MONUMENTOS DE ESPAÑA
La Cocinilla del Obispo | ||
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Patrimonio de la Humanidad (parte de «Arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica», n.º ref. 874.613) (1998) | ||
El abrigo, con la pasarela de acceso | ||
Coordenadas | 40°23′17″N 1°24′03″O | |
Localización administrativa | ||
País | España | |
División | Aragón | |
Subdivisión | Teruel | |
Localidad | Albarracín | |
Otros datos | ||
Protección | Paisaje protegido de los Pinares de Rodeno | |
Mapa de localización | ||
Ubicación (Aragón). | ||
La Cocinilla del Obispo es un abrigo rocoso situado en el paisaje protegido de los Pinares de Rodeno, dentro del término municipal de Albarracín, en la provincia de Teruel (Aragón, España). Es uno de los 758 yacimientos de arte rupestre, que fueron añadidos en 1998 al Patrimonio de la Humanidad como parte del sitio Arte rupestre del Arco Mediterráneo de la península ibérica (ref. 874.613).1
El abrigo de La Cocinilla del Obispo se ubica dentro del paraje de los Pinares de Rodeno, en el término municipal de Albarracín, Teruel. Es una zona de pinares con numerosos afloramientos rocosos, que permiten la existencia de innumerables abrigos y cavidades rocosas en la zona. El sitio es fácilmente accesible desde Albarracín por la carretera local que atraviesa los Pinares de Rodeno hacia Bezas. Una zona de estacionamiento de vehículos situada a 5 km de Albarracín en mitad del paisaje protegido de los Pinares de Rodeno marca el punto de información y lugar de inicio más habitual de una serie de senderos señalizados, que permiten llegar fácilmente a la Cocinilla del Obispo y a cerca de otra docena de yacimientos con pinturas rupestres situados en las inmediaciones que también son fácilmente visitables.
El llamado sendero del Arrastradero, parte del aparcamiento y permite en un recorrido circular de 2.5 km visitar no solo La Cocinilla del Obispo, sino también el abrigo de los Ciervos, el abrigo de las Figuras Diversas, el abrigo del Medio Caballo, el abrigo de los Dos Caballos y el abrigo del Arquero del Callejón Cerrado.
En el año 1892 Eduardo Marconell publicó en la revista Miscelánea Turolense un artículo referido a la existencia de pinturas rupestres en el término de Albarracín,2 entre las que se encontraban los toros del Prado del Navazo y las pinturas del abrigo rocoso conocido popularmente como la "La Cocinilla del Obispo". Este artículo es la mención escrita más antigua referida a lo que sería conocido más tarde como arte levantino español.
El estudio científico de este yacimiento fue publicado en 1911 por parte de Juan Cabré y el abate francés Henri Breuil, quien estaba considerado uno de los paleontólogos más importante del mundo. Cabré y Breuil habían estudiado e identificado en la década anterior otras pinturas rupestres en la cuenca mediterránea española, catalogándolas como un nuevo tipo de arte rupestre al que llamaron Arte Levantino.
En 1982, un nuevo estudio del yacimiento, realizado por Fernando Piñón Varela descubrió nuevas representaciones que habían pasado inadvertidas en el estudio de 1911.
Es uno de los abrigos más sobresalientes de Albarracín. Las figuras aparecen representadas en un gran panel de 5,7 metros de longitud, por 2,4-1,35 metros de altura. Las representaciones se distribuyen en tres zonas:
- en el extremo izquierdo del panel aparecen cinco toros de gran tamaño, cuatro de los cuales son anaranjados y uno de color negro; así como un caballo negro.Sobre la panza de uno de los toros se ha realizado un signo rectangular compartimentado en tres, de color negro;
- en el centro del panel aparece un toro aislado, en posición rampante y de color pardo-rojizo. Este toro está repintado sobre un toro de color blanco anterior, que apenas es visible;
- en el extremo derecho son perceptibles dos figuras de toros, una de color anaranjado en el plano superior y otra de color blanco en el inferior, que está parcialmente superpuesto al anterior. También en este lado del panel se aprecia una manchita de pintura. El bóvido anaranjado del extremo derecho del abrigo está representado a la carrera y mide 35,5 cm de altura por 69 cm de anchura. Es la figura más llamativa del conjunto pictórico.
Las figuras están realizadas en tintas planas, apareciendo tres de las figuras contorneadas por una fina línea de grabado.
Las pinturas de "La Cocinilla del Obispo" se han datado en el Neolítico Antiguo (aprox. 5000-4000 a. C.). Se cree que fueron realizadas en cuatro fases diferentes, debido a la superposición de las pinturas y a cuestiones de índole cromática; aunque probablemente entres estas fases discurrió un breve periodo de tiempo.
Panteón Real de San Juan de la Peña | ||
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Localización | ||
País | España | |
División | Jaca | |
Coordenadas | 42°30′28″N 0°40′22″O | |
Advocación | Sancho Ramírez de Aragón y Pamplona, Pedro I de Aragón y Pamplona, Ramiro I de Aragón, Ermesinda de Bigorra, Inés de Aquitania, Felicia de Roucy, Inés de Aquitania e Isabel de Urgell | |
Fundación | 1770 | |
Datos arquitectónicos | ||
Estilo | arquitectura neoclásica | |
El Panteón Real de San Juan de la Peña es una capilla neoclásica situada dentro de la edificación del Real Monasterio de San Juan de la Peña.
Fue creado por orden de Carlos III en 1770, siguiendo las indicaciones de José Nicolás de Azara y del conde de Aranda.1 Los sepulcros reales quedaron en su lugar anterior, pero delante de ellos se levantó una pared en la que se colocaron láminas de bronce con las inscripciones correspondientes en latín. Esta pared es el lado derecho de la capilla, según se entra, ocupando el izquierdo unos estucos de cal en relieve que representan la historia de la Corona de Aragón, mediante la explicación de los símbolos heráldicos de su escudo, en cuatro relieves que representan cuatro escenas:2
- La Batalla de Aínsa.
- Aparición de la Cruz a Iñigo Arista en Sobrarbe.
- El Sitio de Huesca.
- Jura de los reyes de Aragón ante el Justicia.
Alberga los restos de algunos monarcas navarros que reinaron en Aragón, de los primeros condes aragoneses y de los tres reyes iniciales de la dinastía ramirense, Ramiro I, Sancho Ramírez, Pedro I, junto con sus esposas.
A la entrada hay un lugar reservado al reformador del panteón, Carlos III, que aparece representado con un relieve de bronce.
Real Monasterio de San Juan De la Peña | ||
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Bien de interés cultural Patrimonio histórico de España | ||
Vista del monasterio. | ||
Localización | ||
Localidad | Botaya, Jaca Huesca Aragón España | |
Datos generales | ||
Categoría | Bien de Interés Cultural | |
Código | 7-INM-HUE-001-086-003 | |
Declaración | Resolución: 13/06/1889 Publicación: 15/07/1889 | |
Construcción | Siglos X–XII - | |
Estilo | Románico | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en España | ||
Ubicación en Huesca | ||
Caminos de Santiago de Compostela: Camino Francés y Caminos del Norte de España (Real Monasterio de San Juan de la Peña) | ||
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Patrimonio de la Humanidad de la Unesco | ||
Localización | ||
País | España | |
Datos generales | ||
Tipo | Cultural | |
Criterios | ii, iv, vi | |
Identificación | 669-125 | |
Región | Europa y América del Norte | |
Inscripción | 1993 (XVII sesión) | |
Sitio web oficial | ||
El Real Monasterio de San Juan de la Peña situado en Botaya, al suroeste de Jaca, Huesca, Aragón (España), fue el monasterio más importante de Aragón en la alta Edad Media. En su Panteón Real fueron enterrados un buen número de reyes de Aragón. Forma parte del camino aragonés del Camino de Santiago. Su enclave es extremadamente singular.
Cuenta la leyenda que un joven noble de nombre Voto (en algunas versiones, Oto) vino de caza por estos parajes cuando avistó un ciervo. El cazador corrió tras la presa, pero esta era huidiza y al llegar al monte Pano, se despeñó por el precipicio. Milagrosamente su caballo se posó en tierra suavemente. Sano y salvo en el fondo del barranco, vio una pequeña cueva en la que descubrió una ermita dedicada a San Juan Bautista y, en el interior, halló el cadáver de un ermitaño llamado Juan de Atarés. Impresionado por el descubrimiento, fue a Zaragoza, vendió todos sus bienes y junto a su hermano Félix se retiró a la cueva, donde iniciaron una vida eremítica.1
Este sería el inicio del Monasterio del que escribía don Miguel de Unamuno:
...la boca de un mundo de peñascos espirituales revestidos de un bosque de leyenda, en el que los monjes benedictinos, medio ermitaños, medio guerreros, verían pasar el invierno, mientras pisoteaban la nieve jabalíes de carne y hueso, salidos de los bosques, osos, lobos y otros animales salvajes.
Se habitan estas montañas poco después de la conquista musulmana, al construir el castillo de Pano, destruido en el año 734. El origen legendario del Reino de Aragón también encuentra en el monasterio cueva de San Juan de la Peña su propia historia, cuando reunidos los guerreros cristianos junto a Voto y Félix deciden por aclamación nombrar a Garci Ximénez su caudillo que les conducirá a la batalla por reconquistar tierras de Jaca y Aínsa, lugar este donde se produjo el milagro de la cruz de fuego sobre la carrasca del Sobrarbe.2
Reinando en Pamplona García Íñiguez y Galindo Aznarez I, conde de Aragón, comienzan a favorecer al Monasterio. El rey García Sánchez I concedió a los monjes derecho de jurisdicción, y sus sucesores hasta Sancho el Mayor, continuaron esta política de protección. Allí pasó sus primeros años San Íñigo. En el reinado de Sancho Ramírez de Aragón adquiere su mayor protagonismo llegando a ser panteón de los reyes de Aragón.
Fueron devastadores los incendios de 1494 y 1675. A raíz del último de ellos, se construyó el Monasterio Nuevo. El Monasterio Antiguo fue declarado Monumento Nacional el 13 de julio de 1889 y el Monasterio Moderno el 9 de agosto de 1923. La restauración fue dirigida por el arquitecto modernista aragonés Ricardo Magdalena.
Probablemente existiera algún tipo de cenobio anterior al siglo XI, pero la construcción de mayor importancia empieza el año 1026 por iniciativa de Sancho el Mayor de Pamplona. En el año 1071 el rey Sancho Ramírez cede el conjunto existente a los monjes cluniacenses y favorece su reforma. En este momento se levanta el conjunto que hoy queda, en mayor o menor medida. La reforma benedictina de Cluny no podía obviar la construcción de un claustro que se finalizará ya entrado el siglo XII.
A finales del siglo XI son un conjunto de capiteles de influencia jaquesa del claustro con temas de animales fantásticos y algunos motivos geométricos y vegetales donde destacan los roleos. Un segundo grupo, formado por veinte capiteles, fue encargado en el último tercio del siglo XII al llamado maestro de San Juan de la Peña, autor anónimo, también conocido como Maestro de Agüero, probablemente para sustituir otro anterior.3 El pequeño recinto ofrecía un cerramiento diáfano en forma de arcadas separadas por columnas. Los arcos se veían rematados con cenefas con el típico taqueado jaqués.
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