miércoles, 9 de octubre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA - HISPANIA ROMANA

Lucio Minicio Natal Quadronio Vero (en latín, Lucius Minicius Natalis Quadronius Verus) (Barcino96 - ?) fue un patricio romano que, según diversos testimonios, jugó un papel de cierta relevancia en la vida política y social de la ciudad de Barcino (actual Barcelona) en el siglo II. Actualmente se le recuerda sobre todo por ser el primer barcelonés que ganó en los antiguos Juegos Olímpicos.

Miembro de la tribu Galeria, nació en los idus de febrero del año 96. Su padre, de origen plebeyo, consiguió importantes puestos tanto civiles como militares en NumidiaDacia y Panonia durante los reinados de Trajano y Adriano, llegando a ser senador.
Bajo el auspicio de su padre, Lucio inició su cursus honorum dentro del vigintivirato como Triunviri monetalis,1​ para pasar a ser a partir del año 116 tribuno laticlavio en tres legiones sucesivas la Legio I Adiutrix en Dacia, la Legio XI Claudia en Mesia y la Legio XIV Gemina en Panonia. Su buena gestión propició que fuese designado cuestor como candidato del emperador Adriano y también legado de su padre en África, tribuno de la plebepretor en 127 y legado de la Legio VI Victrix en Britania. Después desempeñó en Roma los cargos de praefectus alimentorum y de curator de la vía Flaminia. En 139 fue nombrado consul suffectus y curator operum publicorum et aedium sacrorum y entre 140 y 144 gobernador de Mesia Inferior, culminando su carrera entre los años 153-154 como procónsul de África.2​ En última instancia, alcanzó la dignidad sacerdotal de augur, uno de los más importantes cargos sociales de la época.
Hay constancia de su participación en el año 129 en la 227ª Olimpiada de los Juegos Helénicos (los Juegos Olímpicos de la Antigüedad), concretamente en la carrera de cuadrigas. Al parecer, contaba con la colaboración del mejor auriga de Tarraco, hecho que sin duda le favoreció ganar la carrera con comodidad. Esta victoria le reportó una notable fama tanto en su ciudad natal como en toda la Tarraconense y amplias zonas del Imperio. Dicha circunstancia queda patente por la estatua de bronce que representa a su cuadriga y que colocó cerca del hipódromo de Olimpia, así como las 33 placas honoríficas que repartió con su nombre por toda Europa. En una de ellas, por ejemplo, Lucio cuenta que no sufrió ningún accidente, por lo que pudo entregar su carro como ofrenda al santuario de Zeus.
Lucio Minicio fue un gran mecenas para su ciudad natal, Barcino: según explican dos placas honoríficas halladas con su nombre, en el año 125 donó a la ciudad unas termas con pórticos y acueductos construidas en un terreno de su propiedad.3​ Se han hallado restos de estas termas bajo la plaza Sant Miquel de Barcelona. Las dos placas honoríficas fueron expuestas en el Museo de Arqueología de Cataluña con motivo de la exposición Scripta Manent. Igualmente, a finales de los años 1980 se encontraron en la plaza Sant Miquel restos de una gran domus que podrían ser la casa natal de la familia, aunque no hay ningún dato específico que lo asevere. También hay que mencionar la existencia de otra placa donde se cita una donación monetaria hecha por Lucio a la ciudad, con el objetivo de efectuar diversas donaciones en el aniversario de su nacimiento.
En honor de Lucio Minicio, la Generalidad de Cataluña constituyó una medalla (la "Medalla Luci Minici") para condecorar a los deportistas olímpicos catalanes. La ciudad de Barcelona le ha dedicado un paseo con su nombre en su honor, en el recinto olímpico de Montjuïc.









Flavio Lucio Dextro (m. 4441​), fue un autor latino hijo de San Paciano y natural de Barcelona.
Se le atribuyó el Chronicon Omnimodae Historiae, famoso y discutido libro perdido en el que se proporcionaba una relación completa de supuestos monarcas españoles que dieron pobladores a Irlanda, Escocia, Inglaterra y América, los mismos que enviaron colonias a Asia y poseyeron parte de África, proporcionando también reyes a los celtas y troyanos. España, en definitiva, aparecía en aquellos tiempos como la cabeza de todo Occidente, pero el original del hipotético libro desapareció misteriosamente y fue sustituido por una famosa falsificación literaria.
El verdadero autor fue el jesuita Jerónimo Román de la Higuera (1563 - 1611), quien imprimió como veraces y auténticos unos cronicones plagados de anacronismos, falsedades y supercherías. Consistían en un centón de textos entresacados de obras falsamente atribuidas no sólo a Flavio Lucio Dextro, sino a Marco MáximoLiutprando de Cremona, Julián Pérez, Aulo Halo o Heleca. Las noticias hagiográficas propaladas en estos cronicones halagaban el espíritu patriotero y la credulidad popular y por eso muchos las divulgaron con entusiasmo, entre ellos Francisco de Vivar (m. 1636) y Tomás Tamayo de Vargas (m. 1641); algunos incluso aumentaron sus patrañas con nuevos presuntos hallazgos, como Antonio Lupián ZapataJosé Pellicer de Ossau, autor de un Cronicón de Don Servando, aunque luego se desdijese y retirase su apoyo a los cronicones de Higuera, Lorenzo Ramírez de Prado y, sobre todo Juan Tamayo de Salazar (m. 1662).
No faltó una tenaz oposición por eruditos como Juan Bautista Pérez (m. 1597), Nicolás Antonio (m. 1684) y Gaspar Ibáñez de Segovia (m. 1708). Pero esa literatura nacionalista alcanzó gran aunque falso prestigio y se difundió hasta fecha muy reciente. Pedro Fernández del Pulgar, en su Historia Secular y Eclesiástica de la ciudad de Palencia (1679), hace una dura crítica tanto a los falsos cronicones de Dextro y Hauberto como a Fray Gregorio de Argaiz, quien en su Población Eclesiástica de España daba pábulo a lo relatado en ambos cronicones.










Magno Clemente Máximo (LatínMagnus MaximusHispania, c. 335/340-Aquileia28 de agosto de 388) fue un emperador hispanorromano que gobernó en la pars occidentalis del Imperio romano desde 383 hasta su muerte.
Proclamado emperador en Britania por sus tropas, logró imponerse al augusto Graciano el Joven y gobernar Britania, Galia e Hispania desde Tréveris, siendo reconocido por Valentiniano II y Teodosio el Grande. En 386 marchó contra Valentiniano, que huyó a Oriente, y en cuyo favor intervino Teodosio. Derrotado en la batalla del Sava,1​ Máximo fue asesinado por sus propias tropas.
Es conocido como Maximiano y Macsen Wledig en las tradiciones de Gales.

Orígenes y carrera militar[editar]

Magno Máximo nació en Hispania, posiblemente en la provincia de Gallaecia, o quizás en la Tarraconense, en torno al año 340, en el seno de la familia aristocrática de los Flavios, ya que era hijo del general romano Flavio Julio Eucherio, y sobrino de Flavio Julio Honorio, y era primo del futuro emperador Teodosio.
En 368 marchó junto a su patronus y pariente Teodosio el Joven a Britania, para participar en la campaña que rechazó una invasión de varios pueblos bárbaros en la llamada por Amiano MarcelinoConspiración Bárbara. Allí cimentaría buena parte de su prestigio personal al participar activamente en la campaña de un modo destacado pero desconocido en sus detalles. Durante estos años crearía fuertes lazos con la población britana.
Expulsados los bárbaros por Teodosio el Viejo, le acompañaría de nuevo en su campaña africana contra Firmo, participando activamente en la captura de algunos de los líderes rebeldes. Desconocemos su actuación ante la conjura palaciega que acabó con la ejecución de Teodosio el Viejo, pero tras la muerte de su patronus se retiró de la escena militar, al igual que Teodosio el Joven, aunque marcharía a Britania, en lugar de su Hispania natal. En 379, tras la batalla de Adrianópolis, el nuevo Emperador de Occidente Graciano nombró a Teodosio emperador en Oriente. En ese momento, Máximo quizás ocupaba ya el título de Dux, o tal vez Comes Britanniae, donde habría llevado a cabo una magnífica labor en la lucha contra los piratas sajones y los pictos y atacotos.

Toma de la púrpura imperial[editar]

A finales de 382 o en la primavera del año 383 (en 381 según otras fuentes), en el territorio attacotti al norte del muro de Adriano, tras una aplastante victoria contra los pictos durante una ofensiva, sus soldados lo nombraron emperador, desembarcando poco después en la Galia para atacar a Graciano quien, tras algunas escaramuzas cerca de Lutetia Parisiorum (act. París), es abandonado en masa por su ejército, tras la traición de su magister militum y cónsul para aquel año Merobaudes.
El lugar exacto del desembarco se discute. Geoffrey de Monmouth, menciona Armórica y esto ha hecho que algunos historiadores hayan enfocado sus búsquedas sobre BretañaZósimo propone un desembarco en la desembocadura del Rin, lo que contradice a Geofrey de Monmouth, pero sin identificar ni el lugar exacto del desembarco, ni la ruta que siguió hasta París, donde derrotó a Graciano. Autores más modernos como Léon Fleuriot, un respetado historiador bretón, fallecido en 1987, propuso que Máximo, tras desembarcar en la desembocadura del Rin, se encaminaría primero hacia la región de Maastricht para más tarde caer sobre París antes de conseguir la sumisión de Tréveris. Recientemente se ha propuesto como el lugar del desembarco en Saint-Valery-sur-Somme en la antigua Leuconos en la desembocadura del Somme.
Tras la deserción de su ejército, que fue gradual pero casi total, Graciano huyó junto a su guardia personal de 300 jinetes alanos, pero fue alcanzado y asesinado en Lyon, con la supuesta connivencia del gobernador de la ciudad, por Andragatio, uno de los generales de Máximo. Tras su victoria, favorecida por la deserción de Merobaudes, general de Graciano, Máximo estableció su capital en Tréveris.
Muerto Graciano, Máximo trató de ejercer un protectorado sobre Valentiniano II, y compartir el poder con Teodosio, pero una embajada enviada por Justina, madre de Valentiniano II con Ambrosio de Milán, logró ganar tiempo y eludir las intenciones de Máximo.
En 384 Máximo, Teodosio y Valentiniano II pactaron en Verona un reparto del Imperio; Máximo se quedó con Britania, la Galia e Hispania, estableciendo su capital en TréverisTeodosio con Oriente y Valentiniano II con Italia, el Ilírico y África.
Aunque Máximo obtuvo del reconocimiento de Milán y Constantinopla, nunca gozó de gran simpatía dentro de la corte de Valentiniano II, y los enfrentamientos y maniobras políticas estaban a la orden del día. Justina, la madre de Valentiniano II siempre lo consideró un usurpador, mientras que Teodosio, si es que no estaba de acuerdo con Máximo, mantuvo, al menos temporalmente, actitud más templada, llegando a una especie de reconocimiento como se manifiesta en el hecho de que se llegó a acuñar moneda con su imagen e instalar estatuas suyas en algunas ciudades de oriente.

Política religiosa[editar]

La política religiosa de Máximo se vio marcada por una pronunciada defensa del credo Niceno, establecido por el Concilio de Constantinopla de 381 d. C. El hecho más destacable de su política religiosa fue el proceso conocido como los Juicios de Treveris contra los priscilianistas que acabó con la ejecución del líder de la secta, Prisciliano, y de algunos de sus seguidores. A pesar de todo, Máximo mantuvo buenas y estrechas relaciones con la Iglesia, y únicamente se le ha reprochado su modo de resolver el asunto priscilianista, especialmente por parte del clero galo. Su enfrentamiento más duro fue con Ambrosio de Milán, quien además de censurar la ejecución de Prisciliano, defendía los intereses de Valentiniano II emperador en Milán. Destacan las excelentes relaciones con Martín de Tours, quien le visitaba con frecuencia entre otros motivos para interceder por Prisciliano y por aquellos que se mantenían leales a Graciano y a quien Máximo siempre trató con respeto, hasta el punto de compartir mesa con él junto a su esposa en no pocas ocasiones.

Guerra contra Teodosio[editar]

En el año 387 aprovechando una invasión de los alamanes en Retia y respondiendo a una petición de ayuda por parte de la corte de Milán, Máximo ocupó los territorios pertenecientes a Valentiniano II, apropiándose así de toda la parte occidental del Imperio romano, tras lo cual nombró a su joven hijo Flavio Víctor césar e intentó obtener el pleno reconocimiento de Teodosio. Este, que acababa de enviudar de su mujer Aelia Flacila, recibió una jugosa oferta de la emperatriz Justina, que le ofreció a su hija Gala en matrimonio a Teodosio con la condición de que se enfrentara y derrotara a Máximo, que fue declarado usurpador. En el año 388 Valentiniano II desembarcó en Ostia tras eludir a la flota de Máximo mandada por Andragatio, mientras tanto el ejército de Teodosio atacaba a Máximo en el Ilírico, ya que este comenzaba a ocupar tímidamente la prefectura de Ilírico. Tras las batallas de Siscia (Sisak) y Poetovio (Ptuj), Teodosio ocupa Emona (Liubliana) y obliga a Máximo a refugiarse en Aquilea, donde fue asesinado por sus soldados el 28 de julio o de agosto de 388 Su cabeza fue entregada a Teodosio y paseada por todas las provincias. Su hijo Flavio Víctor fue asesinado poco después por orden de Teodosio a manos de Arbogastes.2

Balance de su reinado[editar]

En general, el gobierno de Máximo en Occidente no fue del todo negativo. Sabemos que recibió un panegírico, por desgracia perdido, obra de Quinto Aurelio Simmaco, y que muchos autores como ZósimoSulpicio Severo y Orosio, a pesar de tacharlo de tirano, le reconocen algunas virtudes. Solo después de ser derrotado por Teodosio I se le convirtió en usurpador y por lo tanto receptor de los ataques de los panegiristas teodosianos quienes le criticarían con fuerza.
Desde el punto de vista administrativo, sabemos que creó al menos, dos nuevas provincias de rango presidial una en Galia (Máxima Sequania) y otra en Hispania, en la Tarraconense. También mantuvo a salvo el limes de incursiones bárbaras, aunque al final de su reinado, mientras luchaba contra Teodosio tuvo lugar una invasión franca que sus generales, Quintinius y Nannienus por la traición de uno de ellos, no pudieron detener. Según Sulpicio Alejandro:
En aquellos tiempos, los francos que tenían como jefes a Genobaudo, Marcomir y Sunnon, entraron en Germania y cuando invadieron la frontera, provocaron grandes masacres, devastaron los países más fértiles y sembraron el pánico en Colonia. Cuando la noticia llega a Tréveris, Nannienus, y Quintiniu, jefes de la milicia, a quienes Máximo había dejado el cuidado de su hijo, que aún era un niño, y la defensa de las Galias, levantaron un ejército y se reunieron en Colonia. Pero los enemigos que tras haber saqueado las provincia iban cargados de botín, cruzaron el Rhin, dejando en el suelo romano numerosos préstamos que recoger. Los romanos se enfrentaron a ellos con facilidad y muchos francos fueron masacrados en el Bosque Carbonario.
El aspecto más negativo se le achaca el haber dejado casi sin guarnición Britania, de donde procedían sus tropas más fieles, iniciando así el proceso que culminaría su total abandono por parte de Roma en 409, por lo que su reinado se considera como el inicio del fin del dominio romano en Britania.3
En economía, creó una nueva moneda de oro el Tremis.
Su actuación ante un asunto religioso, el juicio a Prisciliano, fue quizás el aspecto negativo y por el que sus contemporáneos le censuraron acusándole de dejarse llevar por el consejo de obispos.

Leyenda[editar]

Según la Historia de los reyes de Britania de Godofredo de Monmouth (base para muchas leyendas inglesas y galesas), fue Rey de Britania. De acuerdo con el relato del Mabinogion Breuddwyd Macsen (El sueño de Macsen Wledig) la esposa de Máximo era la hija de un poderoso jefe britano de Segontium de la región de Caernarfon en el norte de Gales, conocida como Elena de Caernarfon. A Máximo se le atribuye la iniciativa de la colonización de Bretaña que realizaría con los soldados que trajo desde Britania.
El destino de su familia nos es desconocido aunque parece cierto que además de su esposa e hijas le sobrevivió su madre, perdonadas por Teodosio, y es probable seguir el rastro de algunos de sus descendientes.
  • Su hijo y colega en el trono Flavio Víctor fue asesinado por el general Arbogastes, poco después de su padre por orden de Teodosio.
  • Su hermano Marcelino, que ya ocupaba algún puesto importante durante el gobierno de Graciano, sirvió a las órdenes de su hermano muriendo probablemente en alguna de las batallas libradas contra Teodosio.
  • Su hija Severa nos es conocida por una inscripción de época altomedieval, procedente del Gales, llamada el Pilar de Eliseg, en ella Severa aparece como la esposa de Vortigern, Rey de los bretones. Sus descendientes darían lugar a la dinastía Gwerthernion, que gobernaría el reino de Powys en Gales.
  • Otra de sus hijas, de nombre desconocido, fue esposa de Ennodiusprocónsul Africae en 395.
  • Su nieto, Petronio Máximo, fue otro emperador de trágico final, tras gobernar Roma durante 77 días, murió lapidado el 24 de mayo de 455.
Sin embargo, aparte de Marcelino, de Flavio Víctor y de un tal comes Víctor, que podría ser un tío suyo, los otros nombres citados son sólo suposiciones gratuitas, pues no están comprobadas del todo históricamente, aunque buena parte se basa en tradiciones posteriores.
Otra leyenda dice que san Ilidio de Clermont curó a una de sus hijas que estaba endemoniada.

Magno Máximo (emperador).jpg










Marcelino de Cartago (Toledo, siglo IV - Cartago, 13 de septiembre de 423) fue diplomático hispanorromano. Es venerado como santo por todas las confesiones cristianas.

Biografía[editar]

Nació en Toledo, en una rica familia, relacionada con la Gens Flavia. Amigo de Agustín de Hipona, que le dedicó el primer libro de Civitas Dei, mantuvo correspondencia con Jerónimo de EstridónTribuno militar del ejército y consejero del emperador Honorio, fue enviado en 411 a Cartago, con su hermano Aprigio, procónsul de África, para resolver la crisis política surgida sobre la herejía donatista.
En Cartago, Marcelino actuó como tribuno y notario y presidió un sínodo con 286 obispos católicos y 279 de donatistas, en el cual se condenó el donatismo y se instó a los obispos herejes para volver a la ortodoxia. Los donatistas lo rechazaron y, con tal de evitar que hubiese acciones oficiales, acusaron a Marcelino y Aprigio de corrupción y complicidad con Heracliano, usurpador del Imperio. En 413 provocaron una insurrección militar, sofocada por el ejército imperial.
El general Marino, enviado por el emperador para combatir a Heracliano y partidario de los donatistas, dictó una condena de muerte contra Marcelino, por la acusación de traición que habían realizado sus adversarios donatistas. Agustín de Hipona intervino en vano en favor suyo, pero Marino, con plenos poderes, hizo decapitar el tribuno y a su hermano antes que pudiese llegar una contraorden de Roma;1​ la ejecución se realizó el 13 de septiembre.
El emperador Honorio reconoció que la sentencia era arbitraria y la anuló, pero llegó tarde.2​ Se aprobaron y confirmaron todas las decisiones que había tomado y la Iglesia católica lo proclamó mártir. San Agustín y San Jerónimo esribieron su elogio funerario.

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