martes, 8 de octubre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA - HISPANIA ROMANA

Marco Anneo Lucanoa​ (39-65) fue un poeta romano, de origen hispano, autor del poema épico Farsalia.

Biografía[editar]

Lucano nació en CordubaBética, el 3 de noviembre del año 39. Fue nieto de Marco Anneo Séneca (Séneca el Viejo) y sobrino del filósofo Séneca.2​ Su padre, Marco Anneo Mela, pertenecía a la clase de los caballeros. Su madre, Acilia, era hija de un conocido orador. Cuando Lucano tenía ocho meses de edad, su padre se trasladó con toda la familia a Roma, ciudad en la que había residido y donde su tío, el filósofo, tenía adquirida una notable fama. Sin embargo, este último tuvo que sufrir por orden del emperador Claudio, en el año 41, exilio en la isla de Córcega del que regresó en el año 49 decidido a ocuparse de la instrucción de su amado sobrino.
Lucano dio muestras de una extremada precocidad que le llevó a ser poeta laureado a una edad temprana. También exhibió una gran capacidad productiva, que se vio violentamente truncada por su muerte a los veintiséis años. Su considerable obra está compuesta, entre otros títulos, por IlíacaSaturnaliaCatachthonion y Silvas; una tragedia, Medea; 14 libretos de pantomimas concebidas para el baile; un escrito dirigido a su joven esposa, Pola Argentaria, etc. Sin embargo, hasta nosotros ha llegado únicamente su epopeya en diez cantos sobre la guerra civil entre Julio César y Pompeyo, que lleva el título de Farsalia.
A los dieciséis años, Lucano era ya autor de tres composiciones y podía declamar en latín y griego. Marchó a Atenas en un viaje de instrucción, pero tuvo que regresar pronto ante los requerimientos del propio Nerón, que le concedía por entonces toda su estima y le incluyó en su cohors amicorum, es decir, su círculo de amigos. A los veintiún años recibió la dignidad de poeta laureado, y Nerón le honró nombrándolo augur e incluso dándole el cargo de cuestor de forma honorífica antes de haber cumplido la edad reglamentaria. Además intervino públicamente el año 60 en las Neronia, espectáculos artísticos creados por Nerón.
Pronto, sin embargo, la vesánica conducta del emperador, que era también poeta y le tenía envidia, cambió de signo para él, prohibiéndole realizar lecturas públicas, con lo que cayó en desgracia desde entonces. Los siguientes cuatro años, desde el 62 al 65, Lucano no sólo alternó sus escritos con composiciones satíricas y acusadoras contra el emperador y sus colaboradores, sino que llegó a participar activamente en la conjura de Pisón que se estaba fraguando contra el emperador.
Cuando la conspiración fue descubierta a causa de la imprudencia de alguno de los implicados, según el testimonio de Tácito y Suetonio, Lucano hubo de sufrir crueles interrogatorios, a lo largo de los cuales negó, admitió y se retractó alternativamente de sus culpas. Aunque estos testimonios no son demasiado dignos de crédito, al parecer llegó incluso a acusar a su propia madre para disminuir sus responsabilidades. Sobre este punto, cabe pensar que fue parte de la campaña de desprestigio de Nerón, ya que nunca se llegó a abrir un proceso contra la mujer. Lo cierto es que, tras recibir su condena a muerte, cuya forma de ejecución fue dejada a su elección, asumió una actitud digna y, en el mejor ejemplo de estoicismo posible, se cortó las venas el 30 de abril del año 65, y expiró recitando unos versos en los que había descrito el fin de un soldado que sufría su misma muerte, según lo describió el historiador contemporáneo Tácito. No obstante, dichos versos no se conservan en la actualidad.
Sobre su vida ofrecen datos varias vitae, una de ellas compuesta por Suetonio. Su esposa Pola Argentaria guardó su recuerdo fielmente e invitó a su fiesta natalicia a los poetas Marcial y Estacio.

Farsalia[editar]

Pharsalia, 1740
El título primitivo era Bellum civile. Es un poema narrativo muy realista que narra la guerra civil entre Julio César y Pompeyo, aunque el héroe parece ser un republicano, Catón de Útica, que se suicidó representando las virtudes del estoicismo; lo cierto es que la familia de Lucano era hispana y los hispanos eran pompeyanos,[cita requerida] por lo que en el poema aparece más simpática la figura de Pompeyo frente a la del ambicioso César; la fidelidad a los datos y el realismo que trasluce el poema (por ejemplo, prescinde de hacer intervenir en los asuntos humanos a los dioses) hicieron considerar a algunos que se trataba más bien de historia que de una epopeya, pese a sus indudables aciertos expresivos y líricos. Sí es evidente que en él dominan los efectos retóricos y declamatorios. El proemio contiene una dedicatoria, quizá irónica, en favor de Nerón, y siguen diez libros completos, el último más breve. Sus fuentes son ante todo Tito Livio y una perdida obra histórica de su abuelo, Séneca el Viejo. El libro décimo se interrumpe en el verso 546. Los primeros tres libros, dedicados a Nerón, aparecieron en vida del autor. Los restantes se publicaron póstumamente debido al veto del emperador, que claramente distinguía en ellos los motivos antimonárquicos. Hicieron ediciones críticas de la obra C. Hosius (1913) y A. E. Housman (1926). También existen abundantes comentarios antiguos de esta obra, editados por Hermann Usener en sus M. Annaei Lucani Commenta Bernensia, 1969.

Busto de Lucano, Cordoba.JPG










Marco Valerio Marcial (en latín, Marcus Valerius Martialis; Bílbilis, actual Calatayud1 de marzo de 40-ibídem104) fue un poeta latino.

Biografía[editar]

Procedía de Bílbilis (Calatayud), en la Hispania Tarraconense. Alrededor del año 64 marchó a Roma para terminar sus estudios jurídicos con la protección de Séneca, pero la caída en desgracia de éste y su suicidio en el año 65 le dejaron desamparado y su pobreza le obligó a sobrevivir de forma bohemia e itinerante como cliente de diversos patronos la mayor parte de los 35 años que pasó allí. Se ganó sin embargo la amistad de los mayores escritores de ese tiempo, Plinio el JovenSilio Itálico, el también satírico Juvenal y el gran rétor Marco Fabio Quintiliano, que también era hispanorromano. De la misma manera trabó amistad con el poeta gaditano Canio Rufo, un temperamento afín al suyo. Poco a poco favorecido por los emperadores Tito y Domiciano, a quienes dedicó interesados elogios, estos le nombraron miembro del orden ecuestre y ganó diversos honores, entre ellos la exención de los impuestos que habían de pagar los que no tenían hijos, esto es, el ius trium liberorum. Sin embargo, sus sucesores Nerva y Trajano se olvidaron de él y hubo de retornar a Bílbilis y aceptar allí el regalo de una propiedad campestre por parte de una admiradora; la vuelta a la vida rural era uno de sus grandes sueños. Allí marchó el año 98 para pasar su vejez y murió seis años después. Era la vida que ansiaba, como escribió en unos celebérrimos versos muy citados a su amigo Julio Marcial:
Las cosas que hacen feliz, / amigo Marcial, la vida, / son: el caudal heredado, / no adquirido con fatiga; / tierra al cultivo no ingrata; / hogar con lumbre continua; / ningún pleito, poca corte; / la mente siempre tranquila; / sobradas fuerzas, salud; / prudencia, pero sencilla; / igualdad en los amigos; / mesa sin arte, exquisita; / noche libre de tristezas; / sin exceso en la bebida; / mujer casta, alegre, y sueño / que acorte la noche fría; / contentarse con su suerte, / sin aspirar a la dicha; / finalmente, no temer / ni anhelar el postrer día.
Lib. X, ep. 47.

Obra[editar]

Incunable de los Epigramas de Marcial, editado en 1490 en Milán por Udalricus Scinzenzeler. Archivo del Gobierno de Aragón.
Su obra, que ha sobrevivido prácticamente íntegra, se compone de quince libros de versos, con prólogo en verso o en prosa, en diversos metros (sobre todo dístico elegiaco, pero también endecasílabos catulianos, hexámetros falecios y yambos catalécticos), un total de unos mil quinientos poemas pertenecientes a un solo género literario, el epigrama, en el que no tuvo en su tiempo rival y en el que superó a sus antecesores y modelos, Catulo y la Cicuta de Domicio Marso. En cierto modo el epigrama representaba el correlato en verso a la concisión de la prosa aforística del también hispanorromano Séneca el Joven.
El primer libro es el Liber spectaculorum, también primero cronológicamente hablando, ya que fue compuesto en el año 80 d. C. y celebra la construcción del Anfiteatro Flavio, actualmente conocido como Coliseo, por el emperador Tito.
Los Xenia (libro XIII) y los Apophoreta (Libro XIV) son dísticos compuestos para los regalos que hacían a los patronos los clientes en la fiesta de las Saturnales.
Los libros I y XII poseen un contenido vario: literatura, sociedad y temas personales. Llama la atención el silencio del autor sobre el historiador Tácito y el poeta Estacio, sus contemporáneos; si al segundo pudo considerarlo un rival, la falta de alusiones al primero es más difícil de explicar.
La fama de Marcial deriva principalmente de su ingenio satírico; pero, si bien fue un observador penetrante de la sociedad de su tiempo, su visión está afectada por la más absoluta indiferencia moral, por lo que no se le puede tener estrictamente por satírico. El tono de sus piezas oscila de la más pura lírica a la obscenidad más abyecta. Sus epigramas son también importantes por su valor documental, por la información que aportan sobre la sociedad romana de la época, que refleja con una gran vitalidad. Hace gala de un ingenio agudísimo y de una extrema concisión, que ha hecho a veces considerarlo el primero de los conceptistas españoles; también sabe encontrar hábilmente la parte miserable y oculta de las aparentes grandezas humanas. Los aprovechados, los sinvergüenzas, los degenerados, los hipócritas, la dama semimundana que envejece, el bailarín y toda la comedia humana de la gran metrópoli que era Roma en aquel tiempo aparecen vistosamente atacados y descritos en sus poemas. Pero si bien se burla siempre, a veces hiriendo, jamás lo hace con irritación moral. Se queja calculadamente de su pobreza y dedica lisonjas arrastradas e indignas al emperador Domiciano.
En el cuadro renacentista Retrato de Giovanna Tornabuoni (1488) de Domenico Ghirlandaio, podemos leer uno de sus epigramas en el fondo de la escena, que dice: "ARS VTINAM MORES ANIMVMQUE EFFINGERE POSSES PVLCHRIOR IN TERRIS NVLLA TABELLA FORET" (Arte, ojalá pudieras plasmar la conducta y el espíritu, no habría en la tierra pintura más hermosa).

Traductores y comentaristas de Marcial[editar]

El canónigo de Huesca Manuel de Salinas y Lizana hizo una traducción de los Epigramas de Marcial que puede encontrarse en la Agudeza y arte de ingenio de Baltasar GraciánJuan de Iriarte hizo otra ya en el siglo XVIII, que se halla en el primer tomo de sus Obras sueltas, (Madrid, Francisco Manuel de Mena, 1774). Víctor Suárez Capalleja hizo otra en tres tomos para la Biblioteca Clásica de la Casa Editorial Hernando.
Las agudezas de Marcial suscitaron frecuentemente, a la par que admiración, también el comentario erudito o moral de los humanistas desde el Renacimiento. Entre los escoliastas españoles destacan Baltasar de Céspedes por su Comentario a los Epigramas de Marco Valerio MarcialLorenzo Ramírez de Prado, por los suyos de 1607; el deán de Alcoy, Manuel Martí; el jesuita P. Tomás Serrano, que discutió con Girolamo Tiraboschi acerca de los méritos de Marcial en su singular libro Super iudicium Hieronymi Tiraboschi de Marco Valerio Martiale, Roma, ¿1786?; otros comentaristas fueron Víctor Suárez CapallejaMarcelino Menéndez Pelayo y Arturo Masriera.

Martialis.jpg

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