ESCULTURAS DE ESPAÑA
Cervatillo de Medina Azahara | ||
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Material | Bronce | |
Altura | 61,6 centímetros | |
Civilización | Califato de Córdoba | |
Descubrimiento | Siglo XVI | |
Descubridor | Monjes del monasterio de San Jerónimo de Valparaíso | |
Procedencia | Medina Azahara | |
Fecha | Siglo X | |
Ubicación actual | Museo Arqueológico de Córdoba | |
El cervatillo de Medina Azahara es una escultura de bronce que servía como surtidor de agua. Fue hallada en la antigua ciudad de Medina Azahara, construida durante el Califato de Córdoba en el siglo X.
La primera referencia que tenemos del Cervatillo es del autor Ambrosio de Morales (1513-1591), cronista del rey Felipe II de España, quien relata en Las antigüedades de las ciudades de España (1575) lo siguiente:1
Hánse hallado también en Córdoba la vieja [Medina Azahara] muchas antiguallas, de diversas maneras en diversos tiempos. Destas son la rica pila de mármol blanco de dos varas en largo, y más de una en alto, y otra en ancho, que sirve agora de fuente en el Monasterio de San Geronimo, en el claustro principal. Halláronse dentro desta pila un ciervo y una cierva de latón ricamente labrados, poco menores que un cabrito. El ciervo echa el agua en la pila y la cierva está en el suntosísimo Monesterio de nuestra Señora de Guadalupe.
Por lo tanto, Ambrosio de Morales indica que la escultura se encontró dentro de una pila marmórea de la ciudad de Medina Azahara y se trasladó al monasterio de San Jerónimo de Valparaíso, donde Morales ejercía de monje y que fue construido en el siglo XV con materiales que se extrajeron de Medina Azahara.2 Tras la Desamortización española, los monjes fueron expulsados el 30 de agosto de 1835 del monasterio3 y el Cervatillo fue adquirido como pieza número 1 del inventario del Museo Provincial de Bellas Artes, creado precisamente para almacenar y exhibir las obras desamortizadas de los conventos y otros edificios religiosos. Tras la creación del Museo Arqueológico de Córdoba en 1868, el Cervatillo fue cedido a esta institución, en cuyo libro de registros aparece como pieza número 5004 e ingresado el 10 de julio de 1881, aunque el director Samuel de los Santos Gener escribió que permaneció en el museo de la Comisión de Monumentos hasta su traslado al Museo Arqueológico en 1905.2
Tras la inauguración del Museo de Medina Azahara el 9 de octubre de 2009 el Cervatillo fue trasladado a esta nueva ubicación, donde permaneció durante años.5 Sin embargo, en febrero de 2022 regresó al Museo Arqueológico de Córdoba, supuestamente para una exposición temporal para conmemorar el Día de Andalucía,6 aunque parece volver a ser su ubicación permanente.
Mientras que el Cervatillo se mantuvo en Córdoba durante siglos, su gemela femenina se trasladó al Real Monasterio de Santa María de Guadalupe en la actual provincia de Cáceres, donde fue expoliada en algún momento durante la Invasión napoleónica de España (1808-1814)2 y finalmente fue vendida en la casa de subastas londinense de Sotheby's el 25 de abril de 1997 por 3,3 millones de libras esterlinas, unas 725 millones de pesetas, superando el récord de venta hasta entonces de arte islámico,7 y siendo expuesta desde entonces en el Museo Nacional de Catar2 y, tras su inauguración en 2008, en el Museo de arte islámico de Doha, también en Catar.
Cierva de Medina Azahara | ||
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Escultura | ||
Material | Bronce | |
Tamaño | 32 x 31 x 10 cm | |
Civilización | Califato de Córdoba | |
Descubrimiento | 1940 | |
Procedencia | Jardines de la Victoria, Córdoba | |
Fecha | Siglo X | |
Ubicación actual | Museo Arqueológico Nacional de España | |
La cierva de Medina Azahara es un pequeño surtidor de agua de bronce, que está datado entre los años 950 - 1001 d. C. (siglo X), en época del Califato de Córdoba de la península ibérica, territorio llamado al-Ándalus. La pieza se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, con el número de inventario 1943/41/1.
La escultura de la cierva apareció durante unas obras que se estaban realizando para el alcantarillado del patio de una casa junto a los jardines de la Victoria, cerca de la puerta de Almodóvar donde comenzaba el camino hacia Almodóvar del Río, a unos dos metros de profundidad, en la ciudad de Córdoba, España. Fue adquirida por el Museo Arqueológico Nacional de Madrid el 3 de febrero de 1940.12
Aunque varios autores consideran que pudo ser una pieza de importación del Califato fatimí, quizás Egipto, su cercanía y su parecido a los cervatillos encontrados en el siglo XVI en la ciudad de Medina Azahara1 (actualmente en el Museo Arqueológico de Córdoba y en el Museo de Arte Islámico de Doha, en Catar)3, apenas 8 kilómetros del hallazgo de la cierva, delatan que pudo haber sido realizados en el mismo taller, o al menos en el Califato de Córdoba, donde se desarrolló una gran industria metalúrgica.
Efebo de Antequera | ||
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Creación | siglo I | |
Ubicación | Museo de la Ciudad de Antequera, Antequera (Málaga) | |
Estilo | Arte romano (neoático) | |
Material | Bronce | |
Dimensiones | 1,43 m | |
Peso | 37,5 kg | |
El Efebo de Antequera es una escultura en bronce, fundida en el siglo I, en época del Imperio romano. Es uno de los ocho efebos hallados en el mundo que se ubicaban en las villas romanas, existiendo en Andalucía dos ejemplos más conocidos como los Efebos de Pedro Abad. La escultura se expone en el Museo de la Ciudad de Antequera, situado en el Palacio de Nájera de la ciudad de Antequera.
El Efebo de Antequera se halló de forma casual el denominado cortijo de las Piletas, cerca de la localidad de Antequera, en la provincia de Málaga (España), el 29 de junio de 1955, propiedad de Nicolás Jiménez Pau. Posteriormente se trasladó al rellano de la escalera del palacete ubicado en la calle Lucena, número 17, propiedad de su nuera Enriqueta Cuadra Rojas.1
Enriqueta recibió la oferta de varios compradores, por lo que se puso en contacto con el entonces alcalde de Antequera, Francisco Ruiz Rojas, quien hizo una gestión en la Caja de Ahorros de Antequera para adquirir la obra de arte como propiedad municipal por un precio de 300.000 pesetas1en 1958.2 Su conocimiento público no tuvo lugar hasta el VIII Congreso de Arqueología Nacional celebrado en Sevilla y Málaga en 1963, donde se expuso por primera vez a los visitantes.3
El Museo Arqueológico Nacional de Madrid reclamó la obra, exigiendo la creación de un museo en Antequera si se quería preservar la pieza en la ciudad. La visita del director general de Bellas Artes Gratiniano Nieto Gallo en 1966 hizo que ese mismo año se creara el patronato a cargo del nuevo museo, que finalmente fue inaugurado en 1972 en el palacio de Nájera.2
Más tarde ha sido exhibido en Berlín en 1987 por el aniversario de la fundación de la ciudad, en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid en 1990 para la exposición Los bronces romanos de Hispania, en la Exposición Universal de Sevilla de 1992, en la exposición Hispania romana en 1997 en Roma, en Zaragoza en 1998, en Mérida en 1999 y de nuevo en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid en 2017 para la exposición El poder del pasado, 150 años de arqueología en España. Finalmente, fue declarado bien de interés cultural en 2004.34
Imita el modelo griego del efebo, (del latín ephēbus, y éste del griego ἔφηβος) palabra griega que significa adolescente. Aunque en la Grecia Clásica estaba destinado su uso a los varones atenienses de 18 a 20 años, que eran instruidos en la efebeia, una especie de servicio militar.
Se trata de una escultura realizada en bronce con la técnica de fundición en hueco. Representa a un joven desnudo de pie con una postura que remite al esquema en "S", característico de las formas praxitelianas, que se difundió a partir del siglo IV a. C. Responde al tipo iconográfico conocido como mellephebos stephebos o portador de guirnaldas, utilizado como figura decorativa en los banquetes romanos. Estilísticamente se data como copia neoática de la primera mitad del siglo I d. C. Presenta los brazos separados del cuerpo, en posición extendida, con los dedos de las manos en disposición para sostener algún objeto como una guirnalda o paño.
La cabeza presenta un peinado de gran elegancia y sencillez, formado por dos aladares divididos por una crencha o raya medianera. Estos mechones se enrollan formando una corona capilar que enmarca la zona temporal y se anuda en la nuca como un recogido. Además aparece tocado con una cinta lisa que trenza una guirnalda vegetal con un tallo de sección circular del que surgen hojas y pequeños racimos de uvas. Su rostro aparece con los ojos vaciados, pero en su momento pudieron estar llenos de pasta vítrea y llevar pestañas. De él destacan la fina nariz, la boca pequeña y los pómulos que ayudan a marcar, suavemente, el óvalo facial.
Efebos de Pedro Abad | ||
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Detalle del Efebo Dionisiaco en 2023 antes su exposición temporal en el Museo Reina Sofía | ||
Creación | Siglos I y II | |
Ubicación | (Futura) Museo Arqueológico de Córdoba, Córdoba, Andalucía | |
Estilo | Arte romano (neoático) | |
Material | Bronce | |
Dimensiones | Apolíneo: 1,40 m Dionisiaco: 1,22 m | |
Peso | Apolíneo: 48 kg Dionisiaco: 31 kg | |
Los efebos de Pedro Abad son dos esculturas romanas conocidas como Efebo Apolíneo y Efebo Dionisiaco halladas en el municipio español de Pedro Abad, en la provincia de Córdoba, Andalucía. Fueron realizados durante época altoimperial, durante los siglos I y II después de Cristo, y solían imitar a los originales griegos que empezaron a realizarse en torno al siglo V antes de Cristo. Incluyendo estas esculturas, actualmente solamente se conocen ocho efebos en el mundo que tuvieran la misma función en la villa romana, existiendo en Andalucía también el Efebo de Antequera. Los efebos se solían ubicar en el triclinio de la casa como si fueran sirvientes mudos, a menudo sujetando candelabros u otros objetos.1
El Efebo Apolíneo tiene una altura de 1,4 metros y pesa 48 kilogramos (sin contabilizar base, ni estructura interna para estabilización y museización), mientras que el Efebo Dionisiaco tiene una altura de 1,22 metros y pesa 31 kilogramos. Ambos fueron declarados bien de interés cultural el 20 de mayo de 2019.1
Las piezas fueron interceptadas por primera vez por la policía en 2012, siguiendo los pasos de un vecino de Pedro Abad que intentaba venderlas en el mercado negro por 6 millones de euros a un intermediario italiano, que a su vez se lo vendería a un jeque de Catar. La compra ilegal pareció interrumpirse, por lo que la policía tuvo que actuar antes de tiempo y registró la finca El Palancar en Pedro Abad el 21 de agosto de 2012, donde halló ambas esculturas romanas. Posteriormente, ambas piezas fueron trasladadas al Museo Arqueológico de Córdoba, aunque no se expusieron a falta de su restauración.2Según las primeras investigaciones, los efebos romanos procederían de una villa romana próxima a la ciudad de Salici Martialium, identificada con el yacimiento de Alcurrucén, en el actual municipio de Pedro Abad.1
En 2020 las piezas fueron trasladadas a la sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico en Sevilla, donde dirigidos por la conservadora especialista Constanza Rodríguez, se comenzó un proceso de investigación que duró un par de años. En 2022, tras estos estudios, comenzó la fase de restauración, estabilización estructural y verticalización asignada a la empresa de ingeniería Ennde3 dirigida por Carlos Pérez, y en cuyos trabajos se utilizaron tecnologías avanzadas de diseño y fabricación 3D. A pesar de que la investigación no había concluido y nunca habían sido expuestos, fueron trasladados al Museo Reina Sofía de Madrid para la exposición temporal Picasso 1906 entre el 15 de noviembre de 2023 y el 4 de marzo de 2024, inaugurada por los reyes Felipe VI y Letizia Ortiz donde pudieron observarse por primera vez en vertical.4Tras la revisión del impacto en los bronces de su primera exposición museística por parte de los investigadores, finalmente, serán expuestos por primera vez en Córdoba, en el Museo Arqueológico de manera permanente entre mayo y junio de 2024.
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