ESCULTURAS DE ESPAÑA
El arco de los Blanco es un vestigio de una antigua puerta romana. Originalmente fue conocido como Puerta de Tierra y se situaba inmediata al Castillo de la Villa (Cádiz), en el barrio del Pópulo en la ciudad española de Cádiz. Como ocurrió en el Arco del Pópulo, al vano original se fueron añadiendo distintas construcciones, que transformaron su aspecto primitivo. Sobre la amplia bóveda que conforma el pasadizo, la familia Bianco o Blanco mandó construir una capilla, hoy desaparecida, de la que toma la puerta su nombre actual.
La familia de Felipe Blanco levantó en el siglo XVII una capilla dedicada a la Virgen de los Remedios, sobre el arco principal, hoy desaparecida. El pórtico exterior, corresponde a la entrada principal o Puerta de Tierra de la villa medieval, con arcos apuntados, debió de ser construido al tiempo que el resto de la fortificación y la alcazaba. Daba acceso a las carnicerías reales, bajo cuyo solar se han localizado parte de las dependencias anexas a la escena del teatro romano de Gades, sobre los restos de éste. Sólo conserva la parte posterior, ya que su fachada debió de desmontarse en el siglo XVI para dar mayor anchura a la calle.
En su primera época se denominó Puerta de Tierra, porque quedaba frente a la goleta o istmo. Más tarde se la llamó de Santa María, por dar paso a este arrabal. La puerta estaba flanqueada por dos torres, desiguales. La del Sur era uno de los cubos del castillo que contiguo a ella existió (Castillo de la Villa).
Sobre ella existía una imagen de alabastro de Nuestra Señora de los Remedios, escultura de origen italiano, quizás de mitad del siglo XVI.
Careciendo de importancia militar la cerca o muralla de la Villa y sus puertas, al no encerrar sino una pequeñísima parte de la ciudad, este arco fue el que sufrió más el abandono, hasta el punto de amenazar ruina, por lo que tuvo que repararse seriamente en 1602.
Hacia 1621 la familia Blanco, una de las principales del comercio de Cádiz y que más tarde tuvo asiento en el Cabildo, solicitó autorización para labrar a su costa una capilla, al igual que se había levantado en la Puerta del Pópulo, edificando sobre la bóveda y entre los torreones.
La capilla quedó terminada en 1635, fecha que está indicada en el Ave María que existe en el frente que da a la Calle del Mesón Nuevo. Esta capilla se labró formando un tejaroz con espadaña, de modo que quedaba abierto a la calle de la Carnicería o de la Misericordia, en donde lo soportaban tres arcuaciones, descansando en ménsulas y columnas de mármol blanco.
La imagen debió quedar junto a la muralla, sobre el altar adosado a ella. Una sencilla balaustrada remataría el ámbito de la capilla, que limitaban por ambos lados las torres de la puerta. Para la Sacristía se labró un cuarto, gran parte de él ahuecado, por el revés de la muralla, que por esta parte es altísima y rebasa algunos de los edificios de la Calle de San Juan de Dios.
En 1642 se autorizó a don Felipe Marzón y Blanco, Caballero Regidor y patrono de este santuario, para que se le formase un balcón volado que llegase hasta la esquina del castillo o torre de la derecha, como ya se ha comentado con anterioridad.
El aspecto sería el de tantas y tantas capillas pensiles como hay por Andalucía: una capillita abierta a la calle con espacio poco más que suficiente para poder oficiar, y amplia balconada en donde poder colocar candelas y mariposeros.
Siendo de patronato particular, pocas referencias de ella existen en el Archivo Municipal de Cádiz, pero la simple visita hace comprender que, por la primera mitad del siglo XVIII hubo modificaciones de importancia: se colocó un retablo de talla, la imagen se sustituyó por otra de lienzo y en el hueco de la torre izquierda se hizo una capilla con retablo, dedicado a San Raimundo de Peñafort.
En el siglo XIX se prologó el tejaroz y se tapió la parte que da a la calle, suprimiendo el corredor y quedando el conjunto con el aire amazacotado que tenía hasta su desaparición. Hacia 1810 se le agregaron unas casas, en las que vivía el canónigo que disfrutaba la capellanía.
Postigo del Carbón | ||
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Arranque del postigo del Carbón, situado en la calle Santander, junto a la Torre de la Plata. | ||
Parte de | Murallas de Sevilla | |
Localización | Distrito Casco Antiguo (España) | |
El postigo del Carbón, también conocido como postigo de los Azacanes, como postigo de las Atarazanas y como postigo del Oro, fue una de las puertas de acceso del recinto amurallado de la ciudad de Sevilla, Andalucía, España. Su nombre más común, el del Carbón, fue producto de la venta de este combustible que se llevaba a cabo en el postigo y sus aledaños.
Estaba situado en la confluencia de las calles Santander y Temprado, e inmediato a la Torre de la Plata. Derribado después de 1868, aún puede verse su emplazamiento en los restos de lienzos sobre los que se apoyaba, y en su lugar un azulejo de la Virgen del Carmen.
Puerta del Colodro | ||
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Sillares de la Puerta del Colodro. | ||
Ubicación | ||
País | España | |
Ubicación | Córdoba (España) | |
Coordenadas | 37°53′30″N 4°46′32″O | |
Características | ||
Tipo | Puerta amurallada | |
Parte de | Murallas de Córdoba | |
Destrucción | 1882 | |
La puerta del Colodro fue una puerta de acceso situada en el tramo norte de la muralla de la Axerquía de Córdoba (España).
Esta puerta fue construida después de la conquista cristiana de la ciudad.1 Sufrió varias reedificaciones, siendo abierta y cerrada siempre que se padecía alguna epidemia.1 Fue derribada en el año 1882.2
En 2009, durante las obras de reforma de la plaza del Colodro, se descubrieron los restos de la puerta del Colodro, así como de parte de las murallas adyacentes.3 Parte de los restos, entre los que se incluye la puerta, se han integrado en la nueva plaza en donde pueden visitarse.4
Su nombre se debe a que el 24 de enero de 1236, por el lugar en el cual posteriormente se construiría la puerta, un almogávar que sabía árabe llamado Álvaro Colodro, natural de Cobeña, escaló la muralla y sorprendió a los centinelas, a quienes tiró al campo para que sus amigos los acabasen de matar, lo cual desencadenó la conquista cristiana de la ciudad.
Puerta de Córdoba | ||
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Tipo | puerta de la ciudad, yacimiento arqueológico y monumento | |
Catalogación | bien de interés cultural, bien de interés cultural, bien de interés cultural y bien de interés cultural (Monumento, 3 de junio de 1931, 29 de junio de 1985, 6 de abril de 1931 y 22 de junio de 1993) | |
Localización | Carmona (España) | |
Coordenadas | 37°28′35″N 5°38′01″O | |
Nombrado por | Córdoba | |
La Puerta de Córdoba es un edificio histórico del municipio español de Carmona, en la Sevilla.
La actual puerta de Córdoba es el resultado de diversas reformas y restauraciones sobre la puerta del recinto amurallado de la Carmo romana. De su construcción original en el siglo I d. C. se conservan aún los paramentos que llegan hasta el alcor, dos pilastras en relieve, configuradas a la manera clásica —basa ática sin plinto sobre un doble zócalo—, parte de los dos torreones semioctogonales que la flanquean, la escalera y su bóveda. Los paralelos arquitectónicos, permiten fechar la obra en tiempos de Augusto o Tiberio.
Por su monumentalidad y su escasa capacidad defensiva no tenía función de fortaleza, sino de símbolo propagandístico del Imperio romano. La puerta de Córdoba ha destacado siempre por su valor estratégico y su emblemática ubicación como único acceso visible de Carmona desde la vega (cruzada por el tramo Corduba-Hispalis de la Via Augusta). Este valor de la ciudad es el que debió de influir en su composición a modo de porta triumphalis, erigida como un gran arco de triunfo destinado a honrar al poder romano, que había traído la paz y la prosperidad a la provincia Bética.
La Puerta pertenece a la parte de la muralla situada en su flanco Este, al final del cardo máximo, una de las vías principales de la ciudad romana, y que coincidía con el trazado de la Vía Augusta, que era el principal medio de comunicación y transporte de la Hispania romana, una extensa vía que alcanzaba desde los Pirineos hasta Cádiz, atravesando las principales ciudades romanas de la provincia Bética y la Tarraconense.
Para su construcción se acondicionó la vaguada en la que se asienta y gran parte de las elevaciones del terreno se rebajaron. En época romana su altura era mucho mayor que en la actualidad, visible a varios kilómetros de distancia hacia el Este, pues contaba con un cuerpo superior no conservado, ya que las torres octogonales tenían al menos dos plantas, con escaleras de acceso laterales. Dichas torres fueron construidas con sillares almohadillados y estaban decoradas con columnas cuadrangulares y acanaladas, adosadas a las esquinas. Son visibles los restos de estas columnas en una de las torres.
Medía más de 30 metros de anchura, pero debido a las numerosas reformas solo se conservan los lienzos de muralla a ambos lados de la puerta y uno de los torreones poligonales. Contaba además con tres arcos, dos de los cuales eran peatonales y el tercero estaba destinado al paso de carruajes.
La fachada que da al interior de la ciudad estaba igualmente estructurada en dos pisos. Poseía un podio de más de dos metros de altura, decorado con semicolumnas y pilastras.
La Puerta mantuvo su configuración romana original hasta la primera reforma, que ocurrió durante el reinado de Pedro I, consistente en la construcción del Alcázar de la Reina a la derecha del conjunto, que fue demolido posteriormente, en tiempos de los Reyes Católicos.
El terremoto de 15041 provocó el derrumbe de una de las torres, que fue posteriormente reconstruida.
En 1603 se derrumbaron los arcos de la estructura central, pero fueron completamente reconstruidos. Durante el reinado de Carlos II, en el año 1688, se llevaron a cabo las obras para una reedificación general del conjunto, a las que hace referencia una inscripción ubicada en el interior del arco.
El terremoto de 1755 también ocasionó daños al monumento. Entre 1796 y 1800 se realizaron las últimas remodelaciones, a cargo del arquitecto neoclásico carmonense José de Echamorro, responsables del aspecto actual de la fachada. El proyecto configuró la Puerta con un solo arco semicircular en el centro, flanqueado por dos pares de columnas, y dos pares más junto a los torreones para otorgarle simetría al conjunto. Se añadió un cuerpo superior, separado del inferior por una balaustrada, rematado con un frontón triangular y abierto con un balcón al exterior.
En el año 2000 se realizó un exhaustivo análisis y restauración con la intención de devolver a la Puerta un aspecto más similar al original. Actualmente, por el vano del arco se puede acceder al Centro de Interpretación de la Puerta de Córdoba.
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