El Dolmen de Azután (Azután, Toledo, España) fue la primera de las evidencias megalíticas localizadas en el interior de la Meseta Sur con fechas radiocarbónicas que permitieron situar cronológica y culturalmente las poblaciones del Neolítico medio, final y Calcolítico en la cuenca media del río Tajo y sus relaciones con el abundante fenómeno del Megalitismo del interior peninsular.
El dolmen ha sido objeto de excavaciones sistemáticas desde principios de los '80 hasta el año 2001, si bien aún conserva testigos arqueológicos intactos, así como restos de un hábitat infrayacente al túmulo dolménico. Presenta una estructura de cámara y corredor con ortostatos de grandes dimensiones y cubierta adintelada, en el cual fueron efectuadas inhumaciones y osarios colectivos desde el Neolítico Medio al Final (V milenio a.C.) y durante el Calcolítico (en su fase campaniforme marítima, durante el IV milenio a.C.), mientras que el hábitat infratumular presenta una caracterización cronológica inmersa en el VI milenio.
Características[editar]
Los elementos arqueológicos destacables son además de su sistema y tipología constructiva, sus evidencias materiales arqueológico-ergológicas como artístico-rupestres, además de las culturales y habitacionales que fueron desarrolladas. Los ajuares y restos arqueológicos documentados se componen de abundantes evidencias de cerámica, industria ósea, industria lítica tallada y pulimentada, así como alguna cuenta de collar. A todo ello debemos sumar la evidente decoración total del espacio funerario mediante grabados (incisiones finas de bandas onduladas y zig-zag, así como grabados anchos de temática geométrica y antropomórfica, e incluso bajorrelieve) y pinturas en los ortostatos de la cámara y figuras exentas de carácter escultórico (menhir) en el espacio de la cámara.
Importante arqueológicamente resulta además de su carácter innato monumental (dolmen de cámara y corredor bajo túmulo perimetral), también la conexión que se produce en las áreas funerarias megalíticas relacionadas con áreas de habitación (en este caso infrayacente), así como su recurrente asociación a cursos de agua vertebradores del territorio y de los recursos que dominan, siendo próximo al río Tajo y en las inmediaciones a los arroyos de Linares y la Anguilucha, unido a afloramientos hídricos subterráneos en el mismo área arqueológica.
El dolmen de Busnela es una formación pétrea situada al sur de la localidad burgalesa de Busnela, en un alto en la margen izquierda del río Nela (Castilla y León, España). Su estructura recuerda a la de un dolmen, aunque no hay evidencia que pruebe que sea tal.
Aprovecha una gran roca que hace de pared y techo, apoyada en siete grandes losas verticales de roca arenisca. La longitud de su eje mayor es de unos 7 m y su altura alcanza los 2,3 m. Aunque se ha considerado popularmente como un auténtico dolmen, su uso como cámara funeraria es puesta en duda por la falta de un túmulo que la protegiera.
Para llegar a él desde Santelices, en la carretera que une Espinosa de los Monteros con Soncillo, se toma la carretera hacia el Noroeste que conduce a Busnela. Poco después de pasar el cruce hacia Ahedo de las Pueblas se encuentra el dolmen a la izquierda (Oeste) de la carretera.

El Dolmen de Ca l'Arenes, descubierto en 1997 y restaurado en 2006 y 2007, es un sepulcro megalítico de aproximadamente 5000 años de antigüedad,1 situado en el Parque del Montnegre i el Corredor, en el municipio de Dosrius de la provincia de Barcelona, España.
Estado actual[editar]
El dólmen conserva la cámara con su enlosado. La cubierta prácticamente en su totalidad, y parte del pasillo de entrada. También se conserva la losa de entrada, así como el túmulo lateral cercado por un crómlech.
El dolmen de La Cabaña es un megalito prehistórico situado al noroeste de la localidad burgalesa de Sargentes de la Lora (Burgos), en la margen derecha del arroyo Navazal, en una zona de suelo profundo muy apto para los aprovechamientos agrícolas (Castilla y León, España).1
Es uno de los mejor conservados entre los más de 30 dólmenes que se hallan en la zona. Se trata de un enterramiento del tipo «sepulcro de corredor» en el que la cámara paracircular, de más de 3 m de diámetro, está formada por siete grandes lajas de piedra caliza enhiestas, que superan los 2 m de altura y sobresalen por encima del túmulo. Esta cámara se comunica con el exterior a través de un pasillo o corredor de 5 m de longitud, que pudiera haber sido mucho más largo, orientado al sureste y flanqueado por otros ortostatos, de los que sólo se conservan tres. Aún conserva dos lajas que hacen de techo en la parte más próxima a la cámara. Además, estas grandes piedras servían de apoyo a otras losas que lo cubrían. Alrededor y protegiéndolo, aparece el túmulo de tierra y piedras, de forma ovalada y muy deteriorado, que llega a tener hasta 16 m de longitud máxima, 11 de mínima y 2 metros de alto.2
Mientras estuvo en uso, albergó los restos humanos que eran depositados tanto en la cámara como en el corredor. Como muchos otros dólmenes, ha sido violado, saqueado y destruido ya desde épocas romanas, por lo que sólo se han conservado unos pocos restos óseos correspondientes a 13 personas en la cámara —10 adultos, un joven y dos niños— y una más en el corredor. Dentro de la cámara también se han hallado diversos elementos de ajuar, como microlitos de formas geométricas, una punta de flecha de sílex o un raspador, además de algunos adornos, entre los que destacan unas cuentas de color verde y algunas arandelas de pizarra. Por todo ello, este dólmen se puede fechar hacia la segunda mitad del IV milenio a. C., en el Neolítico.1
Fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de zona arqueológica el 25 de agosto de 1993 por la Dirección General de Patrimonio y Promoción Cultural de la Junta de Castilla y León, que es el organismo encargado de gestionar su mantenimiento y estudio.32
Para visitarlo se deben seguir las señalizaciones que, desde Sargentes de la Lora, guían por un camino de tierra paralelo al río hacia el noroeste hasta encontrar el megalito.

La Campa L'Españal (o Campa del Españal) es un yacimiento arqueológico situado situado cerca de La Casilla, en el municipio asturiano de San Martin del Rey Aurelio.1
Descripción[editar]
Durante mucho tiempo se consideró que el yacimiento estaba formado por un dolmen de piedras que se conservaban en perfecto estado, procedentes del periodo neolítico.2 Sin embargo en 2016 se localizó un nuevo túmulo y en 2018 comenzó una campaña arqueológica que hasta el momento a llegado a la conclusión de que existen dos cámaras funerarias3 de entorno al año 4.000 a.C.
El dolmen de la Casa del Moro en la finca de Muélledes, sita en el ángulo suroeste del término municipal de Gejuelo del Barro (Provincia de Salamanca, España), fue descubierto en 1915 por don César Morán Bardón.
Es el dolmen mejor conservado de la provincia. Se trata de un sepulcro de corredor con cámara circular de aproximadamente 3,30 metros de diámetro y un corredor de más de 6 metros de longitud y 1 metro de anchura, que ocupan la parte central del túmulo que actualmente presenta una planta subcircular de 31 x 27 metros y una altura media de algo más de 1,5 metros.
La cámara, no tiene cubierta, está formada por diez ortostatos de granito de anchuras variables, obtenidas de una zona situada a 1,5 metros de distancia.
El corredor orientado al sureste, está formado por lajas de más de 2,5 metros de altura y anchura variable, conserva tres lajas originales de su cubrición y todo el resto de ortostatos de su construcción original.
El material recuperado tras las excavaciones aún siendo escaso, pone de manifiesto que las fases culturales representadas en la Casa del Moro no contradicen las constatadas en otros dólmenes de la provincia; así tendríamos materiales típicos del tercer milenio adC. característicamente dolménicos, y una posterior ocupación campaniforme.
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