Pompaelo a fue una antigua ciudad de la Tarraconense fundada por Pompeyo. Corresponde a la actual ciudad española de Pamplona.
Nombre y situación[editar]
Algunos autores, basándose en fuentes literarias y epigráficas, sostienen que la ciudad debió llamarse Pómpelo.1 Para Estrabón, su nombre es sinónimo de «Pompeyópolis».2 «Pompaelo» contiene el sufijo vasco «-ilu/-iru» que significa ciudad o poblado.3
Pompaelo fue una importante ciudad de los vascones, situada en la carretera que comunicaba Astúrica Augusta y Burdigala 4 sobre un altozano junto al río Arga.5 Su posición estratégica, dominando los pasos del Pirineo occidental, indica que su origen se debió a motivos económicos y militares.6
Historia[editar]
Pompeyo fundó la ciudad entre los años 76 y 74 a. C.,7 quizá para formalizar su triunfo sobre Sertorio y aumentar su clientela en la región,8 redenominando una antigua población vascona preexistente.9 La arqueología parece confirmar este último punto, ya que se encuentran restos prerromanos e itálicos.10 Su importancia no dejó de disminuir desde que los romanos organizaron la provincia de Aquitania 11 y su desarrollo municipal pudo estar detenido debido a sus orígenes pompeyanos.11
Gobierno[editar]
Tuvo el estatuto de civitas stipendiara en la jurisdicción de Caesaraugusta,12 que quizá todavía mantenía en el siglo II,13 aunque pudo obtener el de municipium en tiempos de Vespasiano.1 La mayoría de la población pudo ser de origen indígena.11
Al menos desde el siglo II estuvo encabezada por un colegio de duoviros, según consta en un rescriptio del iudiricus de la Tarraconense Tiberio Claudio Cuartino.
Portus Albus es el nombre de una mansio citada en el VI Itinerario de Antonino, situada a seis millas de Carteia y a 12 de Mellaria. Puede coincidir con la actual Algeciras, en la provincia de Cádiz, con la que suele identificarse, o bien con un pequeño puerto o embarcadero cercano al río Palmones, en la actual barriada de El Rinconcillo, donde se han localizado restos de salinas y un complejo industrial para la fabricación de ánforas descubierto en 1966. Probablemente esta ciudad actuara como equipamiento complementario a las factorías de salazones localizadas en Iulia Traducta (Algeciras), que muestran una intensa actividad comercial, portuaria y pesquera de época romana alrededor de la ciudad actual. Otra posibilidad que baraja la arqueología actual es que Portus Albus sea el nombre dado al puerto de la ciudad de Iulia Traducta, situado en la desembocadura del Río de la Miel o en la Isla Verde, y por ello es citada en el Itinerario Antonino mientras que Iulia Traducta no.
Portus Ilicitanus o Portus Illicitanus (en fuentes griegas Ἰλλικιτάνος Λιμήν, Illikitános Limḗn) era el núcleo que servía de puerto a la colonia romana de Ilici (actual Elche). Se corresponde con casi total seguridad con la actual Santa Pola.
Historia[editar]
Era uno de los puertos más importantes de la costa junto con el de Cartago Nova, y aparece repetidas veces citado en fuentes históricas.1 Se han hallado vestigios de un poblado ibero, así como instalaciones de época romana (de los siglos I al IV) en la actual avenida de Ibarra.12 En el Parque del Palmeral se ha encontrado una gran mansión romana con ricos pavimentos de mosaico. Parte de las estructuras romanas excavadas corresponden a centros de producción de salazones y muestran que el Portus Ilicitanus combinó las actividades habituales de intercambio de mercancías con una cierta actividad industrial, lo que justificaría su desarrollo urbano.1
Aquí se preparó en el año 460 la flota romana que el emperador Mayoriano había construido y botado para atacar a los vándalos del norte de África; pero enterados éstos por sus espías, la incendiaron en el mismo puerto y Mayoriano hubo de regresar a Roma, donde fue asesinado a causa de su fracaso.1 Puede deducirse por las fuentes escritas, especialmente san Isidoro, que los visigodos tenían al menos desde tiempos de Sisebuto (612-621) una flota lista en él, y se ha supuesto que Teodomiro fue su almirante, a juzgar por el testimonio de la Crónica Mozárabe del 754, que alude a que éste repelió una invasión bizantina con la flota.1 En época medieval debió de seguir en uso, pero no hay datos claros al respecto.1
Ubicación[editar]
Se puede identificar sin dificultad con la actual Santa Pola, donde los hallazgos arqueológicos desde el siglo XVIII han mostrado una gran riqueza arqueológica y la existencia de un asentamiento continuado desde época ibérica.1
Necrópolis[editar]
En las cercanías del Portus Ilicitanus, alrededor de la actual plaza de la Diputación, se ha hallado una gran necrópolis romana, similar en cronología a la de Tarragona (al menos del siglo II al V).3 Cabe la posibilidad de que exista una segunda área funeraria situada al oeste del actual cementerio, donde se tienen noticias de la aparición de al menos cinco sepulturas, pudiéndose tratar incluso de la misma necrópolis, ya que entre ambas zonas median tan solo unos 400 m.3
Las inhumaciones aparecieron en ánforas, en fosas rectangulares, enlucidas y cubiertas con losetas de piedra o ladrillo, y en sarcófagos de piedra calcárea sin decoración. El material arqueológico conocido de la misma es muy escaso (pues gran parte se ha perdido o vaga por colecciones privadas) y se reparte entre el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y los museos arqueológicos de Alicante y Elche.3 Se conocen un par de jarritas de barro común, una hallada junto a un frasco de vidrio y un vaso de tipo megárico, y una lucerna del siglo IV. Muy probablemente procede también de aquí un epígrafe funerario del siglo II-III, siendo más dudosa la adscripción a este yacimiento de la pieza conocida como sarcófago de Proserpina. Al parecer se halló en las cercanías de la bahía de Santa Pola allá por el siglo XVIII y pronto recayó en lo que sería Museo Arqueológico de Barcelona. Es posible que el destino final del sarcófago no fuera el Portus Ilicitanus, sino más verosímilmente Ilici, dado el acabado del magnífico altorrelieve de mármol, datado a fines del siglo II por García Bellido.
Portus Magnus es el nombre con el que se identifica el puerto descrito por Claudio Ptolomeo y Plinio el viejo, situado en el pueblo de Los Baños de Guardias Viejas a 40 km de la actual ciudad de Almería, España. En época musulmana muchos geógrafos como al-Idrisi todavía la describen como Marsa al-Nafira que significa "Gran puerto".
Historia[editar]
Los indicios históricos y arqueológicos hacen suponer que el área correspondiente al puerto fue ocupada por íberos, fenicios, griegos, cartaginenses, visigodos y musulmanes; pero en especial por el Imperio romano con su llegada durante la campaña de Escipión contra los cartagineses, a finales del siglo III a. C.
El asentamiento de Portus Magnus se correspondería con un gran fondeadero costero situado en la bahía de Guardias Viejas (actual municipio de El Ejido). Fue parte administrativa de la provincia de la Hispania Ulterior, y más tarde, en la provincia Bética donde marcaba su límite oriental en el municipio murgitano.
Portus Magnus habría mantenido necesariamente relaciones con la ya existente Murgi (la ciudad romana más grande entre Malaka y Cartago Nova), Abdera, Urci o Urke. De este puerto salían miles de ánforas que actualmente forman parte del monte Testaccio. Los romanos introdujeron la organización territorial, las vías de comunicación y los impuestos, y explotaron sistemáticamente los recursos minerales del territorio. Se fortaleció asimismo el comercio con el resto del Mediterráneo, especialmente el del garum, encontrándose restos de instalaciones salineras y de salazón, así como útiles de pesca y ánforas.
Testimonios[editar]
Testimonios arqueológicos[editar]
Si bien se han encontrado diversos restos cerámicos, escultóricos y epigráficos de época romana a lo largo y ancho de la provincia de Almería. En la zona podemos encontrar miles de restos de ánforas romanas (especialmente las Dressel 20), balsas de salazón para el secado del pescado y preparación de garum, y restos de una industria de murex. Destaca el derrotero costero de 1781 (Joaquín Camacho); donde todavía posee una extensión de 22 hectáreas con un muelle de 120 metros de longitud. Estuvo en uso hasta el primer tercio del siglo XIX (Madoz).
Testimonios historiográficos[editar]
El primero autor de la Antigüedad en mencionar Portus Magnus es Plinio el Viejo en su Historia natural,1 en la que nombra varias poblaciones del sur de Hispania.
Puig Ciutat fue un espacio de hábitat romano, en su última fase, situado en el actual municipio de Oristá (Osona, Barcelona) del siglo I a. C.
Situación geográfica[editar]
El yacimiento arqueológico de Puig Ciutat (Oristá, Osona) se encuentra ubicado en un altiplano de 5,1 hectáreas de superficie, en un punto cercano al pueblo de La Torre de Oristá. El cerro está rodeado por uno de los meandros que hace la riera Gavarresa poco antes de recibir las aguas de uno de sus afluentes, el Torrent d’Olost.
Historia del yacimiento y sus excavaciones[editar]
El yacimiento de Puig Ciudad fue, en su última fase, un espacio de hábitat romano durante el siglo I a. C. Es un yacimiento que se conoce de manera intensiva a partir de 2010, en que un equipo joven empieza a trabajar en él.1 Las excavaciones realizadas desde entonces han puesto al descubierto varias estructuras arquitectónicas de gran relevancia en la península ibérica. Es un yacimiento que en su última fase, durante el período romano tardo-republicano, habría hecho funciones de guarnición militar o praesidia en el territorio, en un momento de inestabilidad como es la guerra civil entre Julio César y los partidarios de Cneo Pompeyo Magno (49-45 a. C.), con un final violento con restos de incendio y armamento arrojadizo.
Así hasta 2013 se había podido documentar un tramo de muralla al este del yacimiento, como también estructuras habitacionales adosadas en la misma. En la zona central de la meseta, en otro campo, también se pudieron recuperar estructuras habitacionales complejas con una rica cultura material. El yacimiento cuenta, también, con dos fases precedentes, una posiblemente ibérica (aprox. IV-II a. C.), muy arrasada por la ocupación romana posterior, y una anterior, del bronce final/primera edad del hierro (aprox. Mediados s. IX-VII a. C.), que todavía resultan bastante desconocidas.
Durante los últimos meses del año 2014 se desarrolló en el yacimiento una excavación dentro del proyecto de subvenciones del 1% Cultural del Eix Transversal (CEDINSA)2 que permitió recuperar el tramo sureste de la muralla perimetral y entender mejor el sistema de acceso al asentamiento. Gracias a esta subvención también se puso en funcionamiento la página web del yacimiento, para facilitar el acceso a la información generada a todas aquellas personas que puedan tener interés.
A finales de 2015 se realizó otra campaña, en este caso dentro de un proyecto FEDER del municipio de Oristà, con la idea de convertir el yacimiento en un parque arqueológico visitable y de acceso abierto, nexo de unión entre los núcleos de Oristà y la Torre de Oristà. Esta intervención consistió en excavar dos espacios uniformes para permitir explicar el yacimiento. Así el sábado 12 de marzo de 2016 se inauguró el parque arqueológico de Puig Ciudad tras la musealización de los restos excavados, señalizar los puntos de interés y habilitar el entorno a las visitas. En estos momentos las visitas se pueden hacer libremente a partir de los paneles y de los códigos QR repartidos por el parque.3
Los trabajos realizados desde 2010 han confirmado su importancia para el estudio de la ocupación del territorio y por el final violento que tuvo, además de resultar un campo de prácticas intensivo en geofísica. El proyecto de Puig Ciudad se considera hoy en día una de las intervenciones arqueológicas más importantes llevadas a cabo en Cataluña.4
Programas de televisión[editar]
Puig Ciutat fue el escenario del sexto capítulo de la segunda temporada del programa de TV3 Sota terra que se emitió por primera vez el domingo 26 de febrero de 2012.
Posteriormente el yacimiento también ha sido partícipe de la grabación de un capítulo del programa de Canal Historia Arqueólogo por un día con la medallista olímpica María Vasco como invitada.
Regina Turdulorum fue una ciudad romana, ubicada en el sur de la actual provincia española de Badajoz, en el término municipal de Casas de Reina (Badajoz).Posiblemente con varias villas repartidas entre este término y el de Reina Sus ruinas tienen el estatus de bien de interés cultural.
Descripción[editar]
La ciudad romana de Regina ha sido recurrentemente citada desde antiguo por diferentes eruditos y autores clásicos. La ciudad vivió su época de apogeo durante el periodo Flavio (siglo i d.C), coincidiendo con la adquisición del estatuto municipal.1
A pesar de todas las dudas, se ha podido entrever la importancia de este poblado elevado que domina una gran extensión de llano de gran riqueza productiva con buenas tierras para la explotación agropecuaria y ganadera y que además se ubica junto a la ruta que comunicaba el valle medio del Guadalquivir y el valle medio del Guadiana. Es decir, esta vía de comunicación unía Emerita y Astigi y por consiguiente, unía la capital de la Lusitania con Corduba e Hispalis.1
A lo largo de la historia de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la ciudad romana de Regina, se han ido conociendo paulatinamente aspectos referidos a su espacio urbano y a los elementos estructurales que lo componen, según se fueron acometiendo las estrategias contempladas en los planes de actuación arqueológica y conforme a la división realizada por sectores de excavación.1
Área central del municipio[editar]
Lo más significativo de lo hasta ahora estudiado en esta área central de la ciudad es la aparición de un espacio perfectamente definido por la presencia de una construcción de tres naves, en cuyos extremos se dispusieron dos edificios fronteros a una de las arterias vitales del municipio, el cardo maximus. Aunque este conjunto apareció arrasado, tanto su planta como las pocas estructuras de su alzado conservadas son lo suficientemente explícitas como para pensar que se trató de un área oficial importante.1
El primero de estos edificios, de compleja identificación, al no estar excavado en su totalidad, estaba estructurado en una parte en torno a un pequeño atrio. Su carácter, a lo que parece, era doméstico. Más elementos tenemos para definir el edificio principal. No parece haber dudas de que se trataba de un edificio de función basilical, en tres naves, a pesar de que una primera interpretación lo situó como un templum con pórtico y provisto de Aedes. Los hallazgos producidos en verano de 2007, definieron completamente su carácter de basílica. Respecto al espacio antes aludido, el mismo no sería otro que el ocupado por el tribunal.1
Otro edificio con especial relevancia dentro del conjunto arqueológico de Regina es el templo dedicado a la Pietas organizado en tres cellae. Su construcción se remonta al periodo de Domiciano y fue restaurado a finales del siglo ii d.C.1
Teatro[editar]
Desde la década de 1970 a la de 1990, uno de los principales focos de actuación fue sin duda el teatro, el edificio más emblemático de la ciudad. Ya desde antiguo el sitio conocido como «Los Paredones», llamado así por ser visibles enormes moles de hormigón revestido con paramento de piedras (en realidad los muros que remataban la cavea del teatro), atrajeron la curiosidad de algunos eruditos y viajeros, quienes las describieron identificándolas correctamente con su carácter.1
Tras la pionera intervención de Mariano del Amo, que permitió un acercamiento aproximado hacia el conocimiento de las estructuras conservadas y la organización interna del mismo, comenzaron las excavaciones sistemáticas en este edificio por parte de José María Álvarez y su equipo. Las partes del teatro exhumadas por Del Amo sirvieron como punto de partida para extender la excavación hacia aquellas zonas en las que anteriormente no se había planteado una intervención arqueológica sensu stricto. Por orden cronológico de intervención, los trabajos se centraron en primera instancia en el estudio de los pormenores del frente escénico (hyposcaenium, pulpitum, proscaenium y orchestra) y posteriormente el graderío, los vomitoria, postcaenium y todo el perímetro de la fachada.1
El teatro, edificio señero dentro de la ciudad, se ubicó en el extremo noroeste de ésta, en una suave ladera en la que se practicó la casi totalidad de la cavea. La obra está enteramente realizada en opus caementicium. El hormigón se presenta dividido en tongadas de alrededor de 0,50 m de altura, separadas entre sí por pequeñas lajas que propiciaban la cohesión y facilitaban la nivelación. El paramento que recubre toda la fábrica es de opus incertum formado por aparejo irregular cuyas juntas aparecen resaltadas por cintas de mortero en las zonas más señaladas.1
La cavea del teatro estaba constituida por diez filas de gradas de piedra arenisca, de las que se conservan completas las tres primeras, parte de la cuarta y algunas zonas de la quinta. Entre la primera grada y el balteus se aprecian unos orificios cuya función puede relacionarse con el sistema de tramoya o donde se ajustarían los vientos del velarium o telón. Los distintos cunei que forman el graderío estaban separados entre sí por unas escaleras.1
El público accedía al recinto del teatro a través de cuatro vomitoria, no en coincidencia con la scalaria de la cavea, que se estructuraban en dos alturas para atender a distintas partes del graderío. El acceso desde la calle se realizaba por medio de unas rampas de tierra apisonada. A la orchestra era posible llegar a través de los aditus o itinera. La orchestra presenta una planta semicircular de 16,40 m de diámetro. Estaba delimitada por la línea de la cavea y del frons pulpiti, contando con tan sólo una grada en la poedria. Bajo el balteus corría un pequeño canalillo (euripus) que servía para desalojar el agua acumulada en la parte baja del teatro. No hay seguridad con respecto a cual fue la pavimentación de la orchestra, aunque es muy probable que contase con un suelo preparado con mortero de cal y arena aparecido durante las excavaciones. A la orchestra se accedía por sendos corredores abovedados, itinera, de los que se hallaron sillares que formarían parte de los arcos que enfatizaban las entradas (actualmente restituidos mediante técnicas de restauración). Sobre estos corredores abovedados se dispusieron sendos tribunalia, cuya estructura ignoramos al no haberse conservado.1
El proscaenium, construido en opus incertum de piedra caliza del lugar cuyo perímetro se define por medio de una cinta de mortero, ofrece un magnífico estado de conservación. La estructura del frons pulpiti es la tradicional con exedras y hornacinas de planta rectangular perfectamente distribuidas. El pulpitum ofrecía 45 m de longitud y 6 m de anchura, consistente en una tarima de madera sustentada por unos pilares distribuidos simétricamente en la base del hyposcaenium. En este espacio, además, se aprecian los elementos del dispositivo del aulaeum, con los característicos pedestales ubicados en la pared interior del frons pulpiti para facilitar la maniobra y las cajas para el mismo.1
La scaenae frons comprende un basamento de más de tres metros de altura en opus incertum, coronado por una suerte de estilóbato, sobre el que se disponían las columnas que sostenían el entablamento. Estas descansaban directamente sobre plintos. En la pared del fondo de la scaena, de unos siete metros de altura, se abren las tres valvae. La regia ofrece un diámetro de 6 m en tanto que las laterales (valvae hospitales) son de dimensiones más pequeñas. La longitud total de la scaenae frons es de 39,40 m y el espesor del muro que la forma alcanza 3,50 m. Por su morfología, la scaenae frons del teatro de Regina obedece a una tipología bien característica de los teatros de occidente del imperio, con triple reentrante en la zona de las valvae y una estructura cerrada procurada por los parascaenia y las basilicae. Las basilicae tenían salida hacia la calle, dado su carácter de recibidor público. En una de ellas, la septentrional, se hallaron numerosos elementos de la arquitectura del teatro (fustes, cornisas, un capitel, etc.) utilizados a modo de cimentación en un afán por nivelar el suelo.1
El postcaenium presenta una longitud superior a los 40 m y contempló un espacio cerrado por un muro, pero sin pórtico ni jardín, como en el caso, por ejemplo, del de Mérida. En su parte izquierda una escalera servía para acceder al tribunal sobre el parascaenium y el iter del lado izquierdo. Todo el frente escénico está ocupado por un paramento de opus incertum con cinta de mortero en las juntas. Por último, durante los trabajos de consolidación y restauración del monumento, en el interior de un pozo aparecido en el hyposcaenium se han podido recuperar algunos capiteles que formaban parte del programa arquitectónico-decorativo del frente escénico.1
Cloacas y entramado urbano[editar]
El sistema de esta red sanitaria se construía con antelación a la realización del entramado urbano, teniendo en cuenta las características del terreno para llevar a cabo un mejor desagüe. En primer lugar se trazó la zanja sobre la que se ubicaría el decumanus, partiendo del punto más alto de la ciudad y acabando en los arroyos de San Pedro y de San Blas. Estas cloacas siguen las mismas técnicas que las realizadas en Emerita, con una trinchera que mide unos 120 cm de ancho, variando la profundidad según el relieve. Esta cloaca del decumanus era la principal pues en ella vertían el resto de conductos del sistema de alcantarillado.1
Los spiramina (pozos de aireación e inspección) se iban colocando a cierta distancia sin seguir una medida concreta. Estaban realizados a partir de una chimenea cuadrangular de opus incertum, con una longitud de medio metro de lado aproximadamente. Se han hallado varios ejemplares en el transcurso de las excavaciones y lo más probable es que su disposición coincidiera con los cruces de calles.1
La ciudad se desarrolló de manera longitudinal teniendo como base el decumanus maximus de 273,6 metros. Los edificios principales se ubicaron en la zona de intersección del decumanus con el cardo maximus, como el foro, las tabernae y alguna casa. Entre los dos jardines y el decumanus se ubica la única ínsula conocida que fue poblada de viviendas, probablemente ocupadas por las clases económicas elevadas, ya que se sitúan en las inmediaciones del foro y junto a edificios termales.1
La ubicación de estas casas tuvo que estar programada desde el principio por el desarrollo que adquiere la red de colectores que parten de este sector. Por otro lado, el espacio entre el cardo minor y el teatro estaría vacío, aunque algunas zonas podían estar ocupadas por algún barrio artesanal como lo demuestra el hallazgo de un taller de huesos fechado en el siglo iii d.C.1
Estatus patrimonial[editar]
La ciudad fue declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de zona arqueológica, el 27 de abril de 2012, mediante un decreto publicado el 11 de julio de ese mismo año en el Boletín Oficial del Estado.

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