lunes, 6 de enero de 2020

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA - SIGLO II

La Torre de Hércules es una torre funeraria romana que se encuentra a tres kilómetros al noreste de Villajoyosa (España), antigua ciudad romana de Allon (Hispania Tarraconensis). Está declarada Bien de Interés Cultural desde 1990.2​ Anteriormente fue conocida como Torre de San José. Se trata de uno de los principales iconos de la arqueología romana de la Comunidad Valenciana.

«Sepulcro en Villa Joyosa» en Voyage pittoresque et historique de l'Espagne
El primer historiador que da noticias sobre el monumento es Gaspar Escolano (1610). En el s. XVIII el primer arqueólogo alicantino, Antonio de Valcárcel, Conde de Lumiares, realizó excavaciones en la zona. A finales del s. XVIII, Alexandre de Laborde visita y describe el monumento en su obra Voyage pittoresque et historique de l'Espagne, publicado en 1806 e ilustrado con espléndidos grabados del monumento, obra de François Dequevauviller.
Lorenzo Abad y Manuel Bendala publicaron el primer estudio detallado del monumento en 1985, y recientemente el primero de ellos ha publicado una revisión y actualización del mismo.3​ Según estos investigadores se construyó hacia el 2º cuarto del s. II d. C. Estos monumentos solían ubicarse junto a las calzadas, como todas las tumbas romanas. Sin embargo, la Torre de Sant Josep es excepcional porque parece haberse erigido no para ser contemplada desde un camino de tierra sino desde el principal camino de la Antigüedad: la mar. De hecho, se encuentra situada sobre un talud en primera línea de costa, en la cala del Torres, de forma que destaca claramente en el paisaje cuando se navega frente a ella. Se trata del mayor de los tres monumentos funerarios turriformes de la época romana mejor conservados de la península ibérica, junto con la Torre de los Escipiones (Tarragona) y la Torre Ciega (Cartagena).
El año 2007 fue muy importante en la historia de la torre: el Ayuntamiento de Villajoyosa, dentro de la urbanización de la zona, acometió la demolición del cuerpo superior moderno construido sobre la torre y de la casa anexa al monumento. También se acometieron las excavaciones del entorno, ya propiedad municipal, dentro del Proyecto Villajoyosa Romana: de la República a la Antigüedad Tardía, desarrollado por Vilamuseu (Sección Municipal de Arqueología, Etnografía y Museos) y el Área de Arqueología de la Universidad de Alicante, bajo la codirección de Lorenzo Abad, Sonia Gutiérrez e Ignacio Grau (Universidad de Alicante), y de Diego Ruiz, Amanda Marcos y Antonio Espinosa (Vilamuseu).
En 2011 se ha retomado el proyecto de restauración de la torre por la Dirección General de Patrimonio de la Generalidad Valenciana y el Ayuntamiento de Villajoyosa. El proyecto original, obra del arquitecto Santiago Varela, está siendo revisado y adaptado a los recientes descubrimientos e investigaciones, para una próxima ejecución. En 2012 han comenzado a realizarse visitas guiadas al monumento, así como eventos de recreación con la colaboración del grupo recreacionista Legio VIIII Hispana de la Asociación Hispania Romana, para su puesta en valor incluso antes de su restauración.
En la actualidad se encuentra completamente reconstruida.

Características arquitectónicas[editar]

Es un monumento turriforme (es decir, en forma de torre), de los llamados "de edicula cerrada", es decir, que su interior no tenía acceso alguno. Está construida con sillares rectangulares. Tiene un basamento escalonado, sobre el que, tras una moldura en cyma recta, se asienta el cuerpo principal, que también es de sección rectangular, con el eje mayor orientado E-O. Está decorado con pilastras de esquina con su basa, fuste y capitel corintio sencillo. El tercio superior se desmontó probablemente en el s. XVI con la intención de aprovechar la piedra en las murallas de Villajoyosa, aunque muchos sillares quedaron en sus inmediaciones, y entre ellos elementos de todas sus partes, como un capitel de esquina; fragmentos de arquitrabe, friso y cornisa; e incluso un sillar con un rebaje rectangular frontal que pudo albergar una placa con la inscripción del difunto. Según L. Abad y M. Bendala, el monumento pudo estar coronado por un pyramidium, o remate en forma de pirámide, como muchas torres similares, aunque no se conservan restos del mismo. En la tercera hilada de las caras E y O del monumento hay sendos orificios de sección inclinada hacia el interior, para hacer las libaciones (ofrendas funerarias de líquidos, especialmente vino) al difunto.
La torre es muy similar a la de Daimuz (Valencia), que fue desmontada en el s. XIX.
La torre se declaró bien de interés cultural con su nombre más reciente, Torre de Hércules, derivado del apellido de uno de sus últimos propietarios. Sin embargo, durante siglos se conoció como Torre de Joseph y más tarde este nombre derivó en el de Sant Josep, por una santificación de topónimos frecuente en la cultura popular cuando se pierde la explicación del origen de un nombre. Se ha pensado que Josep pudo ser un antiguo propietario, aunque recientemente se ha propuesto también que la propuesta de Gaspar Escolano (1610) de que el nombre de Josep derivara del de Josa no ande desencaminada, porque en la Edad Moderna el nombre valenciano de Villajoyosa (Vila Joiosa) aparece frecuentemente contraído en la forma Vilajosa, con lo cual el nombre antiguo podría haber sido Torre de (Vila) Josa, y de ahí derivar al de Sant Josep.
Al parecer en el s. XIV, tras la conquista por la Corona de Aragón, se practicó un portillo en la cara norte para expoliar el interior. En las excavaciones de 2011 se ha constatado diferentes zanjas de expolio, hasta mediados del s. XX. No quedaba rastro del difunto ni de su ajuar funerario, salvo dos dientes humanos sin trazas de haber sido quemados, lo que hace pensar en la posibilidad de que se trate de una de las primeras torres con rito de inhumación de la península ibérica, ya que durante el s. II se produce el cambio del rito funerario de la cremación del cadáver a su enterramiento sin quemar.
Torre de Hércules (San José) 2.jpg









El columbario romano Torre del Monje se encuentra en el término municipal de Almuñécarprovincia de Granada (AndalucíaEspaña). Se sitúa en una pequeña loma, junto a la carretera A-4050, que conecta Almuñécar con Jete, en la vega del río Verde. A poco más de un km en línea recta, al otro lado del río, se encuentra también el columbario romano Antoniano Rufo o La Albina. Es Bien de Interés Cultural desde 1931.

Construido directamente sobre la roca, adaptándose perfectamente a la pendiente natural.
Es de planta cuadrada, de 3 metros de lado al exterior y 6 metros de altura en su lado Este, desde la base del extremo superior, es decir, una proporción de 2 a 1 entre la altura y la anchura, lo que le confiere un acusado aspecto turriforme. La parte superior se remata con un filete de lajas de pizarra simulando una cornisa y se cierra con una falsa bóveda, que al exterior muestra una deficiente restauración.
En los lados Norte, Sur y Este del columbario, los que por adaptación al relieve son de mayor altura, y por tanto más visibles, la obra se va ampliando escalonadamente de arriba hacia abajo, en cuatro ampliaciones, hasta alcanzar en su base los 3,80 metros del lado Este. De esta forma se consigue la idea de un exterior más monumental, como elevado sobre gradas o plintos. En su interior se superponen dos pisos, al inferior de los cuales se accede por un hueco cuadrangular practicado en el suelo. En las paredes se abren los nichos donde se depositaban las urnas cinerarias, un número de diez por paño, dispuestos en dos filas de a cinco, salvo en los casos en que aquellos se interrumpen por un ventanuco y la puerta, abierta en el trascurso de una restauración mediocre del monumento.
Estos nichos resultan de la colocación, de forma regular, de gruesas y planas lajas de pizarra entre las dos hiladas de piedra de los extremos de cada paño y el pilarete central, que marca la separación entre ambas filas.
El interior queda cerrado por una bóveda de cañón a la que se acomoda la obra de los paños Este y Oeste, terminados en medio punto.
La fábrica es de sillarejo irregular de pizarra trabado con mortero, con lajas más gruesas y rectas en los vértices, del mismo tipo que las usadas en otras obras arquitectónicas romanas de la zona.3
Ubicación de la Torre del Monje, junto a la vega de río Verde.  
Nichos en el interior del columbario.  

Historia[editar]

Su construcción corresponde a un periodo de intensa romanización en el que continúa vigente el rito de incineración y en el que las estructuras sociales permiten la edificación de enterramientos suntuarios familiares, perteneciente a una villa situada a unos 150 metros de distancia. Se construiría entre finales del siglo I d. C. y principios del II d. C.
Columbario romano Torre del Monje06.jpg










La Villa Romana de los Munts está ubicada en el municipio de Altafulla, a unos 10 kilómetros de Tarragona, sobre una pequeña colina cerca de la playa. La villa de los Munts muestra una zona residencial romana lujosa del siglo II en Tarraco. Es una de las localizaciones del Lugar Patrimonio de la Humanidad denominado Conjunto arqueológico de Tarraco, en concreto identificado con el código 875-013.

En la época romana, las grandes villas del campo no sólo eran lugares de ocio y esparcimiento, sino también eran centros de producción agrícolaganadera o industrial. Junto al área residencial, había edificios funcionales apropiados para una casa de labor, como bodegas, establos, graneros, almacenes de cereales. También había hornos y herrerías para actividades artesanas y, finalmente, viviendas para los sirvientes y los esclavos, que eran los que realizaban las labores del campo. Las villas solían estar ubicadas en medio de una propiedad de tierra de cultivo, siendo la fertilidad del suelo un condicionante para su asentamiento en una ubicación concreta. Generalmente, se construían los edificios sobre una colina, en un lugar soleado y cerca de una corriente fluvial. La proximidad de algún centro urbano aseguraba la salida de su producción.1
Los cultivos más importantes eran los de trigo, de viña y olivos, así como árboles frutales, hortalizas, legumbres y lino. Las técnicas agrícolas mejoraron por la introducción del arado romano, molinos más eficaces que los de los íberos, como el de grano, la prensa de aceite, técnicas de regadío y el uso de abonos.
En Tarraco, como complemento necesario de la ciudad, hay varias villas, entre las que se pueden citar la de Centcelles, transformada en mausoleo en el siglo IV, y la dels Munts, en el término municipal de Altafulla.

Historia[editar]

Por los datos arqueológicos disponibles (monedas y cerámica), se sabe que ya se habitaba a mediados de siglo I. Pero todo parece indicar que el gran momento constructivo corresponde a mediados del siglo II, cuando la mansión quedó perfectamente estructurada a partir de una planificación y una escenografía complejas.
La Villa Romana de los Munts se encontraba sobre una pequeña elevación del terreno que caía suavemente hacia el mar Mediterráneo y que permitía controlar todo el territorio próximo y bien comunicada, junto a la Vía Augusta. En la parte más alta de este cerro había unas cisternas de almacenamiento de agua y a lo largo de la pendiente se encontraba la zona residencial. Se han descubierto una serie de estancias, en el núcleo central articuladas alrededor de un pasillo porticado en forma de L. El lado corto de este pasillo estaba cubierto de lujosos mosaicos. Numerosas paredes y techos estaban decorados con ricas composiciones pictóricas.
En total se han contabilizado tres términos que formaron parte de la villa de los Munts. Las que se han conservado mejor han sido las llamadas inferiores, edificadas en dos grandes fases: la de construcción y la de monumentalización. Aquí se observan los vestuarios, las piscinas de agua fría y caliente, la zona de aguas tibias, una sauna, letrinas y los hornos que permitían calentar las dependencias y el agua.
En las termas, además de los pavimentos con mosaicos, las paredes de las piscinas aún conservan significativas trazas de los revestimientos con placas de mármol. Un conjunto termal más pequeño ha quedado cubierto parcialmente por las aguas del mar, ya que se encuentra dentro de la misma playa de Altafulla.
Los elementos que se han recuperado a través de las excavaciones nos demuestran la magnitud del complejo agricultor. La riqueza de las estatuas, pinturas, pavimentos, mosaicos y columnas de mármol no han dejado ninguna duda sobre el lujo de esta zona residencial romana. Esta opulencia hay relacionarla con Caius Valerius Avitus, uno de los dos duunviri de Tarraco en el siglo II. Caius antes había mandado Augustobriga (en Soria) y en Tarraco se construyó una villa de dos plantas inmensa, con jardines, termas y ricos mosaicos en la primera planta. En el piso de encima, prácticamente desaparecido, había un pórtico con vista al mar.2​ En el año 260 sufrió un incendio que destruyó casi todos los edificios que la componían. Seguramente causado por la primera invasión bárbara del territorio de la actual Cataluña. Posteriormente se produce una reconstrucción y reocupación de la villa, pero fue abandonada, definitivamente, a comienzos del siglo V. Ya en el siglo XVI era conocido como yacimiento romano a causa de los muros que afloraban de la tierra. A partir de 1967 se van realizando prospecciones metódicas que han dejado al descubierto una parte de esta monumental villa romana.

Vil·la romana dels Munts.jpg



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