lunes, 7 de octubre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA - CARTAGO

Aníbal Barcaa​ (247-183 a. C.) fue un general y estadista cartaginés considerado como uno de los más grandes estrategas militares de la historia.
Su vida transcurrió en el conflictivo período en el que Roma estableció su supremacía en la cuenca mediterránea, en perjuicio de otras potencias como la propia República cartaginesaMacedoniaSiracusa y el Imperio seléucida. Fue el general más activo de la segunda guerra púnica, en la que llevó a cabo una de las hazañas militares más audaces de la Antigüedad: Aníbal y su ejército, en el que se incluían treinta y ocho elefantes de guerra, partieron de Hispania y atravesaron los Pirineos y los Alpes con el objetivo de conquistar el norte de Italia. Allí derrotó a los romanos en grandes batallas campales como la del río Trebia, la del lago Trasimeno o la de Cannas, que aún se estudia en academias militares en la actualidad. A pesar de su brillante movimiento, Aníbal no llegó a entrar en Roma. Existen diversas opiniones entre los historiadores que van desde carencias materiales de Aníbal en máquinas de asedio a consideraciones políticas que defienden que la intención de Aníbal no era tomar Roma, sino obligarla a rendirse.5​ No obstante, Aníbal logró mantener un ejército en Italia durante más de una década, recibiendo escasos refuerzos. Tras la invasión de África por parte de Escipión el Africano, el Senado púnico lo llamó de vuelta a Cartago, donde fue finalmente derrotado por Escipión en la batalla de Zama.
Acabada la guerra contra Roma, entró en la vida pública cartaginesa. Se enfrentó a la oligarquía dirigente que lo acusó ante los romanos de estar en tratos con el seléucida Antíoco III el Grande, por lo que hubo de exiliarse en el año 195 a. C. Pasó al servicio de este último monarca, a cuyas órdenes se enfrentó de nuevo a la República romana en la batalla del Eurimedonte, donde fue derrotado. Una vez más huido, se refugió en la corte de Prusias I, rey de Bitinia. Los romanos exigieron al bitinio que entregara al cartaginés, a lo que el rey accedió. Sin embargo, antes de ser capturado, Aníbal prefirió suicidarse.
El historiador militar Theodore Ayrault Dodge le llamó «padre de la estrategia».6​ Fue admirado incluso por sus enemigos —Cornelio Nepote le bautizó como «el más grande de los generales»—;7​ de hecho, su mayor enemigo, Roma, adaptó ciertos elementos de sus tácticas militares a su propio acervo estratégico. Su legado militar le confirió una sólida reputación en el mundo moderno y ha sido considerado como un gran estratega por grandes militares como Napoleón o Arthur Wellesley, el I duque de Wellington. Su vida ha sido objeto de muchas películas y documentales. Bernard Werber le rinde homenaje a través del personaje del «Libertador»,8​ y de un artículo en la Enciclopedia del saber relativo y absoluto mencionada en su obra Le Souffle des dieux.

Aníbal Barca
Mommsen p265.jpg
Busto de Aníbal
General
LealtadRepública cartaginesa
Conflictos
Información
Nacimiento247 a. C.
Cartago
Fallecimiento183 a. C.
Gebze (Bitinia).


Antecedentes históricos[editar]

A mediados del siglo III a. C., la ciudad de Cartago, donde nació Aníbal,10​ estaba fuertemente influida por la cultura helenística derivada de los vestigios del Imperio de Alejandro Magno.11​ Cartago ocupaba por entonces un lugar importante en los intercambios comerciales de la cuenca mediterránea, y en los emporios de SiciliaCerdeña y en las costas de Iberia y de África del Norte. La ciudad disponía igualmente una importante flota de guerra que protegía sus rutas marítimas, que transportaban el oro procedente del Golfo de Guinea y el estaño procedente de las costas británicas.
La otra potencia mediterránea de la época era Roma, con la que Cartago entró en guerra durante veinte años en un conflicto conocido como la primera guerra púnica,12​ la primera guerra de gran envergadura de la que Roma salió victoriosa. Este enfrentamiento entre la República de Roma y Cartago estuvo provocado por un conflicto secundario en Siracusa, y se desarrolló por tierra y mar, en tres fases: combates en Sicilia (264-256 a. C.), combates en África (256-250 a. C.) y de nuevo en Sicilia (250-241 a. C.). Durante esta última fase, y sobre todo tras la guerra, nació la fama de Amílcar Barca, padre de Aníbal, que dirigía la guerra contra Roma desde el año 247 a. C. Tras la gran derrota naval en las Islas Egadas, al noroeste de Sicilia, los cartagineses se vieron obligados a firmar el Tratado de Lutacio en la primavera de 241 a. C. con el cónsul Cayo Lutacio Cátulo.13​ Entre los términos impuestos a Cartago por este tratado se hallaban la cesión de los territorios de Sicilia y las islas menores entre esta y la costa africana, así como onerosas compensaciones de guerra.14
A finales de la primera guerra púnica, a pesar de las precauciones adoptadas por Amílcar Barca, Cartago halló problemas a la hora de dispersar a sus regimientos armados de mercenarios, que no tardaron en asediar la ciudad y provocar un conflicto de la envergadura de una guerra civil.13​ Este episodio histórico es conocido como la guerra de los Mercenarios. Amílcar consiguió reprimir esta rebelión después de tres años, tras vencer a los rebeldes en el río Bagradas y de nuevo, con un gran derramamiento de sangre, en el desfiladero de la Sierra15​ en el 237 a. C. Por su parte, Roma había aprovechado la falta de oposición para tomar Cerdeña, anteriormente en manos de los cartagineses.16​ Tras la protesta de Cartago por esta acción, que suponía una violación de los términos del tratado de paz recientemente alcanzado, Roma le declara la guerra, pero se ofrece a anularla si se le entrega no solo Cerdeña, sino también Córcega y más compensaciones económicas. Los púnicos, impotentes, tienen que ceder, y ambas islas se convierten en el 238 a. C. en nuevas posesiones romanas. Para compensar esta pérdida, Amílcar marchó a Iberia, donde se apoderó de vastos territorios al sudeste del país. Durante una década, Amílcar dirigió la conquista del sur de Iberia, apoyado militar y logísticamente por su yerno Asdrúbal.13​ Esta conquista restablecía la situación económica de Cartago, gracias a la explotación de las minas de plata y estaño.

Ascensión[editar]

Juventud[editar]

Caricatura del juramento que hizo Aníbal a su padre de ser siempre enemigo de Roma.
Aníbal Barca nació probablemente en Cartago en el año 247 a. C. Era el hijo mayor del general Amílcar Barca y de su mujer ibérica.1617​ Aunque «Barca» no era un apellido, sino un apelativo (de barqä, "rayo" en lengua púnica), fue adoptado como tal por sus hijos.18​ Los historiadores designan a la familia de Amílcar con el nombre de Bárcidas, a fin de evitar la confusión con otras familias cartaginesas con los mismos nombres (Aníbal, Asdrúbal, Amílcar, Magón, etc.).
Sobre la educación de Aníbal es poco lo recogido por los autores grecorromanos. Se sabe que aprendió de un preceptor espartano, llamado Sosilos, las letras griegas,19​ la historia de Alejandro Magno y el arte de la guerra. Así adquirió el modo de razonamiento y de acción que los griegos llamaban «métis», fundado en la inteligencia y la astucia.
Después de haber incrementado su territorio, Amílcar enriqueció a su familia, y por extensión a Cartago.13​ Al perseguir dicho objetivo, Amílcar se apoyó en la ciudad fenicia de Gadir (actual CádizEspaña), próxima al Estrecho de Gibraltar, y comenzó a someter a las tribus íberas. En aquel momento, Cartago se hallaba en tal estado de empobrecimiento que su marina era incapaz de transportar al ejército a Hispania. Amílcar se vio, pues, obligado a hacerlo marchar hacia las Columnas de Hércules a pie, para cruzar allí en barco el Estrecho de Gibraltar, entre lo que actualmente serían Marruecos y España.
El historiador romano Tito Livio menciona que cuando Aníbal fue a ver a su padre y le rogó que le permitiera acompañarle, éste aceptó con la condición de que jurara que durante toda su existencia nunca sería amigo de Roma; tenía 11 años.10161720​ Otros historiadores refieren que Aníbal declaró a su padre:
Juro que en cuanto la edad me lo permita [...] emplearé el fuego y el hierro para romper el destino de Roma.621
Su aprendizaje táctico comenzó sobre el terreno, bajo mando de su padre y continuó con su cuñado, Asdrúbal el Bello,22​ quien sucedió a Amílcar, muerto en el campo de batalla contra los rebeldes íberos17​ en el 228 a. C.11​ o en 230 a. C.,23​ momento en el que le nombra jefe de la caballería.1024​ En este puesto, Aníbal revela muy pronto su resistencia, su sangre fría,25​ y su capacidad para hacerse apreciar y admirar por sus soldados.26​ Asdrúbal persiguió una política de consolidación de los intereses ibéricos de Cartago.11​ Para ello, casó a Aníbal con una princesa íbera27​ de nombre Himilce,28​ con la que tuvo un hijo, Áspar.293031​ Sin embargo, esta alianza matrimonial es considerada improbable y no está atestiguada por todos.31​ En el 227 a. C., Asdrúbal fundó la nueva capital púnica en Hispania, Qart Hadasht, hoy Cartagena.11​ Por otra parte, Asdrúbal firmó en el 226 a. C. un tratado con Roma por el que la Península Ibérica quedaba dividida en dos zonas de influencia.23​ El río Ebro constituía la frontera:23​ Cartago no debía expandirse más al norte de este río, en la misma medida que Roma no se extendería al sur del curso fluvial.24​ Más tarde, un esclavo galo, que acusó a Asdrúbal de haber asesinado a su amo,2432​ le asesinó a su vez a comienzos del año 221 a. C.30

Comandante en jefe[editar]

Aníbal Barca es reconocido no solo por su genio estratégico sino también por su inquebrantable liderazgo como muestra esta ilustración arengando a sus tropas antes de entrar en batalla.
Tras la muerte de Asdrúbal, Aníbal fue elegido por el ejército de Cartago estacionado en la Península Ibérica para que le sucediera en su condición de comandante en jefe.23​ Posteriormente, Aníbal sería confirmado en el puesto por el gobierno cartaginés,2533​ a pesar de la oposición encabezada por Hannón (un rico aristócrata).34​ En esta época Aníbal contaba 25 años.10​ Tito Livio da una pequeña descripción del joven general:
A partir de su llegada a Hispania, Aníbal atrajo todas las miradas. «Es Amílcar en su juventud, que nos ha sido devuelto», se escribían los viejos soldados. «La misma energía en la cara, el mismo fuego en la mirada: aquí está su aspecto, aquí sus gestos».26
Tras haber asumido el mando, Aníbal pasó dos años consolidando el poder cartaginés sobre las tierras hispánicas y terminando la conquista de los territorios situados al sur del Ebro.3536​En 221 a.C., en su primera campaña como jefe de las fuerzas cartaginesas en Hispania, se dirigió a la Meseta Central y atacó a los Olcades tomando su principal ciudad, Althia, llevando los dominios púnicos hasta las cercanías del Tajo. En la campaña del siguiente año, 220 a.C., avanzó hacia el oeste y se enfrentó a los Vacceos asaltando las ciudades de Helmántica y Arbocala. En el retorno de la expedición con abundante botín a su base de Qart Hadasht, una gran coalición liderada por los Carpetanos junto a contingentes de Vacceos y Olcades, le atacó junto al río Tajo, siendo derrotados por la habilidad del joven general cartaginés en la batalla.
Por su parte, Roma, temiendo la creciente presencia de los cartagineses en Hispania, concluyó una alianza con la ciudad de Sagunto,23​ situada a una distancia considerable del Ebro por la parte sur, en el territorio que los romanos habían reconocido como dentro de la zona de influencia cartaginesa,11​ y declaró a la ciudad como un protectorado.37​ Este movimiento político generó tensiones entre las dos potencias: mientras que los romanos argumentaban que según el tratado firmado en el año 241 a. C., los cartagineses no podían atacar a un aliado de Roma, los púnicos se amparaban en la cláusula del documento que reconocía la soberanía cartaginesa sobre los territorios hispanos situados al sur del Ebro. Excavaciones en curso (2008) en la ciudad de Valencia han hallado, entre otros restos, una empalizada, próxima a la margen izquierda del río Turia, que probablemente formaba parte de un campamento militar, el acantonamiento de Aníbal en su avance hacia Sagunto.38
Aníbal decidió dirigirse contra Sagunto,17​ y sitiar la ciudad,37​ que capituló en el 219 a. C., probablemente en el mes de noviembre,23​ tras ocho meses de asedio.333940​ Roma reaccionó ante lo que consideraba una flagrante violación del tratado y reclamó justicia al gobierno cartaginés.22​ Debido a la gran popularidad de Aníbal y al riesgo de perder prestigio en Hispania, el gobierno oligárquico de Cartago rechazó las peticiones romanas y declaró la guerra que el general había soñado, la segunda guerra púnica, a finales de año.2541

Segunda guerra púnica[editar]

Preparativos[editar]

Después de que los cartagineses asediaran17​ y destruyeran20​ Sagunto, los romanos decidieron contraatacar en dos frentes: África del Norte e Hispania, partiendo desde Sicilia, isla que les sirvió de base de operaciones. No obstante, Aníbal trastocó los planes de los romanos con una estrategia inesperada: quería llevar la guerra al corazón de Italia, marchando rápidamente a través de Hispania y del sur de la Galia.17​ Consciente de que su flota era muy inferior a la de los romanos, Aníbal decidió no atacar por mar, sino que eligió una ruta terrestre mucho más dura y larga pero más interesante tácticamente, pues le permitió reclutar a muchos soldados mercenarios o aliados procedentes de los pueblos celtas dispuestos a combatir a los romanos.17​ Antes de su partida, Aníbal distribuyó hábilmente sus efectivos y envió a África del Norte varios contingentes de íberos, mientras que ordenó a los soldados libio-fenicios que garantizaran la seguridad de las posesiones de Cartago en Hispania.42
Los oretanos levantados en armas contra los cartagineses, acuerdan la paz entregando la mano de la princesa de CástuloHimilce, que acaba casando con Aníbal, trasladándose ésta a Cartagena y permaneciendo allí durante las campañas de su marido y hasta su muerte.
Aníbal no partió de Cartagena hasta finales de la primavera del 218 a. C.4344​ El general puso en marcha al ejército y envió representantes para negociar su paso a través de los Pirineos y trabar alianzas con los pueblos que se asentaban a lo largo de su trayecto. Según Tito Livio, Aníbal atravesó el Ebro con 90.000 infantes y 12.000 caballeros,43​ y dejó un destacamento de 10.000 infantes y 1.000 caballeros para que defendieran Hispania,43​ a los que se sumaron 11.000 iberos que se mostraron reticentes a abandonar su territorio.43​ Tras su paso por los Pirineos, disponía de 70.000 infantes y 10.000 caballeros. Según otras fuentes, Aníbal llegó a la Galia a la cabeza de 40.000 infantes y 12.000 caballeros.45​ Es complicado establecer la aproximación de sus efectivos reales. Ciertas estimaciones creen que encabezaba una fuerza de 80.000 hombres. A su llegada a Italia, parece que estaba a la cabeza, según las fuentes, de entre 20.00046​ y 50.00030​ infantes y de entre 6.00046​ y 9.00030​ jinetes. Por otro lado, en varias ocasiones, o como mínimo, al principio de la guerra, Cartago envió refuerzos a Aníbal. Además, a su ejército se sumaron muchos soldados procedentes de tribus. Cerca de 40.000 galos se unieron al ejército cartaginés durante la guerra.47
En su ejército, Aníbal contaba con un poderoso contingente de elefantes de guerra, animales que representaban un importante papel en los ejércitos de la época y que los romanos conocían bien por haberse enfrentado a ellos cuando formaban parte de las tropas del rey de EpiroPirro I. En realidad, los 38 elefantes del ejército de Aníbal48​ son una cifra insignificante comparada con los ejércitos de la época helenística. De hecho, la mayoría murieron durante el viaje a través de los Alpes o víctimas de la humedad de las marismas etruscas. La única bestia que sobrevivió fue empleada como montura por el propio Aníbal.4950​ En efecto, Aníbal perdió su ojo derecho10​ durante una batalla menor30​ y utilizó este medio de transporte para no entrar en contacto con el agua.4950​ Según otros historiadores, Aníbal sufrió una oftalmía30​ que le dejó tuerto.25

Viaje a Italia[editar]

Aníbal penetró en la Galia evitando cuidadosamente atacar las ciudades griegas erigidas en lo que hoy es Cataluña. Se piensa que, tras franquear los Pirineos a través de la actual comarca de la Cerdaña y establecer su campamento cerca de la ciudad de Illibéris51​ —la actual Elne, próxima a Perpiñán—, siguió avanzando sin problemas hasta llegar al Ródano, donde apareció en septiembre antes de que los romanos pudieran impedirle el paso a la cabeza de 38.000 infantes, 8.000 caballeros y 37 elefantes de guerra.52
Tras evitar las poblaciones locales, que trataron de detener su avance, Aníbal se vio obligado a escapar de una compañía romana que venía desde la costa mediterránea remontando el Valle del Ródano (Francia).53​ El hecho de que los romanos vinieran de conquistar la Galia Cisalpina dio esperanzas a Aníbal de que sería capaz de encontrar aliados entre los galos del norte de Italia.1754

Travesía de los Alpes[editar]

Hipótesis de la ruta[editar]

Aníbal y sus hombres atravesando los Alpes.
El itinerario emprendido por Aníbal ha sido objeto de diversas polémicas.25​ En octubre del 218 a. C.,23​ los Alpes podían ser franqueados por el puerto del Pequeño San Bernardo,20​ por el de Mont Cenis o también por el de Montgenèvre.2533​ Ciertos autores defienden que Aníbal atravesó el Puerto de Clapier55​ o, más al sur, el Puerto de Larche.
Los datos facilitados por Polibio56​ y Tito Livio5758​ son muy imprecisos. Además, no existen restos arqueológicos que proporcionen alguna prueba irrefutable de la ruta de Aníbal. Todas las hipótesis formuladas por expertos y también por autores de gran imaginación, están basadas en los textos de Polibio y Tito Livio (se han escrito ya casi mil libros sobre el tema).59
Una de las opiniones más aceptadas es la que localiza el puerto de montaña que franqueó Aníbal junto a la Llanura Padana. Sin duda, Aníbal alentaría a sus hambrientos y desmoralizados soldados con la perspectiva de encontrarse pronto con el Po.58​ En los Alpes Septentrionales, Montgenèvre y Gran San Bernardo, solo el Puerto de Savine-Coche y el Puerto de Larche avalan esta opinión.6061​ No obstante, los partidarios del paso por el puerto del Pequeño San Bernardo cuestionan el sentido de este pasaje de Polibio:
Los soldados, consternados por el recuerdo del dolor que habían sufrido, y sin saber a qué deberían enfrentarse cuando siguieran avanzando, parecieron perder el coraje. Aníbal los reunió, y, como desde la cima de los Alpes, que parecían ser la entrada a la ciudadela de Italia, se divisaban las vastas llanuras que regaba el Po con sus aguas, Aníbal se sirvió de este bello espectáculo, único recurso que le quedaba, para quitar el miedo a los soldados. Al mismo tiempo, les señaló con el dedo el punto donde estaba situada Roma, y les recordó que gozaban de la buena voluntad de los pueblos que habitaban el país que tenían ante sus ojos.56
Este episodio ha sido representado en numerosos cuadros y dibujos, uno de ellos de Francisco de Goya.62​ Los partidarios del Pequeño San Bernardo afirman que las nieblas que se elevan a menudo en la llanura del Po impiden verla. Sin embargo, esta planicie ha sido vista y fotografiada numerosas veces. Figura un ejemplo en el sitio de Patrick Hunt, profesor de arqueología de la Universidad de Stanford, consagrado a la búsqueda del puerto por el que Aníbal habría pasado a Italia. Considera que el puerto de Clapier es el único que concuerda perfectamente con los textos antiguos. Polibio proporciona otro dato muy importante:
Aníbal cruzando los Alpes, por John Leech, 1850.
Aníbal llegó a Italia con el ejército citado antes, acampó a los pies de los Alpes, para que descansaran sus tropas [...] procuró, en primer lugar, contratar a los pueblos del territorio de Turín, pueblos situados al pie de los Alpes.63
En los Alpes Septentrionales, solo el puerto de Clapier satisfaría estas dos condiciones: vista sobre la planicie del Po y de la población de los turineses. Desde que el coronel Perrin lo afirmó en 1883, numerosos autores se sumaron a esta tesis.64​ La única excepción notable es la tesis de Sir Gavin de Beer (publicada en 1955), la cual propone el puerto de la Traversette en los Alpes meridionales, cerca del Monte Viso (Alpes Cocios). La ruta no atravesaba el territorio de los alóbroges y su hipótesis ha sido discutida con vehemencia, pero es aceptada en Inglaterra y cuenta en su favor con el descubrimiento, en 2016, de copiosos restos de antiguos excrementos con una gran cantidad de bacterias Clostridia, asociadas con el estiércol de caballo, signos de gusanos parasitarios de los equinos y la evidencia de que el suelo había sido intensamente pisoteado por lo que podría haber sido un gran número de caballos en torno a un abrevadero natural.65
Por último, hay que decir que era habitual en los historiadores antiguos imaginar discursos verosímiles atribuidos a los personajes históricos, por lo que no hay ninguna razón para creer en la absoluta autenticidad de esta escena, y en el gesto de orador que la acompaña. Ya que es posible que el episodio relatado sea una «amable» imagen de Épinal, la comparación de los diversos caminos factibles no puede conducir a una conclusión definitiva.
Según las fuentes, Aníbal perdió, en esta travesía, entre 3000 y 20 000 hombres.1766​ Los supervivientes que llegaron a Italia estaban hambrientos y muertos de frío.17
Fuera cual fuese el paso elegido, la travesía de los Alpes ha sido la opción táctica más destacada en la Antigüedad. Aníbal logró atravesar las montañas a pesar de los obstáculos que planteaban el clima, el terreno, los ataques de las poblaciones locales, y la dificultad de dirigir a un ejército compuesto por soldados de distintas etnias y que hablaban en diversas lenguas.
Otra razón que hace su travesía importante es estratégica. Roma era una potencia continental y Cartago una potencia marítima. Parecía obvio que la flota cartaginesa podría atacar y desembarcar hombres en cualquier punto del sur de la península itálica o Sicilia, teniendo recursos suficientes para evitar buscar un cruce por los Alpes. Sin embargo, Aníbal atacó por tierra en abierto desafío y sorpresa para las tropas romanas. Su repentina aparición en el valle del Po después de la travesía de la Galia y el paso de los Alpes le permitió romper la forzada paz de alguna de las tribus locales con Roma, antes de que esta pudiera reaccionar contra la rebelión.25​ La difícil marcha de Aníbal le condujo a territorio romano y a oponerse a las tentativas de sus enemigos de resolver el conflicto en territorio extranjero.67

Batalla del Tesino[editar]

Publio Cornelio Escipióncónsul que dirigía las fuerzas romanas destinadas a interceptar a Aníbal,67​ no esperaba que el general cartaginés intentara cruzar los Alpes. Los romanos estaban preparándose para enfrentarse a él en la península ibérica. Tras fallar Escipión en su intento de interceptarlo junto al Ródano, despachó a Hispania a su hermano Cneo con la mayor parte de su ejército consular mientras que él con un destacamento reducido, se dirigió a Pisa (Etruria), desembarcando allí y uniéndose al ejército de los pretores en la Galia, Lucio Manlio Vulsón y Cayo Atilio Serrano. Las decisiones y movimientos rápidos le permitieron llegar a Placentia a tiempo para alcanzar a Aníbal.68
Tras completar el cruce de la cordillera alpina con las tropas diezmadas, y después de haber logrado someter a la tribu de los Taurinos, Aníbal y su ejército avanzaron hacia el Este y se encontraron con el ejército romano de la Galia junto al río Tesino. La batalla del Ticino, una simple escaramuza entre la caballería romana liderada por el cónsul Publio Cornelio Escipión23​ y la caballería cartaginesa, puso de manifiesto por primera vez en suelo itálico las cualidades militares de Aníbal. El general púnico empleó a su caballería ligera, los númidas, para flanquear a las fuerzas romanas, mientras su caballería pesada hispana chocaba frontalmente contra los jinetes galos aliados de los romanos, los vélites y el resto de caballería italo-romana. El cónsul fue herido y salvado por un esclavo de origen ligur, aunque según otras fuentes su salvador fue su hijo de diecisiete años, Escipión, que posteriormente recibiría el sobrenombre de «el Africano» por la victoria decisiva sobre Aníbal en Zama.69​ Tras retirarse a su campamento, los romanos abandonaron el área del Ticino y acamparon en las cercanías del río Po junto a la colonia de Placentia, en Emilia-Romaña. Gracias a la superioridad de su caballería, Aníbal había obligado a los romanos a evacuar la llanura de Lombardía.669

Batalla del Trebia[editar]

Estrategias durante la Batalla del Trebia.
Antes de que la noticia de la derrota del Ticino llegara a Roma, el Senado ordenó al cónsul Tiberio Sempronio Longo traer sus tropas de Sicilia, para reunirse con Escipión y enfrentarse a Aníbal.70
Aunque no constituía más que una victoria menor, el resultado del encuentro junto al Ticino incitó a los galos33​ y a los ligures a unirse a los cartagineses,71​ lo que aumentó el tamaño del ejército púnico a 40.000 hombres, de los cuales 14.000 eran galos.30​ Publio Cornelio Escipión, gravemente herido y ante la deserción de algunos de los galos alistados junto a los romanos, se retiró a las tierras altas junto al río Trebia22​ para establecer un nuevo campamento, y salvaguardar de este modo su ejército.72​ Allí esperó la llegada del ejército consular de Tiberio Sempronio Longo, que había partido de Sicilia para reforzar a su colega.
Aníbal, gracias a sus hábiles maniobras, estaba en posición de contrarrestar a Sempronio, pues controlaba la carretera que iba de Placentia a Ariminum, que el cónsul debía seguir si quería unirse a Escipión. Aprovechando la situación, Aníbal tomó por traición Clastidium, actual Casteggio, en Lombardía —donde halló grandes cantidades de suministros para sus hombres. No obstante, este éxito no fue completo, pues, aprovechando la distracción del cartaginés, Sempronio avanzó y logró unirse a Escipión, acampado junto al río Trebia, cerca de Placentia.73​ Apenas llegó Sempronio a la zona, su caballería tuvo una refriega favorable con los forrajeadores púnicos que le hizo ganar confianza.
El día del solsticio de invierno del 218 a. C., tras acosar su campamento con su caballería númida, Aníbal logró que sus enemigos presentasen batalla. El día antes había emboscado a su hermano Magón con efectivos de infantería y caballería en una zona arbustiva cercana a la escena de la batalla. La Batalla del Trebia.30​ tuvo su inicio cuando el ejército romano cruzó el río y chocó contra los efectivos cartagineses. La caballería púnica junto a los elefantes y los hostigadores baleares, se concentró en el acoso de las alas romanas, poniendo en fuga a la caballería enemiga. Fuertemente presionados en las alas, se vieron atacados además por la espalda por los efectivos de Magón que estaban emboscados. Rodeados por todas partes, el centro de la infantería romana consiguió abrirse paso a su frente a través de los galos e hispanos que integraban el centro de la línea cartaginesa. De este modo logró escapar una parte de los efectivos romanos.2574​ De nuevo Aníbal había logrado una importante victoria, esta vez tras enfrentarse a dos ejércitos romanos mandados por los dos cónsules.

Batalla del Lago Trasimeno[editar]

Tras las victorias del Ticino y del Trebia, los cartagineses se retiraron a Bolonia,[cita requerida] para después continuar su marcha sobre Roma. Después de haber asegurado su posición en el Norte de Italia gracias a sus victorias, Aníbal trasladó sus cuarteles de invierno al territorio de los galos, cuyo apoyo parecía estar disminuyendo.75​ En la primavera del 217 a. C., el general cartaginés decidió establecer una base de operaciones más segura, situada al sur. Pensando que Aníbal estaba decidido a seguir avanzando sobre Roma, Cneo Servilio Gémino y Cayo Flaminio Nepote, los nuevos cónsules, movilizaron a sus ejércitos a fin de bloquear las rutas del este y del oeste, las cuales podían ser tomadas por Aníbal para marchar sobre Roma. La otra ruta que atravesaba Italia central se encontraba en la desembocadura del Arno. Este itinerario pasaba por una gran marisma que estaba sumergida más de lo habitual en ese período del año y, aunque Aníbal sabía que esta ruta era la más complicada, también era consciente de que constituía la vía más segura y más rápida hacia el centro de Italia. Como el historiador Polibio indica, los hombres de Aníbal marcharon cuatro días y tres noches sobre «una ruta que estaba bajo las aguas» y sufrieron una terrible fatiga acusada además por la falta de sueño.4950
El general atravesó los Apeninos y el Arno, presuntamente invadeable, sin oposición. No obstante, en los pantanos que había en las llanuras, Aníbal perdió gran parte de sus fuerzas y, al parecer, a sus últimos elefantes. A su llegada a Etruria (la actual Toscana), Aníbal decidió atraer al ejército principal romano, mandado por Flaminio, a una batalla campal, devastando ante sus propios ojos el territorio que se suponía debía proteger. Tal y como Polibio escribe:
Emboscada de Aníbal en el 217 a. C. en las orillas del lago Trasimeno.
Él [Aníbal] calculó que si rodeaba el campo e irrumpía en el territorio de más allá, Tito Quincio Flaminio (en parte por temor a los reproches populares y en parte a causa de su propia irritación) sería incapaz de soportar pasivamente la devastación del país, y le seguiría espontáneamente... ofreciéndole así ocasiones para atacarle.76
Al mismo tiempo, Aníbal intentaba romper los lazos de Roma con sus aliados, mostrándoles que Flaminio era incapaz de protegerles. A pesar de ello, Flaminio permaneció en Arretium sin mover un dedo. Incapaz de arrastrar a Flaminio a una batalla, Aníbal decidió marchar con fuerza contra el flanco izquierdo de su adversario, bloqueando su retirada a Roma. Esta maniobra se reconoce como el primer movimiento envolvente de la historia.
Aníbal emprendió posteriormente la persecución de Flaminio, a través de las colinas de Etruria. El 21 de junio, le sorprendió en un desfiladero en la ribera del Lago Trasimeno. En la batalla que se produjo, Aníbal destruyó completamente su ejército entre la colinas y la orilla del lago. 15.000 romanos murieron23​ y 10.000 más fueron apresados. Un grupo de 5.000 que pudo abrirse paso entre las líneas cartaginesas, fue finalmente rodeado en una colina vecina por la caballería púnica mandada por Maharbal y aceptó rendirse a cambio de su libertad. Aníbal no reconoció a su subordinado autoridad para tomar tal decisión e igualmente dejó como prisioneros a estos últimos rendidos.

Batalla de los Pantanos de Plestia[editar]

Dos días después, prosiguió su camino hacia el este atravesando Umbría. Junto a la zona pantanosa de Plestia, existía un contingente romano de 8.000 hombres venidos de la misma Roma de acuerdo a Apiano,77​ mandados por el pretor Cayo Centenio. Ordenó a su caballería bajo mando de Maharbal dar un rodeo a la posición de bloqueo que ocupaban las tropas romanas, y entonces las atacó frontalmente con su infantería y por la espalda con sus jinetes, eliminando a esta fuerza terrestre que se oponía a su avance sobre Roma, matando además a su jefe.78​ Polibio79​ y Livio80​ defienden que esta fuerza romana estaba compuesta sólo por 4.000 jinetes y en realidad se trataba de la caballería del ejército consular de Servilio Gémino que, desconociendo lo ocurrido en Trasimeno, la había mandado en avanzada para auxiliar a su colega Flaminio. Este número de 4.000 no coincide con la caballería de un ejército consular, por lo que la posibilidad de que fuese un contingente enviado desde Roma (al igual que en 207 a.C. fueron enviadas las dos legiones urbanas a bloquear el paso del río Nar en las cercanías de Narni cuando Asdrúbal Barca se acercaba a la costa adriática), resulta verosímil.
Tras este enfrentamiento se dirigió contra Spoletium, siendo rechazado su intento de asalto junto a una de las puertas de la ciudad, que hoy día conserva el nombre de "Porta Fuga" en recuerdo de estos hechos y su torre adyacente "Torre Oleum" por suponerse que arrojaron aceite hirviendo desde ella a los atacantes. Prosiguió entonces hasta Narnia donde el puente sobre el Nar81​ estaba cortado, y tras arrasar la comarca se dirigió hacia Piceno atravesando Umbría. Pese a su victoria, Aníbal, era consciente de que sin máquinas de asedio no podría tomar la capital, y teniendo cortado el puente para atravesar el río Nar y previsiblemente el resto de cauces que se encontrase hasta Roma, era preferible explotar su victoria desplazándose a la costa adriática de Italia, asolando territorios y campiñas y alentando una rebelión general contra el poder de la ciudad eterna. No en vano, después de Trasimeno, Aníbal había anunciado a sus prisioneros itálicos:
No he venido a luchar contra los italianos, sino a combatir a Roma en el nombre de los italianos.82
Tras estas dos derrotas seguidas en Trasimeno y Plestia, los romanos decidieron nombrar a Fabio Cunctator —«el que retrasa»— como dictador.30​ Separándose de la tradición militar romana, Fabio optó por emplear una nueva estrategia, que pasaría a la historia como la Estrategia Fabiana, que consistía en rechazar una batalla frontal contra su adversario mientras disponía varios ejércitos a su alrededor a fin de acosar a sus forrajeadores y limitar sus movimientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario