jueves, 18 de julio de 2024

HISTORIA DE ESPAÑA

 ESCULTURAS DE ESPAÑA


Fotografía de la escultura, donde el emperador se muestra (temporalmente) sin la armadura.

El emperador Carlos V y el Furor, también llamada Carlos V dominando el Furor protestante, o a veces Carlos V dominando el Furor turco, es una escultura perteneciente a la colección del Museo del Prado.1​ Se trata de una escultura en bronce patinado de 6000 metros de altura, que representa al emperador Carlos I de España y a un enemigo encadenado a sus pies, que el mismo monarca encargó al escultor milanés Leone Leoni en 1549.2​ La idea partió del propio escultor y finalmente fue aprobada y encargada por el Emperador.3​ Se realizó entre 1551 y 1564 (ya muerto el comitente), siendo terminada por el hijo de Leone, Pompeo Leoni.4

Se inspira en una cita del poeta romano Virgilio alusiva a la paz romana. La escultura es en parte desmontable, pues el Emperador aparece desnudo y la armadura que lo cubre puede quitarse o ponerse a voluntad.

Historia y descripción[editar]

La estatua ha estado ubicada en diversos lugares, aunque siempre en las cercanías de Madrid. En el año 1608, por orden de Felipe III, se colocó en el Real Alcázar. En 1620 se trasladó, como elemento decorativo, al jardín del Palacio de Aranjuez. En 1634 se llevó a los jardines del Palacio del Buen Retiro de Madrid y desde allí se trasladó, a fines del siglo xviii, al Palacio de Buenavista (entonces residencia de Manuel Godoy). En el año 1811, mediante un decreto de José I, la estatua pasó a ser "propiedad del pueblo" y se colocó sobre una fuente en la plaza de Santa Ana. A comienzos del siglo xx se encontraba en el Alcázar de Toledo y al finalizar la Guerra civil española pasó a formar parte de las colecciones del Museo del Prado.1

Una copia se exhibe en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid. Significativamente, se eligió este lugar para realizar la firma del Acta de Adhesión de España a las Comunidades Europeas el 12 de junio de 1985.5​ Otra copia se exhibe en el patio del Alcázar de Toledo.

La copia del patio del Alcázar de Toledo.

Carlos V aparece vestido a la romana, con peto y espaldar, dominando a un hombre derribado y encadenado, personificación del Furor; esta figura sujeta una tea encendida en la mano derecha. El Emperador blande una lanza con la derecha, y con la izquierda un alfanje (con la empuñadura en forma de cabeza de águila); ambas armas pueden ser desmontadas. La armadura puede separarse del cuerpo, mostrando a Carlos V desnudo en un canon físico idealizado, a la manera de los héroes grecorromanos. La base de la escultura muestra diversos objetos alusivos a la guerra, como un escudo, un morrión, una coraza, y otros atributos (trompetatridente, un carcaj de flechas, una maza y un haz de lictor romano). La inspiración de la Eneida de Virgilio menciona «Saeva sedens super arma», representando el instante en que Eneas pacificó el Lacio encerrando al Furor en el templo de Jano y declarando la paz. El encargo al escultor milanés no fue único y constaba de una serie de siete esculturas, de las que no todas pudieron ser ejecutadas.3

La obra presenta un notable detallismo y perfección técnica. Las estatuas conmemorativas con piezas desmontables fueron escasas durante el Renacimiento, debido a lo complejo de su construcción y montaje. Los rostros de los dos personajes presentan gran exactitud anatómica, mientras que los cuerpos desnudos (en el caso del Emperador pudiéndose cubrir) son más idealizados. La actitud impasible y serena del Emperador contrasta con el cuerpo retorcido y la angustiada expresión facial del vencido, cuyo verismo y atención al pormenor pueden considerarse un anticipo de la escultura barroca.






Panteón Guirao

Lateral del panteón.
AutorAgustín Querol
Creación1908-1911
UbicaciónSacramental de san Isidro
MadridBandera de España España
Estilomodernista
Materialcaliza
Coordenadas40°24′03″N 3°43′44″O

El Panteón de Luisa Sancho Mata, más conocido como Panteón Guirao, es un mausoleo de estilo modernista situado en la Sacramental de San Isidro, en la ciudad española de Madrid, dentro del distrito de Carabanchel. Fue levantado a principios del siglo xx por el escultor catalán Agustín Querol Subirats (1860-1909) y está considerado como una obra maestra del arte funerario y del modernismo español.1

Historia[editar]

El panteón fue mandado construir en 1908 por el abogado, político y fotógrafo Luis Federico Guirao y Girada (1848-1941), como sepulcro de su esposa, Luisa Sancho Mata, fallecida en 1907. Agustín Querol procedió a su diseño y modelado en barro, no así a su ejecución, al sobrevenirle la muerte en 1909. Su taller terminó el encargo en el año 1911.

Descripción[editar]

Decoración modernista de la cancela de la cripta.

Está ubicado en el Patio de la Concepción, uno de los recintos históricos del cementerio de la Real Archicofradía Sacramental de san Pedro, san Andrés, san Isidro y de la Purísima Concepción, llamado abreviadamente Sacramental o cementerio de san Isidro.2​ Se erige sobre una pequeña plazoleta, delimitada por cuatro cipreses de gran porte, en el centro del eje principal del citado patio, lo que condiciona su orientación, mirando hacia el oeste.

Sobre un doble basamento escalonado descansa un sarcófago, en cuyo frontal aparece inscrito el nombre de Luisa Sancho Mota, mientras que, desde su trasera, emerge una gran cruz con un crismón grabado, alrededor de la cual se concentra la mayor parte de los grupos escultóricos del conjunto. En total se contabilizan catorce figuras, entre estatuas exentas y relieves, siete de ellas representaciones angelicales, que parecen guiar e iluminar a los seres humanos a los cuales protegen, todos ellos con expresiones de dolor y sufrimiento. Emplazadas a diferentes alturas se mezclan distintas alegorías que aluden a las virtudes del difunto, como la Caridad, el Perdón, la Compasión o la Limosna.

El conjunto posee un fuerte sentido escenográfico,3​ que el autor consigue creando una masa pétrea que, a modo de fluido, amalgama a todas las esculturas.4​ El ritmo envolvente que genera este planteamiento se acompaña de un movimiento de ascenso, al situarse en la cruz la referencia visual que persiguen los personajes esculpidos, en su afán por escapar de la envoltura de piedra que les atrapa.3​ Lejos del hieratismo que caracteriza a los panteones de la época, Querol logra una composición de gran dinamismo, con la que parece querer reflejar la fugacidad de la vida y el momento de transición que se inicia con la muerte.5

Aunque se trata de una obra eminentemente escultórica, hay también una parte arquitectónica, consistente en una cripta, realizada por Ignacio de Aldama Elorz. A la misma se accede por medio de una cancela, decorada con motivos vegetales silvestres de corte modernista, seguramente trazados por el propio Querol y fundidos en hierro por Francisco Torras Codina.1​ El mausoleo estuvo cercado con una verja igualmente art nouveau, que se ha perdido con el paso del tiempo.

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