jueves, 22 de julio de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XIV EN ESPAÑA - PERSONAJES

Miguel Sánchez de Asiáin fue obispo de Pamplona entre 1356 y 1364.1​ Fue miembro de la noble estirpe de la que lleva nombre y fue hermano del ricohombre Fernando Sánchez.

Ingresó pronto como canónigo (1309) en el cabildo catedralicio de Pamplona. Alcanzó en 1323 la dignidad de arcediano de la tabla por procedimientos simoníacos. Posteriormente se arrepintió de ello y casi 25 años después consiguió el perdón papal a cambio de 500 florines para sufragar la cruzada en 1347.

Se enfrentó duramente al obispo Arnaldo de Barbazán que llegó a excomulgarle. Ganó prestigio por una sentencia arbitral, lo que derivó en su elección como obispo por el obispo metropolitano de Zaragoza el 3 de junio de 1357.2​ Mantuvo buenas relaciones con la corona a pesar de la usrupación por parte de Carlos II el Malo del palacio de San Pedro durante un año. Le prestó homenaje y juramento de fidelidad al rey en 1363. Convocó tres sínodos. Mandó hacerse una sepultura en el claustro de la catedral pamplonesa en el que fue enterrado. A su muerte sus bienes muebles sufrieron el expolio del monarca.


Sepulcro de Sánchez de Asiáin en el claustro de la catedral de Pamplona.





Sancho I (¿? - ¿?) fue obispo de Oviedo desde el año 1349 hasta 1369. Durante su pontificado se refugió en Asturias, en el año 1352, el Infante Enrique de Trastámara y Señor de Noreña, que era hijo bastardo del rey Alfonso XI con doña Leonor de Guzmán, el cual se enfrentó contra el rey D. Pedro pero este cercó la ciudad de Gijón, la hizo capitular y obligó al Infante a rendirle pleitesía.

Sin embargo, el Infante triunfó más tarde y obtuvo la corona de Castilla. Ante esta situación, el obispo Sancho I medió para que se mantuviera abierta la puerta de La Noceda en la carretera de Gijón mientras estuviera también abierta la de Cimadevilla. Durante este periodo Asturias y sobre todo Oviedo fueron leales al rey D. Pedro que vino a estas tierras persiguiendo al Infante Enrique de Trastámara.

El obispo Sancho I dio la encomienda de la zona de Ribadeo y Castropol a Álvaro Pérez Osorio.





Fernando Sarracín (Cuéllarsiglo XIII – Segovia18 de octubre de 1318) fue un sacerdote español que vivió entre los siglos XIII y XIV.

Biografía[editar]

Nacido en la villa segoviana de Cuéllar en el siglo XIII, fue hijo de Gómez Sarracín, fundador del lugar de Gomezserracín, en la Tierra de Cuéllar, donde su padre se había establecido, procedente posiblemente de tierras burgalesas, en las que los Sarracín habitaron durante siglos, siendo destacados ricohombres.12

Dentro de su familia se hallan diversos religiosos, siendo el más destacado su tío, el maestro Pedro Sarracín, deán de la catedral de Burgos, que auspició desde el principio la carrera eclesiástica de su sobrino. De esta forma ingresó en el cabildo catedralicio burgalés siendo sacristán del templo, para ocupar más tarde los cargos de tesorero y canónigo. Fue trasladado a la Diócesis de Segovia con el cargo de canónigo, hasta ser nombrado finalmente obispo de la diócesis por el pontífice Bonifacio VIII por carta del 17 de abril de 1301, para sustituir al difunto obispo, Blas Pérez.12

Durante su gobierno de la diócesis, participó en el Concilio de Peñafiel en 1302,3​ y se le atribuye la celebración en Segovia de un sínodo diocesano un año más tarde. Participó en las controvertidas Cortes de Valladolid de 1307, y consiguió del rey Fernando IV de Castilla en 1311 la inmunidad eclesiástica y protección.12

Realizó en vida diversas donaciones y fundaciones en favor de la catedral de Segovia. Al monasterio de Santa María la Real de Sacramenia donó el 29 de marzo de 1312 el molino que se llamaba «del Espino» con dos tierras y un huerto «que se contienen en el dicho molino todo unido»,4​ mientras que en la iglesia de Santa María de la Cuesta de Cuéllar, su villa natal, fundó dos aniversarios por el alma de sus padres en 1313. Falleció en la ciudad el 18 de octubre de 1318.





Juan Serrano (? - Sevilla, 24 de febrero de 1402) fue un eclesiástico castellano que ocupó las dignidades de obispo de Segovia (1388-1389) y de Sigüenza (1389-1402).

Fue el último prior seglar del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, pues estando en el cargo Juan I de Castilla lo entregó a la Orden de San Jerónimo.12​Tras la muerte en 1401 del arzobispo de Sevilla Gonzalo de Mena, el rey Enrique III le presentó para sucederle en la sede hispalense, pero en el contexto del Cisma de Occidente el papa Benedicto XIII intentó imponer a su sobrino Pedro de Luna, y Serrano nunca fue consagrado.

Al año siguiente murió envenenado; en el proceso que se siguió, los testigos acusaron al arcediano Gutierre Álvarez de Toledo,3​quien tras pasar cinco años detenido en la Santa Sede, fue absuelto de los cargos.





Romeu Sescomes (- Lérida, 7 de octubre de 1380) Tuvo una carrera eclesiástica importante, llegando a ser a prior y paborde de la ciudad de Tarragona en 1345 y 1350 respectivamente. Fue comisionado del Papa Gregorio XI para la aprobación de la Orden de San Jorge de Alfama en 1373.

Romeu Sescomes fue una persona muy interesada por la política y por el ejercicio del poder. Diplomático y buen negociador, fue albacea de la reina Leonor de Sicilia y uno de los consejeros más influyentes de Pedro IV de Aragón, quien le encargó la negociación de treguas con los castellanos en 1367. También intervino en una alianza con Navarra contra Enrique II de Castilla y participó en los acuerdos que trajeron a la paz entre Castilla y Aragón después de la Guerra de los Dos Pedros en 1375.

Primer mandato[editar]

Nombrado como uno de los diputados en el mandato de Berenguer de Cruïlles, las Cortes de Monzón le nombraron diputado residente, o lo que es lo mismo, segundo Diputado Eclesiástico de la Diputación del General. Sus ocupaciones le hicieron abandonar Barcelona en múltiples ocasiones, motivo por el cual fue sustituido por Ramon Gener en 1364.

Segundo mandato[editar]

La confianza que se le tenía facilitó el regreso de Sescomes en la política, siendo nombrado Diputado Eclesiástico otra vez el 24 de junio de 1375 por las Cortes de Lérida, dando por acabado el periodo de regencia iniciado en 1367 y restituyendo con él la figura del Diputado Eclesiástico. El 10 de abril de 1376 fue sustituido circunstancialmente por Ramon Gener, quien ya había estado su sucesor en el primer mandato. No obstando, Juan I de Ampurias, diputado por el brazo militar y también nombrado por las Cortes de Lérida (1375), ejerció su preeminencia entre los diputados como miembro de la familia real y ocupó el máximo cargo de la Diputación.1

Entre los dos mandatos, presidió las Cortes de Barcelona en 1372.





Jaume Sitjó Carbonell (Valls, ? - San Mateo1351) fue obispo de Lérida entre los años 1341 y 1348, y obispo de Tortosa (1348-1351).

Nacido en la ciudad de Valls, se trasladó a Lérida donde tenía canónicos familiares y estudió en el "Estudi General de Lleida".

Después de una elección con algunos retractores, el papa Juan XXII proclamó una bula con su nominación como obispo de Lérida en el año 1341.

En el año 1343 ordenó la distribución de las sepulturas que se hicieran en la catedral y en el claustro:

  • El interior de la catedral estaba reservado para los obispos, reyes sus esposas y sus hijos y los fundadores de las capillas.
  • En el claustro, la galería que correspondía a los pies de la iglesia era para los canónigos de la ciudad y miembros importantes de la nobleza.
  • La galería norte para los canónigos forasteros y los miembros destacados de las artes o leyes.
  • En un ángulo del claustro era para el servicio común de los fieles.

Escribió sobre el Quarto libro Decretalium un comentario extenso con el título Cigonina super Quarto libro Decretalium; del que se conservan dos ejemplares, uno en la biblioteca capitular de la Seo de Urgel y otro en la biblioteca de Feliniana de Lucca. Se había asociado este libro con la nigromancia y se sabe que la reina Violante lo había solicitado "para deshacer maleficios".





Gutierre Téllez o Gutierre Ruíz de Mesa (Soria, ¿? - ÚbedaJaén1322) religioso castellanocanónigo de Baeza y JaénObispo de Jaén.

El arzobispo de ToledoGutierre Gómez de Toledo confirmó su elección en los primeros meses de 1317. En 1322 confirmó la donación que había hecho su predecesor a la Colegial de Úbeda. Electo para obispo a la diócesis de Idanha en Portugal, pero murió antes en Úbeda y está enterrado en el medio del crucero de la colegial; en su sepultura pende un capelo.





Gutierre de Toledo (Toledoc. 1330-1389),1​ clérigo castellano, tomó su nombre del de su ciudad de origen y llegó a ser obispo de Oviedo y conde de Noreña.

Entorno familiar[editar]

Hijo de Tel (Tello) Fernández de Toledo y de su primera esposa, Mencía Fernández de Toledo, nació en Toledo hacia 1330.1​ Era miembro de una destacada familia toledana con raíces mozárabes.1​ Por parte materna estaba emparentado con el arzobispo Vasco Fernández de Toledo.

Carrera eclesiástica[editar]

Aunque algunos antiguos tratadistas, afirmaban que el obispo Gutierre estudió en la Universidad de París, lo más probable es que estudiara Leyes en la Universidad de Salamanca21​Fue nombrado canónigo de Palencia al mismo tiempo que ejerció de abad secular en la colegiata de Santa María de Husillos, posiblemente gracias a la intercesión de su tío Gutierre Gómez de Toledo, obispo de Palencia.1​ En esa época, también fue capellán de la reina Juana Manuel y después fue su canciller.1

El 27 de abril de 1377 fue nombrado obispo de Oviedo, después que quedara vacante en noviembre de 1376, cargo que ocupó hasta su fallecimiento en 1389.1

Durante su estancia en Asturias protagonizó diferentes acontecimientos de gran importancia para la región. Participó en el conflicto que enfrentó a Juan I de Castilla con el conde Alfonso Enríquez,1​ que originó la fundación del título de Príncipe de Asturias y por tanto del Principado de Asturias. Una vez finalizado el conflicto a favor del rey de Castilla y tras la reunión de las Cortes de Segovia, Juan I en agradecimiento al apoyo del obispo le entregó en 1383 el condado de Noreña que anteriormente ostentaba Alfonso Enríquez1​ y en las mismas condiciones que lo habían ostentado don Rodrigo Álvarez de las Asturias y el rey Enrique II. Desde entonces, y hasta 1951, el condado «permaneció anejo a la sede ovetense».1

En la parte religiosa destacó su catecismo en español, el inicio de las obras góticas de la Catedral de Oviedo, la organización de varios sínodos en la catedral, hizo la capilla que lleva su nombre y estableció la llamada «Fiesta de las Santas Reliquias». Se ocupó también de continuar la labor historiográfica del obispo Pelayo. De sus estudios y trabajos de historia nacieron el Libro de los Privilegios en 1382, Libro de la Regla Colorada en 1383, que compiló en 155 hojas de pergamino, y el Libro Becerro o «Libro de Don Gutierre» en 1385 en 455 hojas, también de pergamino. Con su buen hacer obtuvo del rey para la iglesia de Oviedo las posesiones que tenía en la zona de Pravia.

En 1386 fundó en Salamanca el Colegio de Pan y Carbón, también llamado Viejo de Oviedo, en 1386, que fue el primero de los colegios salmantinos.






Martín de Zalba (Pamplona, c. 1337 - Salon-de-Provence, 18 de octubre de 1403), obispo de Pamplona, cardenal del título de san Lorenzo en Lucina.

Nacido en Pamplona, estudió derecho en las universidades de Tolosa, Bolonia y Aviñón; en esta última se doctoró en cánones y fue profesor. Conocedor de su valía, el papa Gregorio XI lo llama y nombra refrendario. Vacó entonces la silla de Pamplona y Gregorio lo nombró para ocuparla el 16 de diciembre de 1377.

Poco antes de morir, Gregorio XI había vuelto la sede Papal desde Aviñón a Roma. A su muerte, los cardenales eligieron papa, en marzo de 1378, a un italiano, Bartolomeo de Prignano, que tomó el nombre de Urbano VI, elección que Zalba, desde su puesto en la Curia había apoyado. Pero al poco de su elección, el papa quiso reformar ciertos usos de la Iglesia, y como cuenta Fernández Pérez:

...hizo Urbano VI una exhortación en que reprendió públicamente á los obispos que estaban presentes tratándolos de perjuros porque habían desamparado sus Iglesias para residir en su Corte. Todos callaron á esta reprensión, excepto el obispo de Pamplona que, alzando la voz, respondió al Pontífice: "yo no soy perjuro; yo no asisto en la Corte por mi interés particular sino por la utilidad pública; pronto estoy á retirarme y marcharme á mi Iglesia". Con cuya respuesta quiso dar en rostro tácitamente al Papa por la imprudencia de su reprensión.
Pero no paró en esto; muchos de los cardenales descontentos con ella se salieron de Roma para Fundi y con ellos el obispo de Pamplona, quien picado contra el Papa Urbano, fue el que con más tesón empezó á declararse contra su elección y excitó vivamente a los cardenales á que eligiesen otro Papa, como en efecto lo hicieron.1

Así pues, los cardenales se reunieron y nombraron sumo pontífice, el 20 de septiembre a Roberto de Ginebra con el nombre de Clemente VII que volvió a poner su sede en Aviñón. Y de esta manera empezó el Cisma de Occidente.

Tras la elección, Zalba fue a su sede de Pamplona, en parte para intentar convencer al rey de Navarra, Carlos II de que aceptase el nuevo papa de Aviñón y en parte para recuperar ciertas rentas del obispado que en sus ausencias le habían sido quitadas. El rey, como los de Aragón y Castilla, prefirió no involucrarse en el asunto papal y quedó a la espera de ver cómo se resolvía, hasta su muerte, el primero de enero de 1386. Le sucedió su hijo, Carlos III apodado el Noble. Parece que la coronación del rey se retrasó durante tres años, porque los obispos, encabezados por Zalba, le exigían como condición que se decidiese por uno de los papas, no queriendo hacerlo a pesar de que le fue enviado, como legado de Clemente, don Pedro de Luna. Por fin, Zalba consiguió la declaración del rey a favor de Clemente VII en 1389, celebrándose a continuación la coronación.

Agradecido, el papa Clemente VII nombró cardenal de S. Lorenzo in Lucina a Zalba el 21 de julio de 1390 con retención de la administración de la Iglesia de Pamplona en lo espiritual y temporal. Luego de su capelo, Mártín de Zalba salió para Aviñón donde residió el resto de sus días.

Cuando fue coronado papa Pedro de Luna (1394), que tomó el nombre de Benedicto XIII, Zalba fue uno de sus cardenales más fieles, hasta el punto de ser casi el único que no lo abandonó y organizó la huida del papa desde Aviñón a Peñiscola.

En 1403, el día 18 de octubre, don Martin de Zalba moría en Salon, población de la provincia de Narbona en Provenza.

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