domingo, 17 de noviembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA - ANTIGUOS ROMANOS EN HISPANIA

Décimo Junio Bruto Galaico (en latín, Decimus Iunius M. f. M. n. Brutus Callaico; 180 a. C.-113 a. C.) fue un general y político romano. Abuelo de Marco Junio Bruto, dirigió a las tropas romanas en la campaña de conquista del sur de la actual Galicia y norte de Portugal, lo que después sería denominado Gallaecia.

Biografía[editar]

Fue hijo del cónsul del año 178 a. C., Marco Junio Bruto, y hermano de Marco Junio Bruto, el jurista. Fue contemporáneo de los Gracos y uno de los más importantes generales del partido aristocrático.
Fue cónsul en el año 138 a. C. junto con Publio Cornelio Escipión Nasica y se distinguió por su oposición a los tribunos de la plebe. Rechazó llevar al Senado una propuesta para comprar grano para el pueblo. Cuando los tribunos pidieron poder para eximir a diez personas de los deberes militares, les rehusó este privilegio y fue secundado por su colega. Debido a esto fueron llevados a prisión por el tribuno Cayo Curiacio.1

Conquista de Gallaecia[editar]

Después le fue asignada la provincia de Hispania Ulterior, a donde se dirigió ese mismo año. Allí eliminó lo que quedaba de la resistencia lusitana al mando de Táutalo, sucesor de Viriato, a cuyos hombres cedió tierras tras la derrota en la Ciudad de los ValientesValentia Edetanorum (la actual Valencia), próxima a la, en aquellos tiempos, pujante Sagunto.
Como aún en Lusitania continuaban las acciones de grupos de bandidos, asoló el territorio, ocupó numerosas ciudades y llegó hasta el río que denominaron Lethe (o Oblivio), que también era llamado río Limia, Límes o Bélion (moderno Limia).2​ Aquí la tropa se negó a avanzar. Decían que aquel era el legendario Lethes, el río del olvido, y que si lo cruzaban olvidarían su identidad y su patria. Décimo Junio Bruto, agarrando el estandarte de la legión, cruzó el río y llamó uno a uno y por su nombre a sus soldados, para convencerlos de que no había olvidado nada y poder proseguir la campaña.
Desde allí avanzaron hasta el Minius, el cual cruzaron y siguieron su marcha hasta que llegaron a la costa, donde los romanos vieron con asombro la puesta de sol en el océano. Sometió numerosas tribus como los brácaros (en latín, bracari) que eran los más belicosos. También derrotó a los galaicos (en latín, gallaeci), que habían venido en la ayuda de sus vecinos, con un ejército de sesenta mil hombres, y fue esta victoria la que le valió el apodo de Galaico.
El trabajo de sumisión, sin embargo, fue lento pues muchas ciudades se sublevaban en cuanto salían los soldados. Entre estas es mencionada Talábriga.
En medio de sus éxitos, fue llamado a la provincia de Hispania Citerior para apoyar a su pariente, Marco Emilio Lépido,3​ y desde allí se dirigió a Roma donde celebró un triunfo espléndido en el año 136 a. C. por sus victorias sobre los lusitanos y galaicos.4

Hechos posteriores[editar]

La península ibérica en torno al año 100 a. C.
Con el botín obtenido en Hispania, Bruto erigió templos y otros edificios públicos para los cuales el poeta y dramaturgo Lucio Accio realizó inscripciones en verso.5
En 129 a. C. sirvió con Cayo Sempronio Tuditano contra los yápidas en Iliria. Por su habilidad militar obtuvo una victoria para el cónsul y compensó las pérdidas que éste había tenido a comienzos de la campaña.6
En 113 a. C. fue nombrado procónsul de Lusitania, con Cayo Mario, infligiendo severas derrotas a los lusitanos.

Trascendencia[editar]

Las crónicas del historiador Orosio narran la campaña de Bruto en Galicia y Ovidio, el poeta, contó así el encuentro:
por aquel tiempo Bruto tomó como sobrenombre el de su enemigo galaico y tiñó de sangre la tierra hispana.
El paso del río Limia ha dado lugar a una fiesta de recreación histórica, la Festa do Esquecemento.
Bruto fue un mecenas del poeta Lucio Accio y, para su tiempo, estaba muy versado en literatura griega y romana. Tampoco fue deficiente en el talento oratorio.7
Sabemos también por Cicerón, que era un buen augur.8​ También menciona a una Clodia en una carta a Ático, por lo que se puede suponer, con toda probabilidad, que era su esposa y la madre del cónsul del año 77 a. C.








Marco Junio Penno (en latín, Marcus Iunius M. f. M. n. Pennus) fue un magistrado romano que ocupó el consulado en el año 167 a. C., junto a Quinto Elio Peto.

Vida[editar]

Fue hijo del pretor urbano del mismo nombre del año 201 a. C. Durante su pretura, en 172 a. C., recibió Hispania Citerior como provincia. Pidió urgentemente al Senado refuerzos para su ejército, pero estos no llegaron hasta que tuvo que abandonar la provincia a su sucesor.
Fue cónsul en 167 a. C. con Quinto Elio Peto como colega y obtuvo Pisa como provincia.







Tito Labienoa​ (m. 17 de marzo de 45 a. C.) fue el miembro más importante de una familia romana de la gens Labiena. Nació en el Piceno, actualmente Marcas, zona en la que Pompeyo tenía abundante clientela. Fue uno de los lugartenientes de Julio César durante la guerra de las Galias, mencionado frecuentemente en los relatos de sus campañas, aunque durante la guerra civil se pasó al bando optimate.

Vida antes del tribunado[editar]

Partiendo del hecho de que sirvió como pretor en el año 60 o en 59 a. C., Labieno debió nacer entre los años 99/98 a. C.1​ Muchas fuentes aseguran que Labieno procedía de la población de Cingulum, en el Piceno, de una familia del orden ecuestre (ordo equester) oriunda también del Piceno. Pronto conoció a Pompeyo, que se convertiría en su patrón y que le favoreció a lo largo de su carrera militar.1​ Realizó sus primeros servicios militares entre los años 78 y 75 a. C. en Cilicia, sirviendo a las órdenes de Publio Servilio Vatia Isáurico; posiblemente fue entonces cuando conoció a Julio César.2

Tribuno de la plebe[editar]

Labieno fue elegido tribuno de la plebe en el año 63 a. C. gracias a la influencia de su viejo patrón, Cneo Pompeyo Magno. Dado que en esos momentos Julio César y Pompeyo eran aliados políticos, Labieno le ofreció su cooperación y sus servicios, lo que hizo que en ese momento surgiera una amistad entre los dos.
Instado por Julio César, Labieno dirigió la acusación contra Cayo Rabirio cuando éste fue acusado de alta traición (perduellio) por el asesinato del tribuno de la plebe, Lucio Apuleyo Saturnino (100 a. C.). La propuesta del juicio fue desestimada debido a que estaba en vigor un senatus consultum ultimum, una medida extraordinaria usada contra los Populares y las Asambleas Romanas. Labieno usó contra Rabirio el duumviri, un anticuado procedimiento utilizado en los albores de la República romana. Este procedimento se saltaba las leyes criminales normales, por lo que Rabirio debería ser juzgado sin defensa, pues los tribunos eran sacrosantos y matar a uno era una ofensa a los dioses. Este asesinato estaba visto como una contaminación más profunda que un crimen normal y un juicio normal era percibido como innecesario, lo que se debía hacer era apaciguar inmediatamente la ira de los dioses. Los duumviri eran asignados para los casos en que la culpabilidad era evidente y se debía limpiar la contaminación realizada mediante la flagelación.
Rabirio apeló y Cicerón habló en su defensa. Sin embargo, antes de que el Senado pudiera votar, Quinto Cecilio Metelo Céler usó sus poderes como augur y declaró adversos los augurios, por lo que se pospuso el juicio. Cuando se celebró, Rabirio lo perdió y fue exiliado por no poder pagar la irrazonable cantidad de dinero que se le pedía.3
El mismo año, como tribuno de la plebe, logró promulgar una ley que indirectamente consiguió para César el cargo de Pontifex Maximus,4​ al devolver al pueblo las facultades para hacer ese nombramiento. Otra propuesta que realizó Labieno en su condición de tribuno, según relata Veleyo Patérculo, fue la autorización a Cneo Pompeyo Magno para utilizar la vestimenta de triunfo en el circo; este honor era tan escandaloso que el propio Pompeyo, pese a su célebre vanidad, sólo se atrevió a aprovecharlo en una única ocasión. Cuando expiró su tribunado, sirvió como legado en las campañas de César en la Galia.

Legado en la Galia[editar]

Durante su periodo como legado fue el segundo al mando y el comandante supremo cuando César no se hallaba al frente de las legiones.5​ Es el único legado mencionado por César en los relatos sobre su primera campaña. A pesar de los éxitos de Labieno, que le podrían dar categoría de genio militar, César, como imperator, tenía el mando supremo, mientras que Labieno no era más que un comandante de caballería.
Dirigió a las tropas cuando acamparon en Vesontio en 58 a. C. También ostentaba el mando supremo en calidad de legado propretoriano cuando César se ausentaba.6​ Este cargo lo desempeñaba habitualmente cuando César se iba a cumplir sus obligaciones de procónsul en la Galia Cisalpina, y durante la segunda campaña de César en Britania (54 a. C.).7
En 57 a. C., durante la campaña belga, en la batalla contra los nervios y los atrébates cerca de Sabis, comandó la IX y la X legión, derrotando a la fuerza de los atrébates y tomando el campamento enemigo.8​ De allí envió a la X legión a la retaguardia de las filas de los nervios, cambiando de esta manera el resultado adverso de la batalla y asegurando la victoria de César.9
Labieno también derrotó a los tréveros al mando de Induciomaro. El militar picentino pasaba los días fortificando el campamento con su ejército mientras Induciomaro lo agobiaba diariamente en un intento de intimidación y desmoralización. La táctica que adoptó fue la de aguardar a que Induciomaro y su ejército regresaran al campamento, lo cual había observado que hacían siempre de manera desorganizada, y envió a su caballería, dividiéndola en dos alas para que llevaran a cabo un movimiento envolvente, con órdenes expresas de matar a Induciomaro, desentendiéndose de todo lo demás, y luego seguir a las legiones a su regreso.
Los hombres de Labieno tuvieron éxito, y con la muerte de su líder, los tréveros se dispersaron.10​ Tras esto las fuerzas de Induciomaro se reagruparon en torno a un pariente de su caudillo caído y se dirigieron contra Labieno, levantando un campamento en la otra orilla del río de donde estaba acampado con sus legiones, sin atacar debido a que estaban esperando refuerzos germanos. Labieno fingió una retirada, incitando a los tréveros a cruzar el río, y cuando lo hicieron dio media vuelta y lanzó a las legiones. Los tréveros, cogidos en una posición de desventaja, fueron diezmados. Tras recibir noticias de esta derrota, los refuerzos germanos volvieron a casa.11
La derrota de los parisios en Lutecia fue otra muestra de su genio táctico. Envió cinco cohortes a la retaguardia de Agendico y cruzó personalmente el Sequana (actual río Sena), engañando así al enemigo, que pensó que había dividido a su ejército en tres partes que cruzaban el Sequana por tres sitios distintos.12​ El ejército enemigo se dividió en tres grupos y persiguió a Labieno. El contingente principal se encontró de pronto con que las legiones no se habían dividido, y tras rodearlos, aniquiló a los refuerzos con su caballería.13
Era un general con unas tácticas que horrorizaban incluso a los vanidosos galos: mataba, decapitaba, incluso llegó a enterrar vivos a soldados enemigos, si bien es cierto que debe considerarse que para los romanos la crueldad era permitida siempre que no se revelara innecesaria.
En septiembre de 51 a. C., César designó a Labieno como gobernador de la Galia Cisalpina.14

Guerra civil[editar]

Tras la toma de Roma por César, desertó de su bando y se unió al de Pompeyo. Fue recibido con los brazos abiertos en la facción pompeyana, trayendo 3700 jinetes galos y germanos con él.
En el libro, Biografía de Tito Labieno, Legado de César en la Galia, Tyrell repara en que los historiadores modernos describen las acciones de Labieno como una deserción del bando de César, y no dudan en llamarle Desertor o Renegado, posiblemente por su subjetividad con respecto a César. Tyrrell da un punto de vista alternativo, que Labieno era un hombre «que se unió al gobierno legítimo en un intento por detener a un procónsul revolucionario que intentaba elevar su dignitas por encima de su condición».
Sin embargo, de acuerdo con Dion Casio, las razones de Labieno para desertar no eran tan nobles. Había adquirido muchas riquezas y fama en la Galia. Creyó que debía ostentar un mando igual al de César. Pero César no le había dado ningún mando independiente ni ninguna perspectiva de consulado. Estaba resentido por la falta de reconocimiento y desarrolló un profundo odio hacia César.
Pompeyo hizo a Labieno comandante de su caballería. Éste intentó convencer a Pompeyo para que plantara cara a César en Italia y no se retirara a Hispania (península ibérica, comprendiendo las actuales España y Portugal) para reagruparse, alegando que el ejército de César estaba muy cansado después de su larga campaña en la Galia.
Pero su fortuna con Pompeyo fue la contraria a la que había tenido con César. Tras la derrota en la batalla de Farsalia huyó a Córcega, y tras la muerte de Pompeyo, a la provincia de África. Logró insuflar algo de confianza en los seguidores republicanos mintiéndoles y diciéndoles que habían herido mortalmente a César en la batalla de Farsalia. Ahí logró, gracias principalmente a la superioridad numérica, una ligera victoria sobre César en la batalla de Ruspina, en 46 a. C. Concentrando su fuerza en densas formaciones, engañó a César haciéndole creer que tenía menos soldados. Fue capaz de infiltrarse entre la caballería de César, rodeando a su ejército. Tras la derrota en la batalla de Tapso, en la que murieron Quinto Cecilio Metelo Escipión y Marco Porcio Catón, huyó a Hispania y se unió a Cneo Pompeyo el Joven.
Labieno murió en la batalla de Munda. Durante este enfrentamiento entre los ejércitos de César y los hijos de Pompeyo, el rey Bogud, un aliado de César, y su ejército se estaban aproximando a los pompeyanos por la retaguardia. Labieno estaba al frente de una unidad de caballería en ese momento y reorganizó filas para contenerles, pero el resto del ejército pompeyano malinterpretó esto como una retirada y rompieron filas, lo que aprovecharon las tropas cesarianas para infligirles bajas masivas durante la retirada. Esta derrota finalizó la guerra civil. Al parecer, Labieno fue abatido durante la retirada, y se le hicieron las correspondientes exequias fúnebres, pero de acuerdo con Apiano, su cabeza se llevó ante César.
Tuvo un hijo llamado Quinto Labieno.








Cayo Lelio Sapiens, en latín Gaius Laelius Sapiens, (188 a. C. -?¿) fue un político romano conocido por su amistad con el militar y político Publio Cornelio Escipión Emiliano (Scipio Minor).1​ Fue elegido cónsul en 140 a. C. con la ayuda de Emiliano tras fracasar en la campaña del año anterior.
Cayo Lelio Sapiens era hijo y heredero del político y militar Cayo Lelio, que fue cónsul en 190 a. C. Su padre había sido un gran amigo del abuelo adoptivo de Escipión Emiliano, Escipión el Africano, y había servido bajo sus órdenes durante la segunda guerra púnica, destacando en el ataque naval a Nova Carthago (Cartagena) y en la Batalla de Zama. Lelio Sapiens nació en 188 a. C., dos años después de que su padre fuera elegido cónsul y hubiera intentado sin éxito ser designado por el Senado para combatir con el Rey Seléucida Antíoco el Grande. La identidad de la madre de Lelio Sapiens se desconoce.

Carrera Política[editar]

Lelio fue tribuno de la plebe en 151 a. C.pretor en 145 a. C.,2​ y fue candidato al consulado en 141 a. C.,3​ pero retiró su candidatura debido a las falsas promesas del Homo NovusQuinto Pompeyo (pariente lejano de Cneo Pompeyo Magno), que prometió renunciar, pero que en el último momento repuso su candidatura tras la retirada formal de Lelio. Quinto Pompeyo (que procedía de una familia ligada tradicionalmente a los Escipiones) se convirtió en cónsul junto a Cneo Servilio Cepión.
Escipión Emiliano logró finalmente que su amigo fuera elegido cónsul al año siguiente, junto a Quinto Servilio Cepión, que se convertía así en el tercer hermano de esa familia que alcanzaba el consulado de forma consecutiva.
De filosofía refinada, Lelio carecía de talento militar, como lo demostró su campaña contra los lusitanos y su jefe guerrillero Viriato,4​ donde fue más un estadista que un soldado.
Adquirió el cognomen Sapiens (Sabio) debido a su decisión de no llevar a cabo esfuerzos a favor en la reforma de política agraria, que estaba empezando a crear graves disensiones en el Senado.5​ Esta reforma había sido impulsada inicialmente por Escipión Emiliano, pero tras la falta de unanimidad en el Senado, decidió abandonarla. Lelio consideró prudente no avivar las disputas senatoriales, sin embargo, su falta de voluntad le había llevado a un cisma político con el Círculo de Escipión. Tras el abandono de la reforma agraria por Escipión y sus aliados, ésta fue retomada por Publio Mucio Escévola y Publio Licinio Craso Dives Muciano y finalmente por Cayo Sempronio Graco y Tiberio Sempronio Graco.

Importancia Cultural[editar]

Lelio perteneció al Círculo de Escipión, un grupo de amigos, aliados políticos y grecófilos, que se habían unido bajo el liderazgo del rico y bien relacionado Publio Cornelio Escipión Emiliano, heredero del poderoso clan de los Escipiones. Emiliano actuó como mecenas de estudiosos, filósofos e historiadores de origen griego. De entre estos destacan el historiador Polibio y el dramaturgo Publio Terencio Africano.
Lelio tuvo dos yernos que alcanzaron el consulado - Cayo Fannio, que fue cónsul en 122 a. C. (con la ayuda de Cayo Sempronio Graco) y Quinto Mucio Escévola Augur, que fue elegido cónsul en 117 a. C. Escévola Augur fue un destacado jurista y retórico, mentor de grandes hombres como Marco Tulio Cicerón. El joven Cicerón aprendió mucho de Lelio a través de Escévola Augur.
En su trabajo (Laelius De amicitia), Cicerón representa a Lelio y a Escipión como el paradigma de la amistad.
Lelio también se distinguió en la ciencia augural, ya que, según Cicerón,6​ "Lelio" y "un buen augurio" eran términos intercambiables.7

Familia[editar]

Según Cicerón, basándose en la información de primera mano de Escévola Augur, Lelio estuvo casado durante toda su vida con la misma mujer, cuyo nombre no menciona. Fruto de este matrimonio nacieron dos niñas, las cuales se casaron respectivamente con dos cónsules. Según Cicerón, la esposa de Escévola Augur y su hija eran conocidas en Roma por la pureza de su latín. La hija de Escévola Augur se casó con Lucio Licinio Craso Orator, cónsul en 95 a. C. Craso Orator y Mucia tuvieron dos hijas, una de las cuales se casó con el pretor Publio Cornelio Escipión Nasica, y la otra con Quinto Cecilio Metelo Pío. Por ello descienden de Lelio varios cónsules y censores, que incluyen a Quinto Cecilio Metelo Pío Escipión Nasica Corneliano.

Actuaciones posteriores[editar]

Tras el tribunado de Tiberio Sempronio Graco, en el año 133 a. C., sus opiniones políticas comenzaron a cambiar. Ayudó a los cónsules del año 132 a. C. a examinar el caso de C. Blossius de Cumas y de otros partidarios de Tiberio Graco,8​ y en 130 a. C., habló en contra de la Rogativa Papiria, que habría permitido a los tribunos de la plebe ser reelegidos año a año en forma indefinida.9
Pero a pesar de que Lelio fue el oponente vigoroso de los líderes populares de su época -los tribunos C. Licinio Craso145 a. C.Cneo Papirio Carbo131 a. C., y Cayo Sempronio Graco 123-122 a. C., no tenía las cualidades de un gran orador. A pesar de que sus discursos eran mejores que los de su contemporáneo y rival Servio Galba, Galba fue sin duda más elocuente.10
Lelio es el principal interlocutor en el diálogo de Cicerón De Amicitia, es uno de los oradores en el De Senectute, y en la De Republica, representa la realidad de la justicia contra el escéptico Philus.

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