sábado, 1 de marzo de 2025

HISTORIA DE ESPAÑA

 CONJUNTOS MONUMENTALES


El Transparente de Tomé.

El Transparente de la catedral de Toledo es una obra del arte barroco construida entre 1721 y 1732 por el arquitecto Narciso Tomé, ayudado por sus hijos. Tomé fue nombrado en 1721 arquitecto suplente de la catedral. Se encuentra en el muro absidial de la catedral, en el trasaltar mayor. La obra es de estilo churrigueresco, siguiendo el modo iniciado por José de Churriguera (1665 - 1725).

Encargo

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Tomé y sus hijos lo realizaron en tiempos del arzobispo Diego de Astorga y Céspedes (1720 a 1734), cuya tumba se halla a los pies de su altar. En el ángulo inferior derecho puede observarse una inscripción grabada en latín donde se da a conocer al autor. Traducido al castellano es como sigue:

«Narciso Tomé, Arquitecto Mayor de esta Santa Catedral Primada, delineó, esculpió y a la vez pintó por sí mismo toda esta obra compuesta y fabricada de mármoles, jaspe y bronce»

Desde su construcción fue una obra polémica por su exuberancia. En la actualidad está considerada la obra maestra de Narciso Tomé, y estimada más como composición arquitectónica que escultórica.

El Transparente está hecho de mármoles traídos de Génova, jaspe y bronces. La idea de su realización rompiendo el muro absidal surgió con el fin de dar luz al sagrario que se encuentra justo a su espalda. Se abrió un óculo a través del muro. A su vez este óculo recibe la luz de los tragaluces hechos en la parte superior del ábside, de manera que el Transparente queda iluminado al mismo tiempo que reparte la luz a través del óculo hacia el sagrario. Dicho óculo puede recordar al que talló Bernini sobre el altar de la Cátedra de San Pedro en Roma.

El Transparente, vista lateral.

Composición

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La estructura está concebida a manera de retablo con dos cuerpos en altura unidos o separados por el óculo que es el símbolo del Sol con sus rayos acompañados de un séquito de angelitos dispuestos en múltiples posturas. A su alrededor se encuentran los cuatro arcángeles, y además pasajes de Gedeón y profetas que llevan en sus manos las filacterias con el texto de sus adivinaciones.

El eje de todo el grupo está compuesto de abajo arriba en primer lugar por la mesa de altar sobre la que se realza la estatua de la Virgen de la Buena Leche, trabajada en mármol blanco de Carrara y enmarcada por columnas decoradas ampliamente con ornamentación exuberante. A continuación el óculo transparente que consiste en una vidriera adornada por un sol de bronce.

Litografía de 1842

Se ven bellos relieves en bronce: a la izquierda Abigaíl ofrece al rey David pan y vino para aplacarle en su enfado con Nabal; a la derecha Ajimelec entrega a David la espada de Goliat más el pan consagrado. El cuerpo superior está ocupado por la Última Cena, de tamaño ligeramente mayor que el natural, cuyo tema tiene un significado eucarístico. Más arriba pueden verse las esculturas de la Fe, la Esperanza y la Caridad.

En los laterales del grupo están las imágenes de san Eugenio y santa Leocadia a la izquierda; san Ildefonso y santa Casilda a la derecha. La obra entera presenta movimientos de líneas como corresponde a lo más espectacular del barroco español. Como culminación está la gran oquedad de la bóveda por donde entra la luz. Es una bóveda decorada con pinturas al fresco de temas bíblicos. Tiene también gran ornamentación de figuritas esculpidas en mármol y alabastro.

Apreciaciones

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El escritor cubano Alejo Carpentier, que sentía una declarada predilección por la Catedral de Toledo, señala el Transparente como el auténtico milagro de La Primada, donde la apoteosis del barroco europeo la sitúa al mismo nivel de otros templos de primer orden, como la Basílica de San Pedro en Roma o la Catedral de San Basilio en Moscú. Su conceptualización de «lo real maravilloso» atribuido a la exuberante realidad de Hispanoamérica, encuentra la culminación del arte barroco en la mezcla de elementos antitéticos de este grupo escultórico, que dejarían huella en algunas de sus obras más importantes (El Siglo de las lucesConcierto barroco).






Hospital de Tavera
Tipohospital clausurado, edificio de museo y hospital
Estiloarquitectura del Renacimiento
Catalogaciónbien de interés cultural (Monumento, 1 de marzo de 1962)
LocalizaciónToledo (España)
Coordenadas39°51′54″N 4°01′28″O
Construcción1541
PropietarioCasa de Medinaceli
OcupanteMuseo Fundación Duque de Lerma, Archivo Histórico de la Nobleza y Archivo Ducal de Medinaceli
ArquitectoAlonso de Covarrubias
PromotorJuan Pardo de Tavera

El Hospital de Tavera, también conocido como Hospital de San Juan BautistaHospital de afuera o simplemente como Hospital Tavera, es un importante edificio de estilo renacentista que se encuentra en la ciudad española de Toledo. Fue construido entre 1541 y 1603 por orden del cardenal Tavera. Este hospital está dedicado a San Juan Bautista y también sirvió como panteón para su mecenas, el cardenal Tavera. Inicialmente empezó a construirse bajo la supervisión de Alonso de Covarrubias, siendo sucedido por otros arquitectos y terminando la obra Bartolomé Bustamante.

La lejanía con el casco viejo de la ciudad hizo que se le apodara «el hospital de afuera», puesto que dentro de las murallas ya existía el Hospital de Santa Cruz.

Actualmente el edificio sigue siendo propiedad de la casa de Medinaceli y en su interior se encuentra el Museo Fundación Lerma, que alberga parte de las colecciones artísticas de dicho linaje, así como el Archivo Histórico de la Nobleza.

El edificio

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El conjunto está compuesto por dos patios columnados, una iglesia (donde se encuentra la cripta de la Casa ducal de Medinaceli) y el palacio-museo, que incluye parte del antiguo hospital.

El aspecto del edificio es el de un palacio florentino renacentista, exceptuando la portada, que se construyó en el siglo XVIII, entre los años 1760 y 1762. Es un edificio regular con fachada almohadillada a la italiana, con ventanas equidistantes y rectangulares en el piso bajo y semicirculares en el superior, siendo a la inversa las de los extremos. El conjunto está unido por dos patios gemelos columnados de dos alturas, separados y unidos a la vez por una doble arcada que los atraviesa hacia la iglesia.

La portada de la iglesia es de mármol genovés. El interior presenta una sola nave y el crucero cubierto por cúpula con linterna, sobre pechinas y tambor, como la basílica del Monasterio de El Escorial. Debajo de ella se encuentra el sepulcro del Cardenal Tavera, obra realizada en mármol blanco por Alonso Berruguete y acompañada por otras esculturas fúnebres. El retablo de la iglesia fue proyectado por El Greco y llevado a cabo por su hijo Jorge Manuel. La orfebrería del sagrario es obra de Julio Pascual.

El museo

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Arcada del patio interior del Hospital de Tavera.

En el museo existe un gran archivo de documentos y se conservan numerosas obras artísticas de gran valor: cuadros de El Greco (entre ellos, el famoso Retrato del cardenal Tavera), RiberaTintorettoLuca GiordanoTizianoSnyders y Jacopo Bassano, entre otros. Sobresalen uno de los pocos retratos pintados por Zurbarán y una copia de Carlos V a caballo en Mühlberg, de Tiziano (Museo del Prado), pintada por Sánchez Coello [1]. Igualmente excepcional es la escultura del Cristo Resucitado, del Greco. Además, aloja en sus dependencias el edificio de la antigua farmacia del hospital.

Otras instituciones que alberga el edificio

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El edificio del Hospital Tavera alberga también el Archivo Histórico de la Nobleza, centro dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte (Gobierno de España). En 1988 el Estado firmó un convenio con la Casa Ducal de Medinaceli, propietaria del edificio, por la que se cedía una parte del mismo para albergar la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, que comenzó a funcionar en 1993 en sus nuevas dependencias, mediante el traslado de diversos fondos nobiliarios que se custodiaban en el Archivo Histórico Nacional. Desde 2017, este centro recibe el nombre de Archivo Histórico de la Nobleza. Alberga 270 archivos nobiliarios, cuya consulta es libre y gratuita, de lunes a jueves de 8:30 a 18:00 y los viernes de 8:30 a 14:30. También puede visitarse sus exposiciones.

El colegio: En 1887 llegaron al hospital las Hijas de la Caridad para hacerse cargo del cuidado de los enfermos, la asistencia a la sacristía de la iglesia de San Juan Bautista y la enseñanza de los niños pobres. Así nacieron las escuelas de San Juan Bautista, institución docente que sigue existiendo en el mismo edificio donde se fundó, en el siglo XIX, adaptada a la vigente Ley de Educación.

Otra institución que albergó el edificio

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No es del todo cierto que las Escuelas de San Juan Bautista de las Hijas de la Caridad fueran un colegio para pobres, al menos desde 1944. El verdadero Colegio para pobres fue el Albergue Escolar-Profesional “José Antonio-Cardenal Tavera”, que existió en ese edificio del Hospital de Tavera desde 1948 hasta 1975. Y ese Colegio, como Albergue Escolar-Profesional “José Antonio”, ya existía desde 1944 a 1948 en el edificio del Convento de Santa Isabel. La escritura de arrendamiento del edificio, firmada el 14 de enero de 1946, de la que se puede aportar una copia, otorgaba la mitad oriental del edificio a la Obra de Auxilio Social para que pusiera en marcha el mencionado Albergue, y la mitad occidental a la Duquesa de Lerma, donde se ubicaba el Museo de Tavera y el Colegio de San Juan Bautista de las Hijas de la Caridad que existe desde 1887. El precio del arrendamiento fue de doce mil pesetas al año y la duración del contrato fue de 30 años. Tras 2 años de obras de acondicionamiento, llevadas a cabo por el Coronel Arquitecto del Ejército Legarde, se inauguró (y comenzó a funcionar) el Albergue en 1948. Por él pasaron más de 2.500 niñas y niños de Toledo, hijos de familias con escasos recursos económicos, a los que se proporcionó alimentación, vestido y la mejor educación (además de la enseñanza regular, se les enseñaba a tocar música de cuerda, a cantar, a representar teatro, a practicar diversos deportes y juegos pre-deportivos, a confeccionar murales, a realizar trabajos manuales, etc.) de todos los colegios de parvulitos y enseñanza primaria de Toledo y puede que de España. Además, se les financiaron los estudios de grado medio a las mujeres y se les buscaron talleres donde ingresar de aprendices a los hombres. Fruto de todo eso fue un número considerable de enfermeras, maestras, administrativas, etc., entre las mujeres, y otro número considerable de estupendos profesionales mecánicos, carpinteros, damasquinadores, maestros espaderos, encuadernadores, etc., entre los hombres. Muchos talleres y empresas actuales de Toledo son el resultado de todas esas ayudas que se les proporcionaron a esos niños. Esto sí que es el verdadero TOLEDO OLVIDADO, y es difícil averiguar el por qué está olvidado. Para demostrar lo anterior, además del contrato de arrendamiento del edificio del Hospital de Tavera, se pueden aportar numerosas fotografías de las actividades realizadas por esos alumnos en ese Albergue.

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