sábado, 4 de enero de 2020

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA

Cantabria es el etnónimo empleado para hacer referencia al territorio ocupado por los cántabros, un pueblo prerromano que habitaba en el norte de la península ibérica, y que quedó integrado en el Imperio romano tras su conquista en el siglo I a. C. Ocupaba la mayor parte de la superficie perteneciente en la actualidad a la comunidad autónoma de Cantabria (salvo su extremo oriental), así como porciones del oriente del Asturias y occidente de Vizcaya, norte de las provincias de Palencia y Burgos y del noreste de León y .

Límites[editar]

Si bien en la Edad Media y aun en la Edad Moderna se creía, bajo interpretaciones libres de crónicas medievales (como la Crónica Silense del siglo XII, la Crónica Tudense y el De rebus hispaniae del siglo XIII) que Cantabria habría ocupado los territorios del Reino de Navarra o de La Rioja, una larga serie de historiadores refutaron esta teoría a partir de Jerónimo Zurita. Éste fue el primero que se remitió a las fuentes clásicas, especialmente romanas y entre ellas, Plinio el ViejoClaudio Ptolomeo y Estrabón, además de cotejar diversos topónimos con estas obras y de estudiar los poemas de Horacio y Silio Itálico relativos a los cántabros y una serie de documentos epigráficos. Los estudios de Zurita se vieron casi enteramente aceptados en las obras de Perico de SotaEnrique Flórez y Rafael de Floranes, entre otros. Lucio Anneo Floro y Paulo Orosio también ofrecen pistas para encuadrar geográficamente la antigua Cantabria.










Asturica Augusta fue una ciudad romana correspondiente con la actual ciudad española de Astorgaen la provincia de León. Fundada hacia 14 a. C. como campamento de la Legio X Gemina, a principios del siglo I se desarrolló como núcleo civil y fue capital del convento Asturicense, dentro de la provincia Tarraconense.
Situada en un cerro que domina un amplio territorio, desde los montes de León hasta las vegas del Páramo, durante los siglos I y II adquirió una gran importancia debido al control de las explotaciones auríferas del noroeste peninsular, y fue un importante nudo de comunicaciones, que, a través de numerosas calzadas, enlazaban la ciudad con algunos de los núcleos más importantes de la Hispania romana.
Sus ruinas se encuentran ocultas bajo la ciudad actual y entre estas destacan la conocida como Ergástula romana, los dos conjuntos termales y el alcantarillado, así como la domus del Mosaico del Oso y los Pájaros.

Contexto geográfico[editar]

Vista del monte Teleno
Vista aérea de Astorga
El actual término municipal de Astorga se encuentra en la zona noroccidental de la cuenca del Duero y su entorno presenta, en general, un relieve suave pero con dos zonas diferenciadas:1​ por un lado una serie de sierras de orientación ESE-ONO, con materiales del Paleozoico Inferior, y por otro la llanura del río Tuerto, de materiales terciarios cubiertos posteriormente durante el Cuaternario.2​ Entre ambas zonas, y en la confluencia de los ríos Jerga y Tuerto, se ubicó la ciudad propiamente dicha, sobre un promontorio, a 870 msnm, cuyo perfil recuerda un espolón, haciéndose más suave en su extremo occidental.3
Su emplazamiento se llevó a cabo en el límite noroccidental de la Meseta; al norte se sitúa la cordillera Cantábrica, que dividía a los propios astures en transmontanos y augustanos, al este las campiñas aluviales características de la cuenca del Duero y al oeste los montes de León, con la cumbre del Teleno, que fue objeto de culto religioso tanto por astures como por romanos.4
Las vegas de los ríos permitieron un aprovechamiento agrícola, especialmente la del Tuerto, y la abundancia de piedra en los alrededores —principalmente cuarcita— proporcionó materiales para la construcción. Asimismo, la proximidad a los depósitos auríferos que se encuentran en la zona montañosa que la rodea es otro de los argumentos planteados para justificar su fundación;5​ entre ellos los del valle del río Omaña, los valles de los ríos Duerna y Eria y el Bierzo, con la explotación de Las Médulas.

Fuentes literarias y epigráficas[editar]

Plinio el Viejo en una ilustración de 1859
La ciudad es citada en varias ocasiones en la historiografía clásica.6​ Plinio el Viejo, que visitó la ciudad aproximadamente en el año 73, durante el gobierno de Vespasiano, señala lo siguiente:
A continuación de ellos se hallan los veintidós pueblos de los astures, divididos en augustanos y transmontanos, con Asturica, una ciudad magnífica: entre ellos están los gigurros, los pésicos, los lancienses y los zoelas. El número de hombres libres de toda esa población llega a doscientos cuarenta mil. Plinio el Viejo, Historia Natural, 3, 28
Dicha calificación de magnífica pudo estar relacionada con el crecimiento que experimentó como consecuencia de las explotaciones auríferas durante los siglos I y II. En este último siglo, Claudio Ptolomeo, en su obra Geographia, la incluye en la Asturia como capital de los amacos. En el siglo III contamos con varias menciones. Dion Casio, que desarrolló su obra durante el reinado de Alejandro Severo, señala el programa de fundaciones urbanas que llevó a cabo Augusto. El Itinerario de Antonino la cita en varias ocasiones como mansio de las distintas calzadas romanas que confluían en la ciudad, mientras que el Anónimo de Rávena la menciona en uno de sus itinerarios. La ciudad también es mencionada por el obispo Cipriano de Cartago
Posteriormente contamos con menciones del obispo Hidacio en el siglo V, Jordanes en el siglo VI, y san Isidoro, que vivió a caballo entre los siglos VI y VII. Igualmente, en las actas de varios concilios, como los de Serdica, I de Zaragoza, los Bracarenses III y IV]] y Toletanus IIIIVVIIVIII y X, firman diferentes obispos de Asturica.6
Tabla de Astorga o Pacto de los Zoelas, conservado en Staatliche Museen de Berlín
En cuanto a la epigrafía, se conocen 83 inscripciones procedentes de Astorga, a las que habría que añadir 21 halladas en sus alrededores y 7 de otras partes de la Península pero relacionadas con la ciudad o el Convento Asturicense.6​ La mayoría de ellas son de carácter funerario (64), a las que siguen en número las votivas (17). Las más antiguas se remontan al siglo I y aluden a temas militares, especialmente a aquellos relacionados con la Legio X Gemina. Las restantes pertenecen a los siglos II y III; en ellas, entre las que destacan dos en griego, se citan cargos administrativos y de gobierno como LegatiProcuratores Augustiprocurator Asturiae et GallaeciaeAugusti Dispensator y Praeses Provinciae.7
En relación al posible estatus municipal de la ciudad se alude a los cargos de magistratuscuratorsacerdos y flamines. De carácter jurídico destaca también la Tabla de Hospitalidad de Astorga o Pacto de los Zoelas, ratificado en Asturica en el año 152, aunque se desconoce su lugar de hallazgo. Algunos de los ciudadanos que aparecen mencionados son un grammaticus —un hombre letrado— y un avium inspex —adivino a partir del vuelo de las aves—. Asimismo se constata la presencia de población inmigrante, en concreto de origen oriental, gracias a la inscripción en griego y a sus nombres, como Lyda y Taumasto.8​ Entre aquellas inscripciones que hacen referencia a cultos y divinidades destacan el culto al emperador —como forma de reconocimiento del poder político romano—, el culto a la tríada capitolina o el culto a la diosa Fortuna.

Historia[editar]

Asturica prerromana[editar]

Debido a que en la trama urbana de la actual Astorga no se apreciaba un urbanismo ordenado, que sugiriera un origen romano, tradicionalmente se ha valorado un origen indígena para la ciudad. El primero que lo señaló fue Manuel Gómez-Moreno en 1905, quien avalaba su origen prerromano a través de la posición elevada de la ciudad.9​ Posteriormente fue José María Luengo quien trató de respaldar ese origen prerromano con hallazgos arqueológicos; en concreto señalaba, entre otros, un torque de oro de origen desconocido y depositado en el Museo Arqueológico Nacional, dos fíbulas anulares de bronce, típicamente romanas, monedas ibéricas procedentes de colecciones particulares y un canto rodado con un orificio hemiesférico tallado en él.10
Otro de los argumentos aportados para su condición prerromana es su mención en una de las fuentes clásicas que hacen referencia a la ciudad, la Geografía de Claudio Ptolomeo; en su Libro II menciona Asturica como ciudad de los astures, en concreto capital de los amacos, siendo la única vez en que estos son mencionados en las fuentes clásicas.9​ Sin embargo, a pesar de que en los alrededores de Astorga se tiene noticias de varios poblados de la Edad del Hierro, las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la ciudad no han aportado pruebas que permitan demostrar una ocupación prerromana del cerro.11​ Tales hipótesis tendrían su origen en aquellos fundamentos ideológicos, de moda en el siglo XIX y parte del XX, que buscaban un origen celta para la ciudad.12

La llegada de Roma[editar]

Operaciones militares romanas llevadas a cabo durante las guerras cántabras.     Campaña del año 25 a. C.     Campaña del año 26 a. C.     Campaña de Julio César del año 61 a. C.     Campaña de Décimo Junio Bruto del año 137 a. C.
Los primeros contactos de Roma con el noroeste peninsular tuvieron lugar en el siglo II a. C. con la expedición de Décimo Junio Bruto Galaico en 138, y ya en el siglo I a. C. con las de Publio Licinio Craso y Julio César. Tras la integración de vacceos y celtíberos en la República, solo quedaba sin conquistar la franja costera al pie de la Cantábrica, donde se ubicaban cántabros y astures, por lo que a finales del siglo I a. C. se produjo el episodio bélico tras el cual todo el noroeste fue sometido. Este se inserta dentro del programa político de Augusto; tras acceder al poder, llevó a cabo una reforma del ejército encargándole la protección de las fronteras, que se fueron delimitando a través de varias campañas, y en ese contexto se produjo la acción de Roma en el noroeste peninsular.13​ El conflicto fue descrito por varias fuentes clásicas, como FloroOrosio y Dion Casio, y entre las causas del mismo figuran las estratégicas, el prestigio personal del emperador y las económicas.14
La primera intervención romana se produjo en 29 a. C., dirigida por Estatilio Tauro, a la que siguieron otras en los dos años siguientes, hasta el 26 cuando llegó Augusto en persona. Los efectivos militares que participaron pertenecían a la Legio I AugustaII AugustaIV MacedonicaV AlaudaeVI VictrixIX Hispana y X Gemina. En total, sumando legionarios y cuerpos auxiliares, serían unos 77 000-80 000 hombres.15
En 26 a. C. se inició el Bellum Cantabricum, con Segisamo como campamento base. En la zona oriental los romanos siguieron el curso del Pisuerga y sometieron Vellica (Monte Cildá); continuaron hacia el norte, hasta Aracillum y Mons Vindius, donde se habían refugiado los cántabros, y allí les derrotaron. En la zona occidental, bajo las órdenes de Publio Carisio, tomaron Lancia y posteriormente se dirigieron hacia el oeste, donde se desarrolló el enfrentamiento del Mons Medullius, el cual supuso la derrota de los astures. Por último, en 19 a. C. llegó Marco Vipsanio Agripa, quien junto a Silio Nerva dirigió la última campaña de la guerra, tras la cual se culminó el dominio de todo el noroeste peninsular.15

El origen militar[editar]

La fundación de la ciudad está ligada a la organización territorial llevada a cabo por Augusto una vez finalizadas las guerras cántabras, que aplicó un conjunto de medidas administrativas, políticas y fiscales con el objetivo de consolidar su poder en los territorios recién anexionados.13​ El primero que señaló su posible origen militar fue Manuel Gómez-Moreno a principios del siglo XX, quien indicaba a la Legio X Gemina como el destacamento instalado en ella.16​ Más tarde fue Adolf Schulten quien situó la Legio X en Asturica a partir de la reconstrucción de las acciones militares contra los astures, cinco epitafios de soldados de dicha legión y un texto de Floro que se referiría a la desmilitarización del campamento:17
...ordenó que habitaran y tuvieran residencia en su campamento, situado en la llanura, que allí celebraran sus asambleas y que lo adoptaran como capital.
Igualmente, José María Luengo consideró a la Legio X responsable de la fundación de la ciudad, en cuya construcción habrían participado sus soldados, y Francisco Javier Lomas también relacionó la ciudad con la legión a partir del texto de Floro. Por su parte, R. F. J. Jones propuso un primer campamento de la legión en Asturica antes de ser trasladada a Caldas de Reyes, donde se hallaron dos epígrafes vinculados a soldados de la legión, y tanto Mauricio Pastor como Alain Tranoy señalaron la presencia de la legión por los epígrafes alusivos a sus soldados.16​ Patrick Le Roux opinaba que el campamento de Astorga pertenecería al periodo de guerras, siendo trasladado al valle de Vidriales (Petavonium) tras la finalización de las mismas, y que los epígrafes de soldados harían referencia al destacamento dedicado a la construcción de la ciudad. Por último, Tomás Mañanes también indicó la presencia de la Legio X a partir de los epígrafes de los soldados y de una posible base campamental en el urbanismo de la ciudad actual.18
Este origen militar se ha confirmado gracias a la arqueología. Además de la base campamental en el urbanismo actual, en la zona noroccidental del cerro se hallaron dos fosos paralelos, tipo fossae fastigatae, que se corresponderían con el sistema defensivo del campamento legionario, y que presentan una analogía con hallazgos similares excavados en el limes británico y germánico.19​ Otros hallazgos que delatan este origen militar son producciones cerámicas de Terra Sigillata Italica, numerario y materiales metálicos asociados al vestuario militar.20​ El tamaño y la profundidad de los fosos y la existencia de construcciones de madera parecen indicar que se trataba de un campamento no implicado en las acciones militares de las guerras, es decir sería posterior a estas. Esto lo corroboraría la cronología de los materiales arqueológicos hallados puesto que no se remontan a fechas anteriores al 15-10 a. C.
Por tanto, sobre un cerro estratégico, en el límite entre las campiñas de la cuenca del Duero y los montes de León, hacia los años 15-10 a.C. se instalaría una guarnición militar cuya misión era la vigilancia y el control del territorio recién conquistado, todavía en fase de pacificación. Su importancia se vería confirmada por su inclusión en la red de calzadas.21​ La unidad militar asentada fue la Legio X Gemina, de larga trayectoria en la historia romana. Participó en la guerra de las Galias, siendo la legión preferida de Julio César, y en la invasión de Britania pero se alineó contra Augusto por lo que fue disuelta.22​ Una vez reconstruida, luchó en las guerras cántabras y permaneció en Hispania hasta el año 63 (con campamentos en Asturica y Petavonium). Después de cinco años en Carnuntum, en el limes danubiano, en el año 68 regresó a Hispania, de donde partió nuevamente en el año 70 hacia Arenacum y Noviomagus, en el limes renano, para, hacia el 103, instalarse en Aquincum. Finalmente, en 107, se trasladó a Vindobona, donde permaneció hasta el fin del Imperio.17

Alto imperio: nacimiento de la ciudad[editar]

Su nacimiento como núcleo civil hay que rastrearlo a través de la información que proporciona la arqueología.23​ Entre 1990 y 1992 se excavó la Domus del Pavimento de Opus Signinum, en la que las estructuras campamentales son sustituidas por las civiles a finales del reinado de Tiberio y principios del de Claudio. Asimismo, entre 1993 y 1996 se excavó un solar entre las calles Blanco de Cela y Río Eria en el que se constataron pruebas sobre la primera fortificación urbana; se encontraron superpuestos los restos de la fortificación campamental, la primera muralla urbana y una casa. En ellos, el relleno del foso campamental se produce, igualmente, a finales del reinado de Tiberio, pero sobre todo bajo el gobierno de Claudio. Por tanto no sería en la época de Augusto, sino en tiempos de Tiberio, cuando se habría fundado el núcleo civil.23​ Ese patrón se repite en las distintas excavaciones realizadas, en las que un horizonte militar es amortizado para su posterior transformación en un núcleo civil, algo que posiblemente tuvo lugar coincidiendo con la capitalidad del conventus y con la explotación de los recursos mineros de su territorio.24
Frente a las teorías que señalan que el noroeste peninsular sufrió un proceso limitado de romanización, existen pruebas que denotan el desarrollo de unas estructuras netamente romanas; el recinto del foro es un ejemplo de implantación de un espacio público típico de cualquier ciudad romana, aunque diseñado con un estilo propio. Nos encontraríamos ante un centro de la maquinaria estatal, administrativa y fiscal, que superaría el ámbito local. Igualmente, una placa con una inscripción dedicada a Marte Tileno prueba otro de los elementos más característicos de la romanización, esto es la asimilación de un dios indígina a otro del panteón romano.25

Bajo imperio: el fin del dominio romano[editar]

Con la reorganización territorial acaecida en el siglo III, la ciudad pasó a formar parte de la provincia Gallaecia, con capital en Bracara Augusta. Asimismo se construyó una nueva muralla, de dos kilómetros de perímetro, de la cual todavía son visibles restos en la llamada Puerta Romana, pero con el fin de las explotaciones mineras en época de Diocleciano si inició la decadencia de la ciudad.26
Al margen de la leyenda que atribuye a Santiago Apóstol la predicación por estas tierras y la fundación del obispado, el hallazgo en los alrededores de Astorga de uno de los sarcófagos romano-cristianos más antiguos de la península indica la presencia de un movimiento paleocristiano. En los años centrales del siglo III debió establecerse como sede episcopal, siendo Basílides su primer obispo, en torno a 249.27​ Este hecho es mencionado por Cipriano de Cartago, que señala que en 253-254 había establecidas comunidades cristianas en ZaragozaMéridaLeón y Astorga. Todo ello, junto con la presencia en el Concilio de Elvira del año 300 del obispo Decencio, confirma la incipiente presencia y organización de una comunidad cristiana en fechas tempranas.28
Sin embargo, la implantación del cristianismo se vio amenazada por las invasiones bárbaras y, en lo religioso, por la expansión de las doctrinas priscilianistas y maniqueístas, contra las cuales lucharon más tarde Hidacio o Santo Toribio tras la condena hecha en el concilio de Zaragoza del año 380. Tras el ajusticiamiento de Prisciliano en Tréveris en 385, el obispo Simposio se convirtió al catolicismo, al igual que hicieron sus sucesores Dictino y Comasio;en torno a estos se había organizado en Astorga un reducto priscilianista en la segunda mitad del siglo IV.
Tras producirse las invasiones bárbaras, el establecimiento de los suevos en el territorio de la antigua Gallaecia en torno a 410 puso fin al dominio romano sobre la ciudad, sufriendo las primeras destrucciones o saqueos por parte del suevo Hermerico.

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