lunes, 26 de julio de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XV EN ESPAÑA

Las Capitulaciones del municipio español de Alfacar fueron firmadas por los Reyes Católicos y por los alcaldes de dicho municipio (Mohamad Alfoaty y Yuca Mocatil), el 22 de diciembre de 1491, poniendo fin al asedio y sitio de la villa de Alfacar; con el objetivo de poder conquistar la codiciada plaza de Granada. Con la firma de dicho documento, además de entregarse la plaza conquistada y liberación de los prisioneros cristianos, se viene a establecer el nuevo estatus de la población musulmana que reside y va a seguir permaneciendo alojada en dicho lugar.

Dichas capitulaciones están firmadas por mandato de Fernando, por su secretario Hernando de Zafra.

Texto íntegro de las Capitulaciones de Alfacar[editar]

1. En el primero, se acoge a los habitantes musulmanes como “vasallos é súbditos e naturales”; se les dejan “sus casas é faziendas” y se les concede la permanencia en su ley y ser juzgados por sus autoridades “con consejo de sus alcadís”, con todas las garantías de justicia, honra, “amparo é seguro é defendimiento Real” como corresponde a servidores y vasallos.

2. A quienes quisieran pasar “allende”, se les da todo tipo de garantías, según el orden recogido en la capitulación de la ciudad de Granada.

3. Se les garantiza total libertad de movimientos dentro de los “nuestros Reynos e señoríos”, así como en las transacciones comerciales, disposición de sus haciendas, etc.

4. No pagarán en los “puertos” más derechos que los cristianos.

5. Se les perdonan todos los delitos, aun los de sangre, cometidos en el pasado.

6. Se les conceden franquicias, por tres años, para veinte casas “quales ellos nombraren”.

7. Asimismo, para sembrar 170 cadahes de tierra y un molino de aceite de los alcaides citados, “sin las lleuar por las dichas tierras nin por el dicho molino cosa alguna”.

8. Se ordena la liberación de cuatro moros en poder de sendas personas principales, y

9. Se asienta que el cadí Abenmuza y Alí Mocatil sean alguaciles de Alfacar con todos los privilegios, “segund que fasta aquí”.




Las Capitulaciones para la entrega de Granada, conocidas como el Tratado de Granada, fueron los acuerdos firmados y ratificados el 2 de enero de 1492 que pusieron fin a la guerra de Granada librada entre los Reyes Católicos Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón y el sultán de GranadaBoabdil, por los que renunció a la soberanía nazarí del Reino nazarí de Granada a favor de los monarcas cristianos, quienes garantizaron una serie de derechos a los musulmanes, incluida la tolerancia religiosa y su justo tratamiento en compensación por una rendición incondicional y capitulación.


Términos[editar]

La capitulación contenía 77 artículos. Entre las condiciones otorgadas por don Fernando y doña Isabel al acordar con los moros granadinos destacan las siguientes:

  • El rey de Granada y los alcaides entregarán la fortaleza de la Alhambra y todas las otras fortalezas, torres y puertas de la ciudad de Granada y del Albayzín.
  • Todos los moros se entregarán libre y espontáneamente, y cumplirán como buenos y leales vasallos con sus reyes y señores naturales. No se les obligará a convertirse al catolicismo ni podrán ser molestados por sus costumbres. No podrán ser enrolados en el ejército contra su voluntad.
  • El día que el rey entregase las fortalezas y torres, sus altezas le devolverían a su hijo con todos los rehenes, y sus mujeres y criados, excepto los que se hubieren vuelto cristianos.
  • Los moros serán juzgados en sus leyes y causas por su derecho tradicional, con parecer de sus cadís y jueces, que permanecerán en su puesto si son respetados por el pueblo y leales. El jurado estará compuesto de un cadí y un juez cristiano. No se permitirá, sin embargo, que las culpas y delitos pasen de padres a hijos.
  • Se permite a los moros llevar armas, excepto pólvora, que deben entregar a las autoridades.
  • Los moros son libres de vender o arrendar sus propiedades y viajar a la Berbería si así lo desean sin que se les confisquen sus bienes, garantizando los cristianos que la travesía sería segura durante tres años. Pasado este tiempo, deben avisar a las autoridades con cincuenta días de antelación y mediante el pago de un ducado. Este derecho es recíproco para los habitantes de la Berbería.
  • Los moros no estaban obligados a llevar marca distintiva alguna, al contrario que los judíos, que deberían llevarla siempre.
  • Los antiguos habitantes de Granada están exentos de impuestos durante tres años. Los tributos serán los habituales según la ley nazarí. Podrán comerciar en todo el reino sin pagar ningún portazgo especial.
  • Todos los cautivos cristianos de la ciudad serán entregados a las autoridades castellanas y liberados, a no ser que fueran vendidos antes de la capitulación, como condición para el vasallaje.
  • Todos los funcionarios y empleados de la administración nazarí, desde el rey hasta los siervos, pasando por los alcaides, cadís, meftís, caudillos, alguaciles y escuderos serán bien tratados y recibirán un sueldo justo por su trabajo. Se respetarán sus libertades y costumbres.
  • Los cristianos tienen prohibido entrar en las mezquitas, y los judíos no pueden ser recaudadores ni tener bajo su mando ni a cristianos ni a moros. Asimismo, se respetan las limosnas de las mezquitas, que serán administradas por los alfaquíes.
  • Se concede una Amnistía e indulto general para todos los prisioneros de Granada, incluidos los que se escaparon de las cárceles cristianas y se refugiaron en la ciudad, excepto si son canarios o negros. Esta amnistía se extiende también a los prisioneros de guerra.

Consecuencias del tratado[editar]

Bajo estas condiciones quedaron los reyes Isabel y Fernando dueños de la ciudad de Granada, por cuyas puertas salió para no volver jamás el rey Boabdil el mismo día que entró triunfante el ejército cristiano.

Las capitulaciones solo fueron cumplidas por la Corona hasta 1499. Ese año los reyes le encargaron al cardenal Cisneros una política más firme para la cristianización de la ciudad. El cardenal impuso unas medidas represivas que causaron una rebelión en el barrio del Albaicín,1​ y en 1500 quemó en una hoguera todos los libros en árabe que encontró en la ciudad, salvo los de medicina.2​ El año siguiente la Corona decretó, a instancias del mismo cardenal, la conversión forzosa de los musulmanes de Granada al cristianismo, sin opción siquiera a partir al exilio como se le había ofrecido a los judíos en 1492. Las mezquitas fueron convertidas en iglesias, los hammam cerrados y se prohibieron las festividades islámicas. En 1516, Cisneros, ya regente de toda Castilla, publicó una nueva pragmática que obligaba a los descendientes de musulmanes a abandonar su traje, usos y costumbres; pero su aplicación quedó en suspenso unos años.

Tras un periodo de tolerancia bajo el rey Carlos I, su hijo Felipe II de España endureció de nuevo la represión de las costumbres de origen moro, incluyendo la lengua árabe y la música tradicional.1​ Esto dio lugar a la rebelión de los moriscos, en la que los descendientes de los moros del reino de Granada se levantaron en armas contra la Corona en 1568 aduciendo el incumplimiento repetido del tratado. La rebelión fue derrotada tras tres años de dura lucha, tras la cual toda la población morisca del reino de Granada fue desterrada a otros puntos de la corona de Castilla.1​ Finalmente, el rey Felipe III decretaría la expulsión de los moriscos en 1609.





La batalla de Lucena, también llamada batalla de Martín González, fue un hecho de armas en el que se enfrentaron fuerzas cristianas de la Corona de Castilla y musulmanas del Reino nazarí de Granada. Tuvo lugar en el mes de abril del año 1483, en el transcurso de la guerra de Granada. Durante el mismo, las fuerzas cristianas capturaron e hicieron prisionero a Boabdil el Chico.1

Descripción[editar]

Se libró muy cerca de la ciudad de Lucena, en la provincia de CórdobaAndalucíaEspaña, al sur de la sierra de Aras. El origen de la batalla fue la pretensión de Boabdil el Chico de tomar Lucena y realizar una razia de castigo contra los cristianos, para emular la victoria que había conseguido su competidor, El Zagal, que derrotó a las fuerzas cristianas en la Axerquía. El Reino de Granada vivía en aquellos momentos un grave conflicto interno entre los partidarios del sultán Muley Hacén y los que apoyaban a su hijo Boabdil.

Boabdil puso sitio a Lucena el 20 de abril de 1483 con ayuda de su suegro Aliatar, alcaide de Loja, conocedor de las tierras del sur de Córdoba y gran adalid de los nazaríes en cuanto a razias contra los cristianos. La ciudad de Lucena estaba defendida por el alcaide de los donceles Diego Fernández de Córdoba y Arellano y el alcaide de Lucena Hernando de Argote. El alcaide de los donceles encendió las almenaras de las torres vigías para pedir ayuda a su tío, el II conde de Cabra Diego Fernández de Córdoba y Carrillo de Albornoz, que acudió con su ejército desde la cercana Cabra. Boabdil dispuso su ejército en dirección noroeste para evitar ser cogidos por sorpresa por el ejército del conde; sin embargo, al ver que eran superados en número se retiraron a las afueras de la ciudad, donde comenzó la batalla como tal.2

Captura de Boabdil[editar]

En el curso de la batalla, las fuerzas musulmanas huyeron en desbandada. Aliatar, suegro de Boabdil, murió en batalla y Boabdil intentó escapar, pero su caballo quedó atascado en el fango y tuvo que esconderse entre la vegetación. No obstante, un peón de infantería lo redujo y los soldados dedujeron que se trataba de alguien importante por su vestimenta, lo que hizo posible que los cristianos capturaran a Boabdil que fue llevado prisionero al castillo de Lucena.3​ Después de tal éxito, tanto el sobrino, el alcaide de los donceles, como el tío, el conde de Cabra, comenzaron entonces una disputa para ver quién entregaba al prisionero a los Reyes Católicos. Tal fue la disputa, que Fernando el Católico ordenó que ambos lo llevaran a Porcuna donde fue encarcelado de nuevo en la torre del castillo, ahora conocida como Torre de Boabdil.4

La vestimenta, zapatos y espadas jinetas de Boabdil fueron regaladas como obsequio por los Reyes Católicos al alcaide de los donceles y el conde de Cabra. Actualmente todo el conjunto se conserva en el Museo del Ejército en Toledo.

Batalla de Lucena
Parte de Guerra de Granada
Batalla de Lucena.jpg
Obelisco que conmemora los 500 años de la Batalla de Lucena
FechaAbril de 1483
LugarLucena
ResultadoVictoria castellana
ConsecuenciasApresamiento de Boabdil por las tropas castellanas
Beligerantes
Standard of Grenade after Cresques Atlas s XIV.svg Reino de GranadaBandera de la Corona de Castilla.svg Corona de Castilla
Comandantes
Boabdil  (P.D.G.)
Aliatar  
Diego Fernández de Córdoba y Carrillo
Diego Fernández de Córdoba y Arellano
Hernando de Argote





Santa María de la Victoria es una imagen escultórica de la Virgen María, en su advocación de la Victoria, venerada en el Santuario de la Victoria, ubicado en el barrio homónimo de MálagaEspaña. Es patrona de la ciudad y de la diócesis de Málaga.

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