ESCULTURAS DE ESPAÑA
Puerta Monaita | ||
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Puerta Monaita, de la Erilla o de la Alhacaba, en árabe bab al-Unaydar, vista por su lado oeste desde el Carril de la Lona | ||
Tipo | monumento y yacimiento arqueológico | |
Estilo | arquitectura islámica | |
Catalogación | bien de interés cultural y bien de interés cultural | |
Parte de | Muralla del Albaicín | |
Localización | Granada (España) | |
Coordenadas | 37°10′55″N 3°35′51″O | |
La puerta de Monaita, en árabe bab al-Unaydar,1 cuya traducción sería Puerta de la Erilla, también conocida como Puerta de la Alhacaba, era uno de los accesos más antiguos de Granada, y el principal a la alcazaba Qadīma o alcazaba Antigua, en el barrio del Albaicín.
Está integrada en la muralla zirí, que la unía por el oeste con la Puerta de Elvira y por el este con la Puerta de las Pesas (bāb al-Ziyad).
Se levantó en el siglo XI coincidiendo con el traslado de la capital del emirato desde medina Elvira a medina Garnata. Sufrió diversas transformaciones durante el dominio nazarí y aún en época cristiana. Fue citada por al-ʿUmarī en Masālik al-Absār fī Mamālik al Amsar, Hurtado de Mendoza en Guerra de Granada y Mármol Carvajal en Historia del rebelión y castigo de los moriscos y está perfectamente representada en la Plataforma de Vico con el número 47 y nombre «Monaica».
Junto a algunos paños de muralla aledaña y al torreón que la flanquea, se conserva la puerta principal, constituida por dos arcos de herradura enjarjados contrapuestos y separados por una bóveda de cañón de ladrillo. Los arcos, enmarcados por alfiz y ligeramente apuntados están formados por dovelas de piedra arenisca de La Malahá, impostas de piedra de sierra Elvira, dinteles de ladrillo y jambas de piedra franca. Entre ambos arcos, bajo la bóveda de ladrillo se situaban las dos hojas de la puerta, que eran de madera forrada de hierro. Esta entrada daba paso a un pequeño patio cuadrangular de 6 x 6 metros, ceñido de muros y destinado a la guardia, desde el que se accedía a la ciudadela por otra puerta en recodo de la que apenas quedan indicios, siendo una de las primeras puertas de al-Ándalus con este sistema defensivo. El acceso desde el hoy Carril de la Lona se hacía a través de tres rampas en zigzag, actualmente escalonadas, lo que sumado a la entrada en recodo la hacían prácticamente inexpugnable.
Un torreón defensivo flanquea el lado norte, izquierdo según se entra. Está construido con hormigón de cal y en época reciente se añadió a su fachada oeste un recubrimiento de mampostería con encintados de ladrillo y adarajas de cantería de piedra caliza en las esquinas.
En 1931 fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional y ha sido restaurada en los años 1998-1999, aunque está algo abandonada y sometida a actos de vandalismo, como han puesto de manifiesto reiteradamente asociaciones conservacionistas y vecinales.
Puerta de Morón de la Frontera | ||
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Bien de interés cultural Patrimonio histórico de España | ||
Localización | ||
Localidad | Marchena (Sevilla) | |
Datos generales | ||
Categoría | Monumento | |
Declaración | BOE 29 de junio de 1985 | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en Sevilla | ||
La Puerta de Morón de la Frontera, también llamada Puerta de los Cuatro Cantillos, es una puerta monumental situada en el casco urbano de la localidad sevillana de Marchena, España. Cuenta con la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Una de las puertas principales del recinto amurallado de Marchena de época tardoalmohade era aquella que conectaba la medina con el camino a través del cual se llegaba a la ciudad vecina de Morón de la Frontera. Fue un acceso acodado con un carácter cerrado y militar, al que se accedía desde la ciudad extramuros a través de un arco de herradura apuntado y enmarcado en un elaborado alfiz de cantería, que se encuentra un tanto modificado del aspecto que presentaría en origen. Tanto el arco, como el despiece de sus dovelas, el alfiz y todos los sillares cuadrangulares y ladrillos que lo encuadran, forman parte de la última etapa almohade, a excepción de los salmeres en nacela que conforman la herradura, que están claramente repuestos.
En cuanto a la otra puerta del torreón, aquella que daba acceso a la medina y que se ubica en el alzado Este, se presenta mediante un doble arco de ladrillos rebajado, siendo únicamente originales las jambas del arco más externo, conformadas por sillares perfectamente cortados y colocados. Por tanto, la anchura de la puerta sigue siendo la misma que en origen, pero la rosca del arco ha sido reformada. Por encima de esta puerta, se conservan dos cajones de tapial original, uno de ellos cortado, y sobre los mismos, una línea de ruptura los separa del resto de la fábrica de tapial que emerge tras los restos de un enjabelgado contemporáneo.
La técnica constructiva es la misma que la del resto de muralla tardoalmohade, es decir, a base de cajones de tapial, observables en cada uno de sus cuatro frentes. Con respecto al alzado sur, es el que mejor conserva la fábrica de tapial, donde se observan casi nueve cajones, incluso en algunos puntos se aprecian las juntas verticales que los unen. No obstante, en origen, es muy probable que fuese una construcción unitaria en tapial, aunque su aspecto actual delata las continuas transformaciones que se han ido aconteciendo a lo largo de los siglos.
Las cadenas de sillares de las esquinas de los torreones se encuentran fragmentadas. Son grandes sillares de piedra arenisca, trabajados de forma rectangular o cuadrangular que se colocan como refuerzo en las esquinas, apreciable en todos los alzados. En cuanto al remate almenado original, no se conserva resto alguno, tan sólo sabemos, por otros conservados en diversas partes de la cerca, que sería un tanto más alto y con los merlones más proporcionados que los que encontramos actualmente.
En definitiva, esta tipología de puerta abierta dentro de la propia torre, en cuyo interior se desarrolla el pasaje en recodo, era un sistema más económico que el de arco flanqueado por dos torres. No obstante, la eficacia no era menor, ya que la puerta de acceso se ubicaba en uno de los costados de la torre y no en su frente, que presentaría unas mayores dimensiones, por lo que esa zona quedaba completamente dominada por la terraza de la torre, o bien, por el adarve de la muralla contigua (TORRES BALBÁS, 1985, 618). Encontramos otros ejemplos en la alcazaba de Granada, como son la Puerta Nueva o la Puerta Monaita.
Es muy probable que la bula papal otorgada en 1430 para la reedificación de gran parte de la muralla favoreciera igualmente a este sector, que se encontraba bastante deteriorado con motivo de las agitaciones bélicas acontecidas en Marchena. Se efectuaron una serie de reformas y añadidos a lo largo de todo el sistema defensivo islámico, reconstruyendo los lugares que habían quedado arrasados y reforzando aquellos puntos más débiles con fábrica de mampuesto y cantería, y con la construcción de torreones semicirculares. En este caso, encontramos un gran zócalo de mampostería careada distribuido por cada uno de los cuatro alzados y que encaja perfectamente con el resto de elementos originales existentes (cadenas de sillares y jambas de puertas). A su vez, se entremezcla con una serie de parcheados de mampostería y retacados de ladrillos correspondientes a una etapa muy posterior.
No es posible aseverar rotundamente si fue durante el siglo XVIII o bien ya en el siglo XIX, el momento en el que se produjeron una serie de reformas que afectaron notablemente el aspecto externo de este torreón. Sin duda, la más llamativa fue la apertura de una serie de vanos de entrada o ventilación para diversos negocios en su interior, que cambiarían con el tiempo, incorporados en el zócalo de mampuesto, que a su vez quedó encubierto por una gruesa capa de pintura que homogeneizaba su aspecto, junto con la jabelga que recibió toda la zona intermedia y alta ocultando la primitiva fábrica de tapial. Es por ello, que hasta la segunda mitad del siglo XX, este monumento, que además había perdido todo su remate almenado, aparecía aislado y sin ese carácter militar y fortificado del que en su día hizo gala, y que años después recuperaría. En el siglo XIX, se llevaron a cabo bastantes destrucciones en el trazado amurallado. Una de las más significativas fue la demolición de la puerta de Osuna, de la que tan sólo se conserva uno de los dos torreones que poseía. La puerta de Morón tenía adosada un lienzo de muralla que conectaría con una torre cuadrangular la cual se encontraba en lo que es hoy día la plaza actual del ayuntamiento, donde en la centuria siguiente, en 1906, aprovecharon la base de la susodicha torre para levantar la conocida Torre del Reloj (ALCAIDE, 2003, 89).
Puerta de Osario | ||
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Plan de reforma de la Puerta de Osario. | ||
Ubicación | ||
País | España | |
Ubicación | Córdoba (España) | |
Coordenadas | 37°53′21″N 4°46′46″O | |
Características | ||
Tipo | Puerta amurallada | |
Parte de | Murallas de Córdoba | |
Destrucción | 1905 | |
La puerta de Osario fue una puerta de acceso situada en el tramo norte de la muralla de la ciudad de Córdoba, comunidad autónoma de Andalucía, España. Se encontraba situada en el extremo de la actual calle de Osario en su confluencia con la plaza de Colón.
La primera puerta que se abrió en dicho lugar fue durante la época romana, como desembocadura del cardo maximus.1 Desde la conquista islámica de la península fue conocida como puerta de los Judíos (Bab al-Yahud),2 aunque durante el Imperio almohade se la conoció como bab al-Hudá (puerta de la Recta Dirección) debido a la persecución de los judíos en ese momento.3 La puerta de Osario se crea a partir de dos grandes torres reedificadas después de la conquista cristiana de la ciudad en 1236.4 Su nombre hace alusión a los abundantes restos óseos hallados en sus cercanías donde al parecer existió una necrópolis extramuros.4
En el año 1731, y como consecuencia de la búsqueda de una hospedería para los ermitaños que bajaban a la ciudad que viniera a sustituir a la que mantenían en la ermita de Nuestra Señora de las Montañas, se solicita por parte del ermitaño Francisco de Jesús la cesión por parte del ayuntamiento del espacio entre las dos torres que componían la puerta de Osario.
En el año 1799, se produce la demolición de la muralla que corría entre la puerta de Osario y el convento de Capuchinos. En el año 1831, se entrega el uso a los ermitaños del Desierto de Nuestra Señora de Belén, que rebajaron considerablemente la altura del arco, perdiendo gran parte del encanto de la puerta.4
A principios de siglo XX y como consecuencia del estado de las torres, los ermitaños solicitan al ayuntamiento de la ciudad la posibilidad de derribar la puerta de Osario a su costa a cambio de un solar en la calle Caño, así como de 7.000 pesetas, cuestión que fue aceptada por parte del ayuntamiento, produciéndose la demolición en el año 1905.
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