SIGLO XIII EN ESPAÑA
El Lucidario es una miscelánea enciclopédica de fines del siglo XIII que «ordenó» (textualmente) compilar en castellano Sancho IV de Castilla a partir de fuentes latinas.
Estructura[editar]
La obra se compone de un "Prólogo" de Sancho IV y 106 capítulos que tratan asuntos curiosos y variados sobre todo tipo de saberes, tanto teológicos como de historia natural, al modo en que era frecuente en la literatura medieval. Adopta la estructura oriental de respuestas de un maestro a preguntas de su discípulo. Sancho IV sugiere que la intención del libro era combatir la herejía:
- E de aquí se toma un ramo de una pregunta que fazían los omnes de que nasció grand eregía, e me demadaba que, pues el Çielo e la Tierra non eran fechos (que estonçe los criava Dios) que ante que lo oviese fecho, que ¿dó estaba?1
Y como para determinar que "Dios non obo comienço nin fin" se requiere el conocimiento de las Ciencias Naturales y las Sagradas Escrituras, "porque los entendimientos de los omnes se quieren estender a saber e a demandar las cosas más que les es dado... e lo que Dios non quiso que sopiesen", ordenó compilar este libro.
Fuentes[editar]
La fuente principal de la obra es el Elucidarium de Honorio de Autun escrito hacia 1095, que recoge las enseñanzas orales para adoctrinar al clero de san Anselmo de Canterbury. Sobre la base de este corpus, que trataba cuestiones fundamentalmente de índole teológica, se añadieron materiales de conocidas enciclopedias y misceláneas medievales, como el Speculum Majus de Vicente de Beauvais o El libro del tesoro de Brunetto Latini, que ampliaba los contenidos sobre filosofía e historia natural.
Manuscritos[editar]
En España han subsistido seis manuscritos más o menos completos de la obra, cinco en español y una traducción al latín del siglo XVII obra del padre Juan Eusebio Nieremberg. Todos son bastante posteriores a la fecha de creación, por lo cual el texto sufrió las correcciones, refundiciones, ampliaciones y rellenos que caracterizan la llamada "composición en bola de nieve", como señala el editor moderno (1968) de la obra, Richard P. Kinkade.
Milagros de Nuestra Señora es la obra capital de Gonzalo de Berceo, clérigo secular que sin embargo pertenecía a la órbita del monasterio de San Millán, entre 1246 y 1252 aproximadamente, trata de una compilación de exempla que relatan veinticinco milagros de la Virgen María, escritos en español,1 en una etapa tardía de su vida, usando como fuente colecciones de milagros marianos en latín que circulaban en el siglo XIII para 24 de ellos (Manuscrito de Thott, n.º 128, Biblioteca de Copenhague),(Manuscrito n.º 110, Biblioteca Nacional de Madrid), y el número 25 (numerado como 24 en las ediciones modernas) de fuentes desconocidas, posiblemente orales. La obra también incluye una introducción original. Emplea la estrofa de cuaderna vía, propia del Mester de Clerecía.
Género[editar]
Las colecciones de milagros marianos aparecieron a lo largo del siglo XI, pero será a partir de los siglos XII y XIII cuando se producirá un considerable aumento de estas colecciones y habrá incluso autores especializados en el mismo, como Gautier de Coincy, Jean Le Marchant, Adgar, Bonvesin de la Riva o Alfonso X el Sabio. Hay de dos tipos: las de los milagros locales, vinculadas a los grandes centros de peregrinación (Laon, Rocamadour, Chartres, etc.), y las generales. Berceo aprovechó una de estas colecciones de milagros generales para componer la suya en un periodo de divulgación de las lenguas románicas y de difusión de las tradiciones marianas. La devoción a María se expandió en el siglo XIII por toda la geografía europea, pues ofrecía una imagen maternal más amable y cercana del cristianismo. Esta visión es la que franciscanos y dominicos propagaron en sus sermones a través de los ejemplos con que los adornaban.
El propósito de la obra es claramente mariano: rendir culto a la Virgen, posiblemente Nuestra Señora de Marzo, venerada en el altar mayor del monasterio de San Millán de Suso.
Cronología[editar]
La elaboración de la obra fue larga; por una alusión al obispo don Tello (a. 1207-1247) en la estrofa 325, se deduce que el "Milagro XIV" es anterior a la muerte del prelado en 1247. Y como en la estrofa 869 Berceo se refiere a Fernando III como ya fallecido (1252), el "Milagro de la iglesia robada" (último del manuscrito y de tradición local) debió ser redactado durante el reinado del devoto mariano Alfonso X el Sabio.
Del manuscrito original X, se hicieron dos copias que hoy conozcamos. F (s. XIV se redescubrió entre 1926 y 1974 en dos partes. Q (s. XIII) se ha perdido, pero de ella derivan dos copias, I y M (que también deriva de F), ambas del s. XVIII.
Estilo y estructura[editar]
No se podía pedir demasiada originalidad a Berceo en una época en que este estaba creando la lengua literaria culta castellana; los Milagros proceden de un manuscrito latino que versificó probablemente en dialecto riojano. La originalidad de Berceo consiste en dar vida y popularizar el registro eclesiástico que tenía el texto latino, lo que consigue ayudándose de recursos propios de los juglares, tales como hacer un uso abundante del estilo directo, dar ciertas pinceladas humorísticas a lo narrado o hacer pintorescas referencias o comparaciones al mundo rural o la naturaleza. Aunque el cambio más radical sin duda se trata de la versificación de una fuente en prosa. Berceo también se toma licencias con los detalles, complementando pasajes narrativos, inventando motivaciones, incorporando elementos líricos y desarrollando los diálogos.
El número de milagros no es casual. Es habitual en las obras medievales una estructura matemática simbólica, casi siempre en torno al número tres o de la Santísima Trinidad, en este caso el 5 también destaca, cifra de la Virgen según la numerología cristiana: 5 X 5 = 25. El manuscrito que utilizó Berceo tenía 28, de los que seleccionó 24 y el poeta añadió uno de tradición local, el de "La iglesia robada".2
Los milagros siguen todos la misma estructura de caída y redención: una persona devota de la Virgen se encuentra en peligro y se salva gracias a un milagro mariano. La obra comienza con una introducción alegórica en la que el autor se presenta a sí mismo en una naturaleza idealizada, descanso del hombre, que simboliza las virtudes y perfecciones de la Virgen. A continuación, se suceden veinticinco milagros realizados por la Virgen a favor de personas que sienten una gran devoción por ella. La mayoría de estos personajes pertenecían a la misma clase social que el público que escuchaba los milagros. Al final de cada relato aparece una moraleja o enseñanza para hacer comprender al oyente las ventajas que reporta ser un devoto de la Virgen, al modo como se trataban los exempla en el sermón popular (divisio extra). Se pueden distinguir tres grupos de milagros:
- En los que María premia o castiga a los hombres, como "La casulla de San Ildefonso".
- En los que la Virgen perdona y logra salvar de la condenación a sus devotos, como "El sacristán impúdico".
- En los que los personajes sufren una crisis espiritual y María les ayuda a solucionar el conflicto, como "La abadesa encinta".
En concreto siguen una estructura que empieza con un Exordio, que no siempre está, dónde Berceo se dirige al espectador. Una narración como lo descrito en el párrafo anterior y una conclusión que tampoco está siempre en la que se deduce que uno ha de ser devoto.
El Pergamino Vindel (Nueva York, Biblioteca y Museo Morgan, Vindel MS M979) es un pergamino copiado a finales del siglo XIII o comienzos del XIV que contiene siete cantigas de amigo del trovador gallego Martín Codax. Posee características similares al Cancionero de Ajuda.
Historia[editar]
El descubrimiento de este pergamino se debió al azar. El comerciante de libros antiguos Pedro Vindel lo encontró en su librería, en 1914, en la guarda interior de un ejemplar del libro «De officiis» de Cicerón, del siglo XIV con encuadernación del siglo XVIII.
El pergamino desapareció al poco tiempo de ser descubierto, creyéndose perdido durante muchos años. Sin embargo, el pergamino había sido adquirido a Pedro Vindel por el diplomático y musicólogo Rafael Mitjana y Gordón, quién lo depositó en su biblioteca de Upsala, ciudad sueca donde residía por aquel entonces. A su muerte, en 1921, la biblioteca pasó a su viuda y posteriormente fue vendida por sus herederos. Después de varias vicisitudes, el pergamino fue adquirido por el bibliófilo Otto Haas y puesto a la venta en Londres por su colega Albi Rosenthal. Finalmente fue comprado por la J. Pierpont Morgan Library de Nueva York, donde se conserva desde 1977, bajo la signatura Ms. 979.
La primera noticia del descubrimiento fue dada a conocer por Pedro Vindel, en febrero de 1914, en la revista Arte Español. Al año siguiente, en 1915, el librero publicó la primera imitación del manuscrito.
Entre los meses de octubre del año 2017 y marzo del año 2018, el Pergamino Vindel fue expuesto en el Museo del Mar de Galicia, situado en la ciudad de Vigo.1
Descripción[editar]
El tamaño del pergamino es de 34 x 45 cm. Está escrito por una sola cara a cuatro columnas, con 26, 24, 23 y 17 líneas respectivamente. La primera columna contiene 5 pentagramas, 6 la segunda, 6 la tercera y 4 la cuarta. El texto fue escrito en tinta negra y los pentagramas en tinta roja. Las iniciales están ornamentadas en azul y rojo. El nombre del juglar Martín Codax aparece en la parte superior del pergamino, en rojo. En la copia del pergamino intervinieron varias manos.
Contiene siete cantigas de amigo, seis de ellas con notación musical:
- Ondas do mar do Vigo
- Mandad'ei comigo ca ven meu amigo
- Mia yrmana fremosa treides comigo
- Ay Deus se sab'ora meu amado
- Quantas sabedes amar amigo
- En o sagrad' e Vigo (Sólo texto, sin notación musical)
- Ay ondas que eu vin veer
Sus textos ya eran conocidos por formar parte de los cancioneros sin música de la lírica galaicoportuguesa. Sin embargo, su música constituye, junto con las siete cantigas de amor de Don Denís, halladas en el Pergamino Sharrer, las únicas muestras que se han encontrado hasta la fecha de la canción profana galaico-portuguesa. La música de las cantigas está escrita en notación cuadrada, con ligaduras muy similares a las Cantigas de Santa María.
El descubrimiento del pergamino vino a confirmar la hipótesis de la existencia de hojas volantes, con el texto y la música de las poesías trovadorescas que eran entregadas por los trovadores a los juglares para su interpretación.
Discografía[editar]
- Véase la sección de discografía de: Martín Codax (discografía).
En el cine[editar]
En el año 2016 se estrena la película titulada El Manuscrito Vindel. En ella se narra la vida de su descubridor, don Pedro Vindel Álvarez, desde su infancia hasta el hallazgo del célebre manuscrito. Este film, producido por Linterna Producciones, fue dirigido por los descendientes del propio Pedro Vindel, José Manuel Fernández Jardón Víndel (bisnieto) y Luis Alejandro Fernández Jardón (tataranieto).
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