martes, 8 de octubre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA - HISPANIA ROMANA

Marco Anneo Séneca (en latín Marcus Annaeus Seneca), también conocido como Séneca padre (su hijo Séneca le superó en fama), Séneca el OradorSéneca el Retórico o Séneca el Viejo (Corduba54 a. C.39) fue un orador romano y escritor, nacido en una familia influyente del orden ecuestre.

Biografía[editar]

Su praenomen es desconocido, aunque se acepta la conjetura de Rafael de Volterra de llamarlo Marco. Durante una larga estancia en Roma, Séneca el Viejo acudió a las lecturas de oradores y retóricos famosos, mientras se preparaba para una carrera como abogado. Su orador ideal fue Cicerón, desaprobando la costumbre de su época por las florituras oratorias.
Durante la guerra civil romana permaneció en Córdoba, lo que le privó de escuchar los discursos de Cicerón, siendo probable que sus simpatías, al igual que ocurrió con otros muchos cordobeses, estuviesen con Pompeyo.
Tuvo tres hijos con su esposa Helvia de Córdoba, una mujer de vetusta familia y con ciertas inquietudes intelectuales: Lucio Anneo Novato, adoptado por un amigo, el orador Junio Galio, por lo que posteriormente cambió su nombre a Lucio Junio GalioLucio Anneo Séneca (el filósofo) y Marco Anneo Mela, quien tuvo con su esposa Acilia al famoso poeta Marco Anneo Lucano.
Puesto que falleció antes del exilio de su hijo, decretado por Claudio en el año 41, y siendo las últimas referencias en sus escritos inmediatamente posteriores a la muerte de Tiberio, se estima que murió en el año 39 de nuestra era.

Obras[editar]

A una edad avanzada, a petición de sus hijos, preparó, de memoria, una colección de distintos temas escolares y su tratamiento por oradores griegos y romanos. Estos se presentaron en diez libros de controversias (casos legales imaginarios), en los que se discuten setenta y cuatro casos, dándose las opiniones de los retóricos sobre cada caso desde distintos puntos de vista, su división en distintas preguntas simples (divisio) y, finalmente, los mecanismos para hacer aparecer lo negro como blanco y las circunstancias atenuantes (colores).
Cada libro tenía un prefacio como introducción, en el cual las características de los retóricos individuales eran discutidas de una manera animada. El trabajo está inconcluso, pero las partes en blanco pueden ser llanadas de cierta forma con la ayuda de los epítomes realizados en los siglos IV y V para el uso de las escuelas. Elementos románticos fueron utilizados en la colección de anécdotas y cuentos llamada Gesta Romanorum. En los libros I, II, VII, IX y X se tiene tanto el original como el epítome. En los restantes únicamente se dispone de los epítomes. Incluso con la ayuda de los mismos, sólo siete prefacios están disponibles.
Las Controversiae1​ estaban complementadas por las Suasoriae2​ (ejercicios de oratoria), en las que se discutía sobre las cosas que se habría de hacer o no. La totalidad de la obra forma el estudio más importante sobre la historia de la oratoria moderna.
Séneca también fue el autor de un trabajo histórico sobre la historia de Roma, desde el inicio de la guerra civil hasta casi su propia muerte, que fue publicado por su hijo. Del mismo se conoce parte por la obra de Lucio Anneo Séneca De vita patris, cuyo inicio fue descubierto por Barthold Georg Niebuhr. La autoría de los trabajos del padre fue otorgada al hijo durante la Edad Media, hasta que fue vindicado por Rafael de Volterra y Justo Lipsio.








Acisclo, canonizado por la Iglesia católica como San Acisclo (¿? - Córdoba17 de noviembre de 313), fue un santo mártir de CórdobaEspaña. Su vida es contada por Eulogio de Córdoba. Fue martirizado durante el mandato del emperador Diocleciano, junto con su hermana Santa Victoria. Su fiesta se celebra el 17 de noviembre de cada año.
Ermita rupestre de San Acisclo y Santa Victoria en Arroyuelos (Valderredible).
Después de que fueran arrestados, Acisclo y Victoria fueron torturados. Según la tradición, Victoria fue asesinada por flechas y Acisclo fue decapitado. En la tradición martirológica queda descrita la pasión de estos santos con gran lujo de detalles: Una passio del siglo X relata que el prefecto romano de Córdoba Dion, “incuo perseguidor de cristianos”, ordenó meter a Victoria y Acisclus en un horno. Cuando el prefecto escuchó los cánticos provenientes del horno ordenó que se les arrojara al río Guadalquivir atados a piedras. Ambos santos aparecieron flotando sin sufrir daño. Se ordenó entonces que se les colocara sobre un fuego. Sin embargo el fuego escapó del control de los verdugos y se afirma que murieron muchos paganos sin afectarse los santos. Se dio finalmente la orden de su decapitación, razón por la que el santo es representado con una línea roja de sangre en el cuello.12
El poeta Prudencio le rindió homenaje en dos breves versos.
Pablo García Baena le dedicó el poema "Himno a los santos niños Acisclo y Victoria" en el libro Antiguo Muchacho.




San Acisclo
AcisclusMena.jpg
Busto de San Acisclo
NombreAcisclo
NacimientoSegunda mitad del siglo III
Vexilloid of the Roman Empire.svg Córdoba (Imperio romano)
Fallecimiento17 de noviembre de 313
Vexilloid of the Roman Empire.svg Córdoba (Imperio romano)
Venerado enIglesia católica
Festividad17 de noviembre
PatronazgoCórdobaBreda













Viria Acte (Valentia Edetanorum,a​ fl. 90) fue una mujer hispanorromana conocida por dirigir un importante taller de escultura en la ciudad de Valentia, en la Tarraconense.1
Casada con L. Antonius Crescens, su origen social se desconoce, aunque Acte era un nombre frecuente entre los esclavos, por lo que probablemente ese fuese su inicio para luego llegar a ser liberta y posteriormente ser una mujer de gran relevancia en la vida de la ciudad según consta por diversos hallazgos arqueológicos.23
Vivió en la antigua Valentia, durante las dinastías Flavia y Antonina, donde pudo ser la propietaria de un exitoso taller que fabricaba estatuas y otros monumentos en piedra como estelasaras o pedestales. Restauró propiamente con sus recursoa el templo de Marte Augusto, que estaba muy dañado lo que lleva a pensar que actuaba como una influyente rica aristócrata, generosa hacia la ciudad, lo que la valió poder tener una estatua, erigida por Ampliato, Calirroe y los esclavos liberados de su taller, en el mismo foro de Valentia, además de otras erigidas en su honor por C. Atilius Severus y por Fabia Grattia Maximilla.
Se conserva una estatua de Viria en el Museo de la Almoina y diversas inscripciones con su nombre en Valencia, como en la Catedral.4
En una de las inscripciones honoríficas de uno de los pedestales puede leerse:
"Viriae Acte / Ampliatus / qui fabricae / arar(um) et / signorum / praefuit / et Callirhoe / et lib(erti)"













San Agatángelo (Elche, c. 253-Ancyra, 5 de noviembre entre el 303 y el 310)2​ fue un diácono y discípulo de san Clemente de Ancyramartirizado con su maestro en tiempos del emperador romano Diocleciano.

San Agatángelo.JPG

Biografía[editar]

Agatángelo nació en la colonia romana de Elche (en Elche).3
Sirvió como legionario en una época muy convulsa para el Imperio romano; comenzaban las invasiones bárbaras, la grave crisis económica y la inestabilidad política que desembocaría en la caída del Imperio. Tras pasar como soldado por varias provincias, Agatángelo llegó finalmente a Roma.2
En la capital del Imperio romano se puso en contacto con la comunidad cristiana. Fue encarcelado debido a sus creencias. De esta manera conoció a Clemente ―obispo de Ancira (actual Ankara, capital de Turquía) que había sido desterrado de su episcopado y enviado a Roma―. Allí fue bautizado por Clemente, quien lo nombró diácono.3
Clemente fue enviado a Nicomedia en un barco lleno de soldados para ver si el gobernador Maximiano podía conseguir su apostasía y Agatángelo subió secretamente a la nave para acompañarlo en su suerte, lo que le hizo dar gracias a Dios:
Doyte gracias, Señor mío Jesucristo, que eres mi única consolación y ayuda, pues ni en la tierra ni en el mar me has desamparado, y me has defendido toda la vida, y recreación mí alma fatigada con los Trabajos, y Hecho consolador mío, por la manera que tú sabes. Porque ahora en el mar me has consolado con este mi hermano Agatángelo, el cual con el nombre que tiene me promete tu favor, porque Agatángelo quiere decir ‘mensajero de buenas noticias’.
(pág. 12)2
El penoso viaje de los dos cristianos se prolongó durante más de veinte años, de ciudad en ciudad: RodasNicomediaAnciraAmis y Tarso, de tribunal en tribunal y de tormento en tormento, sin que ninguno de los dos renunciase a sus creencias. Esto hacía que muchos infieles ―al ver su ejemplo y al escuchar sus palabras de fe en Cristo― se convirtieran.2
Finalmente llegaron por segunda vez a su ciudad natal,3​ mientras las tierras romanas eran gobernadas por el emperador Maximino.2

Leyenda apócrifa[editar]

Según el jesuita Delehaye, en Las leyendas hagiográficas, en el Medioevo se conocía un mito que hablaba de las torturas sufridas por Clemente y Agatángelo:
Los verdugos colgaron a Clemente, desgarraron su carne con dientes de hierro, le golpearon con piedras sus labios y mejillas; lo ataron a una rueda, lo golpearon con palos y lo cortaron horriblemente con cuchillos; le arrojaron picas a la cara, le rompieron las mandíbulas, le arrancaron los dientes y le aplastaron los pies con cadenas de hierro. Luego azotaron a ambos mártires y los suspendieron de una viga; chamuscaron sus cuerpos con antorchas y los arrojaron a las bestias salvajes. Les metieron hierros al rojo vivo bajo las uñas, los enterraron en cal viva y los dejaron así durante dos días. Después les arrancaron fragmentos de piel y los volvieron a azotar. Los pusieron sobre grillas de hierro calentadas al blanco vivo; los arrojaron a un terrible horno donde quedaron por un día y una noche. Una vez más les arrancaron la piel con ganchos de metal; luego armaron una especie de trilla y la arrojaron contra sus dientes. A Agatángelo le arrojaron plomo fundido sobre la cabeza; lo arrastraron por el pueblo con una piedra atada al cuello y lo apedrearon. Sólo a Clemente le perforaron las orejas con agujas al rojo vivo, lo quemaron otra vez con antorchas y le golpearon la cabeza con un palo.
Hippolyte Delehaye (1905)4

Martirio[editar]

En los últimos interrogatorios, Agatángelo contestó al juez que se admiraba de su resistencia:2
Arrestados nuevamente, fueron devueltos a Ancira, donde sufrieron torturas (lapidación). Posteriormente fueron enviados a la ciudad de Amasea, donde el procónsul Domecius era conocido por su crueldad. Cuando Clemente partió de nuevo hacia Ankara, Agatángelo lo acompañó de nuevo. Allí ambos sufrieron martirio, por orden del presidente Lucio.
Esta constancia que vas en mí no nace de las facilidades o de la simplicidad como tú dices; porque si yo esas tuviera, cómo podría resistir a tantos jueces y al propio emperador, ya tantas invenciones de tormentos con que nos pretendías vencer, ya tantos artificios de promesas y palabras con que nos querías engañar? Así que no debes llamar esto Facilidades, sino verdadera sabiduría, la que tiene más en cuenta los bienes eternos, que nunca mudan, que con los temporales, que cada día van y vienen; y esta nos hace despreciar vuestros falsos dioses y adorar al verdadero Dios.
(pág. 22)2
El juez hizo intensificar los tormentos con pinchos ardiendo, antorchas, azotes, etc, y, finalmente, visto que no conseguía ningún cambio, mandó que le cortaran la cabeza el día 5 de noviembre, sin que se pueda precisar el año (entre el 303 y el 310).2
Unas semanas después, el 2 de enero, fue decapitado también Clemente.2
Sofía, la segunda madre de Agatángelo, hizo enterrar a Clemente junto al cadáver de Agatángelo:2
Yo, hijos míos, hueso sepulté en este lugar secreto, mas Christo publicará y dará descanso, miedo cuyo amor tantos trabajos padecisteis.
(pág. 24)2

Origen de la leyenda[editar]

Los datos hagiográficos de estos dos santos figuran en antiguos repertorios hispánicos de santos ―como Historia verdadera y exemplar de los más estraños y esforzados mártires de Jesucristo, de Hilario Santos Alonso―5​ y parecen haber sido extraídos originalmente del capítulo incluido en el libro Introducción del símbolo de la fe (segunda parte), de fray Luis de Granada (Salamanca, 1583).

Agatángelo convertido en ilicitano[editar]

Según fuentes más o menos canónicas, queda clara la procedencia, vida y muerte de estos mártires orientales y, de hecho, no hay constancia de ningún tipo de que San Agatángelo tuviera relación con Elche ni con el Illici romana que fue su predecesora, ni, incluso tono, ninguna relación con Hispania, al menos, hasta el siglo XVII. En cuanto a Elche, ninguno de los noticiero, crónicas o historias locales de las escritas con anterioridad al último tercio del siglo XVII, como la Recopilación en que se da cuente de las cosas anciano antiguas como modernas de la ínclita villa de Elche, redactada por Cristóbal Sanz en 1621 o la copia del Consueta de la Fiesta de Elche que hizo Gaspar Soler Chacón para la Inquisición en 1625, donde incluye un capítulo sobre la historia antigua de la ciudad, presentan ninguna referencia a este santo al hablar del origen del cristianismo en Elche.2
Desde el 6 de junio de 1683 el Concejo de Elche nombró a san Agatángelo el patrono de la villa. Su festividad se celebra el 3 de febrero.

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