miércoles, 9 de octubre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA - HISPANIA ROMANA

El Campamento romano de La Carisa es un yacimiento arqueológico situado junto a la vía de La Carisa, en el cordal de Carraceo entre los concejos asturianos de Aller y Lena. Tiene un origen romano y probablemente militar, como lo demuestran el medio centenar de objetos encontrados: dos monedas, puntas de jabalina y pilum y algún dardo del tipo del de las balistas.

Vía de la Carisa[editar]

La vía de la Carisa atraviesa la cordillera Cantábrica de sur a norte a través del cordal de Carraceo, entre los concejos de Aller y Lena. El camino comienza en Pendilla (Villamanín) y transcurre por la cima del cordal, evitando los valles y collados. Su origen es romano y por sus características puede considerarse una vía estratégica desde el punto de vista militar.
Destaca la pervivencia del topónimo Carisa,1​ que la relacionan con el general romano Publio Carisio, legado en Lusitania entre los años 26 a. C. y 22 a. C. que intervino en las guerras contra los Astures. Este topónimo aparece documentado por primera vez en el archivo catedralicio de Oviedo, en una donación a la Iglesia de Oviedo del año 1036 en la que se hacen referencia a diversos lugares de Aller y Lena situándolos «sub monte Carisa».

Descripción de los yacimientos[editar]

La investigación, desde el 2001, está siendo llevada a cabo por un grupo de arqueólogos dirigidos por Jorge Camino, Yolanda Viniegra y Rogelio Estrada.2​ Este equipo ha realizado diversas excavaciones en el lugar, las primeras en el 2003, y se esperan nuevas excavaciones en el futuro.
Se distinguen dos zonas de fortificaciones. Una en la cumbre del monte Curriel.l.os; la otra más al norte a poca distancia, en una sucesión de cerros llamados El Homón de Faro o Ciirru Nigru.

Campamento romano del monte Curriechos[editar]

Está situado en la cumbre del pico la Boya, también llamado monte Curriechos, a 1728 metros de altitud. Se han encontrado numerosos objetos, entre ellos herramientas y equipamiento militar de legionario como puntas de lanza y pilum, dardos de catapulta, dolabras, azadones, clavijas de tiendas de campaña y monedas de la época, algunas acuñadas por el propio Carisio.

Fortificaciones del Homón del Faro[editar]

Situadas a 1650 metros de altitud, bloqueando la vía romana a un kilómetro al norte del monte Curriechos. Se trata de dos murallas oblicuas que se unen la cima del cerro, en un lugar llamado Portiichu de Busián, donde se encuentran las ruinas de una gran construcción de forma circular. Las murallas son del tipo de módulos o cajones, características de los castros asturianos y de otras construcciones prerromanas.
Las primeras investigaciones sobre las fortificaciones del Homón del Faro indicaban un origen astur que, relacionándolas con el campamento romano, parecía indicar que en la Carisa había tenido lugar un enfrentamiento entre Astures y Romanos. Posteriormente se ha comprobado gracias a pruebas de carbono-14 que las fortificaciones del Homón datan de entre los siglos VII y VIII. Actualmente se piensa que estas fortificaciones pudieron ser reutilizadas en distintos conflictos y se investiga en la muralla primitiva del Homón, que si tendría relación con el campamento romano del monte Curriechos.










El puente de Colloto está situado en el concejo asturiano de Siero, concretamente en el lugar de Colloto, perteneciente a la parroquia de Granda.
Constituye un paso elevado sobre el río Nora y se ubica en la margen derecha de la carretera N-634, a la altura del punto kilométrico 400, próximo al límite entre Siero y Oviedo.
Denominado tradicionalmente «Puente Romano de Colloto», es considerado una obra de ingeniería civil cuya exacta cronología es incierta y se encuentra en fase de revisión y estudio, en espera de los resultados de las prospecciones arqueológicas que han sido realizadas en él, paralelamente a su restauración realizada en 1998.
Su probable construcción en época romana estaría avalada por el tesoro de monedas de los siglos IV y V hallado en el arco de descarga del puente durante la guerra civil. La noticia del hallazgo se debe a Don Manuel Aquilino Fernández García, testigo ocular de los hechos y propietario de siete monedas procedentes de ese tesoro.
Se inscribe en el recorrido de la vía romana que una las tierras de Cantabria con Gallaecia y que posiblemente enviara un ramal a Lucus Asturum.
Documentalmente, las primeras referencias escritas sobre el puente son de época medieval; asimismo, desde el siglo XVI, se tiene noticia de las diferentes obras de remozamiento acometidas en el mismo, no documentándose grandes intervenciones.
El puente de Colloto marcaba, históricamente, la divisoria entre los concejos de Oviedo y Siero. Asociado al paso del Nora por este puente, se encuentra el Camino de Santiago por la costa, camino del que el puente de Colloto constituye un hito significativo.
Su trazado corresponde al del «Camino del Puente Romano», habiendo sido suplantado, al norte, por la carretera.
Junto al puente se levantaba un pontón, hoy desaparecido. Asimismo, adosada a su esribo, al lado de la carretera, hubo una casa o capilla. En sus inmediaciones, en la margen derecha del Nora estuvo también emplazado un molino. Para desagüe del mismo se construyó en 1844-455 un puente de dos arcos, aún en pie y visible bajo el camino, aguas abajo del puente.
El puente mide 36,6 m de largo y presenta un ancho de 3,5 m, siendo su altura máxima de 8 m. Cimentado sobre afloramientos calizos y antiguos niveles fluviales, presenta un perfil alomado y está formado por dos arcos de medio punto, aunque uno de ellas aguas abajo parece adoptar una forma apuntada, sobre cuya interpretación no hay acuerdo entre los investigadores.
Tres mechinales se abren a ambos lados del intradós de los dos arcos del puente. Sobre la pila del puente se sitúa un arco de descarga y desagüe de medio punto, muy peraltado. A la pila se adosan dos tajamares triangulares, siendo más pequeño el espolón situado aguas abajo. Tiene, asimismo, un contrafuerte en el lado izquierdo.
Las bases de los estribos, las bóvedas, los arcos, los tajamares y el contrafuerte del puente están realizadas con sillares de piedra arenisca, muy bien escuadrados y de tamaños regulares. Sus paramentos están construidos con sillarejo y mampuestos, que evidencian diferentes intervenciones. Los pretiles del puente, del que tan sólo restaba el de aguas arriba, han sido reconstruidos. Es igualmente nuevo el pavimento de la calzada del puente (canto rodado del tipo opus signinum romano). El pavimento hasta ahora conocido del puente no era el original; bajo el mismo ha aparecido un relleno del tipo opus caementicium, probablemente original.









Los baños públicos, además de lugares para el aseo y cuidado personal, servían como centro de las relaciones sociales y ocupaban un lugar importante en la organización y difrute del ocio en la Antigua Roma. Como en la mayor parte de las ciudades romanas, Asturica Augusta contaba con instalaciones de este tipo, de las cuales se conocen por ahora dos complejos termales, las Termas Mayores y las Termas Menores.


Termas Mayores[editar]

Pavimento de opus spicatum de las Termas Mayores
En agosto de 1984, durante unas excavaciones dirigidas por Tomás Mañanes en la calle Santiago Crespo, se hallaron los restos de lo que se denominarían Termas Mayores. Esa zona ya había deparado noticias previas, como los hallazgos mencionados por José María Luengo a mediados del siglo XX o como la alusión al edificio termal en un documento de 1226 procedente del Archivo de la Catedral.2​ La superficie total excavada, gracias a las distintas intervenciones arqueológicas, está próxima a los 2200 metros cuadrados, a pesar de las dificultades que plantea el medio urbano para la arqueología.
Estas Termas Mayores se ubicaban en la zona central de la ciudad, junto a la intersección de los dos viales principales (de orientación Noroeste-Sureste y Noreste-Suroeste). En ellas se documentan dos momentos constructivos: una primera fase, entre mediados del siglo I y mediados del siglo III, y una segunda fase, del siglo V, tras sufrir una importante remodelación.3
Los accesos se realizaban por su límite meridional y septentrional; el primero a través de una construcción cuadrada, posible vestibulum, y el segundo constatado gracias a la ubicación del apodyterium. No hay datos acerca del abastecimiento de agua al complejo, al igual que ocurre con el resto de la ciudad, pero fue encontrada, por ejemplo, una canalización que evacuaba las aguas desde el frigidarium hacia una de las cloacas que discurre por el límite meridional del edificio.4​ Se ha podido documentar un gran frigidarium, anexo a otros cuatro espacios: tres de ellos con hypocaustum (cella tepidaria y dos sudatoria circulares) y un cuarto, con mosaico bícromo, interpretado como apodyterium.

Termas Menores[editar]

Restos de un hipocausto de las Termas Menores
Por su parte, las Termas Menores —descubiertas a principios de los años ochenta en un solar de la calle Padre Blanco— se localizan en la parte sudoriental de la ciudad. En aquel momento se documentaron dos caldaria y una canalización, pero los trabajos arqueológicos posteriores mostraron los distintos ambientes de este complejo. Cronológicamente se distinguen tres fases: la primera de mediados del siglo I, la segunda a finales del siglo I o principios del II y la tercera a mediados del siglo II, momento en el que sufre una importante reestructuración de los espacios.5
Presentan un buen estado de conservación, lo que permitió conocer la función de cada uno de los espacios en el programa de baños: frigidariumtepidariumsudatorium y dos caldaria, además de las estancias de servicio como las destinadas a los hornos o praefurnia. Las pequeñas dimensiones del complejo hacen pensar que fue usado por un número pequeño de personas, cuyo acceso sería restringido para un determinado sector de la ciudad o clientela.








Las termas romanas de Campo Valdés eran unos baños públicos de época romana situados en el actual Campo Valdés, en el barrio de Cimadevilla, en la localidad asturiana de Gijón. Fue declarado Bien de Interés Cultural el 8 de mayo de 1987.

Termas de Campo Valdés.jpg

Historia[editar]

Las ruinas que han perdurado pueden visitarse y forman parte del yacimiento arqueológico de Cimadevilla junto con otros restos de la misma era como la muralla de la ciudad. El edificio de las termas comenzó a edificarse en el siglo I y estaba dividido en diferentes ambientes: una zona fría, una templada, y una cálida con piscina calentada mediante un sistema de calefacción subterráneo. Las paredes de algunas estancias estaban decoradas con frescos. En el siglo II se inicia una reforma y ampliación como atestiguan diversos restos.

Descubrimiento y excavaciones[editar]

Las termas de Campo Valdés fueron descubiertas accidentalmente tras unas obras de alcantarillado realizadas en 1903Calixto Alvargonzález y Julio Somoza se encargaron de las primeras labores de excavación y documentación, elaborando con los resultados un informe que fue archivado por el Ayuntamiento de Gijón.
El interés por los restos romanos no volvió a aflorar hasta el fin de la Guerra Civil, cuando se destruyó la antigua iglesia de San Pedro, edificada sobre las ruinas. Es entonces cuando se discutió si volver a levantar el templo en su emplazamiento original, idea que finalmente se llevó a cabo ocultándose una parte del yacimiento para siempre. Tras una serie de intentos de exponer parte de las ruinas al público, las excavaciones se iniciaron en 1990 y sacaron a la luz una gran parte de la construcción, construyéndose después el actual museo, que fue inaugurado en 1995.









Las termas romanas de Valduno, también conocidas como termas romanas de Santa Eulalia de Valduno son unas termas o baños romanos que aparecieron en Valduno, en la comarca del Camino Real de la Mesa, en el Las Regueras (en asturianoLes Regueres) que es un concejo de la comunidad autónoma del Principado de Asturias.

Descubrimiento[editar]

Las termas se descubrieron como consecuencia de las excavaciones que se llevaron a cabo junto a la iglesia parroquial de Valduno. A mediados del siglo XIX se empezó a saber de la existencia de estos restos ya que el investigador Ciriaco Miguel Vigil indicaba que en 1868 había junto a la casa del vecino de Valduno Domingo Tamargo, y también junto a la iglesia, una serie de restos arqueológicos que el citado vecino encontró cuando araba este terreno.1

Los restos[editar]

Tal como indicaba Ciriaco Miguel Vigil, se encontraron ladrillos de una edificación romana así como un molino de grano, de piedra, de funcionamiento manual pero el descubrimiento más importante fue el que hizo José Manuel González a mediados del siglo XX muy cerca de la iglesia. Se trataba de una estela funeraria del siglo II y que estaba dedicada a Sestio Munigálico, hijo de Progeneo Quadrato y que está depositada en el Museo Arqueológico de Asturias.2
Las excavaciones que se llevaron a cabo a principios del siglo XXI descubrieron un conjunto termal datado a finales del siglo I, muy empleado por los romanos. Las excavaciones ocupan un área de 46 m². En ella se ven claramente diferenciadas dos zonas: el caldarium, también llamado calidarium, cella caldaria o cella coctilium, y el tepidarium. El primero está dividido por un muro de la fachada sur del templo.

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