sábado, 24 de julio de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XV EN ESPAÑA

Las Cortes generales catalanas de San Cugat del Vallés y Tortosa de 1419 fueron convocadas por el rey Alfonso V el Magnánimo el 21 de marzo de 1419, casi tres años después de heredar la corona de Aragón por la muerte de su padre Fernando I de Antequera el 2 de abril de 1416.

El clima político previo era bastante tenso con el monarca. La protesta hecha a su padre en las anteriores Cortes de Montblanc (1414) por las incorporaciones de miembros castellanos a la corte real, no había sido corregida y el nuevo rey Alfonso, en su nombramiento, en 1416, había manifestado un estilo autoritario al dirigirse en el Parlamento de Barcelona en castellano. El arzobispo de Tarragona, en nombre de los estamentos presentes, le respondió "si vis Amaris, ama" (si quieres ser amado, ama), invitándole claramente a interesarse por Cataluña si quería tener un trato recíproco. Posteriormente, la nobleza catalana creó, en 1418, la Junta de Molins de Rei, una liga de ciudades, villas y varones encabezada por el consejero de Barcelona Ramon Desplà y el conde Roger Bernardo I de Pallars Sobirá, para hacer frente a los movimientos castellanos de la corte.

En julio de 1419 se nombraron los nuevos diputados a la Generalidad, encabezada por Joan Desgarrigues como Presidente.

En enero de 1420 las cortes se trasladaron a Tortosa, donde se entregan al rey los primeros 40 000 florines del donativo acordado. La comisión de agravios revisó la legislación para asegurar un mayor carácter pactista, presentó trece constituciones para ser aprobadas, pero no se avanzó y se produjo una ruptura. El rey, con el donativo recibido y la flota preparada, suspendió las cortes el 10 de mayo y embarcó en el puerto de los Alfaques en dirección a Cerdeña.

Las campañas mediterráneas acabarían con la conquista de Nápoles, donde Alfonso fijaría su residencia.






Noticia de los moros en Torrebaja (1425) se refiere a un documento que prueba la existencia de moros en lo que hoy es el municipio de Torrebajaprovincia de Valencia, (Comunidad ValencianaEspaña).

Introducción[editar]

La actual población y municipio de Torrebaja, antigua Torrefondonera o Lugar del Villar de Orchet, fue un lugar de moros, según demuestran los registros documentales de principios del siglo XV (1425),1​ confirmando así el sentir popular legado por la tradición local.

El vocablo «moro», del latín maurus, hace referencia al individuo habitante o natural del noreste de África; asimismo, alude a la población musulmana de al-Andalus, y por extensión a la persona que profesa la religión musulmana. Por lo demás, moro era la denominación coloquial que recibieron los mudéjares-moriscos en la época medieval, correspondiendo dicho término mudéjar a la voz árabe muday-yan, que significa «aquel a quien ha sido permitido quedarse» en el territorio conquistado.2​-3

Hasta su expulsión, a comienzos del siglo XVII, los moriscos en la Corona de Aragón –AragónCataluñaMallorcaValenciaSiciliaCerdeña y Nápoles- suponían una parte importante de la población, equivalente hasta el veinte por ciento de los habitantes. Su ocupación principal en el Reino de Valencia era la agricultura, como vasallos de la aristocracia latifundista; sin embargo, en el resto del territorio hispano, los moriscos «andaban sueltos y libres» –según expresión del arzobispo de ValenciaSan Juan de Ribera-, ya que su ocupación principal era la de tratantes de animales, mercachifles, herrerosquincalleros y artesanos.4

Vista parcial (septentrional) de Torrebaja, desde la partida de El Reguero, año 2016.

Contenido del documento[editar]

Se conserva una carta enviada por el Baile General de Valencia -don Juan Mercader- a los honrados bailes de Ademuz y Castielfabib, referente al rescate de una tal Ecafaem Ebbo, que se hallaba presa y condenada a ser apedreada, por adulterio cometido en el Lugar de Torrefondonera (1425, mayo 25).5

Por dicha carta vemos que el Baile o Administrador General del Reino de Valencia mandó una misiva a los dichos bailes de Ademuz y Castielfabib, ordenando se ejecutase una sentencia contra ciertos moros de «Torrefondonera» [«Torre Hondonera» o «Torrefondonars», también conocida como «Lugar del Villar de Orchet» y «Orcheta»] y de dos vecinos de Ademuz.6

Menciona el nombre y apellidos de varios moros, pudiendo interpretarse que han sido esposos sucesivos de la mora Ecafaem Ebbo [dos de ellos parecen ser hermanos, hijos de Jucef Esenci], o tal vez amantes, pues el registro no acaba de precisarlo. Además, confirma que «Torrefondonera» se hallaba dentro del término y bajo la jurisdicción de la villa de Castielfabib. Asimismo, fortalece la tradición local, conforme el actual despoblado de Los Villares, entorno de la Ermita de San José (Torrebaja), pudo ser un lugar de moros y el solar del ermitorio una humilde mezquita.6

Vista frontal (oriental) de la ermita de san José, en Los Villares, con la población de Torrebaja al fondo, año 2015.

El manuscrito informa acerca del nombre del notario de Ademuz -el discreto don Pedro López de Tertejar-, y el de un vecino de la villa -Domingo Navarro-, de profesión labrador. Los dichos moros, el labrador y el notario, «cada uno de ellos por sí y por todos», estaban obligados a pagar cien florines, cincuenta al rey –a la sazón lo era Alfonso V (1416-1458)- y otros cincuenta a una señora de Ademuz -doña Elvira Ruiz Muñoz-, probablemente la ofendida por el adulterio. A cambio, «la dicha mora Ebbo será redimida y rescatada de nuestro poder», la cual, librada de lapidación, sería dada en cautividad al rey.7

Finalmente manifiesta que doña Elvira había recurrido al Baile, para que los condenados hiciesen efectivo el pago de lo que debían, costas incluidas. Y como parece que todavía le restaban por cobrar cincuenta florines, es por lo que el Baile ordena a los bailes locales de Ademuz y Castielfabib -en razón de que los obligados eran vecinos de aquella villa y de «Torrefondonera», lugar de Castielfabib-, que se hiciera efectiva la ejecución en los bienes de los obligados. Por otra parte puede verse como el adulterio, entre los moros de la zona, estaba castigado entonces con lapidación, como en los tiempos bíblicos.7

Vista frontal de la ermita de san José, en Los Villares de Torrebaja, con la población al fondo, año 2006.

Comentario[editar]

El documento se halla en íntima relación con otro, datado en Barcelona apenas treinta años antes, por el que el rey Juan I el Cazador (1387-1396) se dirige a Amat, alcaidí de la ciudad de Teruel, comunicándole que si bien en algún momento había pensado nombrarlo Alcaidí General del Reino de Aragón, y de los lugares y términos de Castielfabib y Ademuz, «para inquirir y castigar a los moros según la ley morisca», ahora le relegaba del cargo (1395, abril 22).

Del registro se derivan diversas cuestiones, entre las que cabe destacar la existencia de moros en el Rincón de Ademuz a finales del siglo XIV, los cuales se regían por una ley propia, que administraba el alcaidí o juez islámico]. Por otro lado vemos como la justicia de Teruel extendía su jurisdicción hasta los musulmanes que habitaban los lugares de Ademuz y Castielfabib, probablemente por proximidad geográfica.

Coetáneos del documento anterior son los relativos a la confirmación de las cofradías «Madona Santa María» y «Señor San Pedro Apóstol» de Ademuz (1393, marzo 20); así como la de «Virgen Santa María» y «Bienaventurado Señor San Guillermo» de Castielfabib (1393, mayo 12),8​ -institución esta última vinculada al Convento de San Guillén (Castielfabib)-, y a la autorización a los frailes ermitaños de san Agustín para adquirir y poseer bienes de realengo en esta villa (1394, abril 1).9

En lo que hace a la legislación, la Ley distinguía entre «moros de paz», los que habían firmado capitulaciones durante la conquista y los «moros cautivos», prisioneros de guerra que no se habían sometido voluntariamente a los conquistadores, o había sido capturados durante las cabalgadas por la frontera. El moro cautivo pasaba a ser propiedad de su dueño, como un bien mueble, ya que había pagado por él un precio en la almoneda [=lugar donde se realizaba la subasta pública]. Con el tiempo, los moros cautivos alcanzaron la libertad por manumisión, liberándose de servidumbre, e integrándose con los «moros de paz» en las aljamasjuderías o morerías.10

Teóricamente, la Ley amparaba por igual a toda la población: «Cristiano, moro y judío un fuero y una costumbre tengan...» -aunque en la práctica los mudéjares y judíos, en cuanto minorías, sufrieron abusos y marginación por parte de la mayoría cristiana-.10

Los moros de la primitiva Torrebajaversus Torrefondonera eran probablemente descendientes de aquellos otros que ocupaban esta parte del Rincón de Ademuz apenas dos siglos antes, en tiempos de la conquista de Pedro II de Aragón (1210). Convivían y trabajaban con los vencedores en condiciones de razonable tolerancia, conservando su lengua, religión y organización social bajo dominio cristiano. Lógicamente, aquella tolerancia o permisividad era hasta cierto punto interesada, expresión de la necesidad que tenían los señores cristianos de hacer productivas sus tierras; caso contrario, hubieran quedado despobladas.

Conclusión[editar]

Con posterioridad a la fecha del documento (1425), ya durante la Edad Moderna, las condiciones de los mudéjares se endureció, hasta el punto que los Reyes Católicos les obligaron a convertirse al cristianismo o abandonar España, siendo esta medida reflejo de su política unificadora en los reinos peninsulares.

Las primeras conversiones forzosas en los territorios de Castilla tuvieron lugar a principios del siglo XVI (1502) y en la Corona de Aragón pocos años después (1526), merced a un Decreto del emperador Carlos I (1516-1556), conminándoles al bautismo o la expulsión.

Finalmente, muchos moros se bautizaron, pasando a denominarse «cristianos nuevos» o moriscos; y en esta condición permanecieron hasta la expulsión definitiva de España, en tiempos de Felipe III (1609-1614).





Las Cortes generales catalanas de Barcelona de 1421 fueron convocadas por la reina María de Castilla como lugarteniente del rey Alfonso V el Magnánimo1​ el 23 de junio.

Las anteriores Cortes de San Cugat-Tortosa (1419) habían quedado suspendidas por la marcha del rey en Nápoles, donde se instaló. Las dificultades económicas le hacen volver a pedir ayuda a los catalanes, lo que será aprovechada por los pactistas para obtener privilegios que ya reivindicaban desde las Cortes de Montblanc de 1414. En concreto, la exclusividad de los catalanes a ocupar los cargos jurídicos, la primacía absoluta de los Usatges de Barcelona y las Constituciones catalanas. Se encomienda también a la Generalidad la custodia de la estructura constitucional ante cualquier extralimitación real. Este importante punto fue el punto de partida para la Constitución de la Observancia aprobada en las Cortes de Barcelona en 1481.

El 31 de julio de 1422 se eligieron nuevos diputados y oyentes, recayendo en Dalmau de Cartellà el cargo de presidente de la Generalidad.






El terremoto de Cataluña del 2 de febrero de 1428, conocido en catalán como terratrèmol de la candelera debido a que tuvo lugar durante la Candelaria, azotó la región de Cataluña, sobre todo el Rosellón y el norte en general, con el epicentro cerca de Camprodón, en los Pirineos. El sismo fue una serie de eventos sísmicos asociados que sacudió a Cataluña en un solo año. A partir del 23 de febrero de 1427, los temblores se sintieron en marzo, abril, 15 de mayo en Olot, en junio y en diciembre.

Causaron daños visibles relativamente menores a las propiedades, especialmente al monasterio de Amer, pero probablemente causó un grave debilitamiento de la construcción. Esto explicaría la destrucción masiva y generalizada que acompañó a los siguientes terremotos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario