martes, 8 de octubre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA - CARTAGO EN ESPAÑA

Amílcar Barca
Dishekel hispano-cartaginés-2.jpg
Dishekel cartaginés de plata con la efigie de Amílcar Barca acuñado en Cartagena
General
Años de servicio247 a. C. - 228 a. C.
LealtadRepública Cartaginesa
ConflictosPrimera guerra púnica
Guerra de los mercenarios
Conquista cartaginesa de Hispania
Información
Nacimiento275 a. C.
Cartago
Fallecimiento228 a. C. (47 años)
HijosAníbal
Asdrúbal Barca
Magón Barca
Ruinas de Cartago.
Amílcar Barca o Barcas (c. 275 a 228 a. C.) fue un general y estadista cartaginés, líder de la familia Bárcida, y padre de AníbalAsdrúbal y Magón. Fue también suegro de Asdrúbal el Bello. El nombre de Amílcar (púnico-fenicio 𐤇𐤌𐤋𐤒𐤓𐤕 ḥmlqrt, «hermano de Melkart») era un nombre común para los hombres de Cartago. El nombre 𐤁𐤓𐤒 (Brq o Baraq) significa "rayo" en el idioma púnico y por lo tanto equivalente al epíteto o sobrenombre Cerauno, común entre muchos comandantes griegos contemporáneos.1​ La palabra permanece en árabe y hebreo con el mismo significado.
Amílcar mandó las fuerzas de tierra cartaginesas en Sicilia durante 247-241 a. C., durante las últimas etapas de la primera guerra púnica. Mantuvo su ejército intacto y encabezó una exitosa guerra de guerrillas contra los romanos en Sicilia. Después de la derrota de Cartago en 241 a. C. Amílcar se retiró a África2​ después de un tratado de paz. Cuando la Guerra de los mercenarios estalló en 239 a. C., Amílcar fue llamado a mandar las fuerzas cartaginesas y fue fundamental en la conclusión del conflicto con éxito. Amílcar dirigió la expedición cartaginesa en Iberia en 237 a C , y después de ocho años amplió el territorio cartaginés en Iberia antes de morir en la batalla de Illici en 228 a C .















Origen[editar]

Nacido en Cartago, posiblemente originario de una familia aristocrática cartaginesa3​ de Cirene (actual Libia) emigrada a Cartago.4​ La tradición habla de que la familia descendía directamente de Dido (Elisa), fundadora de la ciudad púnica según la mitología cartaginesa. En el 247 a.C, a la edad de 28 años, asume el mando de las tropas cartaginesas en Sicilia durante la primera guerra púnica contra Roma.

Fundador de la dinastía Bárcida[editar]

Amílcar (o 𐤇𐤌𐤋𐤒𐤓𐤕, Hmlqrt, en púnico «hermano de Melqart», dios de los fenicios que los cartagineses denominarían Baal), es el fundador de la estirpe de los Bárcidas (de 𐤁𐤓𐤒, Barqa o Baraq, «rayo, fulgor»), una serie de generales y hombres de estado al servicio de Cartago. Héroe de la primera guerra púnica, de la Guerra de los Mercenarios y padre del célebre Aníbal -el Bárcida que alcanzaría el cénit de la dinastía durante la segunda guerra púnica-. También es conocido como gobernante de la Iberia cartaginesa y como posible fundador de varias ciudades españolas como la capital de la Iberia Púnica Qart Hadsht (Cartagena), Alicante (Akra Leuké) o Barcelona.5

Carrera militar[editar]

Primera guerra púnica[editar]

En la Primera guerra púnica, Amílcar, tras haber desembarcado por sorpresa en el noroeste de Sicilia al mando de un heterogéneo y reducido contingente militar formado en su mayor parte por mercenarios de diversas nacionalidades, confirma no obstante el control cartaginés sobre la isla, tradicional feudo romano.6​ Utiliza para ello tácticas y elementos mixtos e innovadores, al estilo de Pirro y Alejandro,7​ dotando a sus hombres de una versatilidad y disciplina extraordinarias (con las dificultades ya comentadas, al tratarse de fuerzas muy diversas en tipología y origen) mediante las cuales consigue hacerse fuerte en el monte Heirktê o Ercte (actual Monte Pellegrino, cerca de Palermo)8​ y desde donde hace frente a los continuos ataques romanos en constante inferioridad numérica, llegando incluso más allá de la defensa, armando un contraataque que le llevaría exitosa y prácticamente hasta la costa sur de Italia.9​ Si bien Amílcar no llegó a recuperar ninguna de las ciudades perdidas ante Roma ni a ganar batallas relevantes, su actuación fue siempre digna y exitosa, causando numerosas bajas y provocando un elevado y continuo coste en recursos a los romanos. Tras la derrota cartaginesa en la primera guerra púnica, Amílcar acabó invicto, retirándose con sus 20.000 hombres ordenadamente sin rendir las armas (algo inaudito entre los enemigos derrotados por Roma) y con un bien ganado prestigio entre sus hombres y sus enemigos.10

Guerra de los Mercenarios[editar]

La situación en Cartago tras la derrota era de profundo malestar, y las condiciones de la rendición ante Roma suponían una humillante sumisión al vencedor, aparte de un notable déficit económico tanto por las pérdidas sufridas como por los tributos a pagar al bando victorioso. La desazón se hace especialmente ardua entre las tropas mercenarias que deseaban cobrar su paga –algunos no la cobraban desde mucho antes de acabar el conflicto-, aunque también entre los campesinos libios, así como los comerciantes que veían ahora cortadas las rutas comerciales y con ellas sus ingresos. Esta crisis desemboca en lo que se llamó la Rebelión de los Mercenarios los cuales, unidos a esclavos fugitivos y a campesinos empobrecidos, y dirigidos por el líder libio Matón, el mercenario galo Autarito y el esclavo campano Spendios, alzan un ejército de cerca de 90 000 hombres, creando un alzamiento popular contra Cartago, apoderándose y levantando la mayoría de las ciudades aliadas y llegando a poner cerco a la misma capital. Con la metrópoli en jaque por las derrotas de las exiguas tropas cartaginesas al mando de Hannón, en una situación mucho más peligrosa y cercana al saqueo y a la destrucción que durante toda la primera guerra púnica, Amílcar resulta ser elegido como caudillo para sofocar tan peligrosa revuelta, en base al respeto y el temor que su imagen causaba entre los mercenarios, aparte del prestigio militar y la demostrada capacidad en el manejo de tropas labrados contra Roma. Así pues, con la ciudad cercada, consigue sacar de noche a sus tropas (muy inferiores en número a las rebeldes) por sorpresa y, tras una larga, dura y magistral campaña de hostigamiento, tras tres sangrientos años y cuatro meses de arduas luchas acaba con la cruenta rebelión, crucificando a los rebeldes supervivientes.11

Expansión hacia Iberia[editar]

Tras tan notable y duro triunfo, Amílcar consigue una enorme popularidad, y a pesar de los recelos de sus adversarios en el Senado Cartaginés, consigue el puesto de comandante en jefe del ejército, convirtiéndose prácticamente en el auténtico dueño y señor de Cartago. Ante la pérdida de Sicilia, Cerdeña y Córcega ante Roma, Amílcar pone sus ojos en Iberia, inhóspita tierra de extraordinaria riqueza, como base para expansión y también para compensar las pérdidas económicas y navales, comenzando así la reconstrucción de la potencia cartaginesa. Recluta y entrena un nuevo ejército, y tras pacificar Numidia y sellar el control púnico sobre el norte de África, decide lanzarse sobre Iberia (236 a. C.). Durante ocho años, consolida los cimientos de lo que sería la nueva potencia cartaginesa a partir de la riqueza de los nuevos territorios conquistados en Iberia, estableciendo alianzas diplomáticas con los pueblos nativos y sacando provecho de los ricos yacimientos mineros ibéricos y demás materias primas. Enriquece las tropas cartaginesas con los fieros soldados íberos y baleares,5​ y consigue sofocar, en compañía de su yerno Asdrúbal el Bello, las numerosas y continuas rebeliones de los nativos no sumisos ante la expansión cartaginesa.

Muerte[editar]

En invierno de 229-228 a. C., en una escaramuza contra rebeldes oretanos capitaneados por el caudillo Orisón, acontece su prematura muerte en las cercanías de Helike. La localización de Helike es conflictiva. Tradicionalmente, se ha venido especulando con Elche de la Sierra (Albacete),1213​ Elche (Alicante),1415​ e incluso Belchite (Zaragoza).15​ Otras interpretaciones modernas, se limitan a ubicarla en alguna ciudad oretana,16​ sin concretar más, dadas las contradicciones en las fuentes históricas, que tantas polémicas han generado a lo largo de los años.
Amilcar sería sucedido en el mando por su yerno, Asdrúbal el Bello.

Legado[editar]

Amílcar es, sin lugar a dudas, un personaje relevante, clave en la historia de su nación y también en la de sus enemigos, espejo en el cual se miraron sus “cachorros de león” –como a él le gustaba llamar a sus hijos-, especialmente su hijo mayor, el más célebre de los púnicos y para muchos, el más grande general de todos los tiempos: Aníbal.









La ceca de Cartago Nova se enmarca dentro de las cecas provinciales romanas, aquellas acuñaciones emitidas por colonias, municipios u otras ciudades durante el Imperio romano, caracterizadas por su carácter local, lo que se refleja tanto en sus diseños como en la difusión de sus monedas –localizadas mayoritariamente en el sureste peninsular–, las cuales también son conocidas con el nombre de autónomas, ciudadanas o cívicas.1​ Por lo tanto, Cartago Nova fue una de las 35 colonias que acuñaron moneda entre la muerte de Julio César y el reinado de Claudio. Todo parece indicar que no existía una ceca o taller monetario establecido de forma permanente en la ciudad. La mayoría de sus emisiones se realizaron en años quinquenales, no acuñándose moneda durante ese intervalo de tiempo.

Historia[editar]

Tras su derrota en la primera guerra púnica, la pérdida de sus posesiones ultramarinas y la gran amenaza que supuso la Guerra de los Mercenarios sensibilizó a las elites dominantes de Cartago acerca de la necesidad de procurarse una sólida dotación de recursos alternativos fuera de África. El territorio que cumplía tales requisitos era Hispania, produciéndose el desembarco de Amílcar Barca en Gades en el 237 a. C.3​ Tras una primera fase de sometimiento de las antiguas factorías fenicias situadas en la costa mediterránea y atlántica, se emprende una segunda consistente en avanzar a través de la zona minera de Sierra Morena hasta el Levante ibérico. Es en este contexto y bajo el mandato de Asdrúbal el Bello, sucesor de Amílcar, cuando se produce la fundación de Qart Hadasht, en 228-227 a. C., la actual Cartagena.4
Cartago Nova estaba situada en un lugar estratégico, con ricas minas de plata, campos de esparto, pesquerías y un magnífico puerto natural, el cual abrió una puerta exterior para comunicar de una manera más rápida y eficaz las regiones interiores con el resto de puertos del Mediterráneo. Por todo ello, Cartago Nova no tardará en protagonizar un papel económico, militar, político y cultural muy importante, así como a representar el símbolo del poderío cartaginés sobre Hispania.5​ Se entiende, por tanto, sus importantes emisiones de moneda a finales del siglo III a. C. en el contexto de la segunda guerra púnica, las cuales fueron utilizadas masivamente para la financiación de los gastos militares del citado conflicto.
Los romanos desembarcan en Ampurias en el 218 a. C.6​ para abrir un segundo frente en la retaguardia cartaginesa, una acción que si bien era arriesgada ante el avance de Aníbal en suelo italiano, a la postre se revelaría como decisiva. Tras un rotundo descalabro militar en 211 a. C., se envía a la península ibérica a Publio Cornelio Escipión en 210 a. C.,7​ el cual, en una audaz maniobra, sorprende al disperso y confiado ejército cartaginés y saquea el centro de su poder, Cartago Nova, en la primavera de 209 a. C.,7​ marcando un punto de inflexión en la contienda sobre suelo hispano y en la guerra en general. Desde entonces y hasta mediados del siglo I a. C., no volvió a acuñar moneda. Tanto la obtención del estatuto colonial como el reinicio de las acuñaciones son hechos que no han podido ser datados, si bien la época cesariana es la propuesta que se repite con mayor frecuencia.8

Producción[editar]

Atendiendo al volumen de riqueza emitida, Cartago Nova ocuparía el cuarto lugar entre todas las ciudades que acuñaron moneda en la península ibérica –solo superada por CaesaraugustaEmerita y Tarraco–,9​ a pesar de la circunstancia de que hasta 14 d. C. la mayor parte de sus acuñaciones consistieron en semises.10​ Los datos nos permiten deducir que el taller estaría compuesto por un reducido número de personas, ya que los enlaces de cuños parecen demostrar el trabajo de un solo yunque11​ y estaría activo, como máximo, un tiempo inferior a seis meses.12​ De la emisión que se conocen más combinaciones de cuños es la XII, con 72 combinaciones en los ases y 46 en los semises.12​ Transformando todos los cuños en ases, se ha estimado que la producción monetaria equivaldría al trabajo de 236.12 cuños, los cuales podrían haber emitido 2.361.200 monedas si consideramos que cada uno emitió 10.000 monedas o si se aplica las 30.000 monedas por cuño propuesta por Crawford, 7.083.600 monedas.13​ La riqueza emitida podría cifrarse en 590.300-1.770.900 sestercios o 147.575-442.725 denarios. Aunque se trata de una de las cecas más productivas de Hispania, no constituye una excepción a la valoración general de que la riqueza acuñada por las ciudades hispanas debió ser muy pequeña.14
Cartago Nova no emitió acuñaciones con letreros ibéricos, y en los latinos no aparece generalmente su nombre y cuando lo hace, es en forma abreviada C.V.I.N (Colonia Urbs Iulia Nova) o C.V.I.N.C (Colonia Urbs Iulia Nova Carthago).15​ Copia sus tipos principalmente de los denarios romanos y en un principio las leyendas son cortas y distribuidas a capricho en ambas áreas de la moneda, para luego ir formando un círculo alrededor de los tipos hasta formar el tipo imperial completo. Otra característica de sus acuñaciones, ya apuntada, es que casi todas ellas fueron acuñadas por Ilviri quinquennales.8​ Se carece de suficientes datos para relacionar sus acuñaciones con acontecimientos históricos concretos, solo la tipología de las primeras series podrían indicar un posible carácter conmemorativo; los tipos elegidos se inspiran o se relacionan con acontecimientos que no son fáciles de averiguar.16

Emisiones[editar]

A grandes rasgos se puede dividir sus emisiones en dos partes, la primera de transición y la segunda imperial. En la primera sólo acuña semises (con tipos varios) y cuadrantes (tipos simplificados o leyendas), mientras que en la segunda aparecen los ases y los cuadrantes presentan todos ellos los mismos tipos.17​ En un análisis más detallado de su producción, Mª del Mar Llorens propone su división en XIX emisiones. Cartago Nova es quizás la ciudad que presenta más problemas para ordenar e identificar su producción monetaria anterior a Augusto (emisiones I- VII) por las repetidas ausencias del nombre de la ciudad en las monedas, lo que ha provocado que algunas de sus emisiones hayan sido atribuidas a otras cecas o que sea una ardua tarea justificar su atribución a Cartago Nova. Las emisiones IV-VII constituyen un grupo homogéneo ya que todas aluden a la fundación de la colonia y al asentamiento de veteranos en la ciudad.18​ Las emisiones de Augusto (emisiones VIII- XV) persiste la ausencia de nombre de la ciudad, siendo necesario recurrir de nuevo a distintos criterios que completándose entre sí, permiten su atribución a esta ceca, por lo que los problemas de ordenación se repiten.19
Durante el reinado de Tiberio (emisiones XVI-XVIII) las acuñaciones presentan como novedad la aparición del nombre de la ciudad y la incorporación, en mayor o menor medida, de referencias a la familia imperial, aludiendo a Augusto o a sus herederos. Su ordenación interna no presenta problemas, pero su datación absoluta sí, ya que al extenderse el reinado de Tiberio durante cuatro quinquenios, en uno de ellos la ciudad no acuñó moneda.20​Bajo el reinado de Calígula se produce la última emisión del taller de Cartago Nova, la XIX, datada en 37-38 d. C., lo cual se inserta en un proceso generalizado de reducción de acuñaciones (hasta su desaparición) en la parte occidental del Imperio.21​ Dentro de esta última emisión se acuñó un tipo particular, con retrato femenino en el reverso y con la leyenda SAL-AVG. Es posible que represente a Salus, una divinidad tutelar de la ciudad,8​ pero no existe acuerdo entre los especialistas al respecto.










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