sábado, 16 de noviembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA


poblado de época ibérica que constituye el yacimiento prerromano más importante de entre los conocidos hasta hoy en la comarca del Bages. Su situación en el margen derecho del Llobregat, en el centro del valle medio de este río, que era la vía natural de penetración hacia el Prepirineo, y su altura (474 metros sobre el nivel del mar), que le da un amplio dominio visual sobre buena parte de la comarca, conferían al poblado un indudable valor estratégico y, seguramente, una posición dominante, de capitalidad, sobre los otros núcleos de población de la zona.
El poblado ocupa la cima de la colina y queda delimitado al este y al sur por un riscal, y al norte y al oeste por su propia muralla, que engloba una extensión de unos 5000 metros cuadrados.
El yacimiento ha sido objeto de varias campañas de excavación que han permitido documentar los restos de dos calles y de diferentes casas, todas de planta cuadrangular y de medidas variadas que oscilan entre los 8 metros cuadrados y los 16 metros cuadrados; son muestra de una organización urbana muy regular, adaptada a la topografía de la montaña.
La vida del poblado abarca una cronología que va desde el siglo VI a. C. hasta el siglo I a. C., distinguiéndose tres fases constructivas que se corresponden con tres niveles de pavimentación y con tres etapas de reestructuración de la muralla. La fase más antigua se sitúa en los siglos VI y V a. C., cuando se debió construir el primer muro que cerraba el poblado. La fase II se data en el siglo IV a. C., y correspondería a la construcción de la muralla propiamente dicha. La fase III abarca del siglo III a. C. hasta el I a. C., siendo la etapa de máxima extensión del poblado, que se amplió hacia el sur.
El yacimiento ha proporcionado numerosos materiales representativos de esta larga secuencia cronológica, entre los que destacan las cerámicas de importación: Cerámica jónica, ática («de San Valentín» y de figuras rojas), precampaniana, protocampaniana y campaniana con sus variedades.










La ermita de San Pedro Sacama (siglos X-XI), dedicada a San Pedro Apóstol, está situada sobre unas rocas en el extremo noreste del término municipal de Olesa de Montserrat, en un punto culminante de la sierra que separa las comarcas del Bajo Llobregat y del Vallés Occidental. Formaba parte del castillo de Sacama (siglos X - XII), del que sólo quedan, entre rocas, trozos de muro de piedra colocadas en forma de espiga (opus spicatum).

Sant Pere Sacama (Olesa de Montserrat).JPG

Historia[editar]

La ermita de San Pedro Sacama era la antigua capilla del castillo de Sacama (o de Cama), conocido desde en el 963. En el 970 fue cedido al monasterio de Ripoll y más tarde unido a la dotación de Santa María de Montserrat, que adquirió el dominio total por compra en 1261. A su alrededor se formó la Cama o Sacama, fusionada en el siglo siguiente con Olesa de Montserrat. Justo debajo de la capilla estaba la masia de San Pedro, reedificada en el año 1637 y derribada a finales de los años setenta del siglo XX.
La capilla poseía un retablo barroco con la imagen central de San Pedro flanqueada por las imágenes de Santa Lucía y Santa Oliva, patrona de Olesa. Este retablo estaba separado del muro del ábside insinuando una girola, espacio que se utilizaba como sacristía. Se tiene constancia de que en este espacio todavía se conservaba un antiguo retablo anterior gótico. Con el estallido de la guerra civil española estos retablos fueron quemados.

Arquitectura[editar]

Es una capilla de una sola nave con ábside semicircular lombardo y campanario en forma de espadaña. El ábside es lo que queda de la antigua capilla románica, construida entre los años 963 y 966, sobre los restos de un primitivo oratorio visigodo. Presenta un aspecto magnífico, con una obra de piedra muy limpia (con hileras horizontales regulares), arquerías lombardas con una pequeña ventana central de medio punto. El resto de la nave, también de aspecto apreciable, es fruto de una reconstrucción posterior. El tejado es de teja a doble vertiente. En la fachada lateral de la derecha hay una ventana de forma circular de pequeñas dimensiones. La puerta mira a poniente y está adintelada.

Restauración[editar]

Durante los años 1985 y 1986 se realizó la última restauración de la capilla por parte del Centro de Montañismo y de Investigaciones Olesano. En el transcurso de estos trabajos se descubrieron dos pequeñas hornacinas a ambos lados de la ventana central del ábside en las que se conservaban fragmentos de pintura mural románica.

Intervenciones arqueológicas[editar]

Las intervenciones arqueológicas efectuadas tanto en el exterior (1979-1980 y 1985) como en el interior (1999-2001) de la ermita han comprobado la presencia de un yacimiento de época ibérica del siglo II a. C., así como los restos de una vivienda catalogada como carolingio y una necrópolis de época medieval.
En la campaña arqueológica en el interior de la capilla del año 1999 se localizó un total de siete entierros.

Castillo de San Pedro Sacama[editar]

Los restos arqueológicos de San Pedro Sacama conocidas como "el Castillo de San Pedro Sacama" constan de la construcción defensiva, el castillo propiamente dicho, la capilla, y dos casas, una adosada al castillo otra situada al lado de los restos ibéricos. El castillo construido en la época carolingia, era de dimensiones reducidas, con capacidad para diez soldados como mucho. Estaba formado por tres habitaciones, la torre, un pequeño patio de armas y la herrería. Más tarde se construyó el establo.
La masia de Sant Pere, bajo la capilla vivía una familia campesina, destinada a cuidar el ganado y los cultivos que podían tener alrededor, la actividad de esta masía duró hasta los años 70 del siglo XX. En dirección al camino del oeste, se encuentran diferentes restos arqueológicos: un pequeño asentamiento íbero, con una casa encima, y una pequeña necrópolis, situada a cuarenta metros del asentamiento con una veintena de enterramientos. El asentamiento íbero consta de tres viviendas, seis silos y otro edificio que no ha sido estudiado. Durante la Edad Media se construyó la masía, que utilizó los silos coma depósitos de agua, y también se construyó una canalización para el agua hasta la masia de Puigventós que está situada a unos trescientos metros.

Función de San Pedro Sacama[editar]

La función de San Pedro Sacama, en conjunto, era defensiva, controlaban el camino de Olesa a Vacarisas y a Tarrasa, además, formaba parte de un sistema de alerta contra posibles invasiones musulmanas desde la parte sur del Llobregat, este sistema utilizaba usando las campanas de las ermitas, la señal comenzaba en el Castillo de Sant Salvador de les Espases donde hay una panorámica del curso del río Llobregat, y se dirigía hacia el monasterio de Montserrat, pasando por la ermita de santa Margarita, o hacia Tarrasa pasando por San Pedro Sacama, San Jaime de Castellón y Viladecavalls.









El yacimiento ibérico de la Font de la Canya o Turó de la Font de la Canya se encuentra situado en el municipio de Avinyonet del Penedés (BarcelonaEspaña, en un altozano de 230 metros sobre el nivel del mar, flanqueado por dos torrentes, cerca de los núcleos de Avinyó NouSan Sebastián dels Gorgs y Clariana de dicho municipio.
El yacimiento fue descubierto casualmente en 1997 por un vecino, Xavier Esteve, arqueólogo profesional, durante unos trabajos de explanación agrícola realizados en la zona. Los descubrimientos efectuados durante las excavaciones arqueológicas demuestran sin lugar a dudas que el cultivo de la vid en Cataluña se originó en las cercanías del asentamiento, en lo que ahora es el municipio de Avinyonet del Penedés y su área de influencia. Las numerosas evidencias de consumo de vino y cultivo de vid en todas las fases del yacimiento lo convierten en un importante foco de la introducción de este cultivo en Cataluña.

Vista aérea parcial del yacimiento de la Font de la Canya.jpg

Contexto histórico[editar]

Se trata de un establecimiento íbero, perteneciente a la tribu de los cossetanos, que la ocuparon entre los siglos VII y III a.C. siendo abandonado poco después de que llegaran los primeros ejércitos romanos durante la II Guerra Púnica.

Fase preibérica. Introducción de la viña y el vino[editar]

Simpulum de bronce de la primera Edad del Hierro.
En esta fase, denominada también como primera Edad del Hierro (625-575 a. C.), aparecen en la Font de la Canya indicadores arqueológicos que informan sobre el consumo de vino foráneo. Se hallan recipientes anfóricos de origen fenicio, concretamente de la zona del estrecho de Gibraltar, y, en menor medida cartaginés, que son testimonio de intercambios comerciales con los fenicios que deberían buscar, posteriormente, la complicidad de los indígenas para buscar los lugares idóneos para la plantación de viña y así transmitir el complejo sistema de elaboración del mismo. Parece lógico así que primero se introdujo el consumo del vino en el actual Penedés para después, paulatinamente, adoptar el cultivo de la viña.
El vino se convierte en parte importante de las celebraciones, otorgando poder y alto nivel social. De aquí el destacable volumen de las importaciones de origen fenicio documentadas en Cataluña y Valencia en el siglo VII a.C..
La presencia en el yacimiento de trípodes-morteros fenicios nos informan sobre la preparación del vino para su consumo, aportándole especias y aromatizantes para potenciar su sabor o también para disimular su deterioro al transportarse a largas distancias. Asimismo se encuentra un simpulum o cucharón de bronce utilizado para servir el vino. Pero lo que nos hace conocedores de que ya en época preibérica se producía vino en la Font de la Canya, como posteriormente se ampliará, es el hallazgo de grandes cantidades de semillas de vid cultivada vitis vinifera.

Fase ibérica. Consolidación del cultivo de la viña[editar]

Diosa Demeter. Vaso votivo siglo III a.C.
Durante la segunda Edad del Hierro (550-150 a. C.) tiene lugar el auge del nuevo cultivo introducido, desbancando al cultivo de leguminosas y, en determinadas zonas, a los cereales. Así, en la costa central y en el Penedés la viña aparece ya en todos los yacimientos estudiados, documentándose subproductos procedentes de su prensado. En la Font de la Canya se documentan en ese periodo, además de los propios de una agricultura cerealista, utensilios específicos para el cultivo y producción del vino, como una podadera de hierro con mango de hueso (siglo IV a.C.) y una base de prensa de piedra (siglo III a. C.). También, a diferencia de en la primera Edad del Hierro, aparecen en el yacimiento vajilla relacionada con la preparación, servicio y consumo del vino. Además es importante la faceta religiosa en la que el vino pasa a ser motivo ceremonial, como indica el descubrimiento de los restos de un importante banquete ceremonial en honor a la diosa griega Deméter (Tanit para los cartagineses), en el que se encontró un vaso en forma de busto de dicha deidad, con una inscripción en la cabeza que dice "kalathos" (bienvenidos en griego) y con la frente adornada con cereales y uvas, todo ello fechado en el siglo III a.C.

Prospecciones y excavaciones arqueológicas[editar]

Silos localizados y pendientes de excavar (año 2011)
Las primeras excavaciones tuvieron lugar en el año 1998 y permitieron ubicar un buen número de silos que no pudieron excavarse hasta el año siguiente. A partir del año 2000 las excavaciones pasan a depender del Departamento de Arqueología de la Generalidad de Cataluña, bajo la dirección de un equipo de investigación de la Universidad de Barcelona formado por David Asensio, Jordi Morer y Xavier Cela, incorporándose posteriormente Dani López Reyes y Rafel Jornet. En los años siguientes se realizan importantes descubrimientos y, a pesar de su potencial, los trabajos no avanzan lo suficiente por causa de los pocos recursos disponibles. No obstante, con mucho esfuerzo de los voluntarios, se descubre la concentración de semillas de vitis vinifera carbonizada más antiguas de Cataluña, datadas en el siglo VII a.C. y más tarde, en el 2004, los indicios de lo que resultaría ser un hábitat.
Semillas de vitis vinifera carbonizadas y mineralizadas (siglo VII a.C.) según ficha arqueológica
En el transcurso de las excavaciones realizadas el año 2006, entre la que se estudiaron diversos silos, fueron hallados los restos óseos, posiblemente de una niña de unos 14 años de edad. Los restos, pertenecientes al siglo VII a.C. se encontraban en el interior de un silo que ya por entonces fue reutilizado. El cuerpo se encontró acompañado de un ajuar ceremonial, en concreto por varias cerámicas, y lo más peculiar, el cráneo de un équido junto con su correspondiente mandíbula. Otra curiosidad que se ha estudiado es que, al parecer, el cuerpo no fue cubierto con tierra hasta ya iniciado el proceso de descomposición del mismo, como da a entender la posición final del cuerpo, con síntomas de haber cambiado su posición original por consecuencia de la misma.
En el año 2007 tiene lugar un cambio de equipo en el ayuntamiento y las nuevas incorporaciones promueven una mayor implicación por parte del consistorio, aportando unos recursos que permiten un avance equivalente a varias temporadas de excavación manual. Así se consigue descubrir cientos de nuevos silos, delimitar el perímetro original del asentamiento, excavar la zona del hábitat e incluso hallar restos humanos inhumados dentro de uno de los silos reaprovechados. Es importante hacer mención que ya en el año 1998 fue hallada (en este caso por un particular) una base de prensa para vino que estaría datada en el siglo III a.C. Ello, unido a la multitud de ánforas feniciasetruscasgriegascartaginesas y romanas encontradas, a distintos utensilios para el tratamiento del vino y a semillas carbonizadas de todas las épocas ibéricas, demuestra que el asentamiento era un importantísimo centro productor y distribuidor de vino implementado en un centro de mercancías integral, especialmente de cereales, como demuestran los centenares de silos documentados.
En el año 2009 tiene lugar uno de los más importantes y extraños descubrimientos, ya que, en un silo que fue reutilizado como fosa séptica en el siglo VII a.C. se hallaron en gran número semillas de vitis vinifera mineralizadas (no carbonizadas) que conservaron exactamente su aspecto original.
En las actuaciones del año 2013 fue descubierto un segundo hábitat, más antiguo que el primero, perteneciente al siglo VII a V a.C. así como la localización de nuevos silos. Cabe destacar que hasta la fecha se han excavado unos 400 pero se estima le cantidad total del yacimiento puede oscilar entre 800 y 1000.
En la excavación realizada el año 2014 se descubrió la bodega más antigua del Penedés. Se trata de los restos de un edificio semienterrado destinado a elaborar, y principalmente, guardar vino. Data del siglo III a.C. y tiene unas dimensiones de 14 metros de longitud y 7 metros de anchura, estando su base a unos dos metros por debajo del nivel del suelo. Entre los restos se hallaron más de 15.000 fragmentos de ánforas de vino. También fueron halladas jarras para servir vino y otros utensilios relacionados.
En la campaña de 2016 tuvo lugar un hallazgo importante puesto que se localizó, dentro de un silo reutilizado, el esqueleto de un niño de época preibérica y de más de 2700 años de antigüedad. Los restos fueron encontrados en posición horizontal y cubiertos por ladrillos de adobe de la época, fabricados con barro y paja. Es curioso el hecho de que éste sea el segundo enterramiento hallado en silos reutilizados del yacimiento, abriendo un debate sobre la existencia de rituales de enterramiento en la época.

No hay comentarios:

Publicar un comentario