domingo, 30 de junio de 2024

HISTORIA DE ESPAÑA

 ESCULTURAS BARROCAS ESPAÑA


María Magdalena
Autoranónimo
Creación1705
UbicaciónIglesia de Santa María Magdalena de ArrigorriagaGran BilbaoVizcaya (País VascoEspaña)
Estilobarroco
Materialmadera de nogal policromada

María Magdalena es una obra anónima realizada en 1705. Está ubicada en la Iglesia de Santa María Magdalena de Arrigorriaga, en Gran BilbaoVizcaya (País VascoEspaña).

Historia[editar]

Origen[editar]

Los orígenes de la imagen resultan inciertos; la pieza ha sido atribuida indistintamente a Santiago de Castaños1​ y a Nicolás Teille,2​ si bien la tesis defendida por el economista, abogado y escritor Armando Astarloa Solaun tras siete años de investigación es la que goza de más peso en la actualidad. En 2008, durante un viaje a San Petersburgo, Solaun acudió al Museo del Hermitage y reparó en la pintura Magdalena penitente (c. 1565), obra de Tiziano. Tras hallar numerosas similitudes entre el cuadro y la imagen venerada en Arrigorriaga, Solaun realizó una infructuosa búsqueda en internet, viajando posteriormente a Florencia con el fin de obtener información sobre el origen de la escultura; en el Palacio Pitti descubrió una versión temprana de la obra del Hermitage la cual guarda aún más similitudes con la talla, lo que llevó a Solaun a interpretar el lienzo conservado en Florencia como el modelo en el que se basó el autor de la imagen. Al poco tiempo contactó con la directora del Museo de Imaginería de Valladolid, quien una vez estudiada la pieza confirmó su datación aunque indicó que no era apta para el culto a causa de su desnudez, lo que provocó el enfado de Solaun debido a que la imagen llevaba más de un siglo expuesta a la veneración de los fieles en Arrigorriaga, su localidad natal,3​ además de resultarle llamativa por otro lado la producción de una talla de este tipo en una época en la que seguían vigentes tanto la Santa Inquisición (entonces en su apogeo) como el Concilio de Trento, autoridades que vetaban del culto público las imágenes desnudas.4

En Tenerife, su lugar de residencia, el escritor, disgustado por los resultados del análisis, recordó entonces la escultura de una mujer semidesnuda danzando con un esqueleto: Bailando con la Muerte (1893), realizada por Giulio Monteverde y ubicada en el cementerio monumental de Staglieno, en Génova. Gracias a este detalle llegó a la conclusión de que la imagen de Arrigorriaga no fue concebida para una iglesia sino para un cementerio, más concretamente para una cripta al ser una pieza tallada en madera. Solaun emprendió una búsqueda por diversas criptas en Génova, llevándolo su investigación hasta Saint-Maximin-la-Sainte-Baume, en Francia. Tras concertar una cita con las autoridades de la Basílica de Santa María Magdalena, Solaun viajó en barco hasta Marsella, donde un vehículo puesto a su disposición lo condujo hasta la cripta en la que reposan los restos de la santa, supuestamente el lugar de destino original de la escultura y desde el cual sería trasladada a París, permaneciendo oculta en un desván alrededor de 80 años por disposición de los masones con el fin de evitar su destrucción dadas las tensas relaciones entre el Estado y la Iglesia en el siglo xix.3​ Tras varias disputas entre Napoleón y el clero, Solaun cree que un sobrino del emperador, masón interesado en las lenguas gallega y euskera, llevó la pieza a finales del siglo xix a Arrigorriaga (tenía relación personal con dos habitantes además de con las autoridades eclesiásticas del País Vasco).345​ A mayores, el escritor considera que la llegada de la imagen a la localidad pudo deberse también al hecho de que María Magdalena era la santa patrona del lugar y, por lo tanto, no iba a generar ninguna sospecha en la Iglesia.4

Autoría[editar]

Respecto a su autoría, durante una restauración acometida entre 2013 y 2014 se descubrió la siguiente inscripción en la parte posterior de la talla: «Nicolaus Zume, 1705». Solaun investigó en Génova y en el resto de Italia acerca de este artista, del que no pudo encontrar información, aunque debido a la certeza que tenía de que el autor debía de haber elaborado otras esculturas, siguió realizando averiguaciones que lo llevaron hasta América. En la época de las misiones, los jesuitas que llegaron a la selva de Paraguay, donde fundaron la Misión jesuítica de San Ignacio Miní, cerca de las cataratas del Iguazú, se identificaron en función de las cualidades que poseían; «Zume» significa «quien tiene dotes para el arte», por lo que «Nicolaus Zume» puede hacer referencia a una persona o a una escuela de San Nicolás donde un sacerdote jesuita y maestro de talla llamado Giussepe Braselani dirigió a un grupo de nativos (guaraníes) en la producción de arte sacro. Estas piezas, de gran valor artístico e histórico, serían destruidas en gran medida por los ejércitos de Carlos III en connivencia con la Iglesia, por lo que de confirmarse esta teoría, la imagen venerada en Arrigorriaga sería la única de este tipo en todo el mundo conservada fuera de América.346​ Pese a las afirmaciones de Solaun, el historiador del arte Javier Baladrón Alonso atribuye la obra a de Castaños además de situar su hechura en 1692,7​ año de la factura del retablo que preside,8​ compartiendo esta opinión los escritores Vicente Méndez Hermán, Rubén Sánchez Guzmán, José Javier Vélez Chaurri, Rosa Margarita Cacheda Barreiro, Mario Cotelo Felípez, María Garganté Llanes, Alejandro Cañestro Donoso, Germán Antonio Ramallo Asensio y Sergio Ramírez González.1

Descripción[editar]

La talla, ubicada en la hornacina principal del retablo mayor, está encuadrada en la escuela genovesa9​ y muestra a la Magdalena de pie en actitud de penitencia. De rostro implorante y vista dirigida al cielo, con la mano izquierda sujeta un crucifijo de rudimentaria factura mientras que la derecha se halla abierta en un gesto retórico. A tamaño natural, viste una tela rígida de aspecto vegetal cubierta por un manto de color rosa con ribete dorado el cual exhibe un conjunto de suaves pliegues artísticamente cruzados sobre el muslo izquierdo. La figura se halla dotada de gran movimiento por el hecho de tener la pierna izquierda notablemente adelantada con respecto a la derecha, lo que sumado a la torsión del tronco en la dirección opuesta provoca que la imagen tenga una disposición helicoidal y una clara diagonalidad, detalle que acerca esta pieza a los modelos cortesanos.1​ El torso se halla completamente desnudo y ambos pechos a la vista pese a que el cabello, dotado de voluminosas ondulaciones, cubre parte del seno izquierdo y el vientre, zona en la que destaca una cadena a modo de cíngulo. La escena se completa con una formación rocosa en cuya cúspide destaca una calavera, elemento característico en la iconografía de la Magdalena penitente al igual que el frasco de perfumes situado a sus pies.







Nuestra Señora de los Dolores
Autoranónimo (atribuida a un escultor vinculado a la escuela de Gregorio Fernández)
Creaciónsiglos xvii o xviii
UbicaciónIglesia de San Juan de Alba de TormesSalamanca (Castilla y LeónEspaña)
Estilobarroco
Materialmadera policromada

Nuestra Señora de los Dolores es una talla anónima de los siglos xvii o xviii. Portada el Viernes Santo, la imagen está ubicada en la Iglesia de San Juan de Alba de Tormes, en Salamanca (Castilla y LeónEspaña).

Historia[editar]

La imagen fue tallada en los siglos xvii o xviii por un escultor anónimo vinculado a la escuela de Gregorio Fernández.1234: 29  Pese a la conexión con el maestro gallego, la obra está claramente basada en la Virgen de las Angustias realizada hacia 1561 por Juan de Juni para la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid, siendo la escultura de Alba de Tormes elaborada en una época de revivificación de esta advocación en la que se produjeron numerosas copias de la Virgen vallisoletana gracias a la amplia difusión de los grabados de Juan de Roelas (1597)5: 17  y Alejandro Carnicero (1719),63​ si bien este último reproduce la talla de la Virgen de las Angustias de la Iglesia de la Vera Cruz de Salamanca, obra de Felipe del Corral inspirada a su vez en la imagen de Valladolid6​ y muy similar a la de Alba de Tormes, por lo que cabe la posibilidad de que esta última fuese comisionada al taller del escultor valenciano.3

La pérdida de los colores originales producto del intenso policromado efectuado en el siglo xx hace imposible adjudicar la pieza con seguridad, siendo el abanico de candidatos muy amplio y contándose entre ellos, además de Corral, Pablo González VelázquezPedro de Sierra (quien tenía su taller en Medina del Campo) y Juan Alonso Villabrille y Ron,3​ quien talló la Virgen de la Amargura de la Iglesia de San Miguel y San Julián de Valladolid siguiendo el modelo de Juni,7​ si bien son múltiples las réplicas de la imagen vallisoletana, destacando principalmente, además de la de Salamanca, la Virgen de los Cuchillos de Cuéllar, la Virgen de las Angustias de Segovia, la Dolorosa de Oviedo, la Dolorosa de Astorga y la Dolorosa de Medina de Rioseco.

Descripción[editar]

La Virgen, protagonista del cartel de Semana Santa de 2020,8​ aparece desplomada sobre un peñasco rectangular con una disposición ligeramente helicoidal del cuerpo con el fin de remarcar el grado de ansiedad producto del estado de trance en el que se encuentra sumida. La pierna derecha se halla flexionada y hacia delante mientras que la izquierda está doblada hacia atrás, gesto que provoca un leve arqueamiento del tronco hacia el lado izquierdo, con el hombro de este lado adelantado respecto al otro. La disposición de ambas piernas guarda consonancia en cierta forma con los brazos ya que el derecho se apoya en el pecho en señal de desconsuelo mientras que el izquierdo se halla estirado hacia la parte posterior y cubierto por el manto, si bien la mano está levemente alzada y al descubierto a diferencia de la de la talla de Juni, quien tenía por costumbre cubrir partes anatómicas con pañería, destacando en este aspecto diversas obras: la María Magdalena del Santo Entierro (1541-1544) del Museo Nacional de Escultura; la Virgen de la Esperanza (c. 1550) de la Iglesia de Santiago de Allariz; el relieve de la Virgen de la Piedad (1550-1560) del retablo de la Capilla de los Alderete en la Iglesia museo de San Antolín de Tordesillas; el San Juan del Calvario de Ciudad Rodrigo (1556-1557) del Museo Nacional de Escultura; y la María de Cleofás del Santo Entierro (1566-1571) de la Catedral de Segovia.9

La carga emocional radica en la cabeza, elevada, con la boca profundamente abierta y los ojos alzados hacia el cielo en actitud suplicante (reminiscencia del grupo escultórico Laocoonte y sus hijos), estando la obra caracterizada en líneas generales por una composición piramidal y compacta,3​ si bien a diferencia de la escultura de Juni esta no posee el mismo nivel de patetismo. La imagen luce ropajes superpuestos consistentes en una túnica granate con motivos en dorado y ceñida con cíngulo también dorado, bajo ella una camisa interior en color hueso de manga larga con hilera de botones en el antebrazo acorde a la moda del siglo xvii, una toca del mismo tono con motivos florales y un manto azul salpicado de flores de lis doradas, apoyado en el hombro izquierdo con caída por la parte posterior y recogido entre las piernas.

Es posible que la policromía actual, fechada en el siglo xx y que supuso la pérdida de la original, esté basada en la auténtica gama cromática, probablemente más plana y de colores más vivos, sin ninguna clase de estofado, aspecto típico del siglo xviii.3​ Los paños lucen numerosos drapeados sinuosos y de gran volumen en forma de arista que dotan a la imagen de gran movimiento, todos ellos tan redondeados que recuerdan al modelado en barro, destacando marcados contrastes entre las ondulaciones del manto y las dobleces de la toca en un alarde de combinación de texturas dispares,3​ si bien en la zona del pecho la mano, con los dedos anular y corazón casi juntos, no entra en contacto con los ropajes, por lo que no se producen los pliegues que sí posee la imagen vallisoletana, lo que resta sensación de profundidad, aunque esto queda disimulado por los siete cuchillos que luce sobre el busto, único accesorio junto con una sencilla diadema de orfebrería y la cruz situada tras ella, de madera con cantoneras y el monograma INRI en la intersección entre el palo y el travesaño.

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