ESCULTURAS DE ESPAÑA
El retablo del maestro de Calzada es un pequeño retablo español de autoría y datación inciertas —probablemente de principios del XVI—, que se conserva en la castellana iglesia de Santa María del Castillo de Torremormojón, en la provincia de Palencia. Es una pintura de óleo sobre tabla, de autor anónimo aunque desde comienzos del siglo xx se le viene atribuyendo al maestro de Calzada. Está situado a los pies de la iglesia, en el muro norte, en un hueco de arco rebajado. Fue un encargo de Esteban Marcos, el donante, que se ve arrodillado ante la Virgen con vestimenta clerical.
El retablo está compuesto por una predela y un cuerpo dividido en tres calles separadas por columnillas góticas muy finas; en cada calle hay una pintura sobre tabla. Está enmarcado con moldura clásica, propia de un estilo de los años 1500, mezcla de elementos mudéjares —los arquillos lobulados— y renacentistas —las hojas y ovas—. Aunque este marco se hubo de hacer especialmente para adaptarlo al hueco de destino, su encaje está forzado y el borde de la derecha está recortado casi un centímetro.1
La predela o banco puede que sea obra de otro pintor. En el centro hay una escena de La Piedad con fondo de paisaje y los acompañantes son san Pedro —con fondo dorado—, san Miguel —con fondo de paisaje—, san Juan Bautista —con fondo de paisaje— y en la esquina san Bernardo y la visión de la Virgen inscrita en una mandorla. En la propia predela hay una inscripción en letras góticas:
este retablo mando hacer el honrado varon esteban marcos año MDXI
En la tabla central se representa la Virgen de pie con el niño sentado sobre su mano derecha y ambos enmarcados por una mandorla dorada. La pintura muestra un delicado italianismo que evoca al Pinturicchio.2 A la izquierda de la Virgen está representado el donante Esteban Marcos, arrodillado, con vestimenta clerical.
La tabla de la izquierda del espectador representa a san Juan Evangelista y la de la derecha a san Nicolás, casi de espaldas, de manera que puede verse representado sobre el dorso el tema de La Ascensión, aprovechando para su ejecución la capucha de la casulla. Los nombres de estas figuras se ven al pie del cortinaje dorado que cuelga como fondo de cada uno.3
A ambos lados de este retablo, en la misma pared hay dos tablas sueltas, enmarcadas que representan a santa Catalina y a santa Lucía. Se desconoce su procedencia aunque se baraja la posibilidad de que pertenecieran a este mismo retablo o a otro parecido ejecutado en la misma fecha. El historiador Post atribuye las dos piezas al maestro de Calzada, comparando su estilo con otras obras conocidas y catalogadas.4
Esta obra fue estudiada extensamente por el historiador de arte e hispanista estadounidense Chandler R. Post (1881–1959) en su obra A History of Spanish Painting [Una historia de la pintura española]. Realizó diversos análisis, desde sus comienzos en 1930 hasta su culminación en 1953. Según sus estudios y comparaciones con otras obras, incluso con otras obras autentificadas del maestro de Calzada, este retablo tiene algunas características que se acercan al modo de trabajar de ese pintor. Sin embargo el propio Post no hizo unas afirmaciones definitivas sobre la plena autoría y apuntó coincidencias con otros autores anteriores al analizar el empleo de los fondos dorados en lugar de paisaje.1nota 1
Post señaló un cierto parecido con el maestro de Becerril y, en el caso de la figura de san Nicolás, con el maestro de Cueza. Hizo incluso comparaciones con un cuadro del pintor cuatrocentista italiano Pinturicchio (1454-1513) que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Valencia. El donante se halla en la misma actitud en los dos cuadros. También el profesor Camón Aznar constató esta coincidencia y similitud.nota 2
En la década de los años 1990 hubo nuevos debates en los que la profesora Pilar Silva Maroto expuso recientes estudios realizados sobre la Pintura hispanoflamenca castellana: Burgos y Palencia, una obra editada en tres volúmenes (Valladolid 1990). El retablo sigue con el nombre de Retablo del maestro de Calzada a la espera de que nuevas aportaciones le testifiquen con más documentación fidedigna.
El retablo mayor de la iglesia de Santa María de la Asunción de Dueñas, (Palencia, España) es una obra de estilo hispano-flamenco, considerado como uno de los ejemplos más importantes de la Corona de Castilla. Realizado completamente en madera policromada, ocupa el interior del ábside central de la iglesia de Santa María de la Asunción, ejemplo de arquitectura protogótica, transición del Románico al Gótico, empezada a construir a finales del siglo xii, pero cuyas obras se extiendieron a lo largo de la siguiente centuria.
El retablo está dividido en 15 escenas que relatan diferentes sucesos de la vida de Jesucristo, organizadas en dos ciclos: Infancia y Pasión. A las escenas hemos de sumar numerosas imágenes individuales que representan a los doce apóstoles, los cuatro evangelistas, cuatro profetas del Antiguo Testamento y los reyes David y Salomón.
Su construcción tuvo lugar entre 1510 y 1518 por suscripción popular, aunque cabe destacar la contribución de los condes de Buendía, señores de Dueñas desde 1439, cuyos titulares en esos momentos eran Juan de Acuña, III conde de Buendía, que adolecía de una enfermedad que se ha identificado con una esquizofrenia leve, y su mujer María López de Padilla.
El ensamblaje fue obra de Alonso de Ampudia y Pedro Manso, mientras que los relieves y las imágenes mayores se encargaron al Maestro Antonio, identificado con Antonio de Malinas o Anthonis Van Manslade III, perteneciente a una importante familia de artistas flamencos, los Keldermans, que ostentaron el cargo de arquitectos municipales de esta importancie ciudad del ducado de Brabante. Giralte de Bruselas talló dos de los profetas y 48 tallas de pequeñas dimensiones hoy perdidas.
Estilísticamente, se ha de relacionar con los grandes retablos de transición del Gótico al Renacimiento; el armazón y los doseletes que cobijan las esculturas son góticos, pero en la imaginería se observa ya la influencia del primer renacimiento español. Se puede establecer paralelismos estéticos y conceptuales con los retablos de las catedrales de Oviedo, Toledo y Sevilla o los de las iglesias de Gumiel de Izán (Burgos) o Lequeitio (Vizcaya).
Las dimensiones del retablo son 9,50 m de alto (12,10 desde el suelo) por 7,80 m de ancho y está formado por banco, tres cuerpos, ático y un guardapolvo que recorre completamente el exterior, incluido el Calvario. Las figuras y relieves se disponen en cinco calles, siendo la central más ancha, y cuatro entrecalles.
El retablo es de madera policromada, siendo la estructura y doseletes de madera de pino y los relieves y escenas de madera de nogal, a excepción de la imagen central, La Asunción de María, que es la única escena realizada en madera de pino.
Las escenas están ordenadas cronológicamente de izquierda a derecha y de abajo arriba, narrando la vida de Cristo en dos ciclos. Los dos primeros cuerpos están dedicados a la Infancia de Jesucristo y abarca ocho escenas: en el primer cuerpo La Anunciación, La Visitación, La Natividad, El anuncio a los pastores y La Circuncisión y, en el segundo cuerpo, La Adoración de los Reyes Magos, La Huida a Egipto y La matanza de los Inocentes.
La última escena de este segundo cuerpo supone el inicio de la vida pública de Jesús con El Bautismo de Cristo en el río Jordán por su primo Juan Bautista para, en el tercer y último cuerpo, narrar la Pasión con La Entrada a Jerusalén, La Oración en el Huerto, El Prendimiento y La Flagelación. Todo ello rematado por un Calvario en el ático donde aparecen Jesucristo crucificado acompañado por los dos ladrones, Gestas y Dimas, y la Virgen María con san Juan Evangelista.
En las entrecalles aparecen tallas individuales, todas ellas vinculadas también a la vida de Cristo y que representan a: los Doce Apóstoles, seguidores de Cristo elegidos por el propio Mesías; en las esquinas del retablo aparecen cuatro profetas del Antiguo Testamento (Isaías, Zacarías, Jeremías e Isaac), que predijeron la llegada del Mesías en sus escritos; y, en el banco o predela, aparecen los cuatro Evangelistas, que narraron la vida de Cristo en sus escritos, y los reyes David y Salomón, ascendientes de Jesús, en torno a una escena que representa un Llanto sobre Cristo muerto.
Por último, en posición central aparece la titular de la iglesia: la Asunción de María, cuya festividad se celebra el 15 de agosto. Es una talla interesante, pues es un compendio de tres advocaciones marianas. La escena representa no sólo la Asunción de la Virgen al cielo acompañada por ángeles, sino que también representa su Coronación e, incluso, aparece representada con los atributos de la Inmaculada Concepción, dogma con una profunda raigambre en España ya desde los siglos XV y XVI pero que no será reconocido por la Iglesia Católica hasta la bula Ineffabilis Deus de Pío IX en 1854. A pesar de ello, España venía celebrando a la Inmaculada como patrona y protectora desde 1644 (Milagro de Empel), siendo el 8 de diciembre fiesta de carácter nacional.
En octubre de 2009 se iniciaban los trabajos de restauración del retablo, financiados por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León. Esta restauración tuvo lugar en la propia iglesia, para lo que se montó un taller de restauración en el ábside central, y se prolongó durante nueve meses, siendo inaugurado en agosto de 2010, ascendiendo la inversión total a 467.287 euros.
Tras el incendio que sufrió la iglesia en 1948 se repintó el retablo por completo, lo que constituía la patología más destacada, al margen de desplazamientso y desajustes, juntas abiertas, pequeñas faltas y un intenso ataque biológico, favorecido por la humedad procedente de la cripta, a la que se accede por la base del retablo.
La restauración ha descubierto la policromía original, de gran calidad, habiéndose encontrado lámina dorada, plateada con corlas y estofados en la policromía de las imágenes y relieves. La mazonería aparece cubierta con lámina dorada y los campos o fondos en azurita.
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