Lucentum (también Leukante o Leukanto) es el nombre de una ciudad íbero-romana situada en el actual municipio de Alicante, en el lugar conocido como El Tossal de Manises, en el barrio de la Albufereta.
La influencia del nombre de la antigua ciudad romana tiene hoy su eco en la actual Alicante. Un gran multitud de empresas, asociaciones y clubes deportivos llevan el nombre de la antigua ciudad.

Historia[editar]
- Esta sección trata de la historia de Lucentum hasta el fin de la dominación romana. Para saber más de la historia de Alicante hasta nuestros días, consulte: Historia de la ciudad de Alicante.
El origen de Lucentum como núcleo de población se remonta al siglo IV a. C., siendo sus primeros pobladores de origen íbero contestano, que mantenían estrechos contactos comerciales y culturales tanto con griegos como con fenicios. También se les conoce contactos con la cultura tartésica del sur peninsular. Todos estos intercambios culturales dieron lugar a una cultura con caracteres propios que historiadores romanos como Plinio el Viejo o Estrabón llamaron «Contestania». Se cree que es la misma ciudad que los griegos llamaban «Akra Leukḗ» (Ἂκρα Λευκῆ).1
Con la entrada de Cartago en la Península antes y durante la segunda guerra púnica, la ciudad recibió la influencia arquitectónica cartaginesa que hoy se puede percibir en sus restos. Al construir estos sobre la ciudad ya existente, los restos íberos de Lucentum son prácticamente inexistentes, limitándose si acaso a partes de la muralla que rodeaba a la ciudad. Fueron los romanos los que dieron el nombre de Lucentum a la ciudad tras la conquista del levante por Publio Cornelio Escipión, y los que construyeron la mayor parte de los restos de lo que hoy forma el conjunto histórico. Como toda ciudad romana, Lucentum fue provista de termas, templos, foro, cloacas, etc.
El periodo de auge de la ciudad se data en el siglo I a. C. y el siglo I d. C., entrando en franca decadencia a finales de este siglo y siendo prácticamente abandonada en el siglo II y III. El motivo principal de esta decadencia se encontraba en la vecina ciudad de Ilici (la actual Elche), que mejor comunicada por tierra y por mar, disfrutaba de una prosperidad que restó importancia comercial y estratégica a la ciudad de Lucentum. Hasta tal punto llegó la decadencia de la ciudad que ésta fue totalmente abandonada, y posteriormente se ubicó sobre ella un cementerio musulmán, ya en el siglo X u XI.
Lucentum hoy[editar]
Los primeros datos que llevan a la localización de la antigua ciudad de Lucentum fueron proporcionados por Antonio Valcárcel Pío de Saboya y Moura, Conde de Lumiares, que en 1780 afirmaba que los restos del Tossal de Manises que durante años había excavado personalmente pertenecían a esta ciudad, contradiciendo las afirmaciones en el sentido de que dicha ciudad se hallaba fuera del ámbito local alicantino. Posteriormente fue excavado por Lafuente y Figueras, que buscaban una ciudad griega y cartaginesa. También fue prospectado en los años 1930 por el profesor Belda.
Lucentum se halla en un lugar privilegiado, con una excelente vista sobre la antigua Albufera, el cerro de las balsas y la bahía, que se adivina entre las numerosas edificaciones.
El poblado está cerrado en su parte más accesible por una muralla, de la que se conservan importantes restos. El lugar presenta signos de ocupación de época ibérica y romana, si bien los restos y el material obtenido corresponden a una ciudad romana, especialmente del siglo I en adelante. La ciudad romana se construyó sobre una ciudad ibérica de la que prácticamente no queda nada, salvo algunos restos de la muralla. El nivel inferior sería coetáneo a la necrópolis excavada en los años 1930 con motivo de la construcción de la carretera y cuyos materiales, de gran interés, han sido publicados y se conservan en el Museo Arqueológico Provincial de Alicante. Entre ellos destacan los pebeteros (quemaperfumes) de los que el museo cuenta con una excelente colección, algunos con curiosas formas, cerámicas ibéricas con decoración geométrica y figurativa, como el «vaso de los jinetes», vasos con representaciones de aves y peces (con probable huevo), restos escultóricos, joyas, collares de pasta vítrea, amuletos de origen egipcio, terracotas, fusayolas, armas, etc. Entre la joyas destacan tres pendientes (tumba F81 y F142) posiblemente de uso masculino, que sugieren la existencia de un taller local, y que también han sido identificados en otras necrópolis (tesorillo de Hellín). La «Kore de Alicante», actualmente en el Museo Arqueológico de Cataluña, podría proceder de este yacimiento.
El conjunto arqueológico de Lucentum ocupa una superficie de 30 000 m2. En 1961 fue declarado «monumento histórico-artístico», aunque antes de esto, estuvo a punto de desaparecer, víctima de la especulación inmobiliaria. Gracias a la valiente actuación de personas comprometidas con su conservación, como la arqueóloga sueca Solveig Nordström, Lucentum pudo salvarse, aunque al precio de quedar enclaustrada entre edificios altos que le restan la perspectiva de lo que fuera una importantísima ciudad romana y contaminan visualmente el conjunto. Incluso a pesar de la figura legal de «monumento» que la protegía, aún sufriría años de abandono y expolio hasta que en los años 1990 se inicia un proyecto serio para conservar los restos.
Recientemente ha sufrido una profunda remodelación, técnicamente excelente, dirigida por Rafael Pérez Jiménez (arquitecto) y Manuel Olcina Doménech (arqueólogo) y que ha sido premiada por la revista de arquitectura del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana y que supone la recuperación definitiva e irreversible de lo que quedaba del yacimiento. La recuperación supone un hito cultural para la ciudad de Alicante.
Descripción[editar]
Hoy se puede visitar el conjunto arqueológico, donde destacan los restos de la muralla que fortificaba el asentamiento, así como las bases de las torres defensivas prerromanas, las termas, el foro y parte de la necrópolis musulmana, así como los restos de una multitud de viviendas. Con todo ello, parte del Tossal de Manisses se encuentra aún en fase de excavación, por lo que se espera que el conjunto aumente en tamaño e importancia a medida que progresen los trabajos.
Maenoba, Situada en las cercanías del núcleo costero de Torre del Mar, en el municipio de Vélez-Málaga, fue una ciudad de los bástulos situada en la costa sur de la Bética. El río de su orilla se llamaba también Maenoba (hoy río Vélez). Otros la sitúan cerca del río que hoy se llama Guadiamar. Maenobora, mencionada como ciudad de los mastienos en el sur de Hispania, es probablemente la misma ciudad. Se fundó tras el abandono de Toscanos, en el otro margen del río en el siglo V antes de Cristo, creándose un importante núcleo urbano que llegará a desaparecer a principios del siglo II después d.C. En época romana imperial funcionó como centro productor, distribuidor, de la industria pesquera de salazones y el garum.
Malaca o Malacca fue una ciudad de la República romana perteneciente a la Hispania Ulterior, fundada sobre la urbe fenicio-púnica de Malaka, en el mismo lugar donde se encuentra en la actualidad Málaga, España.

Historia[editar]
La etapa romana de la historia de Málaga se inicia con el fin de la dinastía Bárcida en la península ibérica en el año 237 a. C. Las primeras noticias escritas sobre la Málaga romana se refieren a hechos ocurridos durante el siglo II a. C., cuando los romanos se disponen a organizar la administración de la nuevos territorios fenicio-púnicos conquistados en Hispania. Las ciudades de ámbito suroriental peninsular de origen y población semita como Malaka, no presentaban una resistencia tan agresiva contra los invasores romanos como los pueblos íberos, por lo que la ciudad fue compensada con un foedus. El státus de civitas foederata le otorgaba cierta autonomía respecto al gobierno provincial establecido por la República Romana y le permitía quedar exenta del pago del tributo anual.1
Malaca con una consolidada tradición económica legada de sus etapas prerromanas prosiguió su evolución favorecida por el státus jurídico que disfrutaba. La urbe continúa en la elaboración y comercialización de sus industrias conserveras y de salazones. El proceso de producción requería gran mano de obra que recaía, como cita Éforo, en los libiofenicios. Una vez obtenido el producto industrial se exportaba preferencialmente, como queda testimoniado por Estrabón o Plinio, a Roma, a Siga y al Magreb.
Se tiene constancia de que debido a su reconocida prosperidad la ciudad padeció numerosas razzias desde Mauritania y fue saqueada a la muerte de Cinna, por Marco Licinio Craso, con ayuda de 2.500 hombres.
En el año 27 a. C. con el advenimiento del Imperio, Augusto dividió la Hispania Ulterior y Malaca pasó a formar parte de la Bética. Algunos autores sitúan la ciudad dentro del conventus iuridici Gaditanus y otros dentro del conventus iuridici Cordubensis.2
En un proceso continuo de consolidación y romanización de la villa, los nuevos colonos realizaron obras importantes. La dinastía Flavia amplía el puerto de Málaga y con Augusto se construye el Teatro Romano. Es el emperador Tito, de la familia Flavia, quien concederá a Málaga los privilegios de municipio. La ciudad alcanza un notable desarrollo; convertida en ciudad confederada, se regía por un código especial, la Lex Flavia Malacitana y fue punto de tránsito dentro de la Vía Hercúlea, dinamizadora de la ciudad tanto económica como culturalmente, al comunicarla con otros enclaves desarrollados de Hispania y con los demás puertos del Mediterráneo.
Aspectos socioeconómicos[editar]
En lo referente a características sociales como la vida espiritual, la ciudad congregaba diferentes ritos o rituales como consecuencia del variado origen étnico de sus pobladores. Se sabe que existió un templo dedicado a la Dea Luna (Diosa Luna o Diosa Astarté)3 propio de las creencias fenicias, así como semitas y sirios, y poco a poco el paganismo del primer periodo romano, iría dando paso en el transcurso de las centurias al cristianismo. En el año 325, año del Concilio de Nicea, Malaca aparece como uno de los pocos enclaves romanos dentro de Hispania en los que había enraizado fuertemente el credo cristiano. Anteriormente, se habían producido frecuentes levantamientos de carácter antirromano, catalizados por la oposición al paganismo de los hispanorromanos asimilados al cristianismo.
En cuanto a lo económico, la riqueza del territorio obedecía fundamentalmente a la agricultura de las zonas interiores y a la abundancia pesquera de las aguas que bañan el litoral, que se manufacturaban, comercializaban y exportaban desde el puerto de Malaca. Entre los productos malacitanos que alcanzaron fama debe destacarse el garum malacitano que llegó a tener gran fama en la capital del Imperio.
Evolución urbanística[editar]
De la Malaca romana se tiene constancia que su extensión fue considerablemente mayor a la de la anterior ciudad fenicia, pues se conoce la existencia de una industria alfarera en el entorno de la colina de El Ejido y calle Ollerías en el siglo I.4 Los restos más visibles son los del teatro romano, situado junto a la alcazaba, y se tienen evidencias arqueológicas de algunos retazos del sistema viario y de unas grandes termas públicas en el subsuelo de la Plaza de la Aduana en dirección hacia la Calle Císter.56 Fuera de esta zona la estructura y fisonomía de la ciudad romana es muy poco conocida. Se ha constatado la existencia de varios sectores funerarios en el extrarradio de la antigua ciudad, algunos de ellos situados en torno a vías de comunicación, como establecían los parámetros urbanísticos del Imperio que la ciudad adoptó varias generaciones después de la llegada de los latinos.7
La antigua colonia fenicia irá adquiriendo una posición excéntrica respecto a la ciudad romana a medida que esta se expande hacia el norte y el oeste. El foro de la ciudad romana no se ha identificado aún. Se baraja la posibilidad de que se encuentre bajo el palacio de la Aduana o calle Alcazabilla o, más improbablemente, en la zona de la plaza de la Merced o de la plaza de la Constitución. Por el contrario, sí se han identificado algunas áreas donde prevalecían las funciones domésticas. En la ladera sur de Gibralfaro se han encontrado los restos de una villa en los actuales jardines de Puerta Oscura y al norte de la plaza de la Constitución han aparecido diferentes muestras de antiguas viviendas, sobre todo alrededor de las calles de Santa Lucía y San Telmo. El crecimiento hacia el norte y el oeste del núcleo original fenicio también queda constatado por la evolución de los emplazamientos funerarios. Así, se observa el desplazamiento de la necrópolis de calle Beatas hacia el suroeste de la misma para el siglo II, extendiéndose hacia la zona del Teatro Cervantes y calle Frailes en la época bajoimperial.8
Bajo la dominación romana Malaca continúa con la elaboración de conservas y salazones iniciada por los fenicios, cuyos restos se esparcen por todo el hinterland de la ciudad.1 En los alrededores de calle Beatas hubo una factoría de salazones de ocho piletas datada a finales del siglo II. La actividad productiva de esta zona se complementaba con los hornos de cerámica encontrados en calle Carretería y el basurero asociado en calle Álamos, y se expandió más al norte y al oeste, hacia calle San Juan de Letrán y calle Compañía.8
Respecto al sistema defensivo, se tiene constancia del trazado de la muralla tardo romana, de la que han sobrevivido restos bajo los números 17 y 19 de Cortina del Muelle, a lo largo de calle Molina Lario y plaza del Obispo y calle Strachan, así como tres puntos en el sector oeste del casco antiguo. Pero la ciudad romana no se restringió a la zona fortificada. Se extendió extramuros según indican algunas muestras detectadas en calle Pozos Dulces, muy cerca ya del cauce del Guadalmedina.8
Comunicaciones[editar]
Se conoce la existencia de varias vías, que facilitarían la distribución de productos desde y hacia el puerto. Una de estas vías era la vía de Malaca a Castulo, que discurría por la costa oriental, pasando por Maenoba, Caviclum, Sexi y Murgi, donde se desviaba hacía el interior hacia Acci y Castulo, para conectar con la Vía Augusta. Por la costa occidental, la vía de Malaca a Gades pasaba por Suel, Cilniana, Carteia y otras ciudades.
De Malaca a Corduba se podía viajar siguiendo el valle del Guadalhorce, atravesando Cartima, Iluro, Nescania, Antikaria, Singilia Barba, etc hasta Corduba, o bien, se podía llegar a través de Aratispi hasta Antikaria. Las vías para llegar a Hispalis e Iliberris coincidían con la anterior hasta Antikaria.
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