IGLESIAS DE ESPAÑA
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de la localidad de Orcera (Provincia de Jaén, España) es una construcción del siglo XVI.
Su portada-retablo, del último tercio del siglo XVI, pertenecía al desaparecido convento de Santa María de la Peña. La torre del campanario procede de un torreón del castillo que existió en Orcera.
Presenta planta basilical, con la nave dividida en tres tramos, cubierta por bóvedas góticas de terceletes y la capilla mayor por bóveda estrellada. Presenta arco de medio punto con relieves de las Virtudes en las enjutas. El segundo cuerpo está compuesto por tres hornacinas separadas por estípites. El ático presenta el frontón partido sostenido por dos mascarones, flanqueados por figuras masculinas que sostienen pináculos, y sobre el tímpano, figuras desnudas con cuernos.
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Natividad de Jamilena (Provincia de Jaén, España) es un templo cuya construcción comenzó en el siglo XVI por mandato del emperador Carlos V y que en un principio formaba parte del proyecto de remodelación y ampliación de las iglesias calatravas de la . Su nueva planta vendría a ser una importante reforma y ampliación que se hizo a la antigua iglesia medieval, la cual era de dimensiones más reducidas.
El trazado de la iglesia y las primeras obras corrieron a cargo del arquitecto Francisco del Castillo "El Mozo", discípulo del arquitecto italiano Jacopo Vignola. La iglesia fue terminada en el siglo XVII por Juan Sequero de la Matilla.
La iglesia parroquial de Jamilena es un templo que sigue muy bien el modelo propuesto por Vignola para las iglesias jesuíticas, es decir nave única con capillas hornacinas a los lados.
En el altar mayor de esta iglesia podemos encontrar un magnífico retablo del escultor Francisco Palma Burgos.
Igualmente, es de destacar la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno, donde encontramos un magnífico lienzo de un nazareno pintado hacia 1883, copia de otro anterior realizado hacia 1667 y desparecido durante la Guerra Civil Española.
Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad de Jamilena | ||
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Bien de Interés Cultural Patrimonio histórico de España | ||
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Localización | ||
País | ![]() | |
Ubicación | Jamilena, ![]() | |
Coordenadas | 37°44′48″N 3°54′41″O | |
Datos generales | ||
Categoría | Monumento Nacional | |
Código | RI-51-0008703 | |
Declaración | 1993 | |
Construcción | Siglo XVI - Siglo XVIII | |
Estilo | Renacimiento |
La iglesia parroquial de Nuestra Señora del Collado de Segura de la Sierra (Provincia de Jaén, España) al parecer tiene un origen románico, pero no se puede asegurar debido a que las tropas napoleónicas la incendiaron en su huida en 1810 y fue reconstruida en 1815 por el Infante Francisco de Paula Antonio. El templo también fue incendiado durante la guerra civil, en 1936.
Descripción[editar]
La iglesia se compone de una única nave rectangular con bóveda. Tres capillas se abren en su planta, la más próxima al Evangelio se abre con un arco de medio punto y custodia una serie de iconografías representados el Santo Entierro, San José, etc. La segunda capilla, al lado de la Epístola, tiene una estructura similar. La última capilla tiene una talla de gran valor artístico, La Virgen de la Peña. Se trata de una pequeña virgen de alabastro, procedente al parecer del monasterio franciscano de la Virgen de la Peña, cercano a Orcera. La pieza se cree gótica y cabría fecharla en el siglo XIV, lo que la convierte en una de las más antiguas de Jaén. Recientemente ha sido restaurada.
En el exterior de la iglesia destaca su torre construida de mampostería y de planta cuadrangular, con un segundo cuerpo de campanas terminado en una pirámide octogonal y cruz de hierro. Sus dos portadas se abren con arcos de medio punto y una de ellas presenta un escudo con la Cruz de Santiago, mientras que la otra exhibe figuras de un querubín y alegóricas.
Historia[editar]
El proceso de edificación de la iglesia de San Pedro en Sabiote (Jaén) fue lento, distinguiéndose en él hasta cuatro etapas constructivas, dentro de un arco temporal que abarcaría entre el año 1500 y el 1680.
De su primera fase conserva esta iglesia sus dos portadas laterales: la norte labrada bajo los auspicios del obispo don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce (1500-1520); la otra, meridional, erigida bajo el mandato episcopal del cardenal don Esteban Gabriel Merino (1523-1535).
La primera, de un estilo gótico flamígero, puede estar vinculada al maestro Pedro López. La segunda, protorenacencista o plateresca, tal vez fuera obra relacionada con Diego de Alcaraz. Ambas portadas serían incorporadas a la nueva fábrica levantada en los siglos XVI y XVII, al ser reemplazada la anterior obra gótica.
Se trata de una iglesia de tres naves a igual altura separadas por pilares exentos y cabecera plana y destacada, la traza original de este espléndido templo de salón ha sido tradicionalmente atribuida a Andrés de Vandelvira, quien llevaría a cabo la cabecera y el primer tramo de la fábrica, cubierto por nervaduras góticas estrelladas.
A la muerte de Vandelvira, los trabajos permanecerían bajo la supervisión de Alonso de Barba, siendo éstos ejecutados por Juan de Madrid y Alonso de Vandelvira.
Alonso de Barba continúa con un proyecto plenamente vandelviriano. Las obras van a buen ritmo y se han levantado, prácticamente, sus dos nuevos tramos, aquellos que se cubren con bóvedas baídas. Desaparecidos de la escena sus maestros, hacia 1593, son continuados los trabajos por Juan de Vandelvira, quien previamente se había concertado con los canteros Pedro Murciano y Diego Gil.
Finalmente, entre 1621 y 1680, esencialmente bajo el mandato del cardenal don Baltasar Moscoso y Sandoval, la fábrica recibe un definitivo impulso, cubriéndose el último tramo de los pies y erigiéndose la torre, a partir de 1637, por el cantero ubetense Cristóbal del Pozo bajo la dirección de Juan de Aranda y Salazar. Este imponente campanario, de 30 metros de altura, luce el escudo episcopal de don Baltasar Moscoso y Sandoval en su primer cuerpo, coronándose el conjunto con chapitel de base poligonal.
La Sacra Capilla del Salvador del Mundo es un templo construido bajo patrocinio de Francisco de los Cobos como panteón anexo a su palacio de Úbeda (provincia de Jaén), en la actualmente llamada plaza Vázquez de Molina.
Mandada construir en 1536, formaba parte de un extenso programa artístico (del que formaban parte su Palacio, una Universidad y un Hospital)1 destinado a encumbrar la fama, la fortuna y la gloria personal que había alcanzado el secretario personal de Carlos V; para lo que recurrió a artistas de primer nivel. El proyecto inicial se encargó al burgalés Diego de Siloé, mientras que la realización corrió a cargo de Andrés de Vandelvira a partir de 1540. El templo fue consagrado en 1559. Su primer capellán fue el Deán Ortega, para quien se construyó el gran palacio que hay a la izquierda de la fachada principal de la capilla.
El Salvador fue la empresa más ambiciosa de toda la arquitectura religiosa privada del Renacimiento español. Declarado monumento histórico-artístico en 1931, se ha convertido, a su vez, en uno de los más divulgados símbolos de esta ciudad cuyo conjunto monumental renacentista, que junto con el de Baeza, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003.
Sacra Capilla del Salvador | ||
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Bien de Interés Cultural | ||
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Localización | ||
País | ![]() | |
Comunidad | ![]() | |
Provincia | ![]() | |
Localidad | Plaza Vázquez de Molina | |
Ubicación | Úbeda | |
Dirección | Plaza Vázquez de Molina | |
Coordenadas | 38°00′29″N 3°21′59″O | |
Usos | panteón | |
Estilo | Renacimiento español | |
Declaración | 6 de abril de 1931 | |
Código | RI-51-0000657 | |
Construcción | 1559 | |
Arquitecto | Diego de Siloé y Andrés de Vandelvira |
Descripción e interpretación[editar]
Es un templo funerario. La compleja decoración escultórica de emblemas y escudos nobiliarios de la fachada principal y del interior (que contrasta con la rancia austeridad hispánica de palacio, de sobriedad castellana extrema, en la cercana calle de Francisco de los Cobos), encierra un simbolismo funerario que conduce a la finalidad del espacio centralizado de la cripta acogida en una grandiosa y simbólica rotonda de forma circular, la más perfecta para expresar la Unidad o esencia infinita emanada de la uniformidad y Justicia de Dios, según la tratadística arquitectónica renacentista (Palladio).
Siloé, siguiendo a Vitrubio, aplicó principios neo-pitagóricos a los planos, que determinaron para la nave central una longitud de ochenta pies de vara (algo más de 22 metros) y una anchura de 40 pies (unos once metros), y una altura de 100 pies (unos veintiocho metros).
Uno de los rasgos más interesantes de la decoración arquitectónica del Salvador, que hace escuela en toda la región y viene a ser de los más típicos de la escuela vandelviresca, es el uso de la figura humana en función de miembro arquitectónico: cariátides (figuras femeninas), atlantes o telamones (masculinas), hermas (desmembrados), etc. Estos motivos debieron de ser aportaciones de Esteban Jamete, natural de Orleáns, dado que estas figuraciones estaban en boga en la arquitectura francesa de la época.
Exterior[editar]
Cuenta con una sola torre rematada en forma de cebolla, al estilo centroeuropeo.
Su portada plateresca, cuya profusa labra es de Esteban Jamete, ha sido especialmente ponderada, en especial por la forma en que destacan sus tonos dorados con la luz del sol poniente. En la fachada principal se representan los escudos de los Cobos (cinco leones rampantes sostenido por majestuosos atlantes) y los Mendoza (por María Hurtado de Mendoza, mujer del patrocinador). En la fecha de sus esponsales (1522) ella tenía sólo 14 años y él superaba los 40; tras la muerte del marido, la viuda continuó impulsando las obras de la Capilla hasta su inauguración (8 de octubre de 1555).
La puerta principal, planteada como arco de Triunfo, tiene representados en el intradós una serie de dioses clásicos: Eolo, Neptuno, Vulcano, Anteo, Diana, Mercurio, Venus, Febo, Marte, Júpiter y Saturno.
El friso está decorado con escenas del Éxodo.
En el segundo cuerpo aparecen referencias a los trabajos de Hércules, y en el punto central un relieve de la Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor. Se establece un paralelismo entre las figuras de Hércules y Jesús (en ambos casos, el hijo del dios supremo tiene que vivir como mortal y superar penosas pruebas para, tras una muerte cruel debida a una traición, recuperar la posición que le corresponde junto a su padre).
En el tercer cuerpo, un ventanal de medio punto rematado con un frontón triangular. A los lados de la puerta, dos escudos sostenidos por tenantes, -elementos de la arquitectura renacentista muy frecuentes en Úbeda-, con las armas de los Cobos -siempre en el lado del Evangelio- y de los Mendoza; lo que se repite en lo más alto de los contrafuertes y en los óculos. En la parte baja de los contrafuertes a la izquierda, la lucha de Hércules y Gerión y, a la derecha, Hércules y los toros de Gerión. A los lados, otras dos portadas triunfales, diseñadas por Vandelvira y esculpidas por Esteban Jamete. La portada norte está dedicada a Santiago (el mecenas era caballero de Santiago) y la portada sur, a la Caridad.
Interior[editar]
El interior fue diseñado en su mayor parte por Diego de Siloé como templo funerario, con una gran rotonda y una nave añadida, quedando la rotonda para los nobles, y la nave para el pueblo. El altar mayor está presidido por un retablo de madera de Alonso Berruguete, que representaba la Transfiguración. Fue quemado por los milicianos en la Guerra Civil y solo se conserva el Cristo central. La restauración es de Juan Luis Vassallo.
El templo alojó un repertorio de esculturas, reliquias, orfebrería y pinturas, piezas de sumo valor adquiridas o regaladas a su fundador, como la famosa Piedad de Úbeda de Sebastiano del Piombo (luego llevada a la Casa de Pilatos de Sevilla y actualmente en préstamo en el Museo del Prado de Madrid); un cáliz de oro, regalo de Carlos V; una macolla de cruz procesional de Francisco Martínez de 1542; una cabeza relicario; un calvario de Pieter Coecke (hoy custodiado temporalmente también en la Casa de Pilatos de Sevilla) y un crucifijo de marfil del siglo XVI. Pero seguramente la pieza más comentada del conjunto es una estatua de San Juanito esculpida en mármol, que fue atribuida por Gómez-Moreno a Miguel Ángel; autoría que ha sido avalada por expertos posteriores. Seriamente dañada en 1936, los fragmentos conservados fueron enviados por la Casa de Medinaceli a Florencia en 1995, a fin de intentarse su reintegración; ardua labor completada en 2013. La escultura ya restaurada se expuso en Italia, y en 2015 en el Museo del Prado de Madrid.
La reja finísimamente trabajada que separa rotonda y nave es de Francisco de Villalpando, fundida en 1555, con dos tramos y tres cuerpos, el central más elevado y esbelto.
En la crestería hay cuatro medallones con las Virtudes y en el centro el escudo nobiliario de los Cobos, cerrándola una cruz. La bóveda central está sostenida por columnas corintias adosadas; sobre su entablamento una galería corrida a la que dan tribunillas que en la embocadura del arco llevan cariátides. La decoración de las bóvedas es más sobria que el resto, intentando asemejar las nervaduras del estilo Isabel.
Sacristía[editar]
La sacristía está considerada como una de las principales obras del Renacimiento español, con una riquísima decoración escultórica que simboliza vicios y virtudes, de Esteban Jamete, sobre un diseño realizado completamente por Vandelvira, precedente del que luego construiría en la Catedral de Jaén. Con arcos que dejan hornacinas para alojar las cajoneras donde se guardaran los ternos del culto, está decorada con toda clase de figuras, bustos y alegorías. El entablamento está sostenido por cariátides que, a su vez, descansan en cabezas humanas. Las figuras que están en las enjutas de los arcos son las Sibilas. En la sacristía hay restos de tablas del coro alto, sillerías del coro bajo, orfebrería de gran valor histórico y artístico, una arqueta-relicario, macolla y cañón de cruz, y algunas pinturas de distintas escuelas.
Destaca su originalísima puerta, realizada en una esquina, como una de las soluciones arquitectónicas más atrevidas y bellas de Vandelvira. Se dice que representa la Puerta del Edén. En lugar de columnas, hay cariátides con cestos de flores en la cabeza, que sostienen un doble entablamento separado por grutescos, sobre el cual, bajo dosel de piedra, está la Virgen de la Paz proclamando la concordia entre el poder y el pueblo, personificados por un emperador y un siervo que se arrodillan a su lado, completándose la decoración con dos angelotes.
Dentro del campo de la estereotomía, la solución de puerta en esviaje de esquina y rincón demuestra el alto grado de conocimiento arquitectónico por parte de Vandelvira.
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