Publio Licinio Craso (en latín, Publius Licinius M. f. P. n. Crassus; m. 87 a. C.) era un estadista y militar romano.
Procedente de la rama de los Craso, de la célebre gens Licinia, nació del matrimonio entre Marco Licinio Craso1 y su esposa Tértula. Era hermano de Marco Licinio Craso - pretor en 107 a. C..
Constituyó el principal apoyo económico de la colonia Narbonensis - actual Narbona (Francia) - lo que convirtió a los habitantes de ésta en leales clientes. Antes de convertirse en cónsul (probablemente cuando era edil curul) propuso la lex Licinia, citado por Gelio2 que limitaba el «lujo» de las mesas romanas, la cual acabaría siendo aprobada para sorpresa de ciertos senadores conocidos por su estilo de vida epicúrea. La fecha exacta de esta ley es incierta, pero es mencionada por el poeta Lucilio, que murió antes del consulado de Craso, que tuvo lugar en el año 97 a. C. La ley suntuaria de Craso comenzó a regir inmediatamente después de su publicación, y antes de que hubiera sido aprobada por el pueblo.3 Fue suprimida en la propuesta de Duronius en el año 98 a. C..4
Durante su periodo de edil también propuso una ley para limitar la extravagancia de los juegos que se habían convertido en excesivamente grandes.5
Durante su consulado los senadores prohibieron las artes ocultas y los sacrificios humanos.6 En su proconsulado en Hispania Ulterior (97 - 94 a. C.) derrotó a los lusitanos en combate, por lo que los senadores le recompensaron con un triunfo.7
En 89 a. C. obtuvo la censura7 con Lucio Julio César; durante su mandato prohibió el intercambio de vinos y cremas que vinieran de otros países, e incluyó en nuevas tribus a algunos latinos e italianos, que fueron recompensados con la ciudadanía romana por su fidelidad a la República Romana. Habitó una casa muy humilde a pesar de su enorme riqueza. De su matrimonio nacieron Publio - que murió durante la guerra social - Lucio - asesinado en 87 a. C. - y Marco, el célebre triunviro.7
Tras el estallido del conflicto entre Mario y Sila adoptó una postura neutral a pesar de haber apoyado en el pasado al líder popularis. Cuando Mario conquistó la capital en 87 a. C. decidió acabar con su vida.
Lucio Manlio Acidino (en latín, Lucius Manlius Acidinus) fue un político y militar de la República romana del siglo III a. C., miembro de la gens Manlia, que ocupó el cargo de pretor urbano en 210 a. C.1
Fue enviado por el Senado romano a Sicilia para traer de vuelta al cónsul Marco Valerio Levino para celebrar las elecciones.2 En 207 a. C. se encontraba con las tropas estacionadas en Narni para oponerse al general cartaginés Asdrúbal Barca, y fue el primero en enviar a Roma la información de la derrota de este último.3
En 206 a. C. recibió el gobierno de la provincia de Hispania junto con Lucio Cornelio Léntulo con poderes proconsulares y, durante el siguiente año, conquistó a los ausetanos y a los ilergetes, que se habían rebelado contra Roma en ausencia de Escipión el Africano. No volvió a Roma hasta 199 a. C. A su vuelta no pudo celebrar la ovación que le había otorgado el Senado por oposición del tribuno de la plebe Publio Porcio Leca.
Marco Mario fue un cuestor de la República romana en 76 a. C.1 y promagistrado bajo el gobierno en el exilio de Quinto Sertorio en Hispania. Mario fue enviado por Sertorio para que fuera un consejero y comandante militar de Mitrídates VI en la tercera guerra mitridática. Es nombrado como o, más probablemente, confundido con un Vario por Apiano.
Quinto Minucio Termo (en latín, Quintus Minucius Thermus) fue un político y militar de la República romana que ocupó el consulado en el año 193 a. C., con Lucio Cornelio Mérula.
Su carrera militar y política[editar]
Minucio Termo sirvió bajo Escipión el Africano como tribuno militar en la guerra contra Aníbal en África en el año 202 a. C., fue tribuno de la plebe en 201 a. C., edil curul en 197 a. C., y en el mismo año fue nombrado como uno de los triumviri coloniis deducendis para fundar seis colonias en la costa de Italia.1
Al año siguiente, en 196 a. C., fue pretor, y recibió la provincia de Hispania Citerior, donde llevó la guerra con gran éxito, y recibió, en consecuencia, el honor de un triunfo en su regreso a Roma en el año 195 a. C.2
Su consulado y campaña en Liguria[editar]
En 193 a. C. fue cónsul con Lucio Cornelio Mérula. Obtuvo Liguria como su provincia, donde recientemente se había sofocado una formidable insurrección. Hizo de Pisae su cuartel general, y continuó la guerra con vigor, pero como consecuencia de estar en inferioridad numérica ante el enemigo, se vio obligado a permanecer a la defensiva y fue dos veces sometido a gran peligro durante la campaña.
En el año siguiente, 192 a. C., su imperium se prolongó, y recibió más tropas, con lo cual fue capaz de asumir la ofensiva, y obtener una victoria decisiva sobre los ligures. Al siguiente año su imperio se prolongó de nuevo, y volvió a ganar una victoria sobre los ligures, que habían hecho un ataque inesperado sobre su campamento en la noche.
Su conflicto con Catón[editar]
Regresó a Roma en 190 a. C., y solicitó un triunfo, pero le fue denegado, principalmente debido a la opinión de M. Catón, que pronunció por este motivo dos discursos llamados De decem Hominibus y Pugnis De falsis. Catón le acusó injustamente de haber dado muerte a diez hombres libres en su provincia, y que en su petición de derecho al triunfo había inventado muchas falsas batallas y exagerado el número de enemigos que habían sido muertos.3
También hubo un discurso de Catón llamado De suis virtutibus contra Thermum, el cual es citado por Festo (págs. 182, 234), y otros gramáticos. Meyer (Ibid. p. 45, y siguientes) supone que Catón acusó a Termo en el año 189 a. C., y que este discurso se pronunció en este año, pero esto es improbable, ya que sabemos que Termo sirvió bajo Escipión Asiático en este año en la guerra contra Antíoco.
Él y su hermano Lucio Minucio Termo fueron enviados por Escipión a recibir el juramento de Antíoco en el tratado que se firmó al final de la guerra romano-siria. En el curso del mismo año fue nombrado por el Senado como uno de los diez comisionados (decemviri) para resolver los asuntos de Asia.
Fue muerto en el año siguiente, 188 a. C., mientras luchaba bajo las órdenes de Cneo Manlio Vulsón contra los tracios.
Cayo o Gayo Norbano Flaco a fue un político y militar romano, cuya carrera se desarrolló en los turbulentos años finales de la República romana.
Familia[editar]
De origen etrusco,3 Flaco era el nieto de Cayo Norbano Balbo, cónsul en 84 a. C. Su familia había sufrido las proscripciones de Sila; tampoco consiguió ser favorecida bajo el régimen de Julio César.3
Carrera pública[editar]
Debió ser pretor en 43 a. C.4 y su primera aparición en las fuentes clásicas se refiere a su participación en las batallas de Filipos en Macedonia a las órdenes de Marco Antonio y Augusto junto con Lucio Decidio Saxa, con ocho legiones, frustrando las maniobras de Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino en 42 a. C.5 A medida que fueron superados en número, Saxa y Norbano ocuparon una posición cerca de Filipos que impedía a los republicanos seguir adelante. Por una estratagema de Bruto y Casio, Norbano abandonó su puesto, aunque descubrió su error a tiempo para recuperar su posición anterior. Cuando finalmente Bruto y Casio lograron desbordarlos, Norbano y Saxa se retiraron hacia Anfípolis.6 Tras la victoria, Marco Antonio le encomendó el control de esta ciudad para evitar el reagrupamiento de los partidarios de los cesaricidas supervivientes de la batalla.
Sus servicios fueron premiados con el consulado en 38 a. C., que desempeñó junto con Apio Claudio Pulcro, para luego ser enviado a la provincia de Hispania Ulterior entre 37 y 34 a. C., donde reprimió la inestabilidad de la provincia y logró con ello obtener un triunfo en Roma celebrado el 12 de octubre de 34 a. C.; además, en Hispania, fundó, siguiendo directrices de Augusto, la colonia Norba Caesarina.b
Tras haberse decantado en favor de Augusto, su cursus honorum continuó como procónsul de la provincia de Asia, después de la victoria de Actium.7 Por último, culminó su carrera en Roma como miembro del colegio sacerdotal de los XV viri Sacris Faciundis en 17 a. C.
Norbano estaba casado con una hija de Lucio Cornelio Balbo el Menor,8 y su hijo Cayo Norbano Flaco fue cónsul ordinario en 24 a. C. y sus nietos Cayo Norbano Flaco y Lucio Norbano Balbo alcanzaron el consulado, respectivamente, en 15 y 19.
Augusto | ||
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Emperador romano | ||
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Información personal | ||
Nombre secular | ||
Reinado | 16 de enero de 27 a. C.-19 de agosto de 14 d. C. | |
Nacimiento | 23 de septiembre de 63 a. C. Roma, República romana | |
Fallecimiento | 19 de agosto de 14 d. C. (75 años) Nola, Imperio romano | |
Entierro | Mausoleo de Augusto | |
Predecesor | Julio César Dictador romano Nueva creación | |
Sucesor | Tiberio | |
Familia | ||
Dinastía | Julio-Claudia | |
Padre | Cayo Octavio TurinoNota 4 | |
Madre | Acia | |
Consorte | ||
Descendencia | ||
Augusto (en latín, Augustus; Roma, 23 de septiembre de 63 a. C.-Nola, 19 de agosto de 14 d. C.) fue el primer emperador romano. Gobernó entre 27 a. C. y 14 d. C.,Nota 5 año de su muerte, convirtiéndose así en el emperador romano con el reinado más prolongado de la historia.12
Nacido bajo el nombre de Cayo Octavio Turino (Gaius Octavius Turinus), fue adoptado por su tío abuelo Julio César en su testamento, en el año 44 a. C. Desde ese instante hasta 27 a. C. pasó a llamarse Cayo Julio César Octaviano (Gaius Iulius Caesar Octavianus). En 27 a. C. el Senado le concedió usar el cognomen de «Augusto», y por consiguiente se convirtió en Emperador César Augusto (Imperator Caesar Augustus).Nota 6 A causa de los varios nombres que ostentó, es común llamarlo «Octavio» al referirse a los sucesos acontecidos entre 63 y 44 a. C., «Octaviano» de 44 hasta 27 a. C. y «Augusto» después de 27 a. C. En las fuentes griegas, Augusto es conocido como Ὀκταβίος (‘Octavio’), Καῖσαρ (‘César’), Αὔγουστος (‘Augusto’) o Σεβαστός (‘Venerable’, traducción literal de Augustus), dependiendo del contexto.
El joven Octavio se convirtió en heredero de Julio César tras el asesinato de este en 44 a. C. Un año después, en 43 a. C., conformó junto a Marco Antonio y Lépido una dictadura militar conocida como el Segundo Triunvirato. Como triunviro, Octaviano gobernó Roma y la mayor parte de sus provinciasNota 7 como un autócrata, haciéndose con el poder consular tras las muertes de los cónsules Aulo Hircio y Pansa y haciéndose reelegir a sí mismo todos los años. Tiempo después, el triunvirato se iría rompiendo ante las ambiciones de sus creadores: Lépido fue obligado a exiliarse, mientras que Marco Antonio terminó suicidándose tras su derrota en la batalla naval de Accio frente a la flota de Octavio, dirigida por Agripa en 31 a. C.
Con la desaparición del Segundo Triunvirato, Octavio restauró los principios de la República, con lo que el poder gubernamental pasó a establecerse en el Senado, aunque en la práctica él retendría su poder autocrático. Pasaron varios años para que se llegara a determinar la estructura exacta por la cual una entidad republicana podría ser dirigida por un único gobernante; el resultado pasó a conocerse como el Principado. El título imperial nunca llegó a considerarse como un cargo similar a lo que había significado la dictadura romana de la República, y que César y Sila habían ostentado con anterioridad; Augusto rechazó formalmente dicho cargo después de que la sociedad romana «le rogara que asumiera la dictadura».3 Por ley, Augusto contaba con toda una colección de poderes perpetuos conferidos por el Senado, incluyendo aquellos relativos al tribuno de la plebe y el censor. Ocupó el consulado hasta 23 a. C.4 Por otro lado, su poder real fue creciendo gracias a su poder económico y a los recursos obtenidos de sus conquistas, creando relaciones de clientela a lo largo del Imperio romano,Nota 8 y ganándose la lealtad de muchos soldados y veteranos militares, la autoridad implícita en los muchos honores y títulos que le eran concedidos por el Senado,5 y el respeto de la gente. El control de Augusto sobre la mayoría de las legiones de Roma existentes supuso una amenaza armada que podía ser usada contra el Senado, permitiéndole de esta forma coaccionar las decisiones del mismo. Con este poder para eliminar la oposición senatorial mediante el uso de armas, el Senado pasó a adoptar un perfil dócil hacia su estatus soberano. Su reinado por medio del clientelismo, el poder militar y la acumulación de los cargos propios de la extinta República, se convirtió en el modelo a seguir para los posteriores gobernantes.
El mandato de Augusto inició una era de paz relativa conocida como la Paz romana o Pax Augusta (en su honor). Salvo por las constantes guerras fronterizas, y con la excepción de una guerra civil de sucesión imperial que duró un año, la sociedad del Mediterráneo gozó de un ambiente pacífico durante más de dos siglos. De igual forma, Augusto expandió el Imperio romano, asegurando en el proceso sus fronteras mediante la subordinación a Roma de las regiones circundantes. Además, celebró un acuerdo de paz con el Imperio parto —el más poderoso de sus vecinos— por la vía diplomática, reformó el sistema tributario romano, desarrolló redes de caminos que contaban con un sistema oficial de mensajería, estableció un ejército permanente (así como un pequeño cuerpo de marina), y creó la Guardia Pretoriana junto a fuerzas policiales de seguridad, tanto para mantener el orden como para combatir los incendios en Roma. Resulta destacable añadir que gran parte de la ciudad se reconstruyó bajo su reinado.
Tras su muerte en 14 d. C., el Senado lo divinizó, siendo posteriormente adorado por el pueblo romano.6 A manera de legado, sus nombres «César» y «Augusto» serían adoptados por todos los emperadores posteriores, y el mes de Sextilis sería renombrado «Agosto» en su honor. Asimismo, sus logros son relatados en un documento conocido como Res Gestae Divi Augusti que, a petición del propio Augusto, fue grabado en un par de pilares de bronce y colocado enfrente de su mausoleo, llegando tiempo después a tallarse en gran cantidad de edificaciones, muchas de las cuales han sobrevivido. No obstante, este material es considerado poco objetivo históricamente, y más bien es tratado como un escrito publicitario cuyo objetivo es ofrecer una visión idílica del principado ejercido por Augusto. Tras un largo proceso para solventar los problemas en torno a su heredero, César Augusto fue sucedido por su hijastro Tiberio.
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