miércoles, 20 de noviembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA - HISPANIA TARDOANTIGUA - VISIGODA

El conde Búlgar, cuyo nombre corre en las fuentes de su época latinizado como Bulgaranus, fue un noble visigodo del siglo VII. Es conocido gracias a las cartas que escribió durante el corto reinado de Gundemaro (610-612). El epistolario de Búlgar (Sex epistolae ad Gudamarum regem, et ad varios episcopos, recogido en la Patrologia Latina de Jacques Paul Migne), pese a su modestia, ofrece datos muy interesantes tanto de política interior como de política exterior del reino visigodo. Además las cartas corresponden a un periodo de tiempo en que no existe ninguna crónica y están escritas con buen estilo latino.
En las cartas más recientes del 610 se puede observar como la situación de un gobernador puede cambiar de un día para otro. Búlgar durante los gobiernos de Recaredo I y Liuva II había sido un fiel colaborador. Esto le llevó a ocupar altos cargos como conde de alguna ciudad y duque de la Septimania. Sin embargo con el golpe de estado de Witerico, éste va a colocar en los principales puestos a sus colaboradores, viéndose Búlgar resignado a la persecución. En tres de sus cartas dirigidas al obispo Agapio, al metropolitano Sergio de Narbona y al nuevo rey Gundemaro, Búlgar emplea duras palabras contra Witerico, llamándolo "impío tirano, hombre inicuo, infame ladrón". Durante su persecución fue privado de su dignidad social y de sus bienes, confinado a diversas y lejanas tierras, padeció vejaciones y tormentos, hambre y sed, etc. Estos dos obispos van a socorrer a Búlgar durante sus destierros, sobre todo el obispo Agapio, que podría ser un viejo colega y amigo en el Aula regia durante los gobiernos de Recaredo y Liuva II. Así las cartas son respuesta como agradecimiento a estos obispos y al nuevo rey.
Elergio fue otro obispo que influyó en la vida de Búlgar. Este era secuaz de Witerico y gran instigador en la persecución de Búlgar. Pero cuando el final de Witerico estaba cerca, Elergio cambio su postura hacia Búlgar y le restituyó sus bienes y cargos. Este hecho le dio a Búlgar la macabra suerte de presenciar el asesinato, en una conspiración, de su perseguidor Witerico.
Búlgar era totalmente partidario del nuevo rey Gundemaro, ya que había sido también duque de Septimania. Esto le permitió a Búlgar ser de nuevo gobernador de la provincia de la Galia Narbonense. Pero la total confianza del nuevo rey en Búlgar, le otorgó el difícil deber de llevar las relaciones políticas con el vecino y peligroso reino franco.
La situación de los francos era de guerra entre el reino de Austrasia y el de Borgoña donde gobernaba Teoderico II, pero bajo la tutela de la reina Brunegilda, hija de Atanagildo. La postura del reino visigodo sorprende al apoyar a Austrasia en vez de a la reina de su mismo pueblo. Esto se puede explicar ya que la reina franca había luchado fuertemente contra Witerico como eliminador de su estirpe. Por lo que el apoyo a Austrasia parece ser una continuación de esta política. Además también había existido una tradicional lucha entre los reinos de Toledo y de Borgoña (bajo Gontrán I) ya que éste era el más cercano a los visigodos y por tanto el encargado de encabezar las hostilidades.
Búlgar, conocedor de esta situación tenía una gran preocupación por la situación de inestabilidad con el reino de Borgoña. Esta situación se acrecentó con la instigación de los reyes borgoñones para que el pueblo de los ávaros atacara el reino de Austrasia. En otra carta de respuesta a un obispo franco de Austrasia se observa de nuevo la situación de crispación entre los reinos de Toledo y Borgoña ya que Búlgar reclama que se corrijan varios agravios contra el reino visigodo como la devolución de varios nobles capturados cuando habían sido enviados como embajada.
Hay que decir que es una pena que el epistolario de Búlgar llegara a su fin en estas fechas ya que no podemos saber qué comentarios le merecían los futuros hechos acaecidos en el vecino reino franco. En 612 Teoderico y Brunegilda atacaron al rey de Austrasia que sería tonsurado. Teoderico II moriría después y en el año 613 correría la misma suerte Brunegilda, que fue capturada por Clotario II, rey de Neustria, y moriría después de una sangrienta tortura. Esta muerte en ningún caso fue tomada como agravio por el reino de Toledo a pesar de ser una goda.








Burdunellus (que significa "pequeña mula", posiblemente un apodo) o Burdunelo fue un usurpador romano que, a finales del siglo quinto, se rebeló contra el reino visigodo de Tolosa. Se le conoce tan solo por una breve mención en las Consularia Caesaraugustana (antes denominadas Chronica Caesaragustana), que indica que en el año 496 "surgió un tirano en Hispania"; una frase que, en la terminología política de la época y considerando la naturaleza de la fuente, tiene que significar un intento de reclamar la dignidad y la autoridad imperial.12​ Fue finalmente abandonado por sus propios seguidores, quienes le enviaron a Tolosa, donde fue quemado en el interior de un toro de bronce.1​ La ubicación de la pequeña tiranía de Burdunellus es desconocida, pero probablemente se ubicaba en el valle del Ebro alrededor de Caesaraugusta.







El yacimiento arqueológico de La Cabilda se encuentra en el municipio español de Hoyo de Manzanares a unos cientos de metros del centro urbano y recibe su nombre de la zona natural protegida en donde se encuentra. Las excavaciones comenzaron en 2015, después de varios años de prospecciones, y continuaron en los dos años siguientes, con planificación de próximas temporadas.12
Dentro del recinto se han encontrado elementos de ocupación fehacientes desde la Edad Antigua, siglo VII, hasta la Edad Media, siglo XIII.
Elementos significativos son veintitrés construcciones, una piedra de molino, un lingote de hierro, varias fusayolas, dos tumbas trabajadas en un bolo granítico (este sin datación por falta de contexto), cerámica, un pendiente de aleación de plata y cobre, un chatón de anillo con una inscripción en latín y un ponderal.









El camarero mayor o camarero del rey es el jefe de la cámara del rey de Castilla. No ha de confundirse con el Mayordomo Mayor cuyo cargo mira más al servicio de la casa que al de la persona.
La ley 12, título 9, Partida 2, dice del camarero del rey que:
ha este nome por quel debe guardar la Cámara do el rey albergare, é su lecho, é los paños de su cuerpo, é las arcas, é los escritos del rey.
Su origen se remonta al comes cubicularium del reino visigodo y el cargo se conservó hasta los últimos tiempos aunque ya fuese solo nominal y de honor, pues desde la entrada en España de la casa de Borgoña variaron los servicios y las denominaciones sustituyendo al camarero del rey, el Sumiller de Corps y todavía algunas atenciones de dicho cargo se distribuyeron entre el conserje de palacioalcaide, secretarios particulares, etc. según confianza y voluntad de la real persona.









 canto mozárabe (aunque una denominación más precisa sería visigótico o hispánico) a la expresión musical asociada a la liturgia hispánica, propia de la Iglesia visigoda española y que pervive hasta nuestros días.

El ángel, el sol y los cuatro vientos (Ap 7), miniatura del Beato de San Miguel de La Escalada, Pierpont Morgan Library, Nueva York, Ms. 644, f.° 115v.

Características musicales[editar]

El canto hispánico es un canto monódico, de género diatónico y ritmo libre.
Tañedor de organistrum, Puerta del Sarmental, catedral de Burgos (España), siglo XIII.
  • Es canto, porque es música esencialmente vocal, es decir, los instrumentos musicales pueden acompañarlo, pero no interpretar la melodía. Los instrumentos que lo acompañaban siguen la pauta trazada en el Salmo 150, 3-6: Laudate eum in sono tubae, laudate eum in psalterio et cithara, laudate eum in tympano et choro, laudate eum in chordis et órgano, laudate eum in cymbalis benesonantibus, laudate eum in cymbalis iubilationis, omne quod spirat, laudet Dominum. Alleluia. Y se pueden deducir sus formas de las miniaturas de los beatos y de las representaciones de la escultura románica.
  • Es monódico, porque se desarrolla en una sola línea melódica, aunque, como los otros cantos litúrgicos cristianos, puedan interpretarse con desarrollos en paralelo en quinta descendente, cuarta ascendente y octava, según la tesitura de quien lo cante.
  • Es diatónico, porque no permite cromatismos en su constitución, es decir, se construye en escalas formadas por tonos y semitonos fijados estos en los intervalos mi-fa y si-do'.
  • Es de ritmo libre porque, a diferencia de la música figurada, no se da una sucesión matemática de partes fuertes y débiles sometidas a un compás prefijado, es decir: 'libre' equivale a 'no medido'. En el canto hispánico es el arranque inicial (llamado arsis) seguido de un reposo final (llamado thesis) lo que forma la célula rítmica fundamental. Así, es un ritmo en el que existe una desigualdad cuantitativa de duración entre los elementos que componen la melodía, con vuelta libre, no isócrona al tiempo primero, de tal manera que se establece una sucesión variable de tiempos binarios y ternarios.
Además, como el resto de los sistemas musicales diatónicos, tiene una estructuración modal, heredera de la música greco-romana.

Formas musicales raras[editar]

Como en todos los cantos litúrgicos, las formas musicales, desde el punto de vista literario, dependen directamente del tipo de estrofa, situación y contenido de los textos en los diversos actos litúrgicos, desde la Misa al rezo comunitario en el oficio divino. (Véase la sección de Estructuras litúrgicas en el artículo dedicado a la liturgia hispánica.) Desde este planteamiento se pueden distinguir las siguientes:
En cuanto a su simple estructura, podemos distinguir cinco grupos de formas musicales, comunes a casi todas las tradiciones litúrgicas cristianas:

Notación musical[editar]

Cuando, en el siglo XI, comienza la desaparición de los usos litúrgicos hispánicos, la notación que plasmaba las melodías que la acompañaban era neumática. Esta notación visigótica está directamente relacionada con el sistema de escritura de la época en tierras hispánicas, la letra visigótica, y no gozó de los adelantos de esctritura musical introducidos por Guido D'Arezzo, de tal manera, que su lectura es básicamente mnemotécnica y su interpretación actual es muy dificultosa.
Algunos códices alternan o acompañan esta notación con la aquitana, lo que aclara algunas melodías, pero la heterogeneidad de los copistas y las diversas escuelas de escritura la hacen prácticamente indescifrable.
No es sino gracias a la reforma de Cisneros como conocemos la mayoría de las melodías hispánicas, transcritas a notación gregoriana ya en el siglo XV.

Fuentes[editar]

Cristo portando el Libro de la Vida, miniatuta del Beato de FacundusMadridBiblioteca Nacional de España, Ms Vit. 14.2, f.° 43v.
La música propia de la liturgia hispánica se nos ha transmitido en una colección importante de manuscritos, todos ellos posteriores a la invasión árabe, aunque recogen una tradición oral que ya figura como antigua en los escritos de época visigoda. Así, la explicación que de la liturgia realiza san Isidoro de Sevilla en su obra De ecclesiasticis officiis, viene a coincidir con lo que aparece en los citados manuscritos.
Estos manuscritos pertenecen a dos tradiciones claramente diferenciadas, pertenecientes a sendas tradiciones litúrgicas con distinto desarrollo:
  • Tradición A, desarrollada en el norte de la Península, también conocida como castellano-leonesa.
  • Tradición B, desarrollada en el sur de la Península, también conocida como toledana o mozárabe, pero con probable origen en Sevilla. Tras la emigración de mozárabes al Norte, dio origen a la tradición riojana.
Las características paleográficas y codicológicas, unidas a la procedencia de los manuscritos, permiten una atribución más o menos coherente de los diversos documentos a cada tradición. Sin embargo, su datación está sometida a muchas discusiones, ya que la cronología que en ellos figura no coincide con los indicios paleográficos y resulta muy arriesgado basarse en ella.
La clasificación más cómoda de los manuscritos se basa en su contenido litúrgico y, aunque muchos son muy heterogéneos y no siempre siguen la estructura litúrgica elemental, es el sistema más ampliamente utilizado. Siguiendo los datos de Ismael Fernández de la Cuesta, los manuscritos con notación musical que han llegado hasta nosotros son, según su clasificación litúrgica, los expuestos a continuación:

Códices bíblicos[editar]

Contienen textos de la Biblia y sirvieron para la lectio de los oficios. Los pasajes más habitualmente musicados son las Lamentaciones de Jeremías.
  • Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Ms. 31, ss. IX-X.
  • Burgos, Archivo Capitular, Expusición-vitrina 3, s. X. Procedente del monasterio de Cardeña. Notación visigótica.
  • Silos, Archivo del Monasterio, s/n. Fragmentos de la Biblia del monasterio de Oña.

Liber commicus[editar]

Es el libro de las lectio para el oficio divino y la Misa. Es el propio del lector.

Liber psalmarius et canticorum[editar]

Es un compendio del libro de los Salmos a los que se suman otros cánticos del Antiguo Testamento asimilados a estos. Suelen incluir las antífonas que preceden a la recitación de salmos y cánticos.
  • San Lorenzo de El Escorial, Biblioteca del Monasterio, a III 5, s. X.
  • Madrid, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Aemil. 64 bis y 64 ter, s. X. Procedente del monasterio de San Millán de la Cogolla.
  • Hacinas, Archivo Municipal, s/n, s. IX. Procedente del monasterio de Silos.

Liber hymnorum[editar]

Recogen poemas no bíblicos pero usados en la liturgia. Según san Isidoro fueron introducidos por san Hilario de Poitiers y popularizados por san Ambrosio de Milán. De la liturgia ambrosiana pasaron a la hispánica.
  • Madrid, Biblioteca Nacional, ms. 10.001, s. XI. Procedente de Toledo y con notación visigótica.
  • Londres, British Library, ms. add. 30.851, s. XI. Procedente del monasterio de Silos y con notación visigótica.

Liber psalmographus[editar]

Contenía oraciones relativas a los salmos y a sus antífonas. No se conserva ninguno.

Manuale[editar]

Es el libro propio del sacerdote celebrante de la misa. Contenía el ordinario de la Misa, que en el rito hispánico posee una gran variedad. Solo queda un ejemplar.
  • Toledo, Biblioteca Capitular, 35.3, s. XI o XIII.

Antiphonarium[editar]

Es el libro propio del cantor y contiene, además de las antífonas, todas las piezas cantadas en la liturgia.
  • León, Archivo Catedralicio, n.º 8, s. X. Tradición B, es el único que se conserva íntegro. Contiene todos los cantos de la Misa y del Oficio divino, el orden del calendario litúrgico y todas sus fiestas, celebraciones ordinarias y ferias. Es el códice musical más importante de la liturgia hispánica y es conocido como Antifonario de León.
  • Zaragoza, Facultad de Derecho, conocido como Libro de San Voto, s. X. Procedente del monasterio de San Juan de la Peña.
  • París, Biblioteca Nacional, Nouv. Acq. Lat. 2199, s. X. Procedente del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
  • Londres, British Library, ms. add. 11.695, s. XI. Procedente del monasterio de Silos, tradición B y con notación visigótica. Se trata de un Beato con un fragmento del antifonario de las misas de San Román y de la 1.ª feria de Adviento.
  • Madrid, Biblioteca Nacional, ms. 11.556, s. XI. Procedente del monasterio de San Zoilo de Carrión, tradición B y con notación visigótica.

Liber orationum[editar]

Incluía las oraciones del Oficio catedralicio festivo.
  • Verona, Biblioteca Capitular, ms. 89, año 731. Procedente de Tarragona.
  • Londres, British Library, ms. add. 30.852, s. XI. Procedente del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.

Liber sermorum[editar]

Contienen sermones de los santos padres visigodos, para leer como homilías tras la lectura del Evangelio. No contienen música.
  • Londres, British Library, ms. add. 30.853, s. XI. Procedente del monasterio de Silos, tradición A.

Liber ordinum[editar]

Incluía las oraciones completas del Oficio divino y de los ritos sacramentales. Hay dos tipos: episcopalis o maior y sacerdotalis o minor.
  • Silos, Archivo del Monasterio, ms. 4, año 1052. Tradición A, notación visigótica y aquitana (folio 144). Es un Liber ordinum maior.
  • Silos, Archivo del Monasterio, ms. 3, año 1039. Tradición A, notación visigótica. Es un Liber ordinum minor.
  • Madrid, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Aemil. 56, s. X. Procedente del monasterio de San Millán de la Cogolla, tradición A y notación visigótica y aquitana. Es un Liber ordinum minor.

Liber horarum[editar]

Contenía los oficios completos del Ordo monasticum.
  • Silos, Archivo del Monasterio, ms. 7, s. XI. Tradición A, notación visigótica. Es el único que se conserva completo.
  • Santiago de Compostela, Biblioteca Universitaria, res. 5, a. 1058. Conocido como Libro de las Horas de Fernando I, tradición B y notación visigótica.
  • Salamanca, Biblioteca Universitaria, ms. 2668, a. 1059. Procedente de León, tradición B y notación visigótica.
  • Londres, British Library, ms. add. 30.851, s. XI. Procedente del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
  • Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 33.3, s. XII o XIII. Tradición B y notación visigótica.

Liber precum[editar]

Incluye las preces de la Misa, oraciones en forma de letanía y de carácter penitencial. No se conserva ninguno independiente, sino incluidos en otros manuscritos.
  • Londres, British Library, ms. add. 30.845, s. XI. Forma parte de un Liber misticus.
  • Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 35.5. Forma parte de un Liber misticus.

Liber mixtus o misticus[editar]

Recopilan en un solo códice formularios de los libros ya nombrados, y están encuadernados en tomos.
  • Londres, British Library, ms. add. 30.844, s. X. Procedente del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
  • Londres, British Library, ms. add. 30.845, s. X. Procedente del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
  • Londres, British Library, ms. add. 30.846, s. XI. Procedente del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
  • Silos, Archivo del Monasterio, ms. 6, s. XI. Tradición A y, al final, B, notación visigótica. Es conocido como el Breviarium Gothicum.
  • Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 35.5, s. XIII, tradición A y con notación visigótica. En este manuscrito está basada la reforma de Cisneros.
  • Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 35.6, ss. X-XI, tradición B y con notación visigótica.
  • Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 35.7, ss. XI-XII, tradición A y con notación visigótica.
  • Madrid, Biblioteca Nacional, ms. 10.110, s. XI o XII-XIII. Procedente de la catedral de Toledo, tradición B y notación visigótica.
  • Madrid, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Aemil. 30, s. X. Procedente del monasterio de San Millán de la Cogolla, tradición A y notación visigótica.
Además de los códices citados existen numerosos fragmentos dispersos en catedrales y monasterios españoles, en Madrid (Biblioteca Nacional, Real Academia de la Historia), París (Biblioteca Nacional), Londres (British Library), Roma (Biblioteca Vaticana), Washington (Biblioteca del Congreso), etc.

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