraflores es un monasterio de la Orden de los Cartujos, edificado en una loma conocida como Miraflores, situada a unos tres kilómetros del centro de la ciudad de Burgos (Castilla y León, España).

Es una joya del arte gótico final. En el conjunto destaca la iglesia, cuya portada occidental, en estilo gótico isabelino, está decorada con los escudos de sus fundadores. El templo es de una sola nave, capillas laterales y ábside poligonal. La nave está cubierta con bóveda estrellada.

En 2015, para la aprobación por la Unesco de la ampliación del Camino de Santiago en España a «Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España», la administración española envió como documentación un «Inventario Retrospectivo - Elementos Asociados» (Retrospective Inventory - Associated Components) que incluye con el n.º 1009 a la Cartuja de Santa María de Miraflores.

Cartuja de Miraflores
Bien de Interés Cultural
(5 de enero de 1923 (RI-51-0000238)
 Patrimonio de la Humanidad (elemento asociado de «Caminos de Santiago de Compostela: Camino Francés y Caminos del Norte de España», n.º ref. 669bis) (2015)
Cartuja de Miraflores.JPG
Localización
PaísBandera de España España
DivisiónFlag of Castile and León.svg Castilla y León
SubdivisiónFlag Burgos Province.svg Burgos
LocalidadBurgos
Coordenadas42°20′17″N 3°39′24″OCoordenadas42°20′17″N 3°39′24″O (mapa)
Información religiosa
CultoIglesia católica
ArchidiócesisArchidiócesis de Burgos
OrdenOrden de los Cartujos
Historia del edificio
FundadorJuan II de Castilla
Construcción1454-1484
ArquitectoJuan de Colonia y Simón de Colonia (original), Diego de Mendieta (capillas)

Situación y acceso[editar]

La Cartuja se encuentra a 3 km al este del centro de la ciudad de Burgos, en el entorno del parque de Fuentes Blancas y al sur del río Arlanzón. El monumento está conectado con la ciudad por la carretera BU-800 y puede llegarse también a pie por una ruta natural. Es posible acudir en autobús o en taxi desde la ciudad y también existe aparcamiento gratuito para los vehículos privados y autobuses.2

Orígenes[editar]

El rey Juan II de Castilla dona a la Orden de los Cartujos el palacio y alcázar de Miraflores, mandado construir en 1401 por su padre, Enrique III de Castilla. Era un pabellón de caza ubicado a las afueras de la ciudad de Burgos. De esta manera, Juan II cumplía la voluntad testamentaria de Enrique III.

[...] Por la cual ofrescí a la dicha su orden [cartuja] los que entonces eran mis palacios de la dicha Miraflores e agora son el dicho monesterio de Sant Francisco de la dicha Orden de Cartuxa.3

La cartuja de Miraflores fue fundada en 1442. Tras algunas reticencias de los frailes, por ser muy frío y carecer de agua, la comunidad se establece y el edificio es puesto bajo la advocación de San Francisco (Cartuja de San Francisco de Miraflores). Los monjes, que procedían de otras cartujas hispanas, se instalaron en el palacio-alcázar. Pero no duró mucho este primer monasterio, porque en 1454 un incendio lo destruye.

En 1453 se decidió construir el actual edificio. Entre los años 1454 y 1488 se desarrollan las obras del nuevo monasterio, que ahora es puesto bajo la advocación de Santa María de la Anunciación (de Miraflores). Las obras se encargaron a Juan de Colonia, que trabajaba por entonces en la catedral de Burgos, y comienzan en 1454. Ese año Enrique IV sucede a su padre, Juan II, y las obras quedan casi paradas.

Es en 1477 cuando son impulsadas por la reina Isabel la Católica. En su reinado se termina el Retablo Mayor y el sepulcro de Juan II de Castilla e Isabel de Portugal, situado en el presbiterio. La iglesia de la cartuja es sobre todo un panteón real, ocupado por la familia de Isabel. Cuando muere Juan de Colonia, continua la tracería arquitectónica Garci Fernández de Matienzo. Este muere de peste en 1478 y es sucedido por Simón de Colonia , hijo de Juan de Colonia. Las obras para cubrir el templo se terminan hacia 1484.

Entre 1532 y 1539, se emprenden otras obras arquitectónicas en el monasterio bajo la dirección de Diego de Mendieta, para crear las capillas laterales (lado izquierdo solo) y dotar de mayor altura a la iglesia. Se procede también a incorporar agujas y pináculos, y se coloca la crestería gótica.

Conjunto exterior[editar]

Planta[editar]

El monasterio sigue el modelo de otros monasterios cartujos de la Edad Media. La planta se desarrolla a partir de la colocación de la iglesia y el trazado de dos claustros principales para cada uno de los grupos de monjes cartujos que lo habitan: padres y hermanos. Alrededor de estos dos claustros están las ermitas individuales que permiten a los monjes vivir en la soledad y el silencio propios  de la espiritualidad cartujana. Esta parte del monasterio no es visitable.

La planta de la iglesia está formada por una sola nave longitudinal cuatripartita, distinguiéndose los espacios del presbiterio, el coro de los Padres, el coro de los Hermanos y la estancia de los fieles. La nave está cerrada con bóvedas de crucería con terceletes, manteniéndose el original trazado de estilo gótico.

Portada[editar]

Portada de la Cartuja de Miraflores

La portada de la iglesia se alzó en 1486 y fue ubicada originalmente en el lateral izquierdo del templo, proporcionando el acceso de los fieles directamente desde el exterior del monasterio. Está formada por arquivoltas apuntadas decoradas con vegetales, animales y algunos motivos figurativos humanos. La arquería está situada bajo un gran arco conopial con macollas. En el tímpano se representa el motivo de la Compasión de la Virgen, que conforme a los cánones iconográficos bajomedievales, presenta a la Virgen sentada sujetando con sus brazos a su Hijo muerto, y los símbolos de la luna y el sol sobre los brazos de la cruz.

Estilísticamente se vincula a la obra de los Colonia (padre e hijo), que intervinieron en el levantamiento del templo. Puede relacionarse también con otras portadas de otros templos burgaleses, como la iglesia de San Nicolás de Bari o la iglesia de San Lesmes.

Entre 1657 y 1659 se ordenó su traslado a la ubicación actual, la fachada oeste, a los pies de la nave del templo. Se accede a ella desde el patio de la portería. En 2010 se procedió a restaurar la portada para devolverla a su estado original y, además, recuperar la escultura de la Compasión de la Virgen.

Patio[editar]

Patio interior de la Cartuja.

Para acceder a la Iglesia y contemplar la portada hay que pasar por un patio ajardinado, cuya tracería data de la primera mitad del siglo xvi. Este patio sirve de conexión de las estancias del monasterio con las dependencias de servicio y la portería. Hay una estatua de San Bruno de Colonia, fundador de la Orden.

La galería porticada que precede al patio está formada por arcos de medio punto que sostienen bóvedas de arista rebajadas, rematadas en claves con decoración modular. En 2010 se intervino el claustro para asegurar el mantenimiento de los muros y consolidar la salida de aguas del patio, que sufría las inclemencias del tiempo.

Conjunto interior[editar]

Retablo Mayor[editar]

El retablo mayor de la Cartuja fue tallado en madera por el artista Gil de Siloé y policromado y dorado por Diego de la Cruz (ese oro procedía de los primeros envíos del continente americano tras el descubrimiento).4​ Realizado entre 1496 y 1499, se trata sin duda de una de las obras más importantes de la escultura gótica hispana, por su originalidad compositiva e iconográfica y la excelente calidad de la talla, valorada por la policromía.

Uno de los elementos más destacados del retablo es la rueda angélica en la que se enmarca la imagen de Cristo crucificado, de belleza y expresividad acentuadas significativamente por el trabajo de policromía de Diego de la Cruz. En la parte más externa de la rueda se sitúan las figuras de Dios Padre, a la izquierda, y del Espíritu Santo, a la derecha, sosteniendo el travesaño de la cruz.

En la parte inferior del madero, completan la escena las figuras de la Virgen María y San Juan Evangelista. El pelícano situado en la parte superior de la cruz confiere al conjunto central un gran valor simbólico, alegoría del sacrificio eucarístico, porque el ave alimenta a sus crías con su propia sangre.5

Sepulcros Reales[editar]

El conjunto de sepulcros reales fue obra del artista Gil de Siloé por encargo de la reina Isabel la Católica. Por una parte se encuentra colocado en el centro de la nave el sepulcro de Juan II e Isabel de Portugal, que tiene forma de estrella de ocho puntas. Y, en el lado del Evangelio de la iglesia, se encuentra colocado el sepulcro del infante Alfonso de Castilla. Ambos sepulcros fueron realizados en alabastro y son joyas de la escultura del gótico tardío.

Sepulcro de los reyes Juan II e Isabel de Portugal[editar]

El sepulcro de Juan II de Castilla y de su segunda esposa, Isabel de Portugal, está realizado en alabastro y es de estilo gótico. Tiene planta octogonal en forma de estrella de ocho puntas, resultado de la superposición de un cuadrado y un rombo. Los vértices de la estrella de ocho puntas que da forma al sepulcro están adornados con figuras alegóricas, imágenes de santos, apóstoles y, en las esquinas mayores del sepulcro aparecen las imágenes sedentes de los cuatro evangelistas. Completan la abundante decoración del sepulcro, tanto en torno al lecho mortuorio como en el soporte de la estrella, una serie de escudos reales, figuras de animales, decoraciones vegetales y motivos arquitectónicos. El zócalo que separa el sepulcro del suelo está decorado con figuras de animales y motivos vegetales.

La estatua yacente representa al rey Juan II de Castilla, con su cabeza coronada, descansando sobre dos almohadones y vuelta ligeramente hacia el exterior. El rey está cubierto con un rico manto y adornado con numerosas joyas. En la mano derecha, mutilada en la actualidad, sostenía el cetro real, y con la mano izquierda el monarca recoge los pliegues de su manto real. El rey calza chapines que se apoyan en una peana bajo la que aparecen dos leones que están luchando y tienen entrecruzadas sus patas.6

La estatua yacente representa a la reina Isabel de Portugal, con su cabeza coronada, descansando sobre dos almohadones y vuelta ligeramente hacia el exterior. La estatua yacente muestra a la reina más recostada que su esposo y apoyando ligeramente el peso de su cuerpo sobre su brazo izquierdo. La reina viste ropa larga hasta los pies con sobretúnica y el manto con el que se cubre está adornado con aljófares y pedrerías. En las manos lleva guantes y varios anillos, y ambas manos sostienen un devocionario abierto. A los pies de la reina están colocados un niño, un león y un perro, símbolo este último de fidelidad conyugal.

Sepulcro del Infante Alfonso[editar]

El sepulcro del infante Alfonso de Castilla está realizado en alabastro y es de estilo gótico. Es de tipo arcosolio, y está rematado por un arco conopial con arcada angrelada, adornado todo ello con motivos vegetales, perdidos en buena parte, ángeles tenantes que sostienen el escudo del reino de Castilla y León, y una imagen del Arcángel San Miguel que remata el conjunto. El sepulcro está enmarcado por dos pilastras que, partiendo del suelo de la iglesia, se prolongan en altura más allá de los arcos escarzano y conopial. Las pilastras están adornadas con imágenes de apóstoles y santos, y están rematadas por un relieve que representa la Anunciación.

Tríptico del Calvario[editar]

Tríptico del Calvario

En la estancia de los fieles está ubicado un tríptico de factura flamenca que data de finales del siglo xv que representa la Pasión del Señor. Atribuido a la escuela de Rogier van der Weyden, desarrolla en el panel izquierdo el motivo del camino del Calvario, donde Cristo lleva la cruz a cuestas hasta el monte Gólgota. En el panel central, Cristo crucificado en el centro y acompañado de los dos ladrones. En la escena del plano frontal pueden verse a la VirgenMaría Magdalena y el discípulo Juan. En el panel derecho se representa el Descendimiento. Toda la obra destaca por la calidad pictórica del tratamiento anatómico de las figuras y por el detallismo y la minuciosidad en las pinceladas.

Sillerías de Coro[editar]

Coro de los Padres[editar]

Sillería de los Padres.

Componen el coro de los Padres cuarenta sitiales distribuidos en dos grupos de veinte a cada uno de los lados de la nave y un grupo de diez en el muro trasero de los altares barrocos. Este espacio, reservado a los Padres cartujos para el rezo de las Horas, fue realizado en madera de nogal entre 1486 y 1489 por el escultor Martín Sánchez y decorado con diversos motivos ornamentales. A las sillas de los padres se suman tres muebles fijos: la silla del celebrante, el facistol y el atril que hacen juego con el conjunto de sitiales.

Tras la destrucción de algunas sillas durante el período de las invasiones francesas de 1808, estas fueron sustituidos por nuevas piezas de autor desconocido.

Coro de los Hermanos[editar]

El coro de los Hermanos, situado en el espacio contiguo al coro de los Padres, se organiza en catorce sillas de madera situándose siete a cada uno de los lados. La talla fue realizada por el escultor Simón de Bueras hacia 1558 en presunta colaboración con Esteban Xaques y Juan de Sabugo. La abundante decoración de influencia italiana en los paneles dorsales se completa con la representación en la parte superior central de diversos motivos de temática hagiográfica.

Altares menores[editar]

En el muro divisorio entre el Coro de los Hermanos y el de los Padres, una puerta central separa dos altares con sendos retablos gemelos realizados en 1659 por los escultores Policarpo de Nestosa y Bernardo de Elcarreta. La profusión de ornamentos en ambas piezas se completa por varias pinturas distribuidas a lo largo de las calles de los retablos en diferentes paneles con escenas de la vida de Cristo e imágenes de Santos. Remata el conjunto la imagen de la Inmaculada Concepción rodeada de ángeles atribuida a Bernardo Elcarreta.

Sacristía[editar]

En la sacristía de la iglesia de la Cartuja se conserva un retablo datado en el siglo xviii pero con tres tablas anteriores de estilo barroco (siglo xvii). La más importante, atribuida al pintor riojano Diego de Leyva donde se puede ver la escena de la Adoración del Niño Jesús por los pastores. Las otras dos tablas de la época representan respectivamente a San Hugo, obispo de Lincoln y a San Hugo, obispo de Grenoble.

Vidrieras[editar]

Ábside de la Cartuja de Miraflores, según una fotografía de finales del siglo xix o comienzos del siglo xx.

En 1484 Martín de Soria encarga y sufraga la realización de trece vidrieras en la región de Flandes para adornar los muros de la iglesia de la Cartuja, siendo finalmente ensambladas en 1488.

En la mayor parte del encargo –diez de las trece vidrieras– intervino el vidriero flamenco Niclaes Rombouts de acuerdo con las firmas halladas en las obras, las correspondientes a los muros de la nave central.7​ Las vidrieras desarrollan un programa iconográfico compuesto por escenas de la Pasión de Cristo. En el muro izquierdo de la nave se representan en cinco vidrieras con escenas de la Pasión: La oración en el huertoLa flagelaciónLa coronación de espinasEl camino del Calvario y La Crucifixión. En el muro derecho completan el ciclo de la vida de Cristo cinco vidrieras con las escenas de El descendimiento de CristoLa Resurrección del SeñorLa Ascensión del SeñorPentecostésEl Juicio Final.

San Bruno Capilla.jpg

Por lo que respecta a las vidrieras del ábside, no atribuidas a Rimbouts, desarrollan tres escenas de la vida de la Virgen y de la infancia de CristoLa Adoración de los MagosLa coronación de la Virgen, y La presentación en el Templo.

Como consecuencia de la degradación de los materiales fue realizada una intervención entre 2003 y 2006 una restauración con el fin de conservar y prevenir el deterioro del conjunto de vidriera.

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