MONUMENTOS DE ESPAÑA
La Casa del Santo se encuentra enclavada en la zona más elevada y céntrica del pueblo de Armentia, Vitoria (Álava, España) y según la tradición, sobre el solar de la casa donde nació el ilustre obispo de Tarazona.
Sin embargo, la casa actual nada tiene que ver con San Prudencio, sino que se trata de la residencia de los Díaz de Espada. Se construyó sobre proyecto de Justo Antonio de Olaguíbel, en el año 1806, como remodelación de una casa existente. Encargó el proyecto el obispo de La Habana, don Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa.
Se encuentra ubicada en un entorno rural, entre edificaciones que en su día fueron de uso agrícola y que hoy van perdiendo ese carácter. Delante de la casa se encuentra un cruce de caminos que ensancha el espacio público, sin llegar a conformar una plaza urbana.
Se trata de un edificio exento, cuya fachada principal se encuentra orientada al oeste. Su planta es sensiblemente cuadrada y consta de dos pisos de altura, incluyendo el bajo. También consta de entrecubierta visitable, aunque desde el exterior no se aprecia.
La cubierta es a cuatro aguas, rematándose en la fachada en una cornisa. El material de cobertura es de teja cerámica.
La fachada principal es de sillería perfectamente trabajada, y las laterales y posterior de mampostería, recercando los huecos y esquinales con sillares.
La estructura del inmueble es de muros de carga perimetrales y dos centrales, conformando un pasillo de distribución.
El elemento de mayor interés es la fachada principal. Consta de tres ejes verticales: una portada central y dos ejes de huecos.
La portada está compuesta por dos columnas de orden gigante que soportan un potente arquitrabe. Entre las dos columnas, remetiendo la fachada respecto el plano general de la misma, se encuentra la puerta, que a su vez dispone de un enmarcado de pilastras, dintel y cornisa. Encima de la puerta aparece un óvalo, dentro del cual se sitúa un busto de San Prudencio. A los lados del Santo aparecen dos ángeles de piedra.
La carpintería de la puerta es de doble hoja, cada una de las cuales se encuentra coronada por un tejadillo a dos aguas, a modo de frontón clásico. Las puertas constan de ventana, siendo protegidas por rejas decoradas con motivos vegetales.
Los dos ejes laterales se encuentran enmarcados por jambas de piedra, creando un orden también gigante pero, en este caso, plano. El hueco superior es un balcón con antepecho de forja bien trabajado. El inferior es una ventana.
Las fachadas laterales no presentan elementos de interés. La norte solo dispone de un vano, correspondiente a la escalera, y tres pequeñas rendijas de ventilación, dos de ellas son exclusivamente compositivas, pues son cerradas. El sur dispone de tres ejes de huecos, el central con balcón, sin más jerarquía o valoración que el dado por los enjambados pétreos de huecos.
La fachada posterior consta de una puerta de acceso de pequeñas proporciones, situada en el centro, y tres ejes de ventanas en el piso superior. Además existe otra ventana inferior, en el eje derecho. Tanto la puerta como la ventana inferiores, de correcta ejecución, parecen más recientes puesto que el tipo de piedra difiere ligeramente.
Olaguibel buscó el equilibrio compositivo de las fachadas, tomando como principio la simetría. La fachada es sobria, remarcando la entrada. El acceso es el objeto fundamental, colocada en una hornacina, casi a modo de templete. No sólo es motivo fundamental de la fachada principal, sino de todo el inmueble. Interiormente el eje principal vuelve a ser el correspondiente al acceso.
El interior del edificio ha sido remozado en varias ocasiones, la última a finales de los años 90, por lo que no queda nada de interés.
En la zona de jardín se encuentra una fuente sobre la que descansa una escultura de San Prudencio. A los lados de la misma hay dos bancos compuestos por rectángulos de piedra. Flanqueando el conjunto de la fuente nos encontramos dos pilastras que terminan en tronco de pirámide y que, seguramente, debieron estar rematadas por una bola.
Casa taller Bonilla | ||
---|---|---|
Tipo | edificio | |
Localización | Vitoria (España) | |
Coordenadas | 42°50′50″N 2°40′35″O | |
La casa n.º 15 o casa taller Bonilla en Vitoria (Álava, España) es un edificio de viviendas que alberga taller y exposición de muebles, situado en la zona centro de Vitoria.
Es construcción exenta que consta de planta baja y dos alturas. Tiene zócalo con placado de mármol, revocándose el resto de la fachada en gris y blanco. La planta baja presenta tres accesos y cuatro ventanas, todos ellos en arco carpanel. Las plantas superiores configuran un segundo cuerpo más pequeño con cinco ejes de vanos también en carpanel. En estos, los ejes extremos son ocupados por miradores muy decorados que se apoyan en grandes ménsulas adornadas con volutas y guirnaldas.
En los ejes centrales aparecen balcones, unidos los de la primera planta por repisa apoyada en dos ménsulas centrales. La fachada se remata con cornisa moldurada.
La muralla medieval de Vitoria fue un recinto murado que fortificó en la Edad Media el poblado de Vitoria, y su construcción se cree tuvo lugar a finales del siglo XI o principios del siglo XII1, aunque existen sólidos argumentos histórico-numismáticos que apuntan que, en realidad, la muralla se erigió en la segunda mitad del siglo XII.2
Se conserva aproximadamente la mitad del volumen total, y fue recuperada a principios del siglo XXI en una actuación que recibió una mención especial3 en la categoría de conservación en los Premios Europa Nostra en España en 2010.
El recinto amurallado medieval de la ciudad fue construido en un momento indeterminado del siglo XII, (ver discusión y notas 1 y 2) unos años antes de que el rey Sancho VI de Navarra4 fundara la villa en 1181 bajo el nombre de Nueva Victoria.5 Este recinto murado ya consta en el fuero concedido el mismo año de la fundación.6
Durante los últimos siglos permaneció oculta entre las edificaciones del casco histórico, hasta que un equipo de investigación arqueológica de la Universidad del País Vasco llevó a cabo unas excavaciones arqueológicas en el subsuelo de la catedral de Santa María en 2001, en las que fueron descubiertos los restos de las zapatas de la antigua muralla.7
Después de analizarse los restos se pudo comprobar que la citada zapata correspondía con la primera muralla que rodeaba el poblado pero que tenía una antigüedad anterior a la fundación de la ciudad. Ello denotaría un cierto poder económico y de liderazgo social, desconociéndose hasta el día de hoy quienes pudieron ser sus impulsores o de que se defendían empleando para ello tantos recursos.
Aunque el recinto amurallado tenía una longitud total de unos 900 metros y contaba con unos 22 torreones, actualmente solo se conserva cerca de la mitad. En 1968 bajo la dirección de Emilio y Luis Ángel Apraiz se restauró con criterios historicistas en estilo lombardo el tramo junto al palacio de Escoriaza - Esquivel, esta intervención es considerable como falso histórico. Tras el descubrimiento realizado en las excavaciones de la catedral se decidió llevar a cabo una restauración de los restos de la muralla que se conservaban en la ladera oeste.
- Primera fase: vio la luz en 2006 y puso al descubierto el tramo que corresponde a las traseras de los números 98 al 104 de la calle Correría. Quedaron a la luz unos 136 metros de muralla y los antiguos restos del matadero y del mercado del siglo XIX.
- Segunda fase: vio la luz en 2010 y ofrece la posibilidad de contemplar 160 metros de muralla en las traseras de San Miguel a través de una celosía de madera que imita la forma de la muralla que no se conserva.
- Tercera fase: se ubica entre las dos primeras fases y aun está por acondicionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario