viernes, 10 de febrero de 2023

HISTORIA DE ESPAÑA

 IGLESIAS DE ESPAÑA

La iglesia de San Millán y San Cayetano es un templo católico de la ciudad española de Madrid. De estilo barroco, está situado en el n.º 15 de la calle de Embajadores.

Iglesia de San Cayetano
Bien de Interés Cultural
Iglesia de San Millán y San Cayetano (Madrid) 07.jpg
PaísEspaña
UbicaciónMadrid
Direccióncalle de Embajadores (15) y calle del Oso
Coordenadas40°24′34″N 3°42′20″O
Información general
Usosiglesia
Estiloarquitectura barroca
Declaración19 de mayo de 1980
CódigoRI-51-0004425
Construcción1669-1761
ArquitectoMarcos LópezJosé de ChurrigueraPedro de Ribera y Francisco Moradillo
Información religiosa
CultoIglesia católica
DiócesisArchidiócesis de Madrid
Clero secular
AdvocaciónSan Millán y San Cayetano

Historia[editar]

La actual iglesia de san Cayetano tiene su origen en la iglesia del Convento de Nuestra Señora del Favor, ya desaparecido. En este lugar existió en su día un oratorio dedicado a san Marcos y a Nuestra Señora del Favor, fundado en 1612 por Diego de Vera y Ordóñez de Villaquián. El lugar de erección del oratorio fue el de unas casas de su propiedad en la calle del Oso. Treinta y dos años más tarde, el padre Plácido Mirto funda una casa de teatinos en el lugar. La iglesia quedó bajo la advocación de san Cayetano de Thiene, cofundador de la orden teatina.

En 1822, durante el trienio liberal, se decreta por parte del Gobierno el traslado de los teatinos a un convento de Zaragoza, quedando totalmente abandonado el edificio, el cual y de una manera provisional fue cedido a los frailes franciscanos de San Gil, llamados popularmente gilitos, mientras se reconstruía su convento, destruido durante la ocupación francesa. En 1836, y debido a la desamortización de Mendizábal, el propio convento pasa a ser destinado a viviendas, quedando sólo la iglesia original destinada a servicios religiosos.

En 1869 se produce el traslado de la sede de la derribada parroquia de San Millán Abad, sita en la plaza de la Cebada, a esta iglesia, creándose así la iglesia parroquial de san Millán y san Cayetano.

La iglesia resultó incendiada con latas de gasolina el 19 de julio de 1936, durante la guerra civil, por grupos de extrema izquierda. Solo quedó en pie la fachada, gracias a las labores de mantenimiento que realizó Fernando Chueca Goitia durante la guerra.1​ En 1960 una comisión de eclesiásticos y laicos que, entre otros, integraba la duquesa de Alba, aprueba la reconstrucción del templo, reabierto al culto el 6 de agosto de 1962.

En 1980 el templo fue declarado Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional. En la actualidad tiene el estatus de Bien de Interés Cultural.

Descripción[editar]

Cabecera de la iglesia

La iglesia comienza a construirse en el año 1669 por el arquitecto Marcos López. Las obras son probablemente continuadas por José de Churriguera y Pedro de Ribera. Sin embargo, el templo no fue terminado hasta 1761, a cargo del arquitecto Francisco de Moradillo.

La fachada, levantada por Moradillo, fue construida en granito, componiéndose de ocho robustas pilastras rematadas con capiteles de orden compuesto. Las pilastras de los dos extremos encuadran las dos torres y entre las cuatro del centro se disponen tres arcos de acceso de medio punto. Sobre los arcos de la fachada se colocaron en hornacinas ricamente decoradas las estatuas de san Cayetano, de Nuestra Señora del Favor, y de san Andrés Avelino, realizadas en piedra por Pedro Alonso de los Ríos.

La planta es de cruz griega, constando de tres naves y cuatro capillas cerradas con sus correspondientes cúpulas, más una gran cúpula central de tambor sobre pechinas.

El interior perdió la práctica totalidad de las obras de arte que conservaba en el incendio de la Guerra Civil, incluyendo el retablo mayor. El retablo actual, realizado por Manuel Paradela Segade, imita modelos barrocos, con copias de cuadros famosos del Museo del Prado. La desnudez decorativa resalta la calidad de los detalles (ménsulaspilastrascornisas), y el enlucido claro dota al interior de una intensa luminosidad. En una de las capillas, bajo una sencilla lápida, se encuentra la sepultura de Pedro de Ribera, el arquitecto principal del edificio, que vivía en la casa frontera con la iglesia y fue feligrés de la misma toda su vida.








La colegiata de San Isidro, también llamada colegiata de San Isidro el Real, es un templo de culto católico situado en el casco histórico de la ciudad española de Madrid, en el número 37 de la calle de Toledo. Fue la catedral provisional de la ciudad hasta 1993, año en el que se consagró la catedral de la Almudena.

El edificio fue construido en el siglo xvii como iglesia del antiguo Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, que se encuentra anexo al edificio. En ella se custodian los restos mortales de san Isidro, patrón de Madrid, y de su esposa, santa María de la Cabeza.

Colegiata de San Isidro
Bien de Interés Cultural
Main facade of the Colegiata de San Isidro 2022.jpg
Fachada principal de la colegiata de san Isidro
Localización
PaísEspaña
DivisiónCentro
Madrid
Direccióncalle de Toledo (37)
Coordenadas40°24′46″N 3°42′25″O
Información religiosa
CultoIglesia católica
DiócesisArchidiócesis de Madrid
Ordenclero secular
Usoiglesiacolegiata y catedral católica
AdvocaciónSan Isidro
Historia del edificio
Fundación1651
Construcción1622-1664
1.ª reforma: 1767-1769
2.ª reforma: 1941-1942
ArquitectoPedro Sánchez
Francisco Bautista
Ventura Rodríguez (primera reforma)
Javier Barroso (segunda reforma)
Datos arquitectónicos
Estiloarquitectura barroca

Historia[editar]

El templo se debe a un diseño del año 1620, obra del arquitecto Pedro Sánchez. Las obras, que comenzaron dos años después, fueron dirigidas por este maestro hasta 1633 y continuadas posteriormente por Francisco Bautista y Melchor de Bueras, quienes finalizaron la construcción en 1664.2

La iglesia sustituyó a la parroquia de san Pedro y san Pablo, del siglo xvi, que fue demolida, junto al primitivo Colegio Imperial, siguiendo las instrucciones dejadas en su testamento por María de Austria (1528-1603), hija del emperador y rey de España Carlos I. La Emperatriz legó su fortuna a la Compañía de Jesús con el propósito de que se construyera un edificio de nueva planta sobre el solar de la iglesia derribada.

Estatuas de san Isidro y santa María de la Cabeza en la fachada.

El templo fue consagrado el 23 de septiembre de 1651, trece años antes de su conclusión, quedando adscrito a la citada orden religiosa e inicialmente dedicado a san Francisco Javier. En 1767, con la expulsión de los jesuitas, se transformó en colegiata.

Dos años después, por orden del rey Carlos III quedó bajo la advocación de san Isidro, coincidiendo con el traslado del cuerpo incorrupto del santo desde la iglesia de san Andrés. También fueron trasladadas desde el Oratorio de la Casa de la Villa las reliquias de su esposa, santa María de la Cabeza. Ambos sagrados restos están custodiados por la Real, Muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid.

Su interior fue reformado en ocasión a la nueva advocación por el arquitecto neoclásico Ventura Rodríguez, que proyectó un nuevo presbiterio y el retablo del altar mayor, además de una rica decoración.3

En 1885, con la constitución de la diócesis de Madrid, pasó a ser la catedral provisional de esta ciudad, rango que ostentó durante más de un siglo, hasta 1993, cuando se concluyó la actual catedral de santa María de la Almudena y san Isidro recuperó la condición de colegiata. Precisamente en las escaleras del templo cayó abatido a tiros el primer obispo de la diócesis, Narciso Martínez Izquierdo el 18 de abril de 1886, asesinado por el sacerdote Cayetano Galeote.4

Interior del templo hacia la cabecera.

En 1936, el edificio fue incendiado nada más comenzar la Guerra Civil Española. El fuego destruyó numerosas obras de arte, entre ellas el retablo mayor, así como lienzos de Francisco Ricci o Luca Giordano. El incendio también provocó el hundimiento de la cúpula, la primera encamonada de la arquitectura española (estructura de madera –a base de camones– y casquete de yeso colgado). Las crónicas posteriores, en su afán literario por engrandecer la tragedia, hablan de manera errónea de la destrucción de toda la cubierta. Esto se demostró falso a raíz de una investigación llevada a cabo por alumnos de la Escuela de Arquitectura de Madrid: solo se hundió el casquete y la linterna de la cúpula, el resto de cubiertas son originales.5​ Sin embargo, la destrucción de numerosas imágenes, retablos (incluyendo el mayor), pinturas y los daños en la propia estructura del templo fueron muy grandes.

Tras la contienda, todo el templo fue restaurado. El proceso se desarrolló lentamente a lo largo de dos décadas, intentando recuperar en lo posible los elementos originales, hasta culminar en la década de 1960 con la elevación de un tramo nuevo en las torres de la fachada principal, según proyecto del arquitecto Javier Barroso, quien dirigió todo el proceso. Asimismo se hizo una réplica fiel del retablo mayor de Ventura Rodríguez, por la casa Granda.

El templo albergó, hasta la finalización de las obras de la catedral de la Almudena, las imágenes de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid, así como el Cristo de la Buena Muerte, obra magistral de Juan de Mesa. Ambas imágenes fueron trasladadas a la nueva catedral tras su consagración.

Desde 1978 el templo es sede canónica de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena, que recoge el testigo de estas dos devociones sevillanas y efectúa su salida procesional de Semana Santa en la tarde del Jueves Santo.

Descripción[editar]

Cúpula de la capilla de Jesús del Gran Poder.

La colegiata de san Isidro es uno de los edificios más representativos de la arquitectura religiosa madrileña del siglo xvii. Fue levantado en estilo barroco por arquitectos jesuitas, que siguieron el modelo definido en la iglesia del Gesù, de Roma. Su planta de cruz latina de una sola nave, con capillas laterales, crucero y cúpula, denota esta influencia.

La fachada principal, que da a la calle de Toledo, destaca por su aire monumental con reminiscencias palaciales. Realizada en granito, integra un cuerpo central de cuatro columnas corintias, presidido por un grupo escultórico con las efigies de san Isidro y su esposa santa María de la Cabeza. Los capiteles que coronan las columnas son los característicos de Francisco Bautista, quien utilizó en los mismos elementos decorativos personales, como la doble hilera de hojas de acanto con molduras de ovas. A ambos lados de este cuerpo central se alzan dos pares de pilastras, igualmente corintias, que configuran la vertical de las torres. Estas son de planta cuadrada y presentan balaustrada intermedia. Están rematadas por chapiteles octogonales, que terminan en aguja, añadidos durante la reforma del siglo xx.

Sobre el crucero se levanta la cúpula, igualmente diseñada por Bautista. Es el primer ejemplo de cúpula encamonada, un tipo de falsa cúpula trazada sobre un armazón de madera recubierto de yeso, que, dada su ligereza, facilita su apoyo sobre muros de escaso grosor. La fórmula, ideada por Bautista como medida de abaratamiento de costes, se extendió rápidamente a otras construcciones madrileñas del siglo xvii.

El interior del templo, rico en obras de arte, perdió gran parte de las mismas en el incendio de 1936. Se salvaron, no obstante, el sarcófago con las reliquias de san Isidro y algunas pinturas y esculturas; así, un excelente retablo presidido por La Sagrada Familia, también llamado Las dos Trinidades, lienzo de Sebastián Herrera Barnuevo, considerada la obra maestra de este artista, en la capilla del Pilar; o varios cuadros del maestro barroco Francisco Ricci, entre ellos el que representa La conversión de san Francisco de Borja, en el retablo del brazo izquierdo del crucero.6​ Destaca también la decoración y retablo de la capilla del Jesús del Gran Poder, de exuberancia típicamente barroca y en la que intervinieron Claudio Coello y Francisco Ricci. La capilla de la Dormición muestra, por su parte, un valioso retablo pictórico del siglo xvi y como banco del mismo, un movido relieve escultórico de la Dormición de María, excelente conjunto del barroco madrileño del siglo xvii. En la nave mayor, frente al presbiterio, sobresale el púlpito, realizado en una combinación de mármoles polícromos.

El grandioso retablo mayor, que había sido trazado por Ventura Rodríguez,y que contenía esculturas y pinturas de Manuel PereiraJuan Pascual de Mena y Anton Raphaël Mengs, entre otros, fue pasto de las llamas. No obstante, fue reproducido fielmente en sus formas en el actual retablo por los artistas José Lapayesse y Félix Granda tras la Guerra Civil. En sendas urnas mortuorias dentro del mismo, descansan los restos del santo patrono de Madrid y de su mujer, salvados del fuego.

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