sábado, 10 de agosto de 2024

HISTORIA DE ESPAÑA

 ESCULTURAS DE ESPAÑA


retablo de la Pureza
Autoranónimo
Creaciónúltimo tercio del siglo xvii
Ubicaciónpatio de Banderasbarrio Santa CruzSevilla (AndalucíaEspaña)
Estilobarroco tardío
Materialmadera policromada

El retablo de la Pureza es una obra escultórica religiosa del siglo xvii ubicada en el patio de Banderas, en el barrio Santa Cruz, en Sevilla (AndalucíaEspaña). Encuadrado en la tipología de «retablo público» o «retablo callejero», este es el único dedicado a la Inmaculada Concepción que se conserva en Sevilla junto con el de la Capilla de la Pura y Limpia y el de las gradas de la catedral, si bien este último está presidido por una imagen de la Asunción.

Historia

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La obra está fechada en el último tercio del siglo xvii1​ y se desconoce la identidad del autor, aunque por sus características podría tratarse de una pieza procedente del taller de Pedro Roldán.2​ De acuerdo con una leyenda, Cristóbal Colón, antes de iniciar en 1493 el viaje que lo llevaría a descubrir Puerto Rico y Jamaica (el primero que efectuaba tras el descubrimiento de América), rezó ante el retablo,3​ el cual pasaría a ser conocido como «retablo de Colón». El origen de esta leyenda, nunca confirmada y con toda probabilidad infundada, pudo ser la existencia de un retablo anterior en el mismo lugar que, deteriorado a causa de las inclemencias del tiempo, fue retirado y sustituido por el actual, datado en una fecha muy posterior a la muerte de Colón (se cree a su vez que el retablo primitivo pudo proceder de las dependencias privadas del almirante en el Real Alcázar de Sevilla).4​ Al parecer en el mismo lugar en que se halla el retablo estuvo ubicada una pintura al fresco, actualmente desaparecida, obra de Antonio del Rincón.5

Pese a la falsedad de la leyenda, la novelista Fernán Caballero (residente en el n.º 1 del patio de Banderas) hizo uso de esta tradición oral para evitar la desaparición del retablo durante el siglo xix en el marco de la Revolución de 1868, popularmente conocida como «La Gloriosa». Caballero redactó un escrito al Gobierno en el que solicitó la no destrucción de la obra alegando su importancia histórica en base a sus conexiones con Colón, lo que permitió que el retablo fuese respetado.67

Descripción

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Ubicado en el interior del arco de entrada al patio de Banderas, en una hornacina en arco carpanel acristalada y con marco de madera, el retablo, de casi dos metros de alto y 2,37 de ancho, es de estilo barroco tardío con policromía dorada y consta de un cuerpo con cinco calles, banco y ático. La calle central contiene un altorrelieve de la Inmaculada y, en el fondo, varios símbolos vinculados a esta advocación mariana en bajorrelieve, como un sol y una luna. La imagen de la Virgen muestra una marcada postura frontal rota por un leve desplazamiento en los pliegues de la túnica así como por la disposición asimétrica del manto, destacando una corona circundada por una aureola con rayos y, a los pies de la talla, un escabel compuesto por una nube decorada con las cabezas de cuatro ángeles, sobresaliendo en los extremos las puntas de una luna creciente.

En las calles laterales destacan hornacinas aveneradas en arco carpanel con imágenes de bulto redondo de San Joaquín y Santa Ana, ambas sobre ménsulas semicirculares al igual que el relieve de la Inmaculada. Estas hornacinas están enfrentadas debido a que la calle central y las calles que la enmarcan presentan una disposición similar a la de los retablos de tipo cascarón. Por su parte, en las calles de los extremos, en hornacinas aveneradas de medio punto, destacan las imágenes de bulto redondo de San Pedro y San Fernando, este último canonizado y proclamado patrón de Sevilla en la época en que se fecha el retablo. Estas dos hornacinas presentan sobre ellas, en el friso, un rostro en altorrelieve enmarcado por rocalla, mientras que a ambos lados están flanqueadas cada una por columnas salomónicas cubiertas de hojarasca y coronadas por capiteles corintios.

En el banco, directamente bajo cada uno de los cuatro pilares, destacan ménsulas rematadas en su parte inferior con la cabeza alada de un ángel, estando toda la predela cubierta con rocalla al igual que el resto del conjunto. El ático se apoya sobre una cornisa moldurada y escalonada en cuyo centro, enmarcado por un frontón partido curvo, se erige una hornacina presidida por una talla de San José cargando al Niño Jesús en su regazo. Esta hornacina es de medio punto y se apoya sobre capiteles dóricos sustentados por ménsulas, estando los extremos del ático cubiertos de rocalla.

Restauración

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Entre 2020 y 2021 el retablo fue sometido a una labor de restauración por parte de Patrimonio Nacional.8​ Las tareas de reparación, acometidas también en otro retablo del Real Alcázar y con un coste superior a los 36 000 euros, estuvieron destinadas a desinsectar y limpiar la obra de la suciedad que la cubría así como a corregir numerosos defectos, tales como el oscurecimiento de los barnices,9​ las lagunas de policromía, la caída del remate izquierdo y la desaparición de volumen en las imágenes del retablo.2​ Dada la dificultad de trabajar sobre un andamio en una zona de paso tan estrecha, para poder llevar a cabo estas tareas se requirió desmontar la obra, la cual fue restaurada en las propias dependencias del alcázar. También se realizaron labores de conservación en la urna, para lo cual, entre otros trabajos, se retiraron capas de pintura para efectuar un entonado cromático8​ y se instaló un nuevo sistema de iluminación en el exterior dado el riesgo que suponía el anterior, ubicado dentro de la urna2​ (hay constancia de que el retablo se iluminaba ya en la década de 1850).





Retablo de la Virgen con el Niño (h. 1570), de Jerónimo Cósida.

El Retablo de la Virgen con el Niño del Museo de Zaragoza, cuyas tablas fueron pintadas por Jerónimo Cósida entre 1569 y 1572, perteneció a la capilla de la cárcel de la Generalidad de Aragón y es de estilo renacentista, mazonería dorada y ornamentada con diseños de tradición plateresca, entre los que destacan tritonescentauros y putti. El diseño del retablo y de sus elementos decorativos pertenece también a Cósida.

Descripción

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Su cuerpo central acoge una imagen de la Virgen con el Niño bajo una hornacina de cubierta avenerada. A la derecha de la Virgen (izquierda del espectador) se halla el patrón histórico de Aragón, San Jorge a caballo matando al dragón, y a la derecha se representa a Santa Engracia con el clavo en la frente, atributo principal de su martirio vinculado con el de los Innumerables mártires de Zaragoza. En la parte superior se observan sendos tondos a los lados de la Virgen relacionados con la Anunciación y en el ático, un Calvario. En el banco o predela está ilustrado con escenas de Cristo, y el zócalo con una composición heráldica que representa al Reino de Aragón. Remata todo el retablo el Señal Real cuatribarrado dispuesto en un óvalo sostenido por dos tenentes.

En la casa central del banco aparece historiado el Ecce homo, probablemente inspirado en su composición en un grabado de Alberto Durero sobre el mismo asunto, que se corresponde en su significación con el Calvario del ático, y que volverá a utilizar Cósida en el Retablo de la Pasión de la Iglesia de Valtorres que culminará en 1578. La escena de la derecha del banco corresponde a Cristo y la mujer adúltera, y la de la izquierda del espectador, a Cristo aparecido a San Pedro con la cruz a cuestas.

Santa Engracia en el encasamiento lateral derecha del primer piso. Representada con el clavo en la frente de su martirio.

La combinación armera del zócalo que representa en conjunto al Reino de Aragón y se compone del escudo con el emblema del rey de Aragón en el centro, timbrado de corona real abierta, flanqueado por otros dos blasones alusivos al reino privativo: la Cruz de Íñigo Arista y la Cruz de Alcoraz sostenidos por ángeles custodios. Esta representación repite la que existía labrada en el Palacio de la Generalidad. Los tondos alojan imágenes de María y el arcángel que corresponden a la escena de la Anunciación. El Calvario se constriñe a las tres figuras imprescindibles.

En las pinturas destaca el tratamiento de las figuras femeninas, especialmente la exquisita Santa Engracia, que posa en suave contrapposto. Se trata de una de las figuras más delicadas del pintor aragonés. Se toca con una redecilla que recoge su cabello y va vestida de época contemporánea al artista con alta gorguera y lechuguilla rizada y blanca en contraste con la oscuridad de su ropa, que cubre con un manto rosa suave dotado de ondulantes y dinámicos pliegues. De fondo, un agreste paisaje realizado con la técnica del sfumato que intensifica la lejanía y resalta el personaje.

En cuanto al San Jorge de la izquierda quizá fuera el que posteriormente siguió el frontispicio de las Ordinaciones del capítulo de la cofradía de San George de la ciudad de Çaragoça (Zaragoza, 1675). A diferencia de la indumentaria renacentista de Santa Engracia, San Jorge viste de soldado romano y en su casco aparece por cimera un dragoncillo. La princesa que espera ser rescatada se figura al fondo, sobre un promontorio del paisaje.

El cromatismo incide en los colores pastel usuales en Jerónimo Cósida. Muestra sus característicos tonos pastel ocres, azules, verdes, rosados y violáceos habituales de su paleta, así como el uso de esfumato en los paisajes y lo minucioso de ciertos detalles.







Retablo de Nuestra Señora de los Remedios

Primer plano del retablo.
AutorAntonio Francisco de OrtaJerónimo Príncipe Navarrete y pinturas de Hendrick van Balen
Creación1709-1715
UbicaciónCatedral de San Cristóbal de La Laguna (TenerifeEspaña)
EstiloBarroco y Rococó
MaterialMadera dorada
TécnicaEstofado
DimensionesAproximadamente 6 metros de altura

El Retablo de Nuestra Señora de los Remedios es un retablo barroco situado en la Catedral de San Cristóbal de La Laguna en la ciudad homónima de la isla de Tenerife (España). Se trata del retablo de mayores dimensiones del archipiélago canario y es obra del carpintero Antonio Francisco de Orta y dorado por el pintor Jerónimo Príncipe Navarrete.

Historia y descripción

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Este fue el retablo mayor del antiguo templo de la catedral, actualmente se encuentra en la Capilla de Nuestra Señora de los Remedios en el transepto catedralicio.1

El retablo contiene un conjunto de siete tablas que están atribuidas a Hendrick van Balen, maestro de Anton van Dyck, y que según hipótesis del conservador de pintura flamenca del Museo del Prado, Matías Díaz Padrón, dichas tablas pertenecían al antiguo Retablo de Mazuelos. Dicho retablo fue encargado a Flandes por Pedro Alfonso Mazuelos en 1597.2​ Es por esta razón, que en ocasiones el Retablo de Nuestra Señora de los Remedios se lo denomina "Retablo de Mazuelos" a pesar de no corresponder a este. Estas pinturas representan diferentes escenas de la vida de Jesús y de la Virgen María.

El antiguo Retablo de Mazuelos fue contempado y descrito por el historiador Juan Núñez de la Peña a mediados del siglo XVII con estas palabras:3

«...El retablo de la Capilla Mayor es pintura hecha en el Norte y en tabla, con los misterios de la Encarnación, hasta la subida a los cielos, cada cuadro de él está valorado por inminentes pintores en cuatrocientos ducados cada uno, y otros lo han puesto en más, es de lo mejor de España, en el está colocada la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, es de tamaño natural y hermosísima...»

La estructura del actual Retablo de Los Remedios presenta una forma ochatada y contiene varias columnas salomónicas dotadas de especial plasticidad por su talla vegetal crespa y calada con frondosas flores. Entre los detalles florísticos tallados en el retablo destaca la llamada en Andalucía "hoja de cardo", forma vegetal rizada de ascendencia castellana, introducida en Sevilla y que también son una novedad en el arte retablístico canario.1

En la parte central se encuentra la hornacina que contiene la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, Patrona de la ciudad de La Laguna, de la isla de Tenerife, de la Diócesis Nivariense y advocación mariana a la cual está consagrada la catedral. Se trata de una talla del siglo XVI revestida con suntuosos mantos y joyas,1​ está colocada en un trono de baldaquino de plata con un sol de ráfagas del mismo material y a sus pies una media luna dorada. En las esquinas en la parte inferior de la base de la hornacina hay dos esculturas de ángeles en actitud de sostener el marco de la misma.

El Retablo de Los Remedios es una de las obras de arte arquitectónico-artístico más importantes de la Catedral de La Laguna, junto al púlpito del templo.








Retablo de San Bernardino
AutorEl Greco
Creación1603
UbicaciónMuseo del Greco (Préstamo del Museo del Prado)
EstiloManierismo
MaterialMadera dorada
TécnicaDorado

El retablo de san Bernardino es una obra realizada del Greco, autor tanto del lienzo representando a san Bernardino, como de la estructura arquitectónica en madera dorada que enmarca dicha pintura.1

Retablo de San Bernardino, con la pintura y la estructura arquitectónica de madera dorada, ambas obras del Greco, después de su reconstitución.
Portalada del Antiguo Colegio de San Bernardino. Posiblemente diseñada por El Greco. Actualmente muy desfigurada, especialmente en su parte superior.

El retablo de San Bernardino

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El Colegio Franciscano de San Bernardino fue fundado por el canónigo Bernardino Zapata en 1568, y erigido tras su muerte, en 1581. En el año 1603, el Greco se comprometió a realizar un retablo para la capilla de esta institución. La obra se realizó entre febrero y septiembre de este año, y fue contratada por 3000 reales, una cantidad modesta, justificada por la sencillez del conjunto: un lienzo representando a Bernardino de Siena, enmarcado por una estructura semejante a los retablos laterales del conjunto de los Retablos de Santo Domingo el Antiguo.2

El retablo permaneció allí hasta la supresión de la Real Universidad de Toledo en 1845-46, y el posterior cierre del colegio, que dependía de dicha institución. Al ser desmantelado el conjunto, el lienzo fue llevado al Instituto de Segunda Enseñanza de Toledo, mientras que la estructura de madera fue llevada al convento de Santa Isabel de los Reyes, también en Toledo.3​.

La pintura fue exhibida en la exposición dedicada al Greco en el Museo del Prado, en 1902. El marco fue comprado por el patronato de las Fundaciones Benigno de la Vega-Inclán en 1962, lo que permitió la reconstitución del conjunto.4

Todavía se conserva —aunque mutilado y distorsionado— el portal de este colegio. Es una portalada muy sencilla, flanqueada por medias-columnas de orden toscano. Aunque se atribuye a un diseño de Jorge Manuel Theotocópuli, podría haber sido obra del Greco, según un dibujo del año 1607. Si existieron algunos elementos manieristas, se debían encontrar en una hornacina para una estatua —situada sobre la portada— actualmente desaparecida.5

Estructura del retablo

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La estructura arquitectónica —en madera dorada— es muy sencilla. Si se tiene en cuenta su fecha tardía, representa un conservador retroceso al estilo del Renacimiento6

También supone una regresión con respecto a los trabajos anteriores del Greco, ya que es muy similar a los retablos laterales del conjunto de los Retablos de Santo Domingo el Antiguo, su primer conjunto de pintura y arquitectura en madera.7

La pintura, que representa a San Bernardino, está enmarcada por columnas jónico-dóricas8​ sobre sendos pedestales que sostienen un entablamento, con un friso curvo y un frontón triangular.

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