lunes, 7 de octubre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA EN EL SIGLO IV - PERSONAJES

HosiusOsius u Ossius de Córdoba (Córdoba256Sirmio, en Serbia, 357) fue obispo y Padre de la Iglesia hispano, así como consejero del emperador Constantino I el Grande.

Biografía[editar]

Nace en Córdoba en una importante familia romana (aunque el historiador bizantino Zósimo le atribuye origen egipcio) y es elegido obispo de su ciudad natal en 294. Durante la persecución de Diocleciano y de Maximiano padece tormento por la fe y es enviado al destierro. Asiste al Concilio de Elvira en Hispania, entre cuyas firmas aparece en undécimo lugar. Famoso por su prudencia y dotes políticas, acompaña al emperador Constantino a Milán en el año 313, y parece ser que influye en la redacción del Edicto de tolerancia religiosa que el Emperador proclama en ese lugar. La relación con el Emperador es muy profunda y se considera que fue Osio quien lo catequiza y lleva al bautismo, celebrado curiosamente por el antiguo arriano Eusebio de Nicomedia, en el momento de su muerte.
La principal actividad por la que es conocido es su lucha contra la herejía de Arrio, que negaba la divinidad del Hijo y su consubstancialidad con el Padre, y que comenzaba a florecer en Alejandría. Osio fue enviado por el Emperador para mediar en las disputas entre Arrio y san Atanasio. Como las posiciones de ambos eran irreductibles, convocó con una orden de Constantino un Concilio en Nicea (325), en el que participaron 318 obispos presididos por el mismo Osio, que firma el primero tras los delegados del Papa. Osio mismo redacta el Símbolo de la Fe (el llamado Credo Niceno).
En 343 convoca el Concilio de Sárdica, al que acudieron 300 obispos griegos y 76 latinos, para fijar las líneas de organización eclesiástica y reafirmar la condena del arrianismo. De vuelta a Hispania, reúne en Córdoba un concilio provincial, en el cual hizo aprobar las decisiones de Sárdica.
El año 355 el emperador proarriano Constancio II decide terminar con la gran influencia de Osio y obligarle a que condene a san Atanasio. Ante las insidias imperiales, el obispo cordobés le responde en una epístola (356):
Yo fui confesor de la fe cuando la persecución de tu abuelo Maximiano. Si tú la reiteras, estoy dispuesto a padecerlo todo antes que a derramar sangre inocente ni ser traidor a la verdad. Haces mal en escribir tales cosas y en amenazarme (...) Dios te confió el Imperio, a nosotros las cosas de la Iglesia (...) Ni a nosotros es lícito tener potestad en la tierra, ni tú, Emperador, la tienes en lo sagrado...
Es el primer texto en el que aparece la figura de la separación entre autoridad eclesiástica y autoridad civil. Constancio obliga a comparecer a Osio, ya centenario, ante un concilio arriano, donde se le presionó, azotó y atormentó, negándose rotundamente a firmar la condenación de Atanasio. Osio fue desterrado a Sirmio, en Panonia, y murió, con 101 años, lejos de su tierra y de su diócesis en 357. Es falso[cita requerida] lo que escribe San Isidoro en su De viris illustribus (caps. 5 y 14), en el sentido de que, casi centenario y sometido a todo tipo de presiones, cayó pocos años antes de su muerte en el arrianismo, dato que repite Atanasio de Alejandría el Grande en el sentido de que habría aceptado una fórmula de fe arriana en 357; en todo caso habría perseverado siempre en su rechazo a condenar a Atanasio.
Aparte de la Carta a Constancio (Cordubensis episcopi epistola ad Constantium Augustum imperatorem), escribió otras dos: Epistula ad Iulium papam y De laude virginitatis y un Tratado sobre la interpretación de las vestiduras de los sacerdotes en la ley antigua, según noticia conservada por San Isidoro. Sus obras aparecen recogidas en la Patrología latina de Jacques-Paul Migne, vol. VIII, col. 919, 1317, 1327-1332.
La Iglesia ortodoxa1​ y la Iglesia católica de rito Oriental lo veneran como santo confesor, y celebran su fiesta el día 27 de agosto.

Hosius of Cordoba.jpg
Icono de Osio de Córdoba conservado en Bucarest, Rumania.
Confesor, Obispo de Córdoba y Padre de la Iglesia
Nacimiento256
Córdoba
Fallecimiento357
Sirmio
Venerado enIglesia ortodoxa e Iglesia católica de rito Oriental
Festividad27 de agosto (calendario juliano9 de septiembre (calendario gregoriano)
Atributossanto











San Paciano (310-391), obispo de Barcelona, fue uno de los padres de la Iglesia, influido especialmente por los modelos exegéticos y teológicos africanos. Estuvo interesado, especialmente, en el tema de la penitencia.
Casado y con, al menos, un hijo —Flavio Lucio Dextro que llegó a ser praefectus praetorii— fue obispo de Barcelona en el siglo IV (probablemente, ordenado después del 343). Murió entre el 379 y 393.
Entre sus obras destacan Cervus, dedicada al paganismo de las celebraciones del año nuevo y Paraenesis sive exhortatorius libellus ad paenitentiam, en la que distingue entre distintos tipo de pecados (cotidianos y graves), y anima a los fieles a confesar estos. En su sermón De baptismo demuestra conocer ya y emplear la teología sobre el pecado original. Además es autor de la significativa frase: Christianus mihi nomen est, catholicus cognomen1​ (Cristiano es mi nombre, católico mi apellido). En su defensa de la confesión, destacó en la condena del Novacianismo, doctrina herética la cual propugnaba una línea de pureza tal del cristianismo que llegara a negar la absolución de los lapsos, afirmando que la Iglesia no tiene poder para dar la paz a los que renegaron de la fe en la persecución ni tampoco a los que cometieron algún pecado mortal. A esta idea contraria a la fe católica, contra la que ya había luchado San Cipriano, se opone Paciano junto con su coetáneo San Ambrosio.

Barcelona Cathedral Interior - Saint Pacian by Joan Roig, and Joan Moxí.jpg
San Paciano de Barcelona por Joan Roig - Catedral de Barcelona.
Padre de la Iglesia
Nacimientoc. 310 Ver y modificar los datos en Wikidata
Barcelona (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimientoc. 390 Ver y modificar los datos en Wikidata
entre el 379 y 393
Venerado enIglesia católica
Festividad9 de marzo











San Patricio (¿Málaga?, siglo III - Galia16 de marzo de 307) figura ya como obispo de Málaga en las actas del Concilio de Elvira, cerca de la ciudad de Granada, celebrado entre el año 300 y 313, y que estuvo acompañado, como consejeros, de sacerdotes malagueños de Teba, Ronda la Vieja y Alhaurín el Grande. En este Concilio se da fuerza a la presentación del cristianismo y se intensifica profundamente el número de conversiones, de manera que se llenaban los templos a rebosar y hubo que construir muchos nuevos.
Ejerció su apostolado durante el gobierno del emperador romano Diocleciano y el tetrarca de occidente Maximiano, en cuyo tiempo los cristianos sufrieron una dura persecución religiosa, con numerosos mártires, entre los que destacan san Ciriaco y santa Paula, los patronos de Málaga, que según la leyenda popular fueron martirizados a orillas del Guadalmedina. El mismo Patricio fue objeto de esta cruel persecución de los cristianos, y tuvo que estar constantemente de acá para allá. Tuvo que expatriarse a las Galias, donde murió el 16 de marzo de 307.
El papa Gregorio XVI decretó su culto público. No hay datos de sus sucesores episcopales hasta el año 579.
Tiene dedicada una calle en Málaga, en la zona de la Victoria y una iglesia en el barrio de Huelin.








Patruino de Mérida o simplemente Patruino fue obispo de Mérida desde unos años antes del 385 hasta casi el año 402. Al Igual que su predecesor Idacio, su nombre figura escrito de diversas formas según los diferentes documentos. En las actas del Concilio de Toledo al cual asistió, figura como Patrono en las ediciones más antiguas y Patrunius o Petruinus en las posteriores. En la Epístola de San Inocencio I figura como Patruinus que es el que prevalecerá en lo sucesivo hasta su castellanización como Patruino.1
Ni de este prelado ni de otros varios sucesores suyos se han tenido noticias a través de los que escribieron acerca de los episcopados de Mérida. Sin embargo hay una fuente fidedigna como es la Epístola que el papa Inocencio I escribió a los padres del Concilio de Toledo que publicó completa el clérigo Sirmondo en la que se declara la iglesia de Mérida como la de «Patruino».2

Concilio de Toledo[editar]

Como quedó dicho, Patruino asistió al Concilio de Toledo en el año 400 y tuvo el honor de ser el primer obispo de los que formaron el sínodo, el que lo presidió y el que habló el primero en el comienzo de la «Sesión de los Cánones» proponiendo al Concilio de Nicea como fundamento de la doctrina eclesiástica y se expresó de la siguiente manera:
«Nosotros estamos discordes, obrando unos en sus Iglesias unas cosas, y otros otras, de lo que resulta un género de escándalo, que pasa á cisma. Por tanto necesitamos decretar lo que todos observemos uniformes acerca de las ordenaciones de los Clérigos. Y en primer lugar me parece se debe poner por fundamento lo establecido en el Niceno, de suerte que nadie dexe de observar sus decretos»3
Después de esta alocución se procedió a redactar los «cánones» que necesitaban una expresión individual y fueron un total de veinte y que firmaron los diecinueve obispos con Patruino a la cabeza. Por lo que respecta a las iglesias a las que pertenecían los obispos, no figuraba ninguna lo cual dio pie a ciertos historiadores como Loaysa a situar a Patruino en Toledo pero Enrique Florez desmontó esta hipótesis.4

Patruino, obispo de Mérida[editar]

En época de este obispo y en otras bastante más posteriores hubo una confusión y disparidad de opiniones acerca de la sede a la que pertenecía el obispo Patruino, no solo la de situarlo en Toledo sino que por otra parte, Nicolás Antonio lo situó como obispo de Braga ya que en la «Sentencia Definitiva» del Concilio aparece un obispo llamado «Paterno» como primado de esa ciudad.5​ Sin embargo Enrique Flórez desmontó esta afirmación ya que, por un lado, hay una distinción clara entre los nombres — Paterno y Patruino — sino que también la hay en los hechos: Mientras que Paterno fue juzgado por haber sido «priscilianista», Patruino fue su juez ya que ostentaba la máxima categoría en el Concilio de Toledo. Por todo ello, Enrique Flórez demostró que Patruino no fue obispo de Braga sino de Mérida.6
Otra prueba contundente de que Patruino era obispo de Mérida la ofrece el papa San Inocencio que dejó escrito en un «Decretal a los Obispos del Synodo de Toledo» que se oiga una queja de Gregorio, obispo emeritense consagrado en el lugar de Patruino por la defunción de este y que dice así:
Gregorii etiam Emeritensis Episcopi, qui in locum Patruinis venerabilis recordationes estordinatus, querela, si qua est, audiatur: si contrameritum suum passus est injuriam, in invidos honoris alterior vindicetur, ne post hac in quemquam bonorum spiritus factiones insurgat.7
Con los anteriores argumentos parece quedar sufucientemente claro e indubitable que Patruinos fue obispo de Mérida.

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