sábado, 3 de julio de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XIII EN ESPAÑA - BATALLAS

El saqueo de Agde, en febrero de 1286, fue uno de los últimos combates de la Cruzada contra la Corona de Aragón, en la que los aragoneses saquearon la ciudad francesa de Agde (hoy departamento de Hérault).

Antecedentes[editar]

El papa Martín IV, que había sucedido a Clemente IV, declaró al rey Pedro III de Aragón privado de sus reinos, y dio la investidura del Reino de Sicilia a Carlos de Anjou.

Los franceses ocuparon el Valle de Arán y al año siguiente lo intentaron con las tropas que tenían en el reino de Navarra, pero en el contraataque aragonés de 1284 sitiaron Tudela. En 1285 los franceses entraron por el territorio rosellonés de Jaime II de Mallorca con un ejército de 100.000 infantes, 16.000 caballeros y 17.000 ballesteros comandado por el propio Felipe III de Francia, y acamparon en Elna y Perpiñán, cruzando por el paso de la Massana en junio. Los catalanes aplicaron la tierra quemada, y los franceses entraron en Castellón de AmpuriasGeronaFiguerasRosasSan Feliu de Guíxols y Blanes, y Perelada fue destruida sin conseguir rendirla.

La escuadra aragonesa, proveniente de Sicilia al mando de Roger de Lauria, derrotó a la flota francesa en la batalla de Formigues, recuperando el territorio del norte. En ese momento la disentería se extendió entre los franceses, que rodeados, sin abastecimientos y enfermos, tuvieron que retirarse, siendo derrotados en la batalla del collado de los Panissars. Incapaces de mantenerlas por falta de suministros, los franceses rindieron todas las villas que aún tenían en el Ampurdán y Gerona, pero los franceses aún controlaban el Rosellón. Pedro el Grande envió una flota contra su hermano Jaime II de Mallorca, al que le confiscó el reino, pero murió pocos días después en Vilafranca.

Roger de Lauria atacó el Languedoc en febrero de 1286, como venganza por la invasión que los franceses hicieron en Cataluña unos meses antes, llegando con una flota de galeras hasta las playas de Valras, que fue saqueada y quemada, y remontar a pie con dos mil almogávares el río Orb hasta llegar a Sérignan, donde derrotaron a los franceses de Béziers.

La batalla[editar]

El almirante dividió el ejército en dos cuerpos: el primero con la mitad de la caballería y los almogávares,1​ que atacó y saqueó Vías: y el segundo, con el resto del ejército, con las galeras y los marineros se dirigió a Agde, que también fue saqueada,2​ junto con las villas de la zona durante cuatro días.

Consecuencias[editar]

Roger de Lauria se dirigió a Aguas MuertasLeucate y Narbona, y en las tres ciudades capturó numerosas galeras, otros buques y bienes diversos que fueron enviadas a Barcelona. Después de atacar Narbona, el almirante se dirigió a Barcelona para rendir homenaje a Pedro el Grande y entregarle los botines.







El asedio de Ull de 1283 fue una de las batallas de la Cruzada contra la Corona de Aragón.


Antecedentes[editar]

El papa Martín IV, que había sucedido a Clemente IV, declaró al rey Pedro el Grande privado de sus reinos debido su intervención en Sicilia a raíz de las vísperas sicilianas. Así invistió a Felipe III de Francia como rey de Aragónrey de Valencia y conde de Barcelona el 27 de agosto de 1283Pedro el Grande se encontraba en Tarazona de vuelta del desafío de Burdeos donde se quedó para hacer frente a las tensiones fronterizas con el señorío de Albarracín y el reino de Navarra también intervenido por Felipe III de Francia en 1274 a la muerte de Enrique I de Navarra.

El asedio[editar]

El 1283 Eustache de Beaumarchais, gobernador del reino de Navarra y vasallo del Reino de Francia, en nombre de Felipe III de Francia y al frente de un ejército francés de cuatro mil caballeros e infantería,1​ irrumpió unos pocos kilómetros en el reino de Aragón atravesando la frontera por Sangüesa 2​ para rehacerse del despecho que había significado el desafío de Burdeos.

Llegó al castillo de Ull, en el actual municipio de Navardún.3​ Después de asaltar el arrabal y la barbacana los atacantes arrasaron parte de la torre mayor del castillo con máquinas de guerra, y seguidamente le prendieron fuego. Murió la mayor parte de la escasa guarnición, siendo capturado el tenente Eximén de Artieda.

Consecuencias[editar]

Después de la conquista del castillo, fueron destruidas las villas de Ull, Lerda y Filera, y conquistadas las villas de BailoArbués y Berdún.

Pocas semanas más tarde Eustache de Beaumarchais atacaría el valle de Arán.

Se pactó una tregua con el reino de Navarra hasta el 1 de febrero de 1284. Finalmente la respuesta al intento de invasión de Felipe III de Francia a la Corona de Aragón desde el reino de Navarra del 1283 se cerró con el contraataque de Pedro el Grande sobre la huerta de Tudela.4​ El rey dejó la mano libre a los almogávares, que talaron la huerta sembrando el terror.







Gregorio IX (Anagni, ca. 11701​ – Roma22 de agosto de 1241) fue el papa n.º 178 de la Iglesia católica de 1227 a 1241.

De nombre Ugolino de Segni,2​ era sobrino del papa Inocencio III quien le fue nombrando sucesivamente, capellán papal, arcipreste de San Pedro, cardenal diácono de San Eustaquio en 11983​ y cardenal obispo de Ostia y Velletri en 1206.

En 1207, Inocencio III lo envió como legado a Alemania con la misión de mediar en la disputa sucesoria que surgió a raíz de la muerte de Enrique VI.

En 1217, bajo el pontificado de Honorio III, ejerce como delegado plenipotenciario para Lombardía y Toscana donde predicó la Sexta Cruzada.

Elegido papa el 19 de marzo de 1227,4​ tras renunciar a la tiara el cardenal Conrado de Urach que había sido elegido como primera opción, adoptó el nombre de Gregorio IX. Contaba en ese momento con cincuenta y siete años y su pontificado se extendió durante catorce años, hasta su muerte a los setenta y un años de edad.

Enfrentamiento con el Sacro Imperio[editar]

Su primera medida como Pontífice fue la excomunión del emperador Federico II5​ por las continuas demoras en su participación en la Sexta Cruzada. Esta excomunión hizo que los partidarios del emperador se alzaran contra Gregorio obligándolo a abandonar Roma para refugiarse en Viterbo y posteriormente en Perugia.

Federico II decide entonces, para probar la injusticia de su excomunión, dirigirse a Tierra Santa, hacia donde parte sin la bendición papal, en 1228, al frente de un reducido ejército que sin embargo logró conquistar la isla de Chipre y hacerse, en 1229 mediante un acuerdo diplomático, con JerusalénBelén y Nazaret.

Gregorio IX no responde con la absolución de Federico, sino que declara que las acciones del emperador en Tierra Santa no pueden calificarse como guerra santa al continuar excomulgado, y procede a liberar a los cruzados del voto de obediencia al emperador, quien se vio obligado a regresar al conocer que el papa, junto a la Liga Lombarda, estaba invadiendo su reino de Sicilia.

Tras desembarcar en Brindisi, Federico logra derrotar a las fuerzas pontificias y lombardas expulsándolas de los territorios imperiales y firmando, en 1230, la Paz de San Germano por la que a cambio de que el papa revocara su excomunión, el emperador aseguraba a la Iglesia sus posesiones territoriales.

La Paz de San Germano no duró mucho, ya que con las distintas formas de concebir el papado que tenían Gregorio y Federico un nuevo enfrentamiento era ineludible. El momento llegó en 1237, cuando las tropas imperiales derrotaron a la liga lombarda en la Batalla de Cortenueva y el papa encontró la excusa apropiada para volver a excomulgar a Federico II en 1239.

Inmediatamente ordenó una cruzada contra el emperador, intentó infructuosamente que los príncipes alemanes eligieran un nuevo rey y convocó un concilio en Roma para celebrarlo en 1241.

Federico anunció por su parte su oposición total a la celebración de un concilio que, convocado por el papa, no tenía otra motivación que la de su deposición y sustitución por lo que ordenó a sus tropas que apresaran a todos los que viajaran a Roma con la intención de participar en el mismo.

La detención y encarcelamiento de más de cien clérigos impidió la celebración del sínodo y, poco después, el 22 de agosto de 1241 fallecía Gregorio IX a la de edad de setenta y un años.

Otras realizaciones[editar]

Gregorio IX mediante la publicación, en 1231, de la bula Excommunicamus estableció formalmente el proceso de investigación y castigo que se haría de los herejes, proceso llamado de la Inquisición haciéndole depender directamente del pontífice, nombrando a los dominicos como inquisidores y estableciendo que los herejes fueran entregados al brazo secular para su castigo.

Previamente, había negociado una solución para la huelga estudiantil que tuvo lugar en 1229 en la Universidad de París.

Fue uno de los mejores amigos de san Francisco de Asís. Tanto, que fue nombrado como el primer protector de la Orden Franciscana. Todos los frailes recurrían a él ante cualquier necesidad o problema. San Francisco le profetizó que sería papa, aun cuando este era cardenal y obispo de Ostia.

Canonizó a san Francisco de Asís el 16 de julio de 1228, a santo Domingo el 8 de julio de 1234, y a san Antonio de Padua en mayo de 1232.

Otorgó a la expedición de Conquista de Ibiza y Formentera empresa de Guillem de Montgrí y Bernat de Santa Eugenia de Berga el título de cruzada en una bula del 24 de abril de 1235.6​ Y promulgó otra bula en febrero de 1237 donde otorgaba a la campaña contra el Valencia también carácter de cruzada.7

Las profecías de san Malaquías se refieren a este papa como Avis ostiensis (El ave de Ostia), cita que hace referencia al hecho de que fue cardenal de Ostia antes de su elección como pontífice y al que en su escudo de armas aparece un ave.

Gregorio IX
Pope Gregory IX.jpg

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Papa de la Iglesia católica
19 de marzo de 1227-22 de agosto de 1241
PredecesorHonorio III
SucesorCelestino IV
Información personal
NombreUgolino de Segni
NacimientoAnagni (Estados Pontificios), ca. 1170
Fallecimiento29 de agosto de 1241jul. y 22 de agosto de 1241jul.
Roma (Italia)
Alma máterUniversidad de Bolonia
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Escudo de Gregorio IX



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