ESCULTURAS DE ESPAÑA
Estatua de Maimónides | ||
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Ubicación | ||
Ubicación | Plaza de Tiberíades, Córdoba | |
Características | ||
Autor | Amadeo Ruiz Olmos | |
Materiales | Bronce | |
Historia | ||
Construcción | 7 de junio de 1964 | |
La escultura de Maimónides es un monumento de bronce ubicado en la ciudad española de Córdoba, Andalucía. Está dedicada al médico, rabino y filósofo sefardí Maimónides, nacido en Córdoba en 1135 y que fue uno de los sefardíes más reconocidos del mundo. Se encuentra en la plaza de Tiberíades, nombrada así por ser esta ciudad, en el norte de Israel, donde descansan los restos del filósofo, en la denominada Tumba de Maimónides.
Historia[editar]
La escultura fue realizada por el escultor Amadeo Ruiz Olmos el 7 de junio de 1964 en conmemoración de los 760 años de su fallecimiento.1Ruiz Olmos había sido galardonado con el Premio Nacional de Escultura2y también realizó numerosas obras en la ciudad como el triunfo del puente de San Rafael, el mausoleo de Manolete o la escultura al doctor Emilio Luque apenas unos meses antes. Esta inauguración se aprovechó para la celebración de numerosos actos relacionados con el mundo sefardí, y contó con la presencia de muchos expertos de la obra de Maimónides como Baruj Uslet, David Gonzalo Maesse y Sergio Rabada, así como la cantante sefardí Sofía Noel.3
En 2009 el monumento fue restaurado junto con la mayoría de las esculturas de la ciudad.4
Leyenda[editar]
Existen numerosas leyendas sobre si tocas las babuchas o el libro de la escultura de Maimónides, declarando que regresarás a Córdoba o que recibirás su sabiduría. Esto ha producido un evidente desgaste en el bronce que hace que reluzcan.
El Hombre Río es una escultura flotante de la ciudad española de Córdoba, obra de los escultores Rafael Cornejo y Francisco Marcos, que tallaron en corcho blanco la figura de un hombre tumbado que posteriormente dejaron en el río Guadalquivir el 18 de abril de 2006, anclándola al fondo para evitar su deriva.
La aparición de la escultura en el cauce del río suscitó un gran interés entre los cordobeses y cierta polémica entre las administraciones local y autonómica, así como con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).1 Al final no fue necesario adoptar ninguna medida ya que una semana después de su aparición, la escultura se desprendió de sus anclajes y quedó varada junto al Molino de Martos.2 Sus escultores decidieron entonces retirarla después de haber centrado la atención de la sociedad cordobesa durante diez días.
El 8 de enero de 2007, con el visto bueno de la CHG, es anclado al lecho del Guadalquivir para su exposición de forma definitiva una reconstrucción del Hombre Río, de las mismas dimensiones pero cambiando el corcho por poliéster, en las cercanías del puente de Miraflores.3
En ese lugar permaneció hasta el día 22 de noviembre de 2007 cuando debido a una crecida del caudal del río provocada por las lluvias caídas el día anterior la escultura se soltó de su anclaje y navegó a la deriva hasta quedar varada, de donde tuvo que ser rescatada por los bomberos.4
Descripción de la escultura[editar]
La escultura representa a un hombre que flota plácidamente sobre la superficie del río. Está fabricada con resina de poliéster endurecido y fibra de vidrio, un material habitualmente utilizado para la construcción de barcos.
Está compuesta por tres partes: el tronco y las dos piernas. Estas tres partes están unidas por una estructura de metal de modo que la parte no visible, la que se encuentra bajo el agua, no está tallada. La escultura en su conjunto tiene unas dimensiones de 1,7 metros de altura por 2,5 metros de anchura.
Anclada al fondo del río por un peso de 2 toneladas conectado a la escultura por un cable de 12 metros, la escultura se concibe para ser un componente dinámico, moviéndose y girándose a merced de los vientos y las corrientes del río.
La isla de las esculturas es una isla artificial creada en el río Guadalquivir a su paso por Córdoba, aguas abajo del Puente de San Rafael, tras la remodelación de sus márgenes.
Su nombre obedece a la existencia de una docena de esculturas realizadas en piedra por distintos autores durante el Simposio Internacional de Escultura celebrado en Córdoba en 2004.
Se conservan en esta pequeña isla los últimos restos de lo que fue un inmenso eucaliptal que cubría la margen izquierda del Guadalquivir, casi desde el Puente de San Rafael hasta la Azuda de Casillas y que paulatinamente fue desapareciendo, primero con la construcción del polígono industrial y, finalmente, con la remodelación de las márgenes.
La permanencia de estos árboles en la isla fue defendida por Lawrence Gundabuka, director del Simposio, contra los que pedían su sustitución por especies autóctonas, como olivos o naranjos, argumentando que el eucalipto ha formado parte del paisaje de Córdoba durante los últimos siglos, por lo que no puede considerarse una especie invasora.1
En repetidas ocasiones, y por varios colectivos, se ha pedido que se habilite el acceso a la isla, bien con la construcción de pasarelas o estableciendo un pequeño recorrido en barca. El Ayuntamiento de Córdoba estudia esta segunda opción, y pretende establecer un recorrido en barca que parta desde el Molino de la Alegría hasta la isla.
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