ESCULTURAS DE ESPAÑA
Virgen de la Blanca | ||
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Origen | ||
País | España | |
Santuario | Priorato de San Benito (desaparecido) | |
Datos generales | ||
Veneración | Iglesia católica | |
Festividad | Domingo siguiente al día de San Juan | |
Patrona de | El Común de Soria, Fiestas de San Juan o de la Madre de Dios | |
Fecha de la imagen | Siglo xviii | |
Estilo | Barroco | |
La Virgen de la Blanca también conocida con la advocación de la Virgen del Mercado es una advocación mariana que se venera en la ciudad de Soria (Castilla y León, España).
Según algunos cronistas como Tutor, Mosquera o Loperráez, en el lugar que hoy ocupa la Plaza de Toros de Soria subsistió durante toda la dominación árabe y apareció después ya como iglesia, una pobre ermita bajo la advocación de Nuestra Señora de la Blanca, también denominada de la Virgen del Mercado. Estos cronistas retroceden su fundación hasta el reinado del visigodo Recaredo basándose en que en la puerta del monasterio había una cruz de metal de campana, en la que, entre otras labores, estaban esculpidas el alfa y la omega, símbolos de la divinidad del verbo que negaban los arrianos, cuya herejía fue desterrada en tiempo del monarca Recaredo.1
Lo que si es seguro es que la primitiva fábrica románica se remontaba a los primeros años de la reconquista. Posteriormente se entregó la iglesia a los monjes Bernardos de San Benito para que establecieran su priorato. El general José Joaquín Durán, en marzo de 1812, mandó demoler este monasterio para evitar que los franceses se atrincheraran.
El domingo siguiente al día de San Juan, las cuadrillas del común de Soria divididas en dieciséis barrios, cada una con su santo titular, acudían al encuentro unas de otras en el largo trayecto de la calle del Collado, y todas juntas iban en procesión hasta la puerta de la iglesia, donde les esperaba un monje vestido con los ornamentos sagrados y después se celebraba una solemne misa. Acabada la misa todos se retiraban a la Dehesa de San Andrés (Alameda de Cervantes) donde se tenían ya cocidos en calderas trozos de toro y otras viandas como pan y vino se daban a todos los vecinos asistentes, a los pobres y a los forasteros. Este fue el origen de las Fiestas de San Juan o de la Madre de Dios.
En la actualidad, durante la mañana del lunes, se realiza la procesión de todos los Santos Titulares de las Cuadrillas, que congregados en la plaza Mayor parten, hasta la ermita de la Virgen de la Soledad donde se celebra la misa en honor a la Virgen de la Blanca. Posteriormente los Santos de Cuadrilla (excepto El Salvador y la Virgen de La Mayor, de igual rango jerárquico), Jurados, Cuatros y la Ciudad de Soria le rinde pleitesía en la Plaza Mayor. Esta procesión, reinstaurada en 1939, venía a sustituir a la procesión de los Santos Titulares que se efectuaban hasta 1893 el Domingo de Calderas.
Esta imagen fue sacada en la primera Procesión del Encuentro de la Semana Santa Soriana realizada en el año 2007 al no disponer aún de la talla de la Virgen de la Alegría. La razón que movió a la Junta de Cofradías a sacar en procesión esta imagen fue su tradicional presencia en las Fiestas de San Juan como patrona de las mismas.
La primitiva imagen románica de la Virgen podría haberse perdido cuando el general José Joaquín Durán mandó demoler el monasterio en 1812. Sin embargo, las rígidas facciones de la imagen actual con ojos almendrados, cejas arqueadas y labios ligeramente fruncidos y sonrientes, hacen pensar en una recomposición de la imagen románica original durante el siglo xviii para ajustarla a los gustos de la época y convertirla en una imagen de vestir.
La imagen se encuentra en una de las capillas de la iglesia de El Salvador. Se trata de una talla vestida en la que solo se ven cabeza y manos. El rostro es de recias facciones femeninas, a los que se une un gesto de expresiva ternura maternal. Tiene cabellera negra, tendida y corona real en plata, bien labrada pieza compuesta por imperial aureola y cruz. Las manos solían disponerse abiertas y separadas hacia el pecho aunque en la actualidad se colocan en actitud de rezar, sujetando un rosario y un ramo de flores.
Virgen de la Calle | ||
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Imagen de la Virgen de la Calle. | ||
Origen | ||
País | España | |
Santuario | Iglesia de la Compañía | |
Datos generales | ||
Veneración | Iglesia católica | |
Festividad | 2 de febrero | |
Patrona de | Palencia | |
Fecha de la imagen | Siglo xv (Anónimo) | |
La Virgen de la Calle es una advocación mariana venerada en la iglesia de la Compañía de Palencia (Castilla y León), ciudad de la que es patrona. La Iglesia católica celebra su fiesta el 2 de febrero.
Venerada desde antiguo bajo la advocación de la Virgen de las Candelas en una antigua ermita del mismo nombre, gozando de cofradía de gloria. Se trata de una imagen de autor anónimo, realizada en el siglo xv en madera policromada, con una altura sin peana de 41 centímetros.
Fue proclamada patrona de la ciudad de Palencia mediante un breve de Pío XII en 1947, mismo año en el que se erigió su cofradía, y fue coronada canónicamente en el año 1952 por el obispo de la ciudad.
El templo en el que se venera en la actualidad es la iglesia de la Compañía, llamada así por haber pertenecido a la Compañía de Jesús, aunque también es conocida por la advocación de la Virgen, que recibe culto en ella desde 1767, cuando los jesuitas fueron expulsados de España y la iglesia fue reutilizada como parroquia-santuario de la imagen. Hasta ese momento, la imagen había recibido culto en la iglesia de san Bernardo, que fue primero ermita y luego iglesia de un monasterio femenino, de monjas carmelitas y cistercienses. Santa Teresa de Jesús fue la fundadora del primer monasterio y alude a la Virgen de la Calle en varios de sus escritos.
Virgen de la Encina | ||
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Origen | ||
País | España | |
Santuario | Ermita de la Virgen de la Encina, Macotera | |
Datos generales | ||
Veneración | Iglesia católica | |
Festividad | 8 de septiembre y 15 de agosto | |
Simbología | Encina | |
Patrona de | Macotera, (Salamanca, España) | |
La Virgen de la Encina o Nuestra Señora de la Encina es la patrona de Macotera (Salamanca, España) donde es venerada desde, al menos, 1540.2 Es uno de los símbolos de la villa, prueba de ello es que figura en su escudo municipal.
Se trata de la advocación mariana que goza y ha gozado de mayor veneración entre los macoteranos. Prueba de ello es que no faltan todos los años mayordomos que asisten a la Virgen y se encargan del mantenimiento de la ermita y de tocar la campana dos veces al día, una por la mañana y otra al atardecer. El toque de esta campana llama al rezo de una salve a la Virgen de la Encina.
Distinguimos varias leyendas sobre la Virgen de la Encina:
- Una cuenta que la Virgen se apareció a unas esclavas en el lugar donde está la ermita y que ésta iba a luchar contra los moros. Un día la apresaron y la cortaron las manos y la cabeza. Las esclavas que la acompañaban consiguieron estos restos y los trajeron a donde se les había aparecido.3
- Otra leyenda, muy parecida a la anterior, cuenta que la Virgen iba a luchar contra los moros en la época de la Reconquista y que un día los moros la apresaron y la cortaron las manos y la cabeza. Entonces sus sirvientas trajeron sus manos y su cabeza a Macotera y aquí se les apareció en una encina.4
- Su imagen está compuesta de cabeza, manos y un entramado que le hace de cuerpo. Esto está relacionado con otra leyenda que dice que si alguien la viese desnuda se quedaría ciego.5
Al margen de estas leyendas se sabe que Nuestra Señora de la Encina era ya venerada en la antigua ermita desde al menos 1540 y que la gente al morir dejaba legados a la Virgen para que se dijesen misas por el eterno descanso de sus ánimas en la ermita. Un ejemplo es el collar de oro y la toca que lega la mujer de Juan Terracos el 4 de octubre de 1592 para vestir a la Virgen.6
En 1609 el Visitador eclesiástico, que era un representante del Obispo, dice:
Aquí hay una ermita de Nuestra Señora de la Encina, muy bien tratada, que podía ser iglesia de monjas, su capilla muy bien enmaderada y su retablo muy bueno; no tiene renta esta ermita, aunque las limosnas son muchas, se gastan en reparar la ermita, en fiestas y misas.
Poseía, además de las limosnas, una alameda de negrillos (en la calle Alameda), huertos entre la alameda y la ermita, parte del terreno del actual cementerio, y unas viñas y tierras de labranza.7
En 1730 D. Juan Francisco Caballo Labajos, residente en América, manda un collar de oro puro para la Virgen el cual se le ponía en su fiesta y para el día del Encuentro el Domingo de Resurrección.8
En esta ermita primitiva se celebraba el día 15 de agosto la Asunción de María, esto se deja de hacer el año 1727 por la afluencia de macoteranos y forasteros y porque muchos de ellos se subían a la tribuna y ésta amenazaba a ruina.
Manda [el Señor Obispo] que la festividad de Nuestra Señora de la Asunción se celebre todos los años, en la iglesia de este lugar, para que, más cómodamente, puedan oír sermón y demás oficios, respecto a ser la ermita angosta y no caber en ella la gente, por ser este lugar de muchos vecinos.
Esta ermita sirvió en el siglo xix de escuela de primeras letras para niños y adultos.
En el año 1971, siendo capellán de la virgen D. Rafael Pascual Pérez, se demolió esta antigua ermita y se construyó una nueva que es la actual. Esta ermita tiene una sacristía y un camarín para la Virgen. El arquitecto que se encargó de su construcción fue Amando Diego Vecino.9
Además de la Virgen, hay en esta ermita un Calvario estimable y un San Nicolás Tolentino al que algunos dicen que es el patriarca Noé, por tener en sus manos un tonel.10
La Virgen de la Encina gozó y goza de gran simpatía y devoción no sólo de los macoteranos, sino incluso de muchas personas de los pueblos vecinos, que acudían a su fiesta. Los forasteros se pasaban dos y tres días en el pueblo, participando en los actos religiosos. Asistía tal multitud a sus cultos y novena, que el Visitador ordenó:
que se pusiese un pilar de piedra labrada como soporte de la viga de la tribuna, pues amenazaba ruina por la cantidad de gente que seguía los rezos desde arriba.
En un principio, la gente foránea se quedaba a dormir en la propia ermita; entonces, el Obispo decretó la construcción de una casa adosada a la ermita, para que les sirviera de refugio:
...ya que es yndecentte se duerma en dicha hermitta.
Dijo también:
...se agan buenos zimienttos y se metan, en medio de las paredes, pedazos de ladrillos, para que sean más durables.
Dicha casa se edificó y la obra importó 4.400 maravedíes; pero, pasados unos días, se arruinó. El Visitador pidió responsabilidades a los albañiles y al mayordomo de la ermita, y exigió se edificase de nuevo a su costa, pero no se volvió a construir. En cambio, y en cuanto a los gastos, la ermita se comprometía a pagar una parte y se exigía a los maestros albañiles y al mayordomo que abonasen la otra mitad so pena de excomunión mayor y multa de dos mil maravedíes. Los albañiles se declararon insolventes y el mayordomo tuvo que correr con todos los gastos. La casa disponía de dos dormitorios: uno para los hombres, otro para las mujeres y una cocina muy amplia, que servía también de comedor. Tenía una puerta que la comunicaba con la ermita.
Aga hazer una puerta muy buena, con sus bajas de piedra y sobrepuertta, en la puertta que se abrió para la obra de la dicha casa que se cayó; y, del medio para arriba, se le ponga sus barras de hierro de manera que se pueda hazer orazión desde allí a Nuestra Señora esttando zerradas las puerttas; con su clavazón, cerradura y llave. Lo que ttodo se aga, junttamentte, con unos soportales que ttengan hueco y anchura ttodo el ancho de la pared de la dicha hermitta, con sus ttres pilares de buena piedra labrada, a donde se reciva la gentte que no pudiere enttrar en la dicha hermitta, quando uviere alguna fiestta
.
Su principal fiesta se celebra el día 8 de septiembre, día de la Natividad de Nuestra Señora. El día 31 de agosto se traslada en procesión a la Virgen desde su ermita hasta la Iglesia Parroquial y comienza una novena, que es muy concurrida, en la que además se reza el rosario.
El 8 de septiembre se celebra al mediodía una Misa Solemne a la que acuden autoridades y la corporación municipal. Ya por la tarde, se devuelve la Virgen a su ermita en procesión mientras se canta el rosario. Al final de esta procesión, ya delante de la puerta de la ermita, se canta una salve y tiene lugar el intercambio de las varas de la mayordomía de Nuestra Señora de la Encina entre los mayordomos salientes y entrantes.
Junto a la fiesta de septiembre, hemos de reseñar la del 15 de agosto (Asunción de María). Durante esta fiesta, que está unida a la del patrón San Roque que se celebra el día 16, se celebra Misa Solemne cantada en latín (misa que llaman De Angelis) por el coro parroquial. Al día siguiente, después de la misa en honor a San Roque, sale a la plaza mayor acompañada de la imagen del patrón para escuchar la loa que se pronuncia desde el balcón del ayuntamiento. Leída la loa, la Virgen vuelve a la iglesia y aguarda la llegada de San Roque que tiene lugar hacia las siete de la tarde. En el breve acto que tiene lugar entonces, además de una oración a San Roque, se entona la salve a la Virgen de la Encina.
Además, la Virgen de la Encina tiene un papel relevante durante la Semana Santa macoterana. El Viernes Santo acude a la procesión del Santo Entierro vestida de luto y, finalizada ésta, los macoteranos rezan una salve a la patrona frente a la Iglesia Parroquial. Por último, el Domingo de Resurrección, acude a la procesión del Encuentro con Jesús Resucitado durante la cual se retira el velo negro que simboliza el luto y se deja ver su vestido blanco.
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