ESCULTURAS DE ESPAÑA
El retablo de San Miguel es una obra pictórica que fue concebida para la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción del municipio español Corrales de Duero en la provincia de Valladolid, España. Su autor es el anónimo Maestro de Osma a quien se conoce activo entre finales del siglo xv y principios del xvi. Es un óleo sobre tabla con unas medidas de 131 x 174 cm. Se conserva en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid. Estuvo expuesto en Las Edades del Hombre de Valladolid El arte en la Iglesia de Castilla y León, 1988 con el título Retablo de San Miguel, número 113 del catálogo.
El historiador de arte e hispanista Chandler Rathfon Post (1881 – 1959) conoció esta obra a través de unas fotografías y tras un somero estudio lanzó la hipótesis de que su autoría se debía a algún seguidor del Maestro de Osma. En 1972 se llevó a cabo en el Instituto del Patrimonio Cultural de España de Madrid una limpieza y restauración del retablo en que salió a la luz el verdadero colorido y muchos detalles ocultos por la suciedad y los desperfectos; a continuación se depositó en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid. En este nuevo espacio el profesor J.J. Martín González tuvo la oportunidad de hacer un estudio meticuloso y llegó a la conclusión de que era obra salida de las manos del pintor conocido como Maestro de Osma.1
El conjunto lo forman cinco escenas realizadas sobre una sola tabla a la que se acopló en el museo la arquitectura de un retablo acorde con el estilo de las pinturas del gótico flamígero. La tabla central mide 114 x 47 cm. Representa la figura de San Miguel como pesador de almas o psicopompo, vestido de guerrero con armadura y empuñando una lanza que clava en el cuerpo del demonio en actitud de vencedor. En el nimbo dorado puede leerse su nombre Micael Arcángel. El suelo está dibujado con baldosas.
La tabla de arriba a la izquierda —66 x 38 cm— representa la escena de la lucha de San Miguel contra los ángeles rebeldes, identificados en este caso con figuras de cuatro ángeles niños que se precipitan a los infiernos. Abajo en el Averno un terrible monstruo con forma de dragón fantástico les espera.
Hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles lucharon contra el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya lugar en el Cielo para ellos. Y fue arrojado el Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él. (Apocalipsis 12, 7-9)
La tabla frontera en la esquina de la derecha representa el milagro del monte Gargano. En el año 390 vivía en Siponto (Italia) un ganadero de ovejas y bueyes llamado Gargano. En una ocasión uno de los toros se apartó de la manada para ir a refugiarse en lo alto del monte y en el interior de una cueva. El animal se resistía a moverse por lo que un arquero le lanzó una flecha que por el camino tomó el rumbo contrario viniendo a clavarse en su propio ojo.nota 1 Recurrió entonces al obispo quien con sumo cuidado pudo arrancar la flecha siguiendo las instrucciones de San Miguel que además mostró su deseo de que se edificase allí un santuario dedicado a su nombre. La pintura muestra el momento en que el arquero es herido.2
En la tabla de la izquierda, abajo está representado el obispo de Siponto en el momento en que saca la flecha envenenada del ojo del pastor Gargano y a la derecha la procesión hasta la cueva del monte donde se había refugiado el toro sagrado protegido por San Miguel.2
El retablo de San Miguel Arcángel se encuentra en la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción en el municipio de Ventosa de la Cuesta, provincia de Valladolid, España. Su estructura está hecha en madera policromada que ampara una serie de óleos sobre tabla atribuidos al Maestro de Becerril con fecha de c. 1530. Se considera una obra pictórica castellana de gran calidad. En el centro y en escultura de bulto redondo hay una gran talla del santo titular.
La mazoneríanota 1 tiene una estructura vertical, alargada, pintada y dorada según el estilo renacentista temprano que no incluía todavía los grutescos y mascarones. Está recubierta por un fondo de pintura blanca sobre el que se aplicó el dorado formando dibujos vegetales a candelieri. Esta técnica de dorar sobre fondo blanco fue muy utilizada en los retablos de la época. Los temas versan esencialmente sobre episodios y milagros de San Miguel inspirados en las narraciones escritas por Santiago de la Vorágine.
Está dividido en tres calles y tres cuerpos; la calle central es más ancha. Los nueve compartimentos están limitados por pilastras y medias columnas. El conjunto estaría probablemente rematado con arcos de medio punto sobre el final de cada calle, según era lo habitual en los años de su realización, pero debió perderse y en el siglo xvii se añadió un ático con friso y frontón triangular rematado por bolas.1
- Primer cuerpo
La tabla central representa la escena de la Santa Generación, es decir, Santa Ana, la Virgen y Jesús. Están situados en un ambiente familiar, de vida cotidiana donde se ve a la Virgen bordando, al Niño jugando y a Santa Ana, su abuela, cuidándole atentamente. La arquitectura y los muebles son renacentistas; al fondo a la derecha se ve parte de un edificio decorado con dibujos vegetales a candelieri y detrás de Santa Ana hay una venera, tan característica del momento.1
La tabla de la derecha representa el milagro de los santos médicos Cosme y Damián en el momento de hacer el trasplante de una pierna al diácono Vespasiano. Es uno de los temas recurrentes en la historia de la pintura. El diácono se hallaba moribundo a causa de una grave enfermedad en una de sus piernas. Invocó y rezó a los dos médicos que efectivamente aparecieron para efectuar una operación milagrosa consistente en amputar la pierna enferma y trasplantar una pierna sana de una persona que había muerto. La operación, según cuenta la leyenda fue un éxito.2
La tabla de la izquierda tiene como tema otro milagro recurrente, la Misa de San Gregorio: La leyenda dice que estando el papa Gregorio Magno diciendo misa en la Iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma, uno de los fieles dudó de la presencia de Cristo al consagrar la hostia. En ese momento se apareció Cristo mostrando las llagas y con los Arma Christi. Quiso el Papa conmemorar este milagro encargando una pintura que narrase lo sucedido. La leyenda se extendió por toda la cristiandad en libros, estampas y pinturas.
- Segundo cuerpo
En el gran hueco del centro se sitúa la escultura de bulto redondo en madera policromada del arcángel bajo una gran venera dorada; está blandiendo su espada amenazadora contra el demonio que tiene a los pies.
La tabla de la derecha representa uno de los milagros del santo ángel y de nuevo es coprotagonista el papa Gregorio Magno. En la ciudad de Roma se había desatado una terrible epidemia de peste. El papa Gregorio organizó rogativas y procesiones pidiendo clemencia para que la peste desapareciera. Al pasar cerca del monumento conocido como el mausoleo de Adriano apareció en todo lo alto San Miguel con su espada ensangrentada como señal de que la enfermedad había remitido. Tras el milagro el monumento se dedicó al arcángel pasando a llamarse Castillo Sant'Angelo.2 La pintura representa el momento de la procesión cuando se aparece el arcángel por encima del mausoleo. Dicho mausoleo está pintado como un castillo medieval lo que prueba que su autor no conocía este monumento romano ni siquiera a través de estampas.3 La tabla de la izquierda es posible que represente el milagro del Monte Saint-Michel relacionado también con la aparición de un toro.
- Tercer cuerpo
La tabla de la derecha representa el milagro del monte Gargano. En el año 390 vivía en Siponto (Italia) un ganadero de ovejas y bueyes llamado Gargano. En una ocasión uno de los toros se apartó de la manada para ir a refugiarse en lo alto del monte y en el interior de una cueva. El animal se resistía a moverse por lo que un arquero le lanzó una flecha que por el camino tomó el rumbo contrario viniendo a clavarse en su propio ojo. Recurrió entonces al obispo quien con sumo cuidado pudo arrancar la flecha siguiendo las instrucciones de San Miguel que además mostró su deseo de que se edificase allí un santuario dedicado a su nombre. La pintura muestra el momento en que el arquero es herido.2
En la tabla del centro se representa San Miguel en el combate contra los ángeles malos:
Hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles lucharon contra el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya lugar en el Cielo para ellos. Y fue arrojado el Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él. (Apocalipsis 12, 7-9)
En la izquierda de nuevo una alusión a la Biblia, con la expulsión de Adán y Eva del Paraíso.
El Maestro de Becerrilnota 2 fue estudiado en el siglo xx cuando se descubrieron nuevas obras, estudios realizados por el profesor Matías Díaz Padrón (que estudió especialmente este retablo) y otros historiadores. Su trabajo le sitúa en lugar destacado entre los pintores castellanos del siglo xvi. Los temas pictóricos y el estilo demuestran la influencia flamenca y el despertar del Renacimiento italiano. Esta fusión de influencias son comunes a las artes plásticas del siglo xvi.
Retablo mayor de la Iglesia de Santa María Magdalena | ||
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Autor | Leonardo de Carrión, Benito Celma, Baltasar Monje Díaz y, posiblemente, Pedro de la Cuadra | |
Creación | c. 1592-1596 (modificado entre 1597 y 1600) | |
Ubicación | Iglesia de Santa María Magdalena de Matapozuelos, Valladolid (Castilla y León, España) | |
Estilo | renacentista | |
Material | madera policromada y dorada | |
Dimensiones | aproximadamente 11,50 × 7,47 metros1 | |
El retablo mayor de la Iglesia de Santa María Magdalena es una obra realizada aproximadamente entre 1592 y 1596 por Leonardo de Carrión y transformada entre 1597 y 1600 por Benito Celma, Baltasar Monje Díaz y, posiblemente, Pedro de la Cuadra. Está ubicado en la Iglesia de Santa María Magdalena de Matapozuelos, en Valladolid (Castilla y León, España).
El templo ya contaba en 1522 con un retablo mayor realizado en «yeso y pintado con la imagen de la Magdalena de bulto, con las imágenes de San Pedro y Santa Brígida de bulto con un guardapolvo».2: 422–423 No obstante, en torno a 1550 el beneficiado Juan de Inaraja dispuso que un retablo dedicado a Cristo crucificado, entonces sin policromar, fuese dorado en Valladolid para ser posteriormente emplazado tras el altar con el fin de que fungiese como retablo mayor mientras se aguardaba la posibilidad de construir uno nuevo. Este retablo, en el dudoso caso de haber sido instalado en el trasaltar puesto que los herederos de Inaraja se negaban a hacer entrega del mismo, fue reemplazado en 1601 bien por su reducido tamaño o bien por su mal estado de conservación, colocándose en su lugar el retablo fabricado por Carrión.3: 264
La vecina de Matapozuelos y viuda de Francisco Alonso, Ana Sanz, quien en su testamento, firmado el 21 de mayo de 1602 ante el escribano Juan de Ortiz, declaró «no tener hijos ni herederos, descendientes ni ascendientes, ni espero mediante naturaleza poderlos haber ni tener por ser mujer muy vieja de edad de más de setenta años», legó una parte de su considerable fortuna (5000 ducados) para la hechura de un retablo el cual comisionó en 1592 a Carrión, oriundo de Medina del Campo4: 57–58 y en aquel entonces de edad avanzada (Sanz moriría seis años después de la firma del testamento, el 8 de diciembre de 1608). La obra fue encargada para ser asentada y puesta «en el sitio, parte e lugar que la dicha Ana le pareciere», instalándose la pieza en un altar colateral en el lado del evangelio de la capilla mayor.3: 264–265 Por expreso deseo de Sanz, tal vez influenciada por el visitador de la diócesis, el retablo fue trasladado a la zona central de la capilla mayor «para que el culto divino fuera más honrado e reverenciado», aunque debido a sus medidas la traza de la obra debió ser reformada a la vez que se le incorporó un basamento lo bastante esbelto como para que la pieza quedase lo suficientemente resaltada, guardando al mismo tiempo la proporción debida con respecto al presbiterio.3: 265
Para la elaboración del retablo Carrión debió seguir una serie de pautas plasmadas en el contrato de ejecución: en la caja principal debía ubicarse una imagen de «San Francisco de la forma e manera que está puesto y hecha su imagen en el Monasterio de San Francisco de Medina del Campo», mientras que en otra caja debían disponerse «las figuras de Santa Ana y de Nuestra Señora con su Hijo en los brazos», siendo las tallas de San Francisco y Santa Ana emplazadas en el retablo por ser los santos titulares (onomásticas) de Sanz y su difunto esposo. No se sabe si fue el propio Carrión el encargado de realizar la parte escultórica, aunque lo más probable es que la misma fuese llevada a cabo por otro artista debido a la muerte de Carrión hacia 1596, apreciándose en la obra la intervención de varios entalladores; tanto el Calvario como las figuras de Fe y Caridad fueron elaboradas con un marcado estilo arcaico, mientras que el resto de la escultura emplazada en la zona primitiva fue ejecutada por alguien próximo a Francisco del Rincón. Por su parte, el diseño original replicaba fielmente el modelo reflejado en el retablo mayor de la Iglesia de San Miguel de Medina del Campo, obra de Carrión en 1566, ya que a ambos lados se hallaban unas monumentales columnas acanaladas de una sola pieza, apoyadas en tarjetas y coronadas por las imágenes de Fe y Caridad, mientras que la figura de Dios Padre se cobijaba «debaxo de un toldo».3: 265
En 1597, al tomarse la decisión de convertir esta pieza en el retablo mayor, se acordó someter la obra a un ensanchamiento y ampliación, labores ejecutadas por Benito Celma; se añadió un primer cuerpo compuesto por seis pilares estriados de orden jónico con friso y entablamento, colocándose encima el retablo de Carrión, el cual debió ensancharse eliminando las monumentales columnas de los extremos, procediéndose además a reformar la cúspide. Por su parte, en el cuerpo principal se dispusieron cinco cajas para albergar las imágenes de bulto redondo de Santa María Magdalena (dorada en 1611) y los cuatro Padres de la Iglesia de Occidente (San Jerónimo, San Gregorio, San Ambrosio y San Agustín), añadiendo Celma al segundo cuerpo dos calles laterales con imágenes de San Pedro y San Pablo sobre pedestales, cada uno decorado en el frente con los relieves de Justicia y Esperanza. La muerte de Celma a finales de 1598 supuso un contratiempo de gran importancia, quedando el batidor de oro Baltasar Monje Díaz, fiador de Celma en el contrato, obligado en marzo de 1599 a concluir la obra. Monje declaró el 22 de febrero de 1601 que su labor estaba terminada y que el retablo ya había sido tasado, hecho corroborable en una inscripción pintada encima de los nichos que cobijan las imágenes de San Gregorio y San Jerónimo: «ESTE RETABLO IZO LA ONRADA SEÑORA ANA SANZ QUE FVE DE FRANCISCO ALONSO. A SE LA DE DECIR VNA MISA CANTADA SOLENE» encima de San Jerónimo y «CON SV RESPONSO DIA DE SANTA ANA PERPETVAMENTE A COSTA DE LOS BIENES DE LA FABRICA DESTA YGLESIA. ANO. D. 1600» sobre San Gregorio.3: 265–266
En las cuentas relativas a 1601 figuran diversas cantidades «por quitar los azulejos para asentar el retablo, abrir los cimientos, asentar y hacer el pedestal», siendo el lienzo con el que se tapó adquirido por Monje, mientras que en 1600 el ensamblador Diego Basoco recibió un pago por «hacer la caxa en Blanco de la custodia del Santísimo», comprándose a Mateo de Bracicorto en 1660 un tabernáculo para el monumento el cual fue dorado en 1663 por Gaspar del Pozo. Respecto a la parte del retablo que Celma dejó sin hacer, esta no se puede atribuir con total seguridad a ningún escultor, aunque muy posiblemente su autoría se deba a Pedro de la Cuadra, correspondiéndose esta parte con los relieves presentes en el banco, la imagen titular, los relieves de Justicia y Esperanza y las tallas de San Pedro y San Pablo.3: 265–266 Juan José Martín González atribuyó en 1968 las imágenes de los Padres de la Iglesia a Adrián Alvarez;5: 151 estas figuras guardan importantes semejanzas con las creadas en 1589 para el retablo de los jesuitas de Valladolid (actualmente en el Museo Nacional de Escultura) y con las tallas del retablo de la Iglesia de Santiago El Real en Medina del Campo, lo que podría hacer pensar que Celma subcontrató estas piezas a Álvarez o que ambos trabajaron de forma conjunta, si bien la muerte de Álvarez en 1599 echa por tierra esta posibilidad.3: 265–266
El retablo fue descrito en 1603 como «un retablo mayor muy bueno, dorado, de mucho coste con mucha imagineria de talla».3: 266–267 La estructura se compone de banco, tres cuerpos con cinco calles y ático;6 en el primer cuerpo se hallan seis pilares con estrías en diagonal apoyados sobre basas y coronados por capiteles de orden jónico, mientras que en el segundo cuerpo y el tercero destacan un total de doce columnas con estrías en vertical también apoyadas sobre basas aunque coronadas por capiteles corintios, estando el ático sustentado por una pareja de atlantes (esta disparidad de formas y en general la falta de armonía del conjunto son consecuencia de la intervención de diferentes artistas).
En el banco figuran un total de cuatro relieves con imágenes de la Anunciación, la Natividad, la Adoración de los Reyes Magos y la Presentación en el Templo, separados entre sí por ménsulas que soportan los pilares del primer cuerpo (las de los extremos decoradas en el frente con la cabeza de un querubín y las contiguas con la cabeza de un carnero), hallándose en medio un tabernáculo presidido por un crucifijo. El primer cuerpo se compone de cinco cajas: las de los extremos están coronadas por frontones clásicos en relieve; las emplazadas en las entrecalles cuentan con una hornacina en arco de medio punto y sobre ellas inscripciones relativas a la financiación de la obra y el año de su terminación; y la del centro consiste en un sencillo nicho rectangular. En este cuerpo se sitúan, de izquierda a derecha, San Ambrosio, San Jerónimo, Santa María Magdalena, San Gregorio y San Agustín;78: 140 la imagen de la Magdalena aparece sosteniendo un frasco de perfume en referencia a la unción de Jesús, mientras que la pose de la mano derecha de la talla de San Ambrosio indica que probablemente sostenía un báculo en señal de su papel como obispo de Milán.
El segundo cuerpo, separado del primero por un entablamento liso decorado con roleos vegetales, posee una estructura un tanto peculiar debido a que en él se halla el primer cuerpo de la pieza original de Carrión encastrado en la obra de Celma. Esta sección la componen tres relieves en la zona central con las imágenes de izquierda a derecha de la Venida del Espíritu Santo, la Estigmatización de San Francisco y el Abrazo en la Puerta Dorada, mientras que bajo ellas, en lo que constituía la predela original, figuran los relieves, también de izquierda a derecha, de San Mateo, San Juan, San Lucas y San Marcos, formando las tallas de San Juan y San Lucas parte del mismo relieve, flanqueado a su vez por las imágenes también en relieve de Fe y Caridad, emplazadas en los netos de los pilares que enmarcan la escena de la Estigmatización de San Francisco. En los extremos, parte correspondiente a la obra de Celma, se hallan a distinto nivel horizontal nichos de medio punto enmarcados por pilastras y presididos por las tallas de San Pedro a la izquierda y San Pablo a la derecha, hallándose bajo la imagen de San Pedro un relieve de Esperanza, reconocible por portar un ancla, y bajo la talla de San Pablo un relieve de Justicia, caracterizada por sujetar una espada.78: 140
En el tercer cuerpo, separado del segundo por un entablamento quebrado, se halla el segundo cuerpo de la obra original de Carrión encajado en la parte correspondiente a Celma; en él destacan en las entrecalles relieves de la Lamentación sobre Cristo muerto y la Flagelación, con el centro presidido por un Calvario bajo un arco carpanel el cual sobrepasa notablemente las dimensiones de este cuerpo y quiebra de forma abrupta la cornisa. En los extremos figuran a distinto nivel horizontal nichos rectangurales con imágenes de la Virgen con el Niño y San Juanito a la izquierda y la Magdalena penitente a la derecha, esta última vestida con piel de camello y en actitud orante. Respecto al ático, este se compone de tres estructuras independientes unidas por aletones: las de los lados exhiben un medallón flanqueado por volutas y rematado por un frontón clásico, mientras que la estructura del centro muestra un relieve de Dios Padre coronado por un frontón triangular rematado por pináculos.
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