Páginas en la categoría «Batallas en la península ibérica de la segunda guerra púnica (218-201 a. C.)»
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ESTAS BATALLAS YA ESTÁN EXPUESTAS POR SIGLOS
La isla de Ibiza (Ebysus), en el Mediterráneo, fue colonizada por los cartagineses desde 654 a. C., año en que fundaron Ibosim ("ciudad del dios Bes" o "isla de la fragancia", actual ciudad de Ibiza) como factoría naval y fortaleza estratégica.
Los arqueólogos han ido descubriendo en la isla diversas necrópolis de la época de los cartagineses. En ellas se han encontrado grandes cantidades de objetos funerarios si bien se trata, por lo general, de objetos pertenecientes a ajuares algo pobres, con pocos objetos preciosos y pocas joyas de oro. Todo lo contrario de lo que ocurre con los enterramientos cartagineses de Cádiz. En Ibiza por lo común abundan las figuras de barro cocido con collares de cuentas de vidrio, hueso y marfil y raramente algún pendiente de oro. Los historiadores y arqueólogos suponen que los cartagineses allí enterrados eran sólo capataces y servidores de las factorías que tenían establecidas en estas tierras, mientras que los empresarios y grandes comerciantes eran enterrados en Cartago (en la costa septentrional de África). En estas necrópolis se han hallado imágenes de divinidades y retratos funerarios que se depositaban en las tumbas para que el espíritu del muerto se incorporase en ellas.
Dichas necrópolis se hallan por lo general situadas en llanos reducidos, de terreno calcáreo, junto a las playas. Los sepulcros fueron excavados en la roca y algunos han llegado hasta nuestros días sin haber sido profanados, aunque la mayoría sí lo fueron, incluso con desorden y esparcimiento de tumbas, lo cual ha supuesto siempre un gran problema para la investigación de los arqueólogos.

Puig des Molins[editar]
La necrópolis más importante como yacimiento arqueológico es la encontrada en el Puig des Molins. Se trata de una serie de cuevas a las que descendían por una abertura que estaba cerrada con losas. Dentro estaban los sarcófagos. A veces los cadáveres estaban cubiertos simplemente por unas placas. Toda la ladera del monte llamado Puig des Molins se halla perforada por estas pequeñas cuevas colectivas, en las que se han llegado a encontrar entre 4 y 5 mil hipogeos. Los enterramientos son de inhumación o de cremación, dependiendo de la época en que fueran ocupados.
En ellos se han encontrado ajuares con cientos de figuras de barro cocido (incluso se han descubierto en otras excavaciones los moldes para fraguar la arcilla). Algunas son representaciones del propio difunto y otras lo son de divinidades protectoras y también de animales sagrados. Junto a ellas, se han encontrado amuletos, vasos con ofrendas, joyas (pocas veces), lucernas a modo de lamparilla o linterna, hachuelas votivas y monedas. Las representaciones divinas se refieren casi siempre a Deméter y Coré. Estas diosas recibieron adoración en todo el Mediterráneo hacia la segunda mitad del siglo V a. C.
Las representaciones del difunto unas veces son masculinas, con barba o sin ella y otras, las más numerosas, femeninas. Estas van muy decoradas con una gran riqueza ornamental, todo ello en barro. Los estilos de las figuras, desde el punto de vista del arte son de tres clases:
- egiptizantes
- púnicos (las más exuberantes)
- griegos
El hecho de que se encuentren los tres estilos se debe a que cronológicamente, los enterramientos hallados van desde el siglo V a. C. hasta la época romana.
Las figuras femeninas llevan por lo general un manto adornado con gran decoración de rosetas, palmetas, volutas, flores, roleos y temas griegos y orientales. Los brazos se cocían aparte y luego se pegaban, unas veces abiertos, otras veces oferentes y otras portando símbolos (como la figura de la imagen). La mayoría de estas figuras son representaciones de diosas, de arte griego porque según se cree hubo a lo largo de los siglos una gran aportación étnica desde la Magna Grecia (nombre que se dio en la antigüedad a las colonias griegas del sur de Italia).
La imagen que aparece a la derecha de esta página es una figura femenina hecha en arcilla. Está datada en el siglo V o IV a. C. Se encontró en esta necrópolis del Puig d’els Molins. Lleva un kálathos (o sombrero de diosa subterránea) en la cabeza, un tipo de corona que otorga una categoría divina después de la muerte, como una especie de premio por la devoción que sintió la difunta hacia la diosa Ashtoreth (Astarté) de los cartagineses. En las manos sujeta un pequeño cerdo (un símbolo). Apenas lleva joyas. Tiene la fisonomía semítica y sus orejas están perforadas para lucir aretes, así como el cartílago divisorio de la nariz para colgar el anillo que llevaban las orientales. Otras estatuillas parecidas muestran varios orificios en las orejas en lugar de uno solo. Esta pieza se halla actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.
La necrópolis de Puig des Molins forma parte del sitio Patrimonio de la Humanidad denominado «Ibiza, biodiversidad y cultura», declarado por la Unesco en 1999.
El yacimiento fenicio de Sa Caleta ha sido el descubrimiento más importante de los últimos veinticinco años de arqueología en las Pitiusas.1 Su importancia científica recae en que es el único exponente de análisis para la fase más antigua de la colonización fenícia de Ibiza. El yacimiento de Sa Caleta forma parte del sitio Patrimonio de la Humanidad denominado «Ibiza, biodiversidad y cultura», declarado por la Unesco en 1999.
Localización[editar]
Se encuentra en una pequeña península que queda entre la playa des Codolar y el Puig d'es Jondal, en la costa sur de la isla. Los datos geográficos más indicativos son los 9,5 km que la separan por tierra y en línea recta del Puig de Vila, y las 9,4 millas marítimas que separan Sa Caleta de la boca de la bahía de Ibiza.
La superficie de esta península es ligeramente sinuosa, pero predominantemente plana, y tiene una altura máxima de 17,29 m sobre el nivel del mar. Está separada de tierra firme por un torrente que desemboca en el extremo nordeste y forma una pequeña bahía que está protegida de los vientos del sur, suroeste y oeste, que en invierno y otoño, llegan a provocar temporales y olas importantes. Por este hecho los fenicios hicieron servir esta cala como puerto natural y aun hoy en día es un refugio para las barcas de pesca.
Las coordenadas del yacimiento son :
- Extremo occidental: 38°52′4″N 1°19′47″E
- Extremo oriental: 38°52′07″N 1°20′05″E
- Extremo septentrional: 38°52′07″N 1°20′00″E
- Extremo meridional: 38°51′57″N 1°20′07″E
El yacimiento de Sa Caleta pertenece al municipio de San José de sa Talaia.
Historia[editar]
La superficie conservada de Sa Caleta es de unas cuatro hectáreas. Se sabe que el asentamiento fenicio llegó a tener más de seis, pero a causa de la erosión del terreno y la destrucción antrópica solo se conservan tres en buen estado.
Hacia los años 600-900 a. C., Sa Caleta fue abandonada de manera total y definitiva. Los pobladores fenicios se instalaron en la bahía de Ibiza donde fundaron la ciudad de Ibiza, un lugar que, a la larga, respondía mejor a las expectativas de organización y crecimiento que los fenicios habían visto en esta isla. En cuanto a la naturaleza de la primera ocupación de la bahía de Ibiza, parece evidente que se puede hablar de una simple escala portuaria para navegaciones, cuando se fundó este asentamiento fueron considerados factores clave como la evidente aptitud topogeográfica así como el excelente puerto natural y su territorio circundante con un gran interés agrícola. También el espléndido monte que domina toda la costa sur de la bahía, el Puig de Vila, tenía una excelente topografía para la construcción de una plaza fuerte (o ciudadela) marítima.
Otros yacimientos[editar]
Los yacimientos más importantes de esta zona de la bahía de Ibiza son:
- El Puig des Molins: la parte baja del Puig des Molins y más concretamente, los pies de su vertiente nor-noroeste constituyen una zona ocupada por un denso grupo de tumbas arcaicas de incineración. El área ocupada por esta necrópolis no es inferior a los 8.000/10.000 metros cuadrados. La cronología de esta necrópolis ronda entre el segundo cuarto del siglo VI hasta el primero del V a. C..
- El Castillo y Almudaina de Ibiza: son dos construcciones militares que ocupan la cima del Puig de Vila, donde se instaló la ciudad de Ibiza, Las intervenciones de urgencia realizadas en 1988-1989 y que tuvieron lugar tanto en el recinto del castillo como de la almudaina demostraron que desde el primer momento que se detecta la presencia fenícia en la bahía de Ibiza, los fenicios construyeron en la cima del monte algún tipo de instalación.
- Sa punta de Joan Tur Esquerrer: es un yacimiento situado en las protuberancias rocosas que finalizando en penya-segat, definen la costa meridional del Puig de Vila (es Soto). En esta zona los fenicios disponían de algún tipo de instalación fija, hoy totalmente desaparecida.
- Hallazgos diversos en la acrópolis de Ibiza: en los baluartes y en la fortificación renacentista de Ibiza hay interesantes elementos encontrados, como ánforas, trípodes, figuras de plomo, etc.
- La isla Plana: en este islote, que emerge frente a la boca noroeste de la bahía de Ibiza se encuentra un yacimiento donde se hallaron diversas ánforas y objetos proto-ebusitanos.
Infraestructura específica[editar]
El espacio de Sa Caleta ha sido dividido en sectores que, convencionalmente, se han llamado barrios: barrio portuario, barrio central, barrio noroeste, barrio sur, etc. El barrio sur, en conjunto, es el mejor conservado y es el que actualmente puede ser visitado, protegido con una reja de hierro.
La urbanística del asentamiento de Sa Caleta obedece a un sistema basado en la yuxtaposición de estancias, sin ningún orden, en cuanto a la orientación entre ellas, ni en relación a los puntos cardinales; como si el espacio hubiese sido repartido entre los colonizadores, los cuales, separándose por una distancia de pocos metros, construyeron diferentes ámbitos diferenciados e independentes desde un punto de vista arquitectónico. En una segunda fase, que tuvo lugar pocos años después, se observa una frecuente transformación de los ámbitos construidos, ampliándolos con una, dos, tres y hasta siete estancias o, con la compartimentación de las preexistentes. Al menos en algunas áreas que ha sido posible estudiar a fondo, se llegó a saturar el espacio, dando lugar a una urbanística arcaizante e improvisada. Las unidades arquitectónicas están separadas por espacios, en ocasiones muy reducidos, comprimidos entre las diferents construcciones y deben ser consideradas como plazas, con plantas poligonales y arbitrarias. Entre las diferentes unidades existen callejones estrechos y cortos.
Importancia[editar]
Dentro de la colonización fenicia del Mediterráneo, Ibiza, fue una escala fundamental desde las metrópolis de Oriente y como tal, el poblamiento por parte de los fenicios de la isla constituyó un hecho muy importante para el desarrollo del pueblo fenicio. Y con el concurso del comercio, la escritura y cultura fenicias comportaron la entrada de la isla de Ibiza en la historia. Con el establecimiento ibicenco, los fenicios controlaron todo el Mediterráneo Occidental y los accesos al estrecho de Gibraltar. Además de contar con una posición inmejorable para comerciar con los indígenas del litoral e interior valenciano y catalán. Eso último queda demostrado por la gran cantidad de material fenicio aparecido en las costas peninsulares desde Los Saladares (Murcia) hasta la zona de Castellar (Cataluña).

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