sábado, 12 de octubre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA - CIUDADES ROMANAS EN ESPAÑA

Castra Aelia fue, según relata Tito Livio en su libro XCI, un oppidum donde Sertorio instaló sus cuarteles de invierno tras el asedio exitoso sobre la ciudad celtíbera de Contrebia. Aunque no existe consenso aún sobre su localización exacta, las indicaciones que dan las fuentes romanas atestiguan que estaba ubicada en el valle medio de río Ebro, en su margen izquierda. Tradicionales han sido las hipótesis de localización para Castra Aelia en lugares próximos en la desembocadura del río Jalón en el Ebro,1​ que parte de la aceptación de que la ciudad de Contrebia (en puridad sus habitantes, los contrebienses) que aparece en el relato de Tito Livio se refiere a Contrebia Belaisca (actual Botorrita). A esas teorías ha venido a sumarse recientemente la nueva posibilidad de que Castra Aelia estuviera ubicada en un paraje del municipio navarro de Fitero junto al río Alhama, identificando la Contrebia que cita Tito Livio no como la ciudad de Contrebia Belaisca, sino con la Contrebia Leucade (actual Aguilar del Río Alhama, en la Rioja Baja).


Tito Livio[editar]

La reseña historiográfica más clara sobre Castra Aelia corresponde a Tito Livio (59 a. C. - 17) quien en un breve fragmento del libro XCI de su obra Historia de Roma, que versa sobre la campaña de los años 77 a. C.-76 a. C. de la guerra sertoriana, relata lo siguiente:"Sin embargo, durante la noche siguiente, cuando estaba él (Sertorio) de guardia, fue levantada otra torre en el mismo lugar y, al amanecer, su presencia dejó sorprendidos a los enemigos. Al mismo tiempo, también la torre de la ciudad, que había constituido su mejor baluarte defensivo, comenzó a cuartear en grietas enormes después de ser minada su base, y a continuación... por el fuego, y los contrebienses, aterrados por el miedo al incendio a la vez que al derrumbe, se retiraron del muro huyendo despavoridos, y la población en masa pidió a gritos que se enviaran parlamentarios para entregar la ciudad. El mismo coraje que lo había encolerizado como atacante lo hizo más aplacable como vencedor. Aparte de tomar rehenes exigió una módica cantidad de dinero y requisó todas las armas. Ordenó que le fueran entregados vivos los desestores de condición libre, y mandó que los propios habitantes de la plaza dieran muerte a los esclavos fugitivos, cuyo número era mayor. Los arrojaron desde lo alto de la muralla después de cortarles el cuello. Tras haber tomado Contrebia en cuarenta y cuatro días con pérdida de gran número de hombres, dejó allí a Lucio Insteyo... y él condujo las tropas de vuelta hacia el río Ebro. Allí, después de construir los cuarteles de invierno cerca de una ciudad llamada Castra Aelia, se mantenía en el campamento".2

Dificultades de localización[editar]

La localización de Castra Aelia ha suscitado gran interés y polémica científica, debido al campamento romano asociado a este oppidum, establecido en dicho lugar durante el invierno del 77-76 a. C., como un episodio más de las Guerras Sertorianas. Los restos descubiertos por J.A. Pérez Casas en el yacimiento de Valdeviñas-El Castellar (Torres de Berrellén), llevaron a este investigador, junto a F. Pina, a proponer la localización de Castra Aelia en dicho lugar.3​ Para ello se basaron en el libro 91 de Livio y en los propios restos arqueológicos estudiados en el yacimiento: cerámicas indígenas, ánforas y cerámica campaniense, situadas cronológicamente en el primer tercio del siglo I a. C. Su tesis se apoya también en la excepcional situación geoestratégica del yacimiento, frente a la desembocadura del río Jalón en el Ebro y la proximidad a ese lugar de Botorrita (la antigua Contrebia Belaisca). Por otro lado, las excavaciones que en los últimos años están efectuando A. Ferreruela y J.A. Minguez en La Cabañeta de El Burgo de Ebro, les han permitido plantear una nueva alternativa sobre la ubicación de Castra Aelia, que dichos investigadores localizan en este yacimiento.,4​ sin poder asegurarse tal identificación por la posibilidad cierta de que en esos años pudieran existir más campamentos romanos en el valle medio del Ebro.
A las anteriores hipótesis se vino a sumar recientemente una novedosa propuesta,5​ que sitúa a Castra Aelia en los restos de lo que parece ser un campamento romano situado en un paraje entre Fitero y Cintruénigo (Ribera Navarra), próximo a su vez a las ruinas del poblado celtíbero de Peñahitero.6​Tal posibilidad, que parte de la base de que la Contrebia que aparece en el texto de Tito Livio es la ciudad celtibérica de Contrebia Leúcade y no Contrebia Belaisca, ha venido ganando fuerza en los últimos años tras el descubrimiento en ese emplazamiento de Fitero de varios proyectiles para honda (glandes) con inscripciones propagandísticas que llevan el nombre de Quinto Sertorio, lo que confirma la presencia del ejército sertoriano en ese emplazamiento y lo que sumado al hecho de que Fitero se encuentra aguas abajo de Aguilar de Río Alhama (Contrebia Leúcade) rumbo a la desembocadura de este río en el Ebro y enfrente del poblado de Peñahitero, vendría también a confirmar algunas de las indicaciones geográficas que el relato de Tito Livio proporciona sobre la situación exacta de "Castra Aelia".








El Poblado ibérico de Castell es un asentamiento íbero que se encuentra en un extremo de la playa de Castell, unos 6,5 km al este del municipio español de Palamós (Gerona).
Se trata de un yacimiento arqueológico que estuvo habitado por los indigetes entre el siglo VI a. C. y el siglo I d. C., ya en época romana.1​ Durante los siglos IV y III a. C. tuvo su máximo esplendor.
El poblado se encuentra en un pequeño promontorio de 35 m de altitud que se adentra en el mar. Su situación es inmejorable para el control visual tanto de la costa como de las zonas interiores. Y a la vez, es de fácil defensa porque el único acceso es a través de un pequeño istmo que conecta esta península con tierra firme.

Poblado ibérico de Castell - Palamós.JPG

Historia[editar]

Primera ocupación[editar]

La primera ocupación del lugar data del siglo VI a. C., cuando una comunidad indígena de la Primera Edad del Hierro construyó un poblado formado por un pequeño grupo de cabañas de estructura de madera.2​ El territorio del Ampurdán estaba ocupado por íberos que pertenecían a la tribu de los indigetes. Desde sus poblados explotaban los recursos agrícolas y ganaderos de territorio cercano. Después, probablemente, se abandonó temporalmente el lugar y se volvió a ocupar a mediados del siglo V a. C.

Emplazamiento del poblado ibérico de Castell en el promontorio existente al extremo oriental de la playa de Castell, término municipal de Palamós (Gerona)

Primera etapa[editar]

La fundación de la ciudad griega de Emporion (Ampurias), hacia el año 580 a. C., dinamizó el comercio en la zona y se convirtió en uno de los ejes de la economía del poblado de Castell, que también experimentó un crecimiento demográfico. El asentamiento se fortificó por el lado de más fácil acceso a la península, el istmo. A partir de entonces tuvo lugar la primera urbanización del poblado fortificado, que se centró en la parte más alta del promontorio (finales del siglo V a. C. y finales del siglo II a.C.). Así Castell pasó del primitivismo de la cabaña al urbanismo del poblado.
En este nuevo poblado fortificado fue necesario iniciar una importante obra de ingeniería para poder ir ganando espacio a las pendientes del promontorio. Se construyeron muros de contención con sillares de granito para contener las contener el terreno y crear terrazas en las laderas oriental y occidental. Adosadas a estos muros se construirían las casas y las calles. Actualmente estas terrazas sólo son apreciables la ladera oriental (cala Foradada). En la ladera occidental (cala de Castell), se habrían producido ya en época antigua los primeros desprendimientos hacia el mar como consecuencia de las fracturas naturales de la roca.
En esta parte alta del poblado se conservan dos cisternas excavadas en la roca, a diferente nivel y conectadas.3​ También existen los vestigios de un templo que podría tener su origen en la sacralización de los puntos de referencia de la costa que se utilizan en la navegación de cabotaje, habitual en el mundo clásico.

Antigua muralla del poblado incorporada a la plaza en la reforma del siglo II a. C. que pasó a ejercer una función de muro de aterrazamiento.
Fuera de las murallas, a una cota más baja (20 m) se construyó un campo de silos para almacenar cereales. Este espacio se suele denominar “Plaza de los Silos”.4​ En la zona de la cala Foradada se modificó un espigón natural para adecuar un pequeño puerto por el que se producía el tránsito de las mercancías.

Segunda etapa[editar]

Con la llegada de los romanos a Ampurias, en el año 218 a. C., el poblado tuvo una evolución diferente a la mayoría de poblados ibéricos de la zona, que fueron abandonados.5​ Castell, gracias a su importancia estratégica, vivió una importante reforma urbanística y la construcción de un nuevo sistema defensivo.
El poblado se amplió hacia el norte y se construyeron dos torres de defensa que flanqueaban una entrada en forma de L. Esta entrada daba paso a una plaza porticada, de unos 300 m² de superficie, con locales comerciales. Se trataba de la ya descrita plaza de los Silos, que fueron enterrados y en la que también se derribó algún edificio que quedaba fuera del recinto amurallado. En este espacio se conservan actualmente seis grandes bases de columna troncocónicas, apoyadas a su vez sobre bases de piedra cuadrangular, que debieron sostener unas columnas de madera y la cubierta.

Últimas reformas y abandono[editar]

Durante la romanización el poblado continuó existiendo. Hacia el siglo II antes de Cristo experimentó un nuevo esplendor y crecimiento. Se reurbanizó la plaza para bloquear el acceso a las terrazas de la ladera occidental por su desprendimiento hacia el mar; se reconstruyeron algunas de las casas ibéricas y se hicieron casas nuevas, documentándose una ampliación fuera de la muralla, más allá del istmo de la península. Las últimas reformas tuvieron lugar en tiempos del emperador Augusto (siglos II-I a. C.).
El deterioro de las estructuras del poblado y la instauración definitiva de la Pax Romana hizo que Castell dejase de ser necesario desde el punto de vista estratégico, lo que provocó su abandono progresivo en el siglo I d. C. Los últimos habitantes e trasladaron en la zona llana, en villas dedicadas a la explotación agrícola siguiendo el modelo romano.

Campañas arqueológicas[editar]

El yacimiento arqueológico de Castell fue descubierto en el año 1935 por Lluís Barceló i Bou, conservador del Museo Cau de la Costa Brava. Realizó las primeras excavaciones entre 1935 y 1936, previa autorización del propietario de los terrenos, el pintor José M. Sert.6
Las siguientes excavaciones se llevaron a cabo entre los años 1943 y 1949 por los arqueólogos Miquel Oliva y Francesc Riuró, financiadas por el nuevo propietario del paraje, Albert Puig Palau.
El yacimiento quedó abandonado hasta 1980, año en el que se llevaron a cabo actuaciones de limpieza de vegetación y acondicionamiento de las ruinas.
En las excavaciones se han encontrado diversos materiales arqueológicos. En las cerámicas destacan la ibérica con pintura blanca y elaborada en Ullastret; cerámica ática llegada de Ampúrias; cerámica gris emporitana; cerámica romana campaniense y cerámica sigillata (procedente del sur de Galia). Las ánforas más típicas de Castell son las ibéricas de boca plana para almacenar cereales. También se han descubierto numerosos restos de herramientas para la agricultura y monedas de tres tipos: emporitana, púnica o cartaginesa y romana.
Quizás el material más importante descubierto en Castell sea un registro de la escritura ibérica consistente en una inscripción sobre una lámina de plomo cuyo texto es de los más extensos que se han encontrado hasta ahora en Cataluña7
En el año 1996 fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalidad de Cataluña.8
En la actualidad se conservan en buen estado gran parte de las estructuras arquitectónicas del poblado ibérico, lo que ha permitido reconstruir su planta. Se conservan prácticamente íntegras todas las estructuras esenciales de este tipo de yacimientos: muralla, habitaciones, calles que organizaban la trama urbana y las estructuras para almacenar agua (cisternas) y cereales (silos).
La antigüedad de las estructuras defensivas, la personalidad de su producción cerámica y la antigüedad del gran edificio situado en la acrópolis, indica que este fue el segundo poblado indigete más importante de Cataluña después de Ullastret.








El poblado íbero-romano de El Monastil se encontraba ubicado al norte de EldaAlicante, en España, en la sierra conocida como El Monastil, ocupando la cresta y ladera sur de la misma.

Época prerromana[editar]


Un sector del Poblado
Su origen se remonta al siglo V a. C., y se constituyó como una de las poblaciones contestanas del levante español. Con anterioridad, en la Edad del Bronce, ya habían existido asentamientos humanos en la misma zona.
Las características geográficas le situaban al abrigo de los climas rigurosos, próximo al río Vinalopó y en una zona, entonces, de bosque mediterráneo y recursos hídricos suficientes, abundante en caza menor. La sierra tiene un defensa fácil por su cara norte, al ser escarpada.
La disposición de las viviendas ocupaba la ladera sur y la cresta, protegidas por una muralla hacia el norte, con unas dimensiones entre 7 y 28 metros cuadrados cada una, alineadas y que debieron tener una población estable de entre 150 y 200 individuos, que se fueron incrementando conforme se extendió a la llanura que se aproxima a la ribera del río.
La economía era de base agrícola, con el cultivo de trigocebadavid y hortalizas y la explotación de los recursos forestales y la caza. La zona mantuvo una alta producción, cuyos excedentes sirvieron para el comercio. Al contrario que en otras zonas contestanas, la actividad metalúrgica fue casi inexistente; por el contrario, la textil siempre fue abundante, al igual que la cerámica, con la singularidad de una producción muy elevada de tipo simbólico y con características propias no encontradas en otros lugares que llevaron a la arqueóloga Solveig Nordströn a determinar la existencia de El Maestro de El Monastil, un alfarero que introdujo un estilo propio al incluir en las cerámicas dibujos de piezas de caza menor.
El comercio fue abundante con el resto de poblaciones iberas, pero también se han encontrado restos que explican un importante intercambio con poblaciones del mediterráneo como griegosfenicioscartagineses y romanos.

Época romana[editar]


Sarcófago paleocristiano de El Monastil
En el periodo de romanización, el poblado quedó dentro de la zona de Cartago Nova, constando la ciudad ibero-romana con el nombre de Elo. Las fáciles comunicaciones a través de la Vía Augusta y desde el Vinalopó con Illici (la actual Elche) y el correspondiente acceso a Lucentum (actual Alicante) y a la rica zona del Tossal de Manises, facilitaron la permanencia del poblado en el interior de la actual provincia de Alicante. Se conoce su esplendor en el siglo I dC, con distintas villas romanas en su zona de influencia y otros asentamientos menores en el valle del vinalopo. La actividad económica se fortaleció en dos terrenos: la producción cerámica, con intercambios datados en la actual ItaliaFrancia y norte de África, y el esparto, que permitió un amplio desarrollo de la cestería.
A finales del siglo I d. C. las crisis del Imperio romano afectaron a la zona, con el repliegue de una parte de la población de nuevo a la zona montañosa. Paralelamente, las villae romanas del valle se expanden acogiendo a distintas familias. La actividad comercial decayó en beneficio de cierto nivel de autarquía.
La población sufrió, a partir de este momento, sucesivos periodos de expansión y contracción, según la situación política. Poco a poco el valle de Elda se fue ocupando, se extendió la roturación de la tierra y proliferaron las villae. El poblado de Elo permaneció, pero no siempre fue centro desde el que irradiase la actividad del conjunto de la zona.
La llegada del cristianismo en el siglo IV se constata con la presencia de restos con simbología cristiana, además del trozo de un sarcófago de mármol con escenas de Jonás y la ballena. Este último periodo de la época romana lo es también de un segundo renacer de la comunidad de Elo, donde de nuevo abunda el comercio. La llegada de los visigodos dará lugar a una nueva etapa de plena cristianización y un nuevo modelo social y político para la que entonces será una ciudad episcopal.

Época andalusí[editar]

De esta época procede su nombre: la palabra árabe, منستير munastir, término de origen latino que significa "monasterio".








La ciudad romana de Pollentia es el yacimiento arqueológico más importante de la isla de Mallorca (Islas BalearesEspaña) de la época romana y el único visitable de la isla. Se ubica en el término municipal de Alcudia, si bien su nombre fue heredado varios siglos más tarde por la localidad de Pollensa.

Historia[editar]


Estandarte del siglo II o III d.C. hallado en Pollentia en 1926 (M.A.N.Madrid).
Pollentia fue fundada en la época republicana en el año 123 a. C. por el cónsul romano, Quintus Caecilius Metellus, instalando en dicha ciudad la capital romana de las Islas Baleares. Como yacimiento arqueológico, las excavaciones que aún hoy día se llevan a cabo, han permitido estudiar la evolución de la ciudad, documentándose ampliamente los estudios realizados. Se sabe que la vida histórica de la ciudad romana abarca desde el año 70 u 80 a. C. hasta el siglo VI d. C., momento en que la decadencia del núcleo lo convirtió en una necrópolis. Así mismo, la ciudad romana tenía dos puertos, uno en la parte norte bañada por la Bahía de Pollença y el puerto grande al sur de la ciudad, junto el actual puerto de Alcudia. Ambos fueron puertos de gran movimiento comercial y sobre todo el puerto grande el más visitado.
Pollentia fue el prototipo de ciudad de provincias. Comenzó siendo un pequeño núcleo. En la época de Augusto recibió un fuerte impulso urbanístico y se llevaron a cabo reformas en diversos edificios, llegándose a superar las 16 hectáreas de extensión de la urbe. La ciudad contaba con un foro central, una zona residencial, un teatro a las afueras, y varias necrópolis en el extrarradio.
El yacimiento fue descubierto en el siglo XVII, a través de monedas y otros hallazgos, y desde entonces, aunque con cierta irregularidad, se fue trabajando en las excavaciones. No sería hasta el año 1923, cuando comenzarían trabajos rigurosos y sistemáticos de excavación gracias al mecenazgo de la Fundación Hispanoamericana Bryant, y con los arqueólogos Lluís AmorósMartí Almagro y Antoni Arribas. Otras figuras destacadas en las investigaciones en torno a Pollentia fueron Miquel TarradellDaniel WoodsN. DoengesGlòria TriasM. Rocas y R. Ulrich. En un principio se excavó el teatro romano y más adelante se trasladó el trabajo al norte, en el área de Sa Portella.

Excavaciones actuales[editar]

En la actualidad, cada verano se realiza un curso de arqueología dirigido a estudiantes universitarios en el que colaboran las universidades de Granada, Barcelona y La Laguna, además del Ayuntamiento de Alcudia. La excavación está dirigida por Margarita Orfila, Miguel Ángel Cau y Mª Esther Chávez. Ya se ha llegado al foro y una práctica habilitación de espacios permite la visita del yacimiento por parte del público sin dañarlo, a la vez que facilita su comprensión.
En enero de 2012 se localizaron por aire los dos puertos de Pollentia.

Pollentia 34.jpg

No hay comentarios:

Publicar un comentario